martes, agosto 07, 2007

Al abrigo de Edgar y de Paco

Fue una noche en el bar "Los galgos" que el maestro Edgar Bayley* me dijo, refiriéndose a Urondo*: "Es el verdadero poeta de su generación. Uno de nuestros más grandes". Sabía Edgar que me gustaba el tango y, acaso, por eso, me recomendó que leyera especialmente "Abrigo", un poema del santafesino. Lo hice mucho, mucho tiempo después, cuando, cosas del destino, en pago de una deuda incobrable, alguien me cedió una desvencijada antología de textos de Urondo. Leí ese poema y todos los otros textos incluidos en el ejemplar, comprobando que, una vez más, Edgar tenía toda la razón. Pero era demasiado tarde para decírselo: él ya se había ido de este mundo.


Abrigo

Aquel tapado de armiño,
esta situación que vivimos, mi amiga,
estos recuerdos que siempre tendremos
y esta vida que juntos vamos haciendo.

Algún día, y digo por decirlo, tendremos
ese tapado de armiño;
será un tiempo más justo, forrado en lamé,
como el tapado del tango. Un tiempo sin olvido.

Ese tapado de lo que fue,
nos hará siempre felices, viejos golpeados;
y tendremos tiempo para el ocio, o para la melancolía
y nunca llegaremos a aburrirnos.

Esta noche espero contento y hacerlo
es como ganar la revolución; estaba escrito
que tu llegada sería como una caricia después de la pelea,
la alfombra de la victoria, el puño que consume la derrota.

Pronto será la hora de las brujas y de los secretos
y después veremos la luz y escucharemos juntos ese disco del tapado;
y comerás con apetito, con juventud y seguramente haremos el amor,
y estarás conmigo y no tendrás miedo a nada.

*Poeta argentino (1919-1990).
*Poeta argentino (1930-1976).

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