sábado, marzo 29, 2008

XVII Concurso Internacional de Cuentos "Valentín Andrés"

Convoca a este Concurso la Asociación Cultural “Valentín Andrés”, de Grau/Grado (Principado de Asturias - España), con el patrocinio del Ilmo. Ayuntamiento de Grado, cajAstur, Consejería de Cultura, Comunicación Social y Turismo del Principado de Asturias, Asociación Siempre, Grado y Áridos y Hormigones La Estrella.
BASES
. Podrán participar cuantas personas así lo deseen, a excepción de quienes hubiesen resultado ganadores en anteriores ediciones de este concurso.
. El concurso estará dotado con los siguientes premios: Primer premio: 2.000 euros, diploma y publicación del cuento, Segundo premio: 1.000 euros, diploma y publicación del cuento.
. El premio podrá ser declarado desierto o dividirse, a juicio del jurado.
. El tema será libre y puede estar redactado en lengua castellana o asturiana.
. Los cuentos se presentarán por cuadruplicado, en letra Times New Roman, 12 puntos, a doble espacio por una sola cara, tamaño DIN A-4 y tendrán una extensión máxima de diez folios.
. Los cuentos llevarán título e irán firmados con seudónimo. Se acompañarán de un sobre cerrado en cuyo exterior figure dicho seudónimo, y en el interior el título del cuento así como los datos personales del participante: nombre, apellidos, domicilio y teléfono y/o e-mail, para su posible localización.
. Los cuentos habrán de enviarse a la Asociación Cultural V. Andrés (Apartado de Correos nº 7, 33820 Grado - Asturias - España), o al Ilmo. Aytmo. de Grau/Grado, haciendo constar en el sobre XVII Concurso de Cuentos V. Andrés.
. El plazo de admisión de ejemplares quedará cerrado el día 30 de abril del 2008, siendo válido el matasellos de correos.
. No serán válidos los cuentos previamente publicados o que hayan obtenido premios en otros concursos fallados con anterioridad al 20 de junio de 2008.
. El fallo del concurso se dará a conocer la última semana de junio de 2008, entregándose los premios durante el mes de octubre del mismo año.
. Los cuentos premiados pasarán a ser propiedad de la Organización que se reserva el derecho de la publicación a través de los medios que considere oportunos y sin afán de lucro. Los ejemplares no premiados podrán ser retirados en las oficinas de la Biblioteca Municipal “Valentín Andrés Álvarez” del Ilmo. Ayuntamiento de Grado antes del 30 de julio de 2008.
. La presentación al concurso supone la aceptación de estas bases.Cualquier imprevisto que no esté establecido en ellas será interpretado y resuelto única y exclusivamente por la Organización del Concurso.
Mayor información: Web: www.valentinandres.com • E-mail: acvalentinandres@ yahoo.es • .

Una aproximación a la poesía de Álvaro Figueredo

Por Nelson Guerra*
Álvaro, ¿Quién es Álvaro?
Álvaro Figueredo, del libro Mundo a la vez

