miércoles, octubre 31, 2012

Nezahualcóyotl: Yo lo pregunto




Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.


* Nezahualcóyotl "Coyote-Hambriento", Rey de Texcoco, (1431-1472)

martes, octubre 30, 2012

César Vallejo, animal que ha aprendido a irse...



XLIII


Quién sabe se va a ti. No le ocultes.
Quién sabe madrugada.
Acaríciale. No le digas nada. Está
duro de lo que se ahuyenta.
Acaríciale. Anda! Cómo le tendrías pena.

Narra que no es posible
todos digan que bueno,
cuando ves que se vuelve y revuelve,
animal que ha aprendido a irse... No?
Sí! Acaríciale. No le arguyas.

Quién sabe se va a ti madrugada.
¿Has contado qué poros dan salida solamente,
y cuáles dan entrada?
Acaríciale. Anda! Pero no vaya a saber
que lo haces porque yo te lo ruego.
                        Anda!

* Véase Trilce.

Homenaje a la Poesía...


lunes, octubre 29, 2012

Chau querido Igor!

Hoy, lunes 29 de octubre de 2012, a las 12.30, se fue para siempre mi querido perro Igor. Vida de mi vida, alegría de mi corazón!, vas a estar siempre con nosotros. Gracias por el amor que nos diste! Te amamos!

sábado, octubre 27, 2012

Liliana Heer, Para empezar aplaudiendo...

31 de octubre a las 19,30
Auditorio del MALBA, Figueroa Alcorta 3415
Entrada libre y gratuita


Se presenta la pieza teatral de la escritora argentina Liliana Heer, "Para empezar aplaudiendo, Sin apremio por concluir, Primer acto apresurado por detener al segundo", escrita especialmente para las Jornadas Macedonio Férnandez, coordinadas por Roberto Ferro, y que tiene como protagonista al escritor argentino.
“Llamé así a la pieza porque Macedonio titulaba larguísimo y repetía conceptos”, cuenta Heer. La
obra tendrá una puesta en escena especial: sólo un actor, trabajo con máscaras, una guitarrista que
silba, imágenes producidas con un retroproyector, escenario dividido.
El comienzo de la pieza de Liliana Heer dice: “Gran sala dividida por un amplio cortinado oscuro.
Del lado izquierdo se ven las vías de un tren y a Macedonio, contemplativo. Asoma su guitarra,
cuando comience a tocar no se desprenderá de ella. Al fondo esta su antigua radio y un backlight
con la silueta de una mujer Eterna. En el lado derecho, vemos a un grupo de intelectuales amateurs
frente a la cortina. Conversan, discuten, ensayan sin atreverse a correrla, siempre a punto de
hacerlo. Son dos mujeres, Layda y Tantalia y tres hombres, El Bobo, Desandar y Aspirante a genio.
Han elegido llamarse así por conservar un touch, un rumor, un decir de personaje macedoniano.
Quien más alterne con el autor gozará menos imaginariamente de esta pieza".

Créditos:
Lectura e interpretación: Marcelo Savignone
Música: Cecilia Campos
Proyecciones: Edith D´Imperio
Asistente proyeccionista: Macarena Cordiviola
Ambietadora: Lina Boselli
Asistencia actoral: Eva Rodríguez
Luces:Luciano Cohen
Asistencia de dirección: Aníbal Villa Segura
Dirección: Liliana Heer

jueves, octubre 25, 2012

Luis Raúl Calvo "Breve Anthologie", presentación

El viernes 16 de noviembre, a las 20, en San José 524 (Café Montserrat), se presentará el libro de poesía de Luis Raúl Calvo "Breve Anthologie", publicado recientemente en Francia por la Editorial Harmattan, de París, en versión bilingue francés-español. 
Se referirán a la obra José Antonio Cedrón y José Muchnik -quien también leerá textos en francés-, Martín Andrade leerá poemas del libro en español. También leerán otros poetas- del Café Literario "Antonio Aliberti".

