domingo, diciembre 30, 2007
viernes, diciembre 28, 2007
Ada Salas*
De niña
en el colegio
subía por las franjas luminosas
de polvo y sol.
Al ritmo de los aires
que traen lo inesperado
veía cosas.
miércoles, diciembre 26, 2007
Paul Klee
lunes, diciembre 24, 2007
Leonardo Da Vinci: pintura y poesía
Julio Castellanos*
Antiguas, casi inmortales,
inmundas;
inmersas en el mundo, sobreviven
diluvios
y recorren
los perdidos rincones, la basura
los pliegues olvidados de la casa.
Habitantes de zonas escondidas
como sueños aparecen, a veces, a la luz
que brilla en su marrón rojizo y duro.
No es bueno atravesar
su vuelo o sentir
sus patas ligeras sobre el cuerpo.
Suelen morir ruidosas, aplastadas,
asfixiadas por gases
y también
enredadas en grises transparencias
tejidas por aquélla
que acecha paciente, agazapada.
Su muerte individual
apenas si las vuelve
otras, que estarán
escarbando oscuras, entre sombras.
*Poeta cordobés. Creador de la Editorial Argos. Publicó diversos libros. Se trata de un referente de las letras cordobesas de todos los tiempos.
sábado, diciembre 22, 2007
Alda Merini*
y que se asocia voluntariamente a la pobreza
porque cree con gran sabiduría
que la pobreza es el verdadero crisol de la vida.
Dios ha nacido pobre pero es también sumamente rico
en todos los valores humanos.
Felicidades a todos, a los pobres, a los ateos.
El arte de la locura
Un puzzle, una avivada del cerebro.
Creo que el loco
es un gran astuto.
o solamente un oportunista.
La locura es un traslado
en el que se lleva la realidad
y se la vuelve incandescente.
La locura es un estado de excitación
y a menudo de bienestar.
jueves, diciembre 20, 2007
Concha García*
No he sido una celebridad en mi tiempo.
Me dedico a los dados. Miro a la gente pasar.
Un bar con mesas de mármol, más tristeza,
es horrible este relato.
Voy a morirme, no sé cuándo, es obvio
que me importa muy poco el reino del amor.
Amarte han sido perchas en los armarios,
me capacita el olvido, soy otra
siempre. Dada la ventura de mi poquedad
aprendiendo izamientos. Me gusta
que me traiga el camarero cerveza. Estoy
delgada y presumo de haber reinado. Sal de aquí.
Vete.
miércoles, diciembre 19, 2007
Liturgia, del poeta Fabián Leonardi
Tiempo de nacer: el árbol
imaginario con los frutos
del año.
He aquí un fruto:
nutriente la fruta del saber
y unos ojos achinados. El amor
es redondo suave, es humo
que se atrapa.
¡Vamos
rápido, vamos
allí donde estás vos!:
para achicar distancias, para
recordar lo que extrañamos.
Un árbol fantástico
de papelitos, de escrituras
pequeñas, de flores carnosas
llenas de augurios de buena fe.
¡Vamos, a poner la estrella
vamos!
Luces en el Puente
La Fundación Proa cierra el año con una intervención artística al aire libre en el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, ícono ineludible del barrio de La Boca y Monumento Histórico Nacional. Para ello, invitó al prestigioso diseñador e iluminador Jorge Pastorino, quien presentará entre el 20 y el 25 de diciembre, un original juego de luces que integra destellos de colores rítmicos y efectos de luz fluorescente que irá in crescendo hasta alcanzar su máximo esplendor la última noche, en un estallido de fuegos artificiales de alto impacto poético. El espectáculo contará además con un concierto de sirenas de buques en vivo, a cargo de los compositores y músicos experimentales Federico Marrale y Federico Travi. El evento cuenta con el apoyo de las instituciones del barrio de La Boca, en un esfuerzo para brindar a la ciudad de Buenos Aires una obra de arte pública de calidad artística excepcional.