La generación uruguaya “del centenario” (1830 –declaratoria de la Independencia – 1930)
Los poetas de la década del treinta, asumidas ya las consignas de las vanguardias de la anterior, se lanzan hacia fórmulas personales, de alta exigencia estética. No se reúnen en cónclaves y reductos sagrados, no operan en forma gregaria, ni se agremian en ligas cerradas de recíproco aplauso, como harán los integrantes de la generación del 45. Les toca a ellos descubrir un nacionalismo urbano, una estremecedora realidad social, que con su vorágine los conmina a la búsqueda de su identidad profunda. Son estos poetas decididamente individualistas a la hora de crear, pero al mismo tiempo frágiles y vulnerables al entorno que los tortura. De tanta pulsión emergen en sus poemas, interrogándose, extrañándose a sí mismos, adoptando un mensaje forzosamente hermético, casi desprovisto de certezas. Precursoramente existencialistas, en el filo de la conflagración mundial más terrible de la historia, se sienten a punto de caer en el vacío estéril del egoísmo, y reaccionan en poemas hiperlúcidos de desanimada comunicatividad. Tres son los nombres principales que surgen, paradigmáticos (para quien escribe) de esta década: Líber Falco, Juan Cunha y Álvaro Figueredo.
El futurista
Álvaro Figueredo nace en Pan de Azúcar (Maldonado) el 6 de setiembre de 1907, y con excepcionales intervalos toda su vida habrá de transcurrir en esa pequeña ciudad del Interior, en la que fallecerá el 19 de enero de 1966. (Vale la pena mencionar que ese 19 de enero correspondió a un miércoles, confirmativo de la profecía lírica plasmada en el soneto “Vergüenza de morir”: “ Y yo sin ver el miércoles ni el pino / ocultaré mi muerte, avergonzado/ bajo un disfraz de césped y llovizna”. Como siempre ocurre (recordemos a César Vallejo) la poesía gusta que sus alas desplegadas se rocen con las del misterio y la sobrenaturalidad. En los cruciales años 24, 25 y 26, vive en Montevideo, cursando estudios de profesorado y magisterio. Recordemos que un año más tarde comenzarán a aparecer las principales obras de la corriente llamada “ultraísmo” por los españoles, bajo cuya denominación se englobaban a todas las vanguardias europeas. Mientras que en Latinoamérica finalizaba su fantástica vida la publicación argentina Martín Fierro, de Evar Méndez, de Oliverio Girondo, alrededor de la cual surge la llamada generación “martinfierrista” que integraban junto a Girondo y otros connotados creadores, Jorge Luis Borges y Macedonio Fernández. En Brasil los Andrade se preparaban para lanzar el Manifiesto Antropofágico. En Uruguay, se publicaba el poemario “futurista” de Alfredo Mario Ferreiro El hombre que se comió un autobús , y Alberto Zum Felde daba a conocer su esclarecedora nota titulada “Programa” en la Revista La Pluma . Como no podía ser de otra manera, los primeros poemas de Figueredo, tomarán la temática futurista, el aliento creador de las vanguardias, pero no acatará totalmente la ortodoxia revolucionaria. Cometerá la rima en el verso libre, hará cuartetas impecables para construir lúcidos epigramas, muy al estilo de los de Vicente Huidobro, y precursores de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna (“El sol se suicidó y la primera estrella / le hace un reportaje al horizonte”).
Veamos un poema publicado en 1928: Poema salvaje
: Este es el poema salvaje/ del reflector de los colores próximos/ que da su tobogán a los vientos lisos// Este es el poema salvaje/ del VERDE, del ROJO y del AZUL/que se descansan en los silbatos de las frutas// Este es el poema salvaje//del ÁRBOL, de la SANGRE y del CIELO/ en la tecla instantánea de los viajeros// Este es el poema salvaje/ que se escondió en el pecho del horizonte// Este es el poema salvaje que se va en los vagones de los gritos maduros.
Un año antes, había publicado en el diario Montevideano El País un largo poema titulado “ La canción del saxofón” , de neto cuño futurista, y singular parentesco con algunas composiciones del ya citado Alfredo Mario Ferreiro. Esto hace suponer que podría haber un conocimiento mutuo entre ambos jóvenes escritores, pero no hemos podido hallar datos al respecto. La connotación jazzística es de por sí sumamente singular, pero la elección de ese instrumento exclusivo, que de no haber existido el jazz hoy sería una curiosidad exhibida en los museos de la musicología, junto al melodión y otros monstruos fallidos de la experimentación sonora, es extremadamente llamativa. Se trata de una composición poliestrófica, versolibrista, pero con una clara definición rítmica, lo que unido a la rima, emparenta la obra a la de otro ultraísta del entorno: Parra del Riego y sus“polirritmos” . Fragmento de "La canción del saxofón": Saxofón:/ Contorsionista/ que me das todas las noches tus piruetas.../ tus molinos...tus látigos...tus veletas/ musicales en la fiesta/ turbia de humo del café. / En tus notas huyen liebres y saetas/ zancos... patines...muletas.../ Tobogán de vida nueva! Alegría. Calor. Fe. // Música de vida. Optimismo en do,re,mí, fa,sol,la,sí./ Saxofón/ Juguetón/ Ahora berbiquí/ Ahora tirabuzón,/ Ladrón!/ Me robaste el timón/ Del corazón!// Saxofón/ voces de fábrica, coros de escuela,adioses de puerto y estación,/ risas de provincianas plazas de domingo,/ gritos atormentados de revolución.// Saxofón: mago, profeta.../ quiromántico...fakir.../ maravilloso gitano.../ Yo no se si fue en la palma de la mano/ de algún loco, que leíste el porvenir./ Sí! Saxofón/Tienes razón./ Para vivir/hay que reír./ Qué risa baila en mi corazón! (...).