Wenceslado Maldonado, Mi reino será el mar

Textos inéditos



primera parte

quién es el que contempla


Me uno a las Musas del monte Helicón
para cantarle, con sus bellísimas voces nocturnas,

“a POSEIDÓN,

el que ciñe la tierra y la golpea”


Hesíodo. Teogonía, 15

 
(10)

quién soy

pregunta el mar

luz desparramada respondo

las aguas incontables

el misterio

que no puede decirse

dice el mar

y yo digo el miedo

la tormenta la furia

la destrucción y la muerte

y él responde

soy la vida

secreta

de todas las cosas

soy arrullo

y el suave recamo

de la espuma

y yo pregunto

quién soy

mientras alto el albatros

pareciera sobrevolar la indiferencia

quién soy

la paciencia

de soportar el misterio

responde

esa voz lejanísima

del mar


segunda parte
desde el laberinto

“Todas las partes de la casa están muchas veces,
cualquier lugar es otro sitio”.


Jorge Luis Borges. EL ALEPH. La casa de Asterión.

identidad

(1)

no saber

nada de mí

todo

límite flotante

del sueño que no es

a la luz del día

despierto infeliz

junto al deseo

la lluvia que se cae

el agua que se va

la angustia de no ser

lo que soñé

no saber quién soy a plena luz

despertar al vacío

de la imaginación

(2)

ya he perdido el orgullo

de las apariencias

y quisiera conquistar

la salvaje realidad

de mi pobreza

príncipe en el encierro

padre de ficción y madre engañadora

un toro que se diluye entre las aguas

llevando el semen

de mi fertilidad

años quemados

en la hoguera de un destierro

cárcel de ningún lugar

y todo se disipa como el humo

se desparrama en la ceniza


 Wenceslao Maldonado, Buenos Aires1940. Estudió teología y letras en Argentina y en Italia. Docente de griego clásico, latín y literatura italiana, traductor literaria en estas lenguas. Desde 1990 publicó varios libros de poesía, dos libros de cuentos y una novela.

Yona Wallach en el blog decantasion

Te recomendamos los poemas de la poeta  israelí Yona Wallach, Isarel, 1941/1985, traducidas al castellano por el poeta argentino  Gerardo Lewin, que podés leer entrando en el blog, http://decantasion.blogspot.com.ar/

Apoa invita a escuchar a la poeta coreana Viva Arirang


miércoles, octubre 24, 2012

Vicente Muleiro, Los goliardos


Banquete de Poesía, Homenaje a José Luis Mangieri

Segundo encuentro, con las poetas Hilda Rais y María Medrano

Jueves 25 de Octubre 18:30
Actividad abierta y gratuita

Tierra Violeta: Tacuarí 538

María Medrano publicó Despeinada (1997); U.3, 1998 y 2001). Forma parte de la organización YO NO FUI proyecto artístico y social  que  trabaja  en  cárceles  de  mujeres Ezeiza  y  afuera  con  las  mujeres  que recuperan la libertad. Es la responsable del sello Voy a salir y si me hiere un rayo, editorial independiente dedicada al registro de voces y textos de poetas latinoamericanos.

Hilda  Rais publicó  Diario  Colectivo,   (Ed. La Campana, 1982), Indicios (Ed. La Campana, 1984), Belvedere (1990;  reedit.1996),  Salirse  de madre,  con  otras  autoras  (1990), Locas por la cocina, con otras autoras (1998). Obtuvo el 2º Premio Iniciación de la Secretaría de Cultura de la Nación -1983- y la Faja de Honor en Poesía 1984 de la SADE. Cofundadora de Sudestada -Asociación
de Escritoras de Buenos Aires- (1999-2004) que organizó el Encuentro Nacional de Escritoras “Con esta boca en este mundo”, Buenos Aires, 2000.