Días: del jueves 20 al martes 25 de diciembre, de 20:30 a las 23:30.
Lugar: Puente Transbordador Nicolás Avellaneda - Caminito y Av. Pedro de Mendoza, La Boca.
Informes: 4104 1000.
Importante: el martes 25, la obra alcanzará su máximo esplendor, en un show de fuegos artificiales y un concierto con samplers y sirenas de barcos anclados en el Riachuelo.
Entrada Libre y Gratuita +info: http://www.proa.org/
martes, diciembre 18, 2007
viernes, diciembre 07, 2007
Marina Serrano
jueves, diciembre 06, 2007
Presentación
Laura Fiocca*
Siniestra es la noche
y el espejo de la madrastra:
no me inquietan las arrugas del tiempo
me obsesiona el color
azabache o carmín
del dorado pelo
en el instante preciso del encuentro.
seré yo la blanca
Nieves?
Avatares de un amor
Todo es familiar
en el ritual
de volver
a perderte
las mañanas sin descanso
el mar rompiendo olas
en los ojos
esperarte en el umbral
de las heridas
cantar canciones
que acompañan tiempos
muertos
ser la misma
que en la víspera
quedó anclada
a tu presencia
fingirme en armonía
para volver
a encontrarte
y disolverme
iluminada
en tu sombra.
Noche umbral
Huir de la luz
abrirme una hondura más
en la noche umbral
donde las palabras
cambian de rumbo.
Mi sombra sobre tu reflejo
Espero en un bar
y un agujero asoma
en mi vestido nuevo.
Detrás del humo
rostros que conocen
el lenguaje de las cosas
una secuencia de anécdotas
en segundo plano.
Y mientras no llegás
tu ausencia es un cuerpo
cada vez más cerca
mi sombra sobre tu reflejo
un adiós
en cámara lenta.
Morada de la noche
Una coraza de luz
me perdió allí
donde no hay rostros.
Morada turbia de la noche
me devolviste ciega
a mi reflejo.
*Laura Fiocca nació en Buenos Aires en 1964. Es contadora pública y coordina talleres para el desarrollo de habilidades profesionales. Los poemas que se transcriben pertenecen a un libro que tiene en preparación.
lunes, diciembre 03, 2007
Rodrigo Cuesta*
Presentación de libros y revista de poesía
domingo, diciembre 02, 2007
Otras voces, nuevas voces
DE ENTRECASA
No es la gran soledad
son los pequeños vacíos
horas en que la oficina
te fagocita,
exprime.
El tiempo que el niño duerme
su frágil siesta de hilo
y yo administro la rutina
cotidiana y doméstica,
malabarismos de la nada.
No son los grandes dolores
son las pequeñas frustraciones
el diario sin leer
las uñas hace tres días sin pintar
el no poder hacer el dobladillo del vestido de salir
ni necesitarlo.
NO RECUERDO
En un bar adonde nunca fuimos
senté nuestro recuerdo
yo jamás entré allí
no bebí su humedad
no escribí su silencio
No creo que lo hayas visto siquiera
sólo me pareció un buen lugar
-marrón y sombrío-
para dejar el no recuerdo
de un no amor.
Cuando paso por allí
trato de no pensarte.
viernes, noviembre 30, 2007
El cordel enchufado
Participan en narrativa: Mónica del Bosco: “Dominus Vobiscum”, Victoria Llorente: “Una Hora de Vida”, Ángel González Catoira “La Poderosa en el Carro”. En haiku: Yolanda Clavijo ,Teresa Matonte, Mabel Graña, Irene Abadí. En poesía: Yolanda Clavijo, Mabel Graña, Teresa Matonte, Nelson Guerra. Invitada especial: Carilda Oliver Labra (poeta cubana).