La obra nacionalista
En estricta coincidencia con los que ocurre con el resto de los movimientos vanguardistas latinoamericanos, después de la ya referida etapa de asimilación a los ismos europeos, Figueredo, establecido en la zona rural y chacarera de Rincón de Olivera, gira hacia el nacionalismo. El romance es el vehículo ideal para esta reformulación poética (ver “Romance para acompañar a un difunto”). Y es en este mismo vehículo poético que descubre su más trascendente tema lírico , al que define como “el otroyomismo”, cuando compone su antológico “Romance de Abel Martín”. Bajo la denominación “Histórico regional” escribe “Descubrimiento del Uruguay” , “Exaltación de Bartolomé Hidalgo”, “Romance de la Batalla de las Piedras” y otros. Especial mención merece el “Romance de tío Narciso”, en el que, además de la puntual recreación regional, encuentra la eficacia de la traslación de las peculiaridades del lenguaje del personaje retratado: (...) Cuesta abajo, cuesta arriba,/ cuando la luz se derrumba,/ y el negro olisca su rancho/ y el pororó de la lluvia.// Neglo, ¿pelo diande shaca/ plata pa tanta mamúa?/ -Ejate ‘e cosha, Malía./ No ve qui son cosha tuya... (...). Al ser publicado este romance, Figueredo consideró necesario hacer esta aclaración que reproducimos: “Este romance, escrito con anterioridad a 1947, se ha mantenido inédito porque: 1) desde entonces me desligué de aquella especie de poesía narrativa, en busca de los más hondos motivos líricos; y porque: 2) no encontré en 1947 el medio natural de publicidad que el romance exigió. Hoy, ahora, las circunstancias enmiendan la segunda actitud sin desheredar la primera. Tio Narciso es personaje real. No lo conocí, pero la generación pandiazuquense anterior a la mía, se solazó con él y su sórdido rancho rodeado siempre de objetos mágicos y de inolvidables matas de saúco".
Desvío de la estrella y Mundo a la vez
En el año 1936 Figueredo publica su poemario Desvío de la estrella, donde se evidencia ya la presencia de un poeta trascendente, pero que aún no ha encontrado su tema lírico fundamental, y que se dedica a vagabundear por los rumbos emocionados de disímiles motivaciones. No obstante lo antedicho, la lectura de ese libro es sumamente grata, y jalonada de sorpresas, gracias a la sorprendente fertilidad creativa que estalla en metáforas constantes. Será necesario esperar veinte años, para que, en 1956 aparezca su obra definitiva: Mundo a la vez. Y allí, el tema central, propio, intransferible de la poética de Figueredo: el otroyomismo, con la genial construcción cuasi esquizoide de la “alvaridad”. Si para Jorge Luis Borges el “yo”, la individualidad, es una nadería,
[1] para Figueredo lo es todo. El poeta se disloca, se exterioriza, pero no para darse a conocer, sino para sufrir la extrañeza del verse existir, la sucesión de los interminables “yo”, en los juegos espejeantes en los que el reflejo ocupa el lugar de lo reflejado, y viceversa, Donde de pronto es ese yo un dictador que impone nombre, peculiaridad y actitudes: la “alvaridad”. Es ese otroyomismo un interlocutor y un objeto de apasionado estudio: "(...) Así me encontré una vez/ con Álvaro Figueredo,/ en un rincón de mi casa/ un crepúsculo de invierno (...)/ (...) Si yo no fuera quien soy/ creyera que era un espejo" ("Romance de Abel Martín").Y este otroyomismo también es el poeta, con lo que la metapoesía cobra una importancia capital, tal lo que ocurre en el poema titulado: “Álvaro nupcial”. Y otro tanto, pero ahora más atento a la sucesión de los otroyomismos, escribe en "Narciso enlutado": "Abro el umbral del Álvaro en que moro,/ junto en mi voz el Álvaro a que aspiro./ Doy un Álvaro al aire, si suspiro,/ y arrojo al mar un Álvaro, si llor".
El simbolista
En Mundo a la vez Figueredo alterna el tema de la alvaridad, metáfora surrealista, de altísima eficacia, de su concepción del otroyomismo, con sus inquietantes poemas simbolistas, en general presentados bajo la fórmula de la fábula. A esta variante pertenecen sus poemas más brillantes algunos de los cuales vieron la luz en forma póstuma: Fábula del toro: en la que la rebeldía visceral ante la certeza de la insoslayable muerte, queda expuesta con incomparable fuerza. No menos inquietante es el poema titulado "Celebración de la niña". Finalmente se hace imprescindible citar el que, a juicio de quien esto escribe, constituye la obra maestra del poeta de Pan de Azúcar, y en el que retoma el tema del otroyomismo desde un ángulo totalmente inesperado:

Teoría del suicida
Dadle un teatro una tribuna un pórtico
dadle un balcón de gala
dadle su frac su cátedra amarilla
quiere morir al alba
o a la hora del té
dictando su discurso
con su chaleco blanco
dadle un bastón un arpa una azucena
un espejo una góndola
devolvedle los yo que le usurparon
yo en el tranvía yo bajo los árboles
yo danzando es decir él y la luna
su yo su yo sus guantes de gamuza
el actor va a cesar está vacío
su guardarropa nadie
le llame Juan nombradle
el bienaventurado el almirante
de sus yo porque es él
quien rema besa canta se extasía
ante el atrio del templo
quiere ocultar sus yo bajo una loza
blanca a la izquierda en el jardín lo avistan
le denuncian el yo desguarnecido
y el trepa al campanario y se despeña.
[1] Var: Jorge Luis Borges – 1928 – “La nadería de la personalidad” publicado en El idioma de los argentinos.
* Poeta y narrador uruguayo.

Voces de la Llanura Urbana

El número 144 de abril-junio de 2007 de la revista Poesía (fundada y editada por el Depto. de Literatura de la Direción de Cultura, Venezuela, incluye una excelente antología de poesía contemporánea argentina, especialmente preparada por los poetas Esteban Moore y Jorge Rivelli. Para quien le interese puede solicitar un ejemplar a: poesia130@hotmail.com , o poesia 130@yahoo.com .