Gastón Bachelard. Instante poético e instante metafísico


"La poesía es una metafísica instantánea. En un breve poema, debe dar una visión del universo y revelar el secreto de un alma, del ser y de los objetos al mismo tiempo. Cuando obedece simplemente al tiempo de la vida, es menos que la vida; no puede ser más que la vida sino inmovilzando la vida, sino viviendo en la realidad la dialéctica de las dichas y de las penas. En entonces el principio de una simultaneidad."

[...]

"En tanto que todas las demás experiencias metafísicas son dispuestas en antepropósitos inerminables, la poesía desecha los preámbulos, los principios, los métodos, las pruebas. Desecha la duda. Cuando mucho necesita un preludio de silencio."

[...]

"Luego, tras las sonoridades huecas, produce su instante. Para construir un instante complejo, para anudar sobre ese instante simultaneidades múltiples es por lo que el poeta destruye la continuidad simple del tiempo encadenado.
En todo poema verdadero, se puede entonces encontrar los elementos de un tiempo detenido, de un tiempo que no sigue la medida, de un tiempo que nosotros llamaremos vertical para distinguirlo de un tiempo común que huye horizontalmente con el agua del río, con el viento que pasa."

[...]

"La prosodia no organiza sino sonoridades sucesivas [...] Pero todas las reglas prosódicas no son sino medios, viejos medios. El fin es la verticalidad, la profundidad o la altura; es el instante estabilizado en que las simultaneidades prueban ordenándose que el instante poético tiene una perspectiva metafísica."

[...]

"¿Pero es tiempo todavía ese pluralismo de acontecimientos contradictorios encerrados en un solo instante? ¿Es tiempo toda esa perspectiva vertical que sobresale del instante poético? Sí; porque las simultaneidades acumuladas son simultaneidades ordenadas. Dan una dimensión al instante puesto que le dan un orden interno. Ahora bien, el tiempo es un orden y no otra cosa. Y todo orden es un tiempo."
[...]

"He aquí entonces los tres órdenes de experiencias sucesivas que deben desligar al ser encadenado en el tiempo horizontal:
1) acostumbrarse a no referir su propio tiempo al tiempo de los demás: romper los marcos sociales de la duración;
2) acostumbrarse a no referir su propio tiempo al tiempo de las cosas: romper los marcos renomenológicos de la duración;
3) acostumbrarse -difícil ejercicio- a no referir su propio tiempo al tiempo de la vida, a no saber si el corazón late, si crece la dicha: romper los marcos vitales de la duración.

Sólo entonces se alcanza la referencia autosincrónica, en el centro de sí mismo, sin vida periférica. De pronto se borra toda horizontalidad plana. El tiempo ya no corre. Brota.

[...]"


Gaston Bachelard, "Instante poético e instante metafísico" en El derecho de soñar, FCE, Colombia, 1993. ["Instant poétique et instant métaphysique", en Messages, t.I, cuaderno 2, 1939, y L´Arc (Cahiers méditerranéens), 1961.]