Susana Arévalo*
Polvo avizor
alucinado
polvo sin metáforas
de reojo de rehén
Fuga de abismo
otra orilla en fuga
mi malherido amor
Todo es ficción menos la agonía
Ceniza
cicatriz en fuga
rumor zigzag temblor
Intermitente
polvo sin lenguaje
en prosa
sin ambages ni orillas
empecinado polvo sin gramática
El texto es el tatuaje
el estertor el género
Todo es virtual excepto la agonía
Rehén
del rocío rehén
del terror
Recordando a Simone Weil I
Recordando a Simone Weil II
Tendencia a extender el dolor más allá de uno mismo. Si por un exceso de debilidad no puede provocarse la compasión ni tampoco hacer daño al prójimo, se daña la representación del universo en uno mismo. Cualquier cosa hermosa y buena resulta entonces como una injuria. (...)
Hacer daño al prójimo es recibir algo de él. ¿Qué? ¿Qué se gana (y qué habrá que pagar a cambio) cuando se hace daño? Sale uno crecido. Sale uno más ancho. Ha colmado dentro de sí un vacío al crearlo en el otro.
Poder hacer daño al prójimo impunemente (...) es ahorrarse un gasto de energía, gasto que el otro debe asumir. Lo mismo que en la satisfacción ilícita de un deseo cualquiera. La energía que se economiza de esa manera se degrada enseguida. (...)"
*Simone Weil. Filósofa francesa (1909-1943). Fragmento extraído del libro La gravedad y la gracia, Editorial Trotta. Madrid, 1998.
miércoles, noviembre 28, 2007
Fernando Noy
The Barcelona Review
"Abrimos la sección de narrativa con Petersburgo, de Joaquín Fortanet, un relato que forma parte de la novela La desaparición, de cuyo título hace honores puesto que ya desapareció una vez. Reseñamos la novela en nuestra sección de reseñas, allí está el resto de la historia. A continuación presentamos el relato Un responso por el cine Colón, del escritor peruano Jeremías Gamboa, que cuenta la historia de dos amigos, periodistas en Lima, y de la extravagante crónica sobre un viejo cine que uno le propone al otro. Cerramos este apartado con la escritora panameña Melanie Taylor, que narra en “Cuentos al garete” el convulso día de un taxista llamado Julián.
Seguidamente la nota de actualidad da cuenta de la presentación, el pasado 22 de octubre en el Aula de Escritores del Ateneo de Barcelona, de la antología de En voz alta. Las poetas de las generaciones de los 50 y los 70.
A continuación, en el apartado de poesía, ofrecemos una breve serie de composiciones de la poeta y novelista Renée Vivien.
Para finalizar, la sección de reseñas repasa el panorama editorial del momento.
No olviden visitar las páginas en inglés y catalán.
Ernesto Escobar UlloaEditor
Robert Juan-CantavellaCoeditor
Cinta Montagut y Daniel Najmías Coeditores de poesía
editores tbr @ hotmail"
NONI BENEGAS
La babel del sur, de Raquel Orella
sábado, noviembre 24, 2007
Lorine Niedecker*
“no permitan que mi cabeza caiga hacia la tierra.
Estoy ciega y sorda.” Muerte desde el corazón,
un dedal en su cartera.
“Ha sido largo el día desde anoche.
Dénme espacio. Necesito
pisos. ¡Lava los pisos, Lorine!—
¡Lava la ropa! ¡Arranca la mala hierba!”
jueves, noviembre 22, 2007
Presentación y recital
Quienes deseen asistir deberán solicitar la respectiva invitación a www.malvario.com.ar
sábado, noviembre 17, 2007
viernes, noviembre 16, 2007
Revista Posdata
La presentación de Posdata se realizará el miércoles 21 de noviembre, a las 19.30, en la Casa del Escritor, Lavalleja 924, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Eduardo Mileo*
Un manto de ceniza oculta el sol.
Como un reguero de silencio
camina
la gente por la calle anonadada.
Nadie está ahí
pero se siente
en la neblina palpitar la ausencia.
Tibio,
como de haber llorado,
el sin trabajo cruza de vereda.