viernes, marzo 28, 2008

Derivaciones: dibujos y pinturas de Jorge González Perrin

Por Judith Savloff
La vorágine asusta apenas se ingresa al universo que proponen los últimos dibujos-pintura de Jorge González Perrin (Punta Alta, Buenos Aires, 1954). Parece que ese caos hecho de lamparones en blanco y negro arrasará inevitablemente. Sin embargo, dejarse llevar en Derivaciones, el título de esta muestra, no equivale a perderse. En casi todas las piezas expuestas, creadas en 2007, asoman figuritas que resisten entre las manchas, entre las líneas y entre otras formas menos definidas, tétricas como cartílagos o difusas como malabares. Dada la furia imperante, se tiende a pensar en esas figuritas como detalles. Pero son importantes. Son un ancla. Un alivio. Un alivio temporal, dado que apenas el artista revele algunas coordenadas lo mejor será soltarlo. Sólo así, sin tierra firme ni salvataje, sucederá eso que el pintor Héctor Medici describió en el catálogo como el "instante en el que el nadador siente que el agua que lo rodea y él son una misma cosa". Antes de eso, cierto, los ojos se llenan de una furiosa sucesión de amasijos. Y parece que la confusión que arrastra corroerá para siempre. Porque, al principio de la recorrida, el de González Perrin es un mundo donde la Danza está representada por una roca-calavera inmensa alrededor de la cual resbalan algunos pequeños personajes, donde los Condenados al éxito caen en picada por una cascada, donde lo primero que se puede reconocer es una cuchilla afilada. Sin embargo, de a poco se empiezan a lucir también los blancos, las luces, algún toque de color, como el fondo rojo para La Mort. Y entre varias cejas fruncidas, entre la miradita perversa de La niña, se hacen lugar dos abrazos. Abrazo, Abrazo II. No se los puede llamar mimos. Son roces, contactos misteriosos, lúgubres, sudorosos. Tampoco les cabe la calificación de eróticos. Son gestos que el artista logra convertir en angelicales y viscerales al mismo tiempo. Estas imágenes desdibujan la línea del tiempo y el espacio. No sólo porque absorben a quien las observa: en ellas conviven El baño de los dioses y las cañerías subterráneas. Y estas imágenes borronean las certezas. El hueso de Danza podría ser un coccis. Pero si fuese una calavera convocaría la idea de la vanidad humana castigada con la muerte. Esa osamenta se usa tradicionalmente en las pinturas moralizantes, en el célebre espejo de Los embajadores pintados por Hans Holbein en 1533 y en Por el amor de dios, la pieza tapizada con diamantes por Damien Hirst que el año pasado cotizó en más de 70 millones de euros. ¿González Perrin caza lo fugaz en ese cráneo? ¿Muestra el imperio de lo volátil? Las preguntas se afilan, sin respuestas. Medici escribió: "No es orden lo que Perrin opone al caos, sino una poética y una ética". En otra pieza, Fragilidad, una silueta atrapa al sol. ¿O lo que tiene entre las manos es su reflejo? No hay consuelo en estas obras. Son unas de las imágenes más crudas y sensuales de las derivaciones de la conciencia.Links El erotismo es menos explícito y no abunda el humor, pero en el trabajo de Perrin está ese costado crudo pervertido por la belleza de los grabados de Alfredo Benavidez Bedoya (Buenos Aires, 1951). Con iguales salvedades, las obras de Perrin también se filian con los dibujos de La red del caos de Diego Perrotta (1973). Pero el artista diluye las formas, les borra los límites, confronta al orden. Por eso imprime el sello del avasallamiento, de la fragilidad a flor de piel, de las figuras porosas y chorreantes esculpidas por Alberto Giacometti (Suiza, 1901-1966). También puede evocarse el grotesco de Goya en versión difuminada. Y a través de los detalles asoma la caricatura tierna al estilo de Marc Chagall (Rusia,1887-Francia, 1985), de sus enamorados flotantes.

Si querés, podés leer...

. Poesía, de acá
http://www.poesiadeaca.blogspot.com/
AÑO 2
PUNTO BMP Nº9

. El coloquio de los perros
Revista de Literatura
http://www.elcoloquiodelosperros.net/

. agulha - revista de cultura
www.revista.agulha.nom.br

Concurso de Ensayo Literario

La Academia Nacional de Letras, la Biblioteca Nacional y la Intendencia Municipal de Salto de la República Oriental del Uruguay llaman a concurso de ensayo sobre el tema "Mundo, mito y lenguaje en la obra de Marosa di Giorgio", como homenaje a la escritora al cumplirse tres años de su muerte.
BASES:
1) Podrán participar concursantes de cualquier país.
2) Los trabajos se presentarán en lengua española y tendrán que ser inéditos. (Se admitirá formando parte del trabajo toda publicación parcial previa, como ser, a modo de ejemplo, artículos en revistas o en colectivos, reseñas, adelanto de capítulos, etc.)
3) La extensión será de cien (100) páginas como mínimo en formato A4, Arial 12. Los trabajos se presentarán en la sede de la Academia Nacional de Letras (Ituzaingó 1255) o se enviarán por correo en cinco ejemplares impresos en papel, acompañados del soporte electrónico correspondiente.
4) El jurado está integrado por los Académicos Wilfredo Penco (que lo presidirá), Jorge Arbeleche, Adolfo Elizaincín y Ricardo Pallares, y el prof. Leonardo Garet en representación de la Intendencia Municipal de Salto.
5) El plazo de presentación se extenderá hasta el 16 de mayo de 2008, fecha límite que también deberá lucir el matasellos de origen en caso de utilizarse el medio postal.
6) El Jurado se expedirá el 17 de agosto de 2008, al cumplirse los cuatro años de la desaparición de la poeta.
7) El premio serán $ 25.000 (veinticinco mil pesos uruguayos) y la edición de la obra.
8) El fallo será inapelable.
9) La mera presentación al concurso significará la aceptación de estas bases.