martes, octubre 23, 2012

Segundo Concurso Literario Regional de Noroeste argentino


Bases  




Está abierta la convocatoria para participar del Segundo Concurso Literario Regional del Noroeste, convocado por el Consejo Regional Norte Cultura. Los trabajos deberán entregarse hasta el 16 de noviembre de 2012.
El concurso está orientado al género “relato o cuento histórico” y pueden participar todos los escritores, mayores de 18 años, nacidos en las provincias del NOA o residentes en ellas durante un tiempo mínimo de cinco años.
Se pueden presentar relatos de temática libre pero, preferentemente, relacionados con la gesta belgraniana, en especial con la bendición de la Bandera, el Éxodo Jujeño, el Combate del Río Piedras, las Batallas de Tucumán, Salta u otros episodios históricos y/o personajes del Noroeste en las luchas independentistas.
Las composiciones no podrán ser de más de quince carillas ni menos de dos. Deberán estar numeradas, escritas a doble espacio con fuente Arial tipo 12 en papel A4.
El concurso se realiza como homenaje a Manuel Belgrano por el Bicentenario de la creación de la Bandera Nacional, de la organización del Éxodo Jujeño, del triunfo en la Batalla de Tucumán, como anticipo al Bicentenario de la Batalla de Salta en 2013 y teniendo como horizonte el Bicentenario de la Patria en 2016.
Los interesados deben entregar personalmente o por correo sus trabajos en la Secretaría de Estado de Cultura, ubicada en Predio Ferial Catamarca, o en la Biblioteca Julio Herrera, San Martín 459, hasta el 16 de noviembre.
Por cada provincia habrá dos premios de $4.000 cada uno y un gran premio regional, consistente en $6.000 y una plaqueta. Además, se editará un libro con los once relatos ganadores. El fallo del jurado será el 14 de diciembre y la entrega de premios el 18 de febrero de 2013.
El reglamento del concurso podrá ser consultado en www.cultura.catamarca.gob.ar.

lunes, octubre 22, 2012

Martín Alvarenga, Cuentos para romper el molde...

Texto de contratapa del nuevo libro Cuentos para romper el molde, del escritor Martín Alvarenga, Sediento Ediciones, DF, México


  Cuentos para romper el molde está compuesto de reflexiones sobre la propia escritura, y de textos que por lo general responden a una visión lúcida y amarga de las corruptas realidades de este mundo, así como de la trampa o prisión en que éste se ha convertido;correlativamente, el autor reflexiona sobre las confusas relaciones entre cuerpo y espíritu, sobre lo biológico y cultural, acerca de los desencuentros de la pareja humana, sobre la dualidad del ser  humano y, en general, acerca de la indefensión, el desvalimiento y la ignorancia básicos del destino humano. 
Sin embargo, en estos textos late asimismo el deseo tenaz de que el árbol de la vida prevalezca  por la alegría, el amor, la libertad, más allá o por encima de la codicia y la crueldad, de la deshumanización  general. Alvarenga nos muestra una cosmovisión desesperanzada del hombre y el mundo que, sin embargo, no carece de cierta ambivalencia. Con todo, la última palabra del autor es el absurdo cósmico, la nada esencial y, claro, la muerte: "En algún lugar, en algún instante, quedaré atrapado en el abrazo sentimental del universo"

Entrevista al poeta sanjuanino JORGE LEONIDAS ESCUDERO

ENTREVISTA A JORGE LEONIDAS ESCUDERO

"El poeta a veces camina haciendo equilibrio entre la verdad y los espejismos"

Ha cumplido 92 años, acaba de editar un nuevo libro y es una de las voces poéticas más importantes de la Argentina, totalmente personal y casi sin antecedentes. Su sintaxis diferente es pintura fiel del habla cotidiana. La vida y la obra de este escritor sanjuanino son una misma cosa. Eso tal vez le da la razón a quienes afirman que la poesía es un género autobiográfico.
 FOTO DE ROBERTO RUIZ
FOTO DE ROBERTO RUIZ |  Ampliar
- El año pasado se editó tu Poesía Completa, 20 libros más algunos poemas sueltos, todos agrupados en un tomo. Hoy ya hay un libro nuevo. ¿Quedaba algo por decir?

- Siempre queda algo por decir porque las palabras no alcanzan. Es un tema reiterativo en mí la búsqueda de las incógnitas que el hombre trata de dilucidar. Este último libro es un intento más, necesario en mi poesía.

- Si tenemos en cuenta que publicaste tu primer libro (La raíz de la roca) a los 50 años, podemos hablar de una producción vertiginosa que nada tiene que ver con el apresuramiento de los jóvenes. ¿Estás conforme con esta manera de manejar tu obra?