“Esto es ahora y para siempre”
--piensa,
y al llegar respira
como saliendo de un río--.
El manto de ceniza se dispersa
cuando se lleva
la mano a la frente.
“Va a estar bravo”
--dice al aire,
y se para el último
de la cola--.
Etiquetas: Eduardo Mileo
martes, noviembre 13, 2007
Felisberto*: el traje de vivo y el traje de bobo
Otras voces, nuevas voces
Mi madre es máquina,
lino,
leño.
Piernas chuecas,
surcos resecos.
Párpados caídos,
ojos achinados.
Ojos que se elevan
como aquellas albas
de humanidades inhóspitas,
anuncio de gallos.
Mi madre
ya no está junto al viejo brasero,
masticando un chipaco,
ni sorbiendo mate cocido.
Tampoco sigue las huellas de alguna cabra
envuelta en su pañuelo blanco
entre el viento y la sequía.
Traquetea como aquel tren adolescente
que por la vía del llanto
la acarreó hasta la ciudad.
Pero mi madre,
sigue siendo monte,
chañar y trabajo.
Fuerza productiva
hasta que llega la oración.
Y luego de un sueño sereno,
distante,
sus párpados se levan
y las mañanas despiertan
un tanto más chuecas y achinadas.
Con sonidos férreos,
con palabras dulces y costuras alegres.
Una vida de paso a nivel.
Busco el sonido
la fonética del pétalo
abro escarbo el tallo:
van apareciendo palabras
de un manual de biología
II
Predio arena piedra cal
cimientos para el eterno tallo
sostener el poema
una flor que se desarma
IV
Duerme plegada
vuelve a capullo
¿sueña?: se abre
compleja armonía
en sencillo acto
XLVIII
Ofrenda en las praderas del sueño
corto las flores blancas
como nieves, duras y tiernas
LIV
Árboles, viento, musgo
sueño replegado en alas
cae la tierra quieta, flota
LVII
Crece y crece
da hojas, sombra, frutos
dibujos en el cielo
es bosque, mundo
lunes, noviembre 12, 2007
Presentación
Edmond Jabès*: palabras y peines
DE VUELTA
martes, octubre 30, 2007
Marcos Herrera*: Debe ser el viento
Una jungla en el corazón
y hielo en los zapatos.
Nos dieron una lata de paté
pero se olvidaron del abridor.
No somos soldados
somos linyeras.
No somos un ejército
somos una banda de linyeras.
No estamos entrenados;
si hasta hay algunos que ni bien apuntan
se ponen a llorar.
No estamos equipados
somos linyeras con frío.
Mi anillo desaparece,
su sinuoso brillo desaparece
en las preocupaciones que gravan mapas en la cara
de mi compañero.
Preocupaciones de linyera
que extraña.
Extraña su provincia.
Soy un cuervo rodeado de estrellas congeladas,
en un pozo congelado, las patas hundidas
en el hielo. Miro mi anillo. Va desapareciendo en la palidez
de mi piel que es igual a la palidez de la madrugada fría,
helada como los cuerpos de todos nosotros
linyeras
no soldados
no ejército.
Soy un llanto
y nadie sabe lo que hice
antes de que me trajeran a esta guerra.
Soy el llanto de mi compañero.
Soy su hermano extraño en este pozo del amanecer.
Cada tanto viene a hablar a los gritos
un sargento o un teniente.
La nada sale
a los gritos de su boca.
Trata de darnos ánimo pero
todos sabemos que nuestro futuro es
comer sopa en una pensión de veteranos
con las piernas cortadas y los ojos
duros como diamantes enfermos.
Una jungla en el corazón
y el sinuoso llanto menguante
capaz de comer
crujiente pena helada.
Acá nadie se parece a Bruce Willis.
No somos soldados
somos linyeras.
Somos ratas, perros, gallinas, cucarachas o, en
el mejor de los casos, hormigas.
Digo en el mejor de los casos porque
las hormigas son los bichos con menos sentimiento.