Para mayor información: Luis Pereira: www.maldonado.gub.uy , o boletinbibna@adinet.com.uy

Gustavo Mario Fontana*: 222 Cruces

“…el pirómano que en los últimos 26 días incendió 11 comercios de la ciudad de Buenos Aires fue detenido. Circulaba por las calles de Caballito en una bicicleta roja. Detrás del asiento llevaba una botella plástica con dos litros de nafta, fósforos, una pistola, dos cuchillos y una piedra. (…) en la habitación del conventillo donde vivía el detenido, de 25 años y de nacionalidad china, los investigadores secuestraron 20 piedras, una botella de plástico con combustible y un mapa de la ciudad de Buenos Aires. En el croquis había dibujadas 250 cruces. Cuatro de las marcas coincidían con las direcciones de otros tantos comercios incendiados por el pirómano. (…) El detenido, apodado por los investigadores como "Fosforito" e identificado por fuentes del caso como Li Quinz Hong, fue apresado ayer (…) a ocho cuadras donde habría cometido su último incendio conocido. Los elementos que tenemos son más que suficientes para comprender que tiene relación con los hechos", dijo el comisario inspector Rodríguez.”
(La Nación, 2/09/2005)

I.
—Ahora me llaman Fosforito…¡Estoy en la tapa de los diarios! Soy famoso, como mi bicicleta… Si la hubiesen visto tantos como dijeron, me habrían agarrado una semana antes… En cuanto el juez me levante la incomunicación empezarán los reportajes. Me deben estar esperando para que vaya a la tele, los de la radio estarán locos por conseguir la nota… Ojalá que paguen bien, porque apenas me quedan setecientos pesos del trabajo que hice para usted, señor Deng…

II.
Cinco años atrás, cuando Li Quinz Hong llegó a Buenos Aires con apenas 19 años, no hubiese imaginado semejante popularidad. Tampoco que su fama se conocería a través de los medios. En el sótano del Bajo Flores donde trabajaba y dormía junto a otros treinta y siete inmigrantes ilegales, en condiciones infrahumanas y sometidos a la explotación a cambio de monedas y la promesa de unos papeles que nunca llegarían a sus manos, no era mucho el contacto que podían tener con el mundo.
En el taller de jeans que funcionaba en el sótano los francos eran casi inexistentes, y cada vez que eran concedidos había que devolver el “favor”. Pero nadie se quejaba, porque esas salidas eran la única oportunidad de ver el sol, de respirar aire puro o algo parecido, de conocer otra realidad más allá de esas cuatro paredes sucias y descascaradas.
Por lo general la changa era sencilla: había que levantar un paquete de alguna casa cercana al taller, llevarlo a pie hasta otra casa disimulado entre las ropas, por lo común a varias cuadras de distancia, y asegurarse de entregarlo sin despertar sospechas. Y sobre todo, no hacer preguntas. Si la mula era lo bastante afortunada, podía además recibir una propina más o menos generosa por el acarreo.
En una de esas entregas Li conoció al señor Deng, un chino de situación acomodada gracias a sus reflejos y pocos escrúpulos para los negocios. El más conocido era una moderna mueblería ubicada en la calle Gavilán al 1700, que sin embargo no justificaba con sus ventas el nivel de vida que mantenía su dueño: una hermosa casa, quinta, autos último modelo, servidumbre, fiestas todos los fines de semana, y la siempre reciclada compañía de portentosas mujeres.
La primera vez que Li fue a cumplir con un encargo a casa del señor Deng, para su sorpresa el dueño de casa quiso conocerlo y ordenó al mayordomo que lo hiciera pasar al comedor. Dentro de la sala, Li no podía salir de su asombro ante semejante confort. Se hubiese dado por bien pago sólo por disfrutar de ese instante de placer en aquél ambiente suntuoso. Deng era un hombre de unos cuarenta años, aunque parecía algo mayor. Su rostro denotaba el cansancio de una noche agitada. Sentado a la cabecera de la mesa, vestido con una bata de seda, indicó a Li que se sentara al otro extremo. Recibió el paquete de manos del mayordomo, lo abrió y verificó su contenido sin dejar de escrutar cada tanto el gesto nervioso del muchacho. Tras la inspección una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Deng —que pareció arrugarse aún más—, mientras pronunciaba algunas palabras entre las que Li alcanzó a entender “confianza”. Con gesto de satisfacción, el señor le extendió un flamante billete de cien pesos. No hizo falta que diera la orden para que el mayordomo acompañara al joven hasta la salida.