- Sí, estoy conforme porque la oportunidad para iniciar la publicación de mis poemas llegó a los 50 años y se despertó la poesía que estaba en mi interior aguardando la oportunidad de revelarse. Este hecho fue sucediendo a través de los 21 libros publicados.

- Nos conocimos cuando acababas de publicar tu tercer libro (Piedra sensible), que es una metáfora magistral de lo que es San Juan. Esa aridez geográfica está en tu poesía, sin embargo tus versos son ricos en cuanto a recursos. ¿Cómo conseguís ese juego de opuestos?

- Conseguí en mi expresión poética reflejar el lenguaje de mis semejantes de San Juan en la ciudad, campos y montañas donde anduve siempre en contacto con las personas, inicialmente en mis andanzas en los cerros. El paisaje sanjuanino despierta en mí la polaridad del desierto y la vida ciudadana, lo que ha constituido un lenguaje idiolecto; es decir, una manera propia de expresarse dentro del idioma común.

- Creo que tu poesía hace un equilibrio notable para no caer en el juego folclórico, sobre todo teniendo en cuenta que coqueteás con él desde las formas coloquiales. Sin embargo tu rigurosidad es extrema. ¿Corregís al detalle tus textos?

- No corrijo, naturalmente surge el modo de expresarme, que es absorbido de mi comunicación verbal con la gente de la región en la que vivo, y eso lo llevo al papel de manera ajena a toda artisticidad, sin disfrazar el lenguaje. - Leo tu poema Acrobacia, que se encuentra en el libro Dicho en mí, y me río. Allí te obsesionás con una palabra del diccionario, y te he visto hacer lo mismo muchas veces en tus charlas con Rufino Martínez, en el antiguo bar Douglas. ¿Creés que la poesía es un género autobiográfico, idóneo para registrar nuestro paso por la vida?

- Creo absolutamente que es nuestro pensamiento vertido como poesía un intento por descubrir las incógnitas del hombre referentes a su paso por la existencia. En este intento el poeta a veces camina haciendo equilibrio entre la verdad y los espejismos. La palabra "funámbulo", que consulté en el diccionario, define la intencionalidad del poeta al intentar descubrir la verdad.

- He notado que en Buenos Aires llama la atención que hayas sido buscador de oro. A mí, como sanjuanino, me parece lo más natural del mundo. Lo que me asombra es tu poesía; esa forma indirecta de buscar oro. ¿Son dos oficios similares con diferentes herramientas de trabajo?

- Ante la necesidad de decir por medio de la poesía, lo hago como el cateador de minerales en la montaña, atento a las impresiones del paisaje, del medio donde vivo y en el que las palabras son expresiones que reflejan lo que encuentro.

© LA GACETA

PERFIL

Jorge Leonidas Escudero nació en 1920, en San Juan. Su último libro es Atisbos (2012). Tiene además una Antología Poética, en México (2006), y otras dos en Ediciones en Danza, de Buenos Aires: son A otro hablar (2001) y Andanzas mineras (2004). Su Poesía Completa (2011) apareció bajo el mismo sello editorial. Entre múltiples distinciones, fue designado miembro de honor por la Fundación Argentina para la Poesía y distinguido por el Senado de la Nación. Es doctor honoris causa de la Universidad de San Juan.

CAMBIO DE DOMICILIO

Por Jorge Leonidas Escudero

Fui a visitarte a la casa donde no estás
y es habitada hoy por fantasmas.
Salió a recibirme una señora pálida
diciéndome que me había equivocado de piso,
que tú vives hoy solamente en mi cabeza.

Abrí ojos en vista de tamaña realidad
como es tu presencia en mis pensamientos
y contesté perdón, no me había dado cuenta.

De modo que insisto y te visito
puntualmente ahora en los insomnios.
Te obsequio flores; pero me da tristeza
que estés así, tan puesta
exclusivamente en mi imaginación.

domingo, octubre 21, 2012

Leopoldo Castilla, Guarán...