Son pacientes y trabajadoras.
Las hormigas están programadas. Por eso
creo que no sufren.
Una jungla en el corazón
me canta canciones cuando el miedo es casi insoportable.
No somos soldados.
No somos un ejército.
Y mi anillo
se parece cada vez más
al aire o al hielo.
No hace tanto que estamos acá,
pero parece que hicera un siglo.
Debe ser el viento.
El viento es tan fuerte que te confunde.
Cuando llegamos
cavamos estos pozos
a los que les decimos trincheras.
Para mí son pozos
y parecen tumbas porque nosotros
parecemos muertos. Pero no,
no.
Los muertos no sienten miedo
ni extrañan su casa.
*Poeta y narrador argentino (Buenos Aires, 1966). Publicó tres libros de poesía: Modo de final, 1986; Pulgas, 1987; Músicos de frontera, 1991, un libro de relatos, Cacerías, 1997- y una novela, Ropa de fuego (Premio Fondo Nacional de las Artes 2000), en la editorial Lengua de trapo, en 2001. Dirige junto a Leandro Araujo la publicación electrónica www.elastillerolibros.com.ar
viernes, octubre 26, 2007
ahora todos los post pueden traducirse a audio !
Etiquetas: audio
María del Carmen Colombo*
Miserable estratagema
para tenerte parecerme
a vos
ser en espejada lejanía
lo que brilla por ausencia
una estrella
no me llames ilusa
estoy arriba
reina de la nada
ardiendo en mis heridas
soy tu pequeño espejismo
qué peor atadura
ah, si quisieras llegas hasta aquí
y entraras en esta luz
en todo caso si así fuera, querido mío
la luz hiere, la luz es realidad
martes, octubre 23, 2007
"Generación Abierta" en la radio
lunes, octubre 22, 2007
¡Aguante Doris*!
«Si las jóvenes supieran, si las viejas pudieran...»: Jane Somers.
La traducción de El cuaderno dorado tanto en español como en alemán llegó recién en 1978, casi veinte años despues de su publicación, y dudo que en esa oscura época haya arribado a las librerías argentinas. Fue en Lima que tuve en mis manos aquella primera edición española de la Biblioteca Universal Caralt, y que devoré como una biblia transgresora, la subrayé y llevé conmigo a través de los países, un libro que, a pesar de su traducción, dejaba entrever una prosa magnífica y una fuerza narrativa, sostenidas ambas por una estructura exigente, distinta, nueva. Volví a él una y otra vez, y cuando estuve a punto de escribir una tesis de doctorado en literatura releí el prefacio, aquel que Doris Lessing incorporó al Cuaderno casi diez años después de su publicación.
Allí escribe: «Mi mayor aspiración era elaborar un libro que se comentara por sí mismo, que equivaliese a una declaración sin palabras, que diera a entender cómo había sido elaborado (....) El libro está vivo y es poderoso, fructificador y capaz de promover el pensamiento y la discusión solamente cuando su forma, intencionalidad y plan no se comprenden, debido a que el momento de captar la forma, la intencionalidad y el plan coincide con el momento en que no queda ya nada por extraer».