III.
—Porque usted, señor Deng, paga bien y cumple. Siempre se ocupa de mí, me invita a comer y me pregunta cómo estoy. Yo no olvido las que tuve que pasar cuando mi tío me dejó en Chile, y después que llegué a la Argentina. Ahora muchos me ofrecen trabajo, ¿pero cuánto vale la confianza? A mí no me cambian por plata. Hace tiempo que vendo mercaderías para unos supermercados de la zona. No hago mucho dinero, pero tengo la bicicleta. Y con eso más lo que saque por los reportajes …

IV.
Las visitas a casa de Deng fueron haciéndose una costumbre. Según le contó Ho, el jardinero, con quien Li había trabado buena relación una vez que logró superar su timidez, el dueño de casa habría exigido que únicamente el muchacho estuviera a cargo de sus entregas. Cuando el jardinero se aseguró de que Li no revelaría la fuente, le confió que tiempo atrás una mula se quiso pasar de listo y hundió la nariz más de lo aconsejable en el contenido de un paquete. El mensajero fue muy cuidadoso en disimular su falta, pero ningún detalle escapaba al celo de Deng, y para éste la confianza era un valor superior. El jovencito nunca más asomó por la zona, y poco más tarde se supo que había desaparecido. Desde entonces pasaron varios mensajeros, pero ninguno había durado tanto hasta que llegó Li.
Deng era generoso con el joven, lo hacía comer en su cocina cada vez que lo visitaba, se preocupaba por su salud y su vestimenta. No era un gesto común por parte de Deng, reacio a todo tipo de sentimentalismo hacia quienes trabajaban para él. Li por su parte fue desarrollando un gran respeto por ese extraño mecenas afecto a los excesos, de conducta oscura, paternal y temible a la vez.
Pero un buen día su mentor fue aún más allá, cambiando la vida de Li para siempre. Deng le regaló una bicicleta roja “para que dejes de caminar tanto y hagas más ejercicio” —de acuerdo a la breve dedicatoria que acompañaba al presente—, que Li recibió emocionado. Desde ese momento un mundo nuevo se abrió ante sus ojos: poco después Caballito, Flores, Villa Crespo, Almagro y Balvanera ya no guardaban secretos para el entusiasta ciclista, ansioso por descubrir nuevos paisajes urbanos.
Al tiempo dejó de dormir en el taller para irse a vivir a un conventillo en Gaona y Bufano, y por fin renunció al corte y confección de jeans para convertirse en repartidor de comestibles a supermercados, siempre montado sobre su inseparable bicicleta roja.

V.
—Es triste estar solo. Cuando se tiene familia, amigos, vecinos que lo conocen, hasta puede hablar con las plantas como Ho, que dice que les hace bien, y nadie lo va a tratar de loco. En cambio a mí me miran raro, salvo Ho y usted, señor Deng. Usted sí que me entiende. ¿Por qué se enojó conmigo? No es fácil dormir en un sótano a oscuras con gente desconocida, sin poder hablar con nadie… Uno empieza a olvidarse las palabras, se le traba la lengua, y al final no sabe qué pensar…¡Qué suerte que vino, señor Deng! Tengo tantas cosas para contarle… ¿Quiere que le cuente?

VI.
Desde que Li dejó el taller del Bajo Flores sus visitas a casa de Deng se habían vuelto más espaciadas. El señor recibió con fastidio la novedad de la mudanza de Li, pero lo que lo puso decididamente furioso fue saber que había cambiado de trabajo. No podía tolerar que una mula alterara sus planes, siempre estudiados hasta en los mínimos detalles. Sin embargo, Li era confiable y —sobre todo— extremadamente fiel. Deng sabía reconocer la amenaza de la traición con una simple mirada. Tras muchos cabildeos al fin resolvió que el muchacho continuara con las entregas, pero no sin antes aleccionarlo sobre los peligros de introducir cambios en el “negocio”. Lo instruyó para que tomara nuevas precauciones. Li debería respetar el mismo recorrido, como si aún estuviera trabajando en el taller; detenerse en ciertos puntos estratégicos de la ruta para cerciorarse de que no lo siguieran, y extremar la puntualidad en la entrega de cada paquete. Li recibió las instrucciones con actitud sumisa y sin decir palabra. Pero a partir de entonces los encargos para él ya no fueron tan frecuentes como cuando vivía hacinado en aquel sótano, por lo que sus ingresos disminuyeron en gran medida junto con las propinas del señor Deng.
Hacía casi un mes que no llevaba ningún paquete. Esa mañana pasó por el taller como de costumbre, pero al preguntar por el capataz –quien por lo habitual asignaba las changas- le dijeron que no había venido. Decepcionado, escuchó el tintinear de las últimas monedas en el bolsillo y se dispuso a partir, diciéndose que ese no iba a ser su día. Pero no, el hombre que lo había recibido le estaba hablando, y le preguntaba su nombre. “Li, Li Quinz Hong” contestó, con alguna dificultad. “Ah, entonces esto es para usted. Ya sabe a quien entregarlo”. El muchacho sintió un gran alivio imaginando que volvería a ver la figura del señor Deng, a comer en abundancia y a soñar por un rato que estaba en su propio hogar. Y a ganarse los cien pesos, claro.
Decidido y feliz, escondió el paquete, montó en su bicicleta y apuntó a la residencia. A pesar de su euforia no olvidó las recomendaciones a lo largo del trayecto. Con gran prudencia observó todas las paradas. Era evidente que nadie lo había seguido, y completó el recorrido en el tiempo fijado. Todo según lo establecido. Sin dudas, el señor Deng estaría satisfecho.
Pero al llegar, el mayordomo mostró cara de desagrado al recibir el paquete. A diferencia de otras veces, lo hizo esperar en el vestíbulo y lo trató con cierta frialdad. Mientras aguardaba, Li observó por la ventana y alcanzó a ver a Ho, quien terminaba de plantar las violetas de los Alpes y recogía sus herramientas dispuesto ya a retirarse, sin que hubiera advertido su llegada ni su presencia. Tras unos instantes el mayordomo volvió diciendo que el señor Deng no lo esperaba y por lo tanto no lo iba a recibir, que dejara el paquete de todos modos, y que si deseaba comer podía pasar por la cocina y luego marcharse. Dicho esto, le extendió un flamante billete de cien pesos.
Li creyó que debía haber una confusión. ¿Acaso había cometido algún error? Tal vez ya no confiaban en él… Avergonzado, pensó que lo mejor era irse. Sentía el estómago cerrado como para aceptar el convite. Agradeció con una reverencia al mayordomo y se dirigió a la puerta, mientras observaba por la ventana desde la cual ya no pudo divisar al jardinero. Apenas bajó los escalones subió a su bicicleta y arrancó.