 
Presentación del libro
GUARÁN
de
Leopoldo Castilla
 Mundo Gráfico Salta Editorial / Cornejo Aráoz Colección
Presentación a cargo de:
                                                                                                                                                                                        Mariano Cornejo
Poeta y Editor

Jueves 25 de octubre -  19: 00 hs.

Casa de la Provincia de Salta

Av. Roque Saénz Peña 933 – C.A.B.A.

jueves, octubre 18, 2012

Antonio DI BENEDETTO: Pero uno pudo...



 Sabemos de esto por la tradición oral que viene de nuestros remotos antepasados, pues ocurrió hace diez o más años.
Hemos de advertir, asimismo, que si al expresarnos prescindimos de todas las formas del singular no es porque asumamos rango de majestades, sino porque todo lo nuestro es plural. Por lo menos, así lo entendemos nosotros. Ésta es una diferencia con los hombres, porque, sin dejar de creer que sea posible, nos parece harto difícil la individualidad. El repetirse de las acciones y los pensamientos, el encontrar que ya hubo quien lo haga o en otra parte hay quien lo hace o puede hacerlo idénticamente es tan depresivo que sólo la vanidad puede impedir el suicidio. No negamos, no, que de esta manera constituimos lo que el hombre puede llamar una sociedad estacionaria o retrógrada; pero es que estamos cansados de seguir ciegamente su ejemplo. Eso conduce periódicamente a la muerte en masa, a la angustia constante de los esclarecidos y al dolor de los vencidos y los menos dotados. Nosotros sólo queremos vivir, vivir en paz.
Se nos dirá, tal vez, que nuestra paz viene a ser semejante a la de las araucarias petrificadas. Tal vez. Después de todo, nosotros somos animales. Ni siquiera sabemos nuestro nombre; no ya, por la abolición de lo personal, el de cada uno, sino el de la especie. Se nos llama, a veces, piojillos de las plantas, y éste no ha de ser el nombre científico, ni siquiera el que se nos dé en otros países. Pero tampoco eso puede preocuparnos. Ni aunque se nos llamase elefantes o monos sabios conseguirían algo de nosotros, ni siquiera una excitación orgullosa. El bien y el mal, lo bueno y lo malo son fatales e incontrastables. Distribuidos por partes iguales se sufren menos y se gozan más.
Lo único que deseamos es vivir, y no la muerte. Por eso somos tan diferentes de los seres humanos, claro está que no de todos, siendo como es posible que sólo seamos distintos de algunos determinados.
Algo de esto contiene, precisamente, lo que ocurrió en los lejanos tiempos.
Temblaban nuestros abuelos porque la dueña de casa anunciaba, de día en día, la desinsectización de las plantas. No lo hacía, no, pero al marido y a todas las visitas les decía que iba a hacerlo. Una corriente inmigratoria dotada de alguna experiencia de otros mundos nos hizo notar que, siendo para una mujer la desinsectización sinónimo de limpieza, no era preciso asustarse de esa mujer, por ser ella poco y nada higiénica. Como respondiéramos que mujeres hay que no son limpias ellas mismas pero sin embargo viven afanadas limpiando el hogar, la corriente inmigratoria -que a poco se asimilaría al nosotros genérico- nos hizo observar que esa mujer no sólo no se limpiaba ella sino que nunca limpiaba los pisos y que los pañales de la hija eran repugnantes.
Quizás esto mismo fue lo que decidió al marido. Muchas veces escuchamos sus amenazas, sordas o francas, pero jamás nos atrevimos a contarlas en nuestro tesoro de esperanzas. Hasta que el marido procedió un día, memorable para nuestra familia, a la desinsectización de su matrimonio.
Después, con el consiguiente traslado de él a una casa inhabitable, porque es de piedra y carece de plantas, vino para la nuestra, aunque no el abandono total, un prolijo descuido a cargo de los parientes. De tal modo llegó para nosotros la era próspera.
* * *
Pero él ha vuelto y la hija, que ya, es claro, no usa pañales, también está aquí, de regreso del colegio religioso.
Ha vuelto hace días y está de reparaciones, de ordenamiento, denodada, fiera, egoístamente, con su concepción tan distinta de la nuestra, buscando por si solo, como olvidado de que no se puede y bien pudo aprenderlo cuando por sí mismo buscó mujer.
Ha vuelto y está allí, ahora, con unas piedras azules, engañosas como su aparente transparencia. Las coloca en la tierra de los cancos, las rocía con agual y va así de planta en planta, disponiendo la muerte para nosotros y conversando descuidadamente con la niña.
-Hago mi felicidad, hija. Así como curo las plantas, curé mi vida y la tuya. . .
Nosotros, sintiendo que el veneno viene, que la muerte viene, como un curso de lava ascendente, gritamos, le gritamos, despavoridos, enfrentándolo con su crimen de hoy y con su crimen del pasado:
-¡Asesino!
Pero él continúa, absorto y radiante a la vez, en su error, sin que, por suerte, para gloria de nuestro credo, generalice diciendo que todos, como él, pueden hacerlo:
-Hago, hija, la belleza de la vida; la belleza de nuestra vida.
Y nosotros, acusadores y clamantes:
-¡Asesino! ¡Asesino! ¡Asesino. . . !
Pero nuestra voz, quizás, se oye menos que el choque del viento en una nube.