No parece casual que algunos notables de las candilejas literarias se hayan sentido abrumados por la decisión de la Academia sueca. Lessing, a una semana de cumplir 88 y 'eterna candidata' al Nobel, había dejado de aparecer hacía años en las nominaciones, acaso por cansancio o por eso que llaman oportunidad, y que esta vez apuntaba como favoritos al italiano Claudio Magris, al sirio Adonis o al estadounidense Philip Roth. Nada en contra, qué va, si es una suerte que existan siempre por lo menos dos o tres o más aspirantes al Nobel. Que si fue muy tarde, que ya es nonagenaria, que por qué no alguien más joven, que por qué otro escritor inglés, en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort, stage del Hollywood de los libros, el Nobel para Lessing levantó elogios varios y alguna polvareda. "Cómo puede ser que recién ahora la Academia la premie", se preguntaron, perplejos, algunos. Más doloroso es pensar que los temas que trasuntan muchas de sus más de cuarenta obras, como el sexismo, el racismo y el colonialismo no hayan perdido ni un ápice de actualidad veinte años después de su publicación. Pero además de novela política, Doris Lessing escribe ciencia-ficción, ensayos, relatos cortos, teatro y hasta libretos para ópera. Por si fuera poco, cuando ya era la escritora anglosajona más leída, entregó a su agente el manuscrito de su novela, Diario de una buena vecina, con el seudónimo de Jane Somers. Lessing quiso demostrar que la maquinaria de las editoriales y las reseñas periodísticas no se guían por los méritos literarios, sino por el éxito pegado a un nombre. En efecto, le resultó bastante difícil colocar la novela, y cuando fue editada, apenas si unas pocas mujeres periodistas se ocuparon de la desconocida Jane Somers, en quien veían una semejante.
La literatura de Doris Lessing es de lo que no hay, aquello que creíamos recluido definitivamente en los sótanos, derivada a las mesas de saldo, en algún desván del pasado irredento. Y sin embargo, ahí vuelve, recuperada por un premio que, dicen, llega tardío, y sin saber qué significa esa categoría -el Tiempo-, me digo que en buena hora, que nunca es tarde para premiar lo excelso. El lujo de una clásica. Sostiene Doris, habríamos dicho años atrás, "aguante Lessing". Sea como fuere, me siento a mirarla, sentada ella misma en el umbral de su casa recibiendo a los periodistas con su tenida azul, su pollera, su trenza en el pelo plateado y su bolsa del mercado. Con esa voz capaz de desgranar la mejor de las ironías y su picardía de sabia. «Cómo voy a brindar si ustedes ni siquiera han traído el champán», le dijo a los periodistas. Y después saludó con su vaso lleno, diciendo que era ginebra. ¿O era agua? ¡Salud Doris! Nosotras, sus lectoras, las que decimos con ella, las que soñamos con la utopía como ella y fuimos defraudadas, una y mil veces, las que como ella seguimos sorprendiéndonos, decimos gracias Doris, gracias crisálida, mariposa. Por esta vez la anciana sabia es reconocida. No teman, mírenla, sentada en el umbral de su casa, con la alegría de una quinceañera, la vieja Doris. En vos se escribe la luna nueva. Tarde o temprano, todo llega. Entretanto, hay que salir al mercado a comprar la verdura fresca como si fuera la primera vez.
**Poeta, novelista y periodista argentina, colaboradora de Artemisa Noticias. Reside actualmente en Berlín, Alemania. Agradecemos nos haya autorizado a transcribir este artículo del 18-10-2007.
sábado, octubre 20, 2007
¡Bravo por Alcira!
Tras el regreso a la formalidad democrática en el país, Alcira profundizó sus estudios sobre la realidad social y política de nuestro continente. En 1992, publicó uno de sus libros más prominentes, Los silencios y las voces de América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, desde donde intentó recuperar nuestro auténtico patrimonio cultural y social, que no se remonta únicamente a las teorías y prácticas importadas desde Europa, sino que encuentra sus raíces en los conocimientos y acciones de las poblaciones originarias latinoamericanas.Además escribió, en 1985, Los laberintos de la crisis. América Latina: poder transnacional y comunicaciones y, en 1987, Un horizonte sin certezas: América Latina ante la Revolución Científico-Técnica. Publicó también más de cien artículos en actas de congresos y revistas de difusión periódica, dossiers, cuadernos y capítulos en libros. Su prestigio académico la llevó a obtener, entre otros, el Premio a la Producción Intelectual otorgado por la Fundación Arnoldo Ross de Rosario, en 1989, a ser seleccionada por la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires como integrante de los doce autores que han realizado aportes significativos al desarrollo del pensamiento social en la Argentina, en 1986, y a conseguir la beca Investigador Senior del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en 2006.
viernes, octubre 19, 2007
Colombo en El Astillero
martes, octubre 16, 2007
Lilian Nordio*
volver la espalda
desandar el camino
dejar atrás las ruinas
Olvidamos
llorar las nueve noches
que transforman
el incendio en cenizas
Olvidamos
reclamar cada uno
lo que de sí guardaba el otro
Por estos días
nombro las cosas con vocablos
cuyo significado desconozco
igual que desconoces
las caricias
que prodigan tus manos
....
Hilo irreal
une la nada
con la nada
Andar a ciegas
Luz del deseo
enmascara
de a ratos
el vacío
...
En las noches de invierno
puede rozarlas con los dedos
Frutos de luz
Trazos de lejanía
Diseño del poema
que no alcanza
...
Desarmó los collares
de semillas resecas
Entre las piedras
abandonó sus cuentas
Desconocía
la persistencia del rocío
domingo, octubre 14, 2007
XXII Encuentro Nacional de Mujeres en Córdoba
sábado, octubre 13, 2007
Nueva Librería
Crispín Ortiz Paredes*: La dicha de un palomar
Una paloma de súbita aparición
retrata el cielo con su cuerpo,
abre un refugio en la ciudad.
Cae la lluvia, su estirada melena,
y yo te busco, mis manos tibias
en tu rostro, sol mío, porque siento
la siembra sin tardanza, el despertar
del árbol en tu arribo.
La paloma suspendida reparte su trinar
en busca de su vergel perdido
remueve la viuda luz de la ciudad
su ala en danza sin fin
movida en la cuerda del viento
con su paso retira la fatiga
II
Las palomas se abrigan en plumajes
empapadas de arena
dejan huellas en la escarcha.
El frío tirita en las calles
sin piedad su rostro gris.
Hay chapoteo en el charco
la cabeza en bandada
se aproximan, dan vueltas
picotean en la danza de la urbe ruidosa.
Dibujado en su lectura
el cielo acusa su perla desnudez
el vuelo de la vida.
El sol tibio lava el suelo
derramado en las gastadas
tapias de tornasol.
Los palomares fecundan en su altar
arrullo de íntimo fragor
santuario que reina
bajo el techo de la ciudad.
de vivir.
Juan L. Ortiz: La música del poema
JLO: --No hay que olvidar que yo tengo también un poco del simbolismo en el sentido musical, pero no en la música en sí, diremos lo que puede ser música para los oídos en el sentido literal, sino esa otra música, esa cosa que hay más allá de la música, como el mismo Debussy en la propia música dice, que no es la evocación del silencio sino la sugerencia de algo que está germinando y que va a florecer y que no puede definirse. Es decir el devenir, es decir el tiempo más que los momentos esos de la eternidad donde uno puede sentir como un vértice, una cosa que es dolorosa aunque sea de éxtasis, más que eso, algo que los traspasa, que los trasciende, que puede llamarse tiempo. Como los orientales que escriben música que dicen que es lo que más se parece a la vida, porque es transcurso, por eso no hay notas dominantes, ni el sentido melódico, ni escalas en el sentido nuestro. Casi como los pájaros. Las rimas y esas otras cosas instituidas como las medidas métricas o silábicas, esas cosas me parece que no responden. Ese ritmo que no puede definirse por la cantidad de sílabas sino que es el ritmo de lo que se dice. Cada mención, llamémosle frase o mención o línea si se quiere, tiene su ritmo porque hay algo que lo ha dado en esa forma, una cosa como seguida que no se detiene en la sílaba, la traspasa sin desasirse de la música (…).
Música y silencio
JLO: (…) La prosodia de los chinos termina en lo que se llama nota cristalina. Es una línea ondulante, empieza con un sonido mate de madera, diremos, y va ascendiendo, ascendiendo, vuelve a una nota transparente y luego sube levemente y se va así, como diría, opacando y se aclara luego y termina a lo último cristalinamente. Eso que siento tanto, lo he sentido sin querer, de modo que ahora todo tiene un tipo de rima seguida, de línea a línea, y alternando lo que podríamos llamar medidas. Es decir lo que en música podría llamarse el compás o el acento marcado, en la métrica se da por la influencia de los italianos más que por propia necesidad rítmica de la lengua castellana. Aparte, esa necesidad podríamos decir melódica, es para aligerar, quitar gravedad a los finales, lo que no quiere decir que en un momento no tenga en cuenta nada. Fuera de ese algo de conciencia que hay en la transcripción, como dirían los surrealistas, en la elaboración, no tengo ningún prejuicio. Puedo terminar también con notas o sílabas opacas. Además, como se ha abusado tanto del adjetivo, otra necesidad me llevó a prescindir de él. Lo que no es impugnar el adjetivo. Además, las medidas varían de acuerdo a la propia necesidad, como una planta que va creciendo, se mueve para acá, para allá, larga un tallo, todo se complementa… porque tampoco soy muy devoto de la armonía o de la melodía en tanto hay una cosa, diremos así, de música, en el sentido vertical y otra en el sentido horizontal (…). Yo no tengo en cuenta la música, yo la necesito. Picón dice muy bien, lo que le achaca a la poesía moderna es el desconocimiento, la pérdida, el desprecio a la melodía del idioma en el mejor sentido de la palabra (...)."
*Extracto del reportaje realizado por Juana Bignozzi a Juan L. Ortiz, en junio de 1968, e incluido en el libro Juanele poesías, Carlos Pérez Editor, 1969.
Héctor Viel Témperley*
Creo que la muerte es algo
que se puede pensar
hasta sin cerebro.
Uno pasa por delante
de algunas casas
y las oye pedir muerte.
Qué destino
el de esos nuevos frentes
de casas de departamentos.
Yo he escuchado a sus materiales
pedir muerte,
volver a ser lo que eran
antes, en cualquier parte.
Me lo piden a mí
que oigo pensar su muerte
cuando paso a su lado
y oyen pensar la mía.
VOY
Voy
como una botella
flotando en el mar,
con la cabeza fuera del agua.
Sin brazos,
fresco,
besado verde
por todos lados.
EL ÁRBOL
No hice un río en la tierra
ni he sudado
al sol lo necesario.
No he cavado, no he roturado, no he plantado
un solo árbol.
No lo he visto crecer desde mi pala,
no lo he visto nacer como hembra joven
llenando de ojos verdes
y húmedos
todo el viento.
No lo puedo mirar
como costilla mía,
mi puño en el hondón
que me deja en el pecho.
No puedo pedir sombra para mí, todavía.
*Héctor Viel Témperley (Buenos Aires, 1933-1987). Publicó Poemas con caballos (1956), El nadador (1967), Humanae vitae mía (1969), Plaza batallón 40 (1971), Febrero72-Febrero 73 (1973), Carta de marear (1976), Legión Extranjera (1978), Crawl (1982), Hospital Británico (1986). Los poemas que se transcriben fueron extractados del libro Obra completa (Ediciones del Dock-2004).
viernes, octubre 12, 2007
Lucio V. Mansilla: "Horror al vacío"*
jueves, octubre 11, 2007
Libros y más libros
. Después de vos, el nuevo libro de la poeta Leonor Silvestri, "poetiza la ausencia de lo más amado a través de tres gatos (...). Lo cotidiano, lo invisible y la soledad se reúnen de manera pop en un libro de sutiles líneas políticas (...). Es un libro de poemas y dibujos con hincapié en el arte gráfico (...)". Edición bilingüe castellano-inglés, publicada por editorial Ardiente Claridad. Los dibujos son de Cristina Lancellotti, las traducciones de L. Silvestri.
lunes, octubre 08, 2007
Recomendados: Jorge González Perrín*
Si querés difrutar, no te pierdas esta página del artista plástico argentino Jorge González Perrín: http://www.gonzalezperrin.com.ar
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