* Fuente:  Mundo animal, Mendoza, 8a. Ed. 1953 (págs. 25-28).

miércoles, octubre 17, 2012

Arthur Rimbaud: Flores y más...


Flores

Desde una gradería de oro —entre los cordones de seda, las gasas grises, los terciopelos verdes y los discos de cristal que se oscurecen como bronce al sol—, veo a la digital abrirse sobre un tapiz de filigranas de plata, ojos y cabelleras.
Piezas de oro amarillo sembradas sobre el ágata, pilares de caoba soportando un domo de esmeralda, ramilletes de satén blanco y de finas varas de rubí rodean la
rosa de agua.
Como un dios de enormes ojos azules y formas de nieve, el mar y el cielo atraen a las terrazas de mármol la muchedumbre de jóvenes y fuertes rosas.

(De: Iluminaciones)
Traduc. Cintio Vitier



 
Los desiertos del amor

Se trata, ciertamente, del mismo paisaje. La misma casa campestre de mis padres: el mismo salón encima de cuyas puertas alternaban las pinturas bucólicas chamuscadas, con armas y leones. Para la cena se convierte en un salón con candelabros y vinos y plafones rústicos de madera. La mesa del comedor es muy grande. ¡Las sirvientas! Había muchas según recuerdo—También estaba uno de mis jóvenes amigos antiguos, cura y vestido de cura; veo ahora que para sentirse más libre. Recuerdo su cuarto púrpura, con vidrios de papel amarillo: y sus libros, ocultos, que habían remojado los océanos.

Yo, vivía abandonado en esta casa de campo sin fin: leyendo en la cocina, dejando que se secara el barro de mis vestidos en presencia de los huéspedes durante las conversaciones en el salón: conmovido hasta la muerte por el murmullo que producía la hora de tomar la leche por la mañana y por la noche, a la manera del siglo pasado.

Estaba en una habitación muy oscura: ¿qué hacía? Una sirvienta vino junto a mí: puedo decir que parecía un perrito: aunque fuese muy bonita y de una lealtad maternal inexpresable para mí: pura, conocida, encantadora... Me pellizcó el brazo.

Ni siquiera recuerdo bien su figura: ni puedo recordar su brazo del que retorcía la piel con mis dos dedos; ni su boca que la mía atrapó como una pequeña ola desesperada, derrubiando sin cesar alguna cosa. La revolqué sobre una canasta de almohadones y de telas de barco, en un rincón oscuro. No recuerdo más que su pantalón de blancos encajes.

Luego ¡oh desespero! el tabique se convirtió vagamente en la sombra de los árboles, y me abismé en la tristeza amorosa de la noche.

Ahora es la mujer que vi en la ciudad, y a la que he hablado y que me habla.

Yo estaba en una habitación, sin luz. Vinieron a decirme que ella estaba en mi cuarto: y la vi en mi cama, toda para mí ¡sin luz! Me emocioné mucho porque se trataba de la casa de mí familia: también porque la angustia se apoderó de mí. Yo estaba en andrajos y ella era una mujer de mundo que se entregaba: ¡tendría que marcharse! Una angustia sin nombre: la tomé y la dejé caer de la cama, casi desnuda; y, en mi flaqueza indecible, caí sobre ella y me arrastré con ella por las alfombras, sin luz. La lámpara de la familia enrojecía una tras otra las habitaciones vecinas. Entonces, la mujer desapareció. Derramé más lágrimas de las que Dios pudiese jamás pedirme.

Salí por la ciudad sin fin. ¡Oh fatiga! Ahogado en la noche sorda huyendo de la felicidad. Era como una noche de invierno con una nieve para ahogar el mundo decididamente. Los amigos, a los que grité: dónde está ella, respondieron falsamente. Estuve delante de las vidrieras donde ella va todas tas tardes: corría por un jardín oculto. Fui rechazado. Lloré enormemente por todo esto. Al final descendí a un lugar lleno de polvo. Y sentado sobre unas maderas, dejé correr todas las lágrimas de mi cuerpo por esta noche. Mi agotamiento, volvía siempre a mí, no obstante.

He comprendido que ella seguía con su vida de todos los días; y que el turno de su favor tardaría más en producirse que no tarda una estrella. No ha vuelto y no volverá jamás la adorable que había venido a mi casa —cosa que jamás hubiese presumido. De veras, esta vez he llorado más que todos los niños del mundo.


                                                                                                 
 (Traduc.: L.F. Vidal-Jover)
Frases
-Cuando el mundo quede reducido a un solo bosque negro para nuestros ojos asombrados, —a una playa para dos niños fieles, —a una casa musical para nuestra clara simpatía—, te encontraré.

-Que no haya aquí abajo más que un anciano solo, sereno y hermoso, rodeado de un lujo inaudito, y estaré a tus rodillas.

-Que yo haya realizado todos tus recuerdos, —que sea la que sabe sujetarte, —te ahogaré.

-Mi camarada, mendiga, niña monstruo! cuan poco te importan, esas desdichadas y esos obreros, y mis turbaciones. Únete a nosotros con tu voz imposible, tu voz!, único halago de esta vil desesperación.
 
-Una mañana nublada, en julio. Un gusto de cenizas vuela en el aire; —un olor de madera sudando en el fogón, —las flores herrumbrosas, —la confusión de los paseos, —el vapor de las acequias por los campos,—¿por qué no también los juguetes y el incienso?


-He tendido cuerdas de campanario a campanario; guirnaldas de ventana a ventana; cadenas de oro de estrella a estrella, y danzo.

-El alto estanque humea continuamente. ¿Qué hechicera va a levantarse sobre el poniente blanco? ¿Qué follajes violetas van a descender?

-Mientras los fondos públicos se derrochan en fiestas de fraternidad, suena una campana de fuego rosa en las nubes.

-Avivando un agradable gusto a tinta de China, un polvo negro llueve dulcemente sobre mi vigilia. ¡Entorno las luces de la araña, me arrojo en el lecho, y, vuelto hacia el lado de la sombra, os veo, mis hijas! ¡mis reinas!
(Traduc. Cintio Vitier)

*Arthur Rimbaud (Francia, Charleville, 1854-Marsella, id., 1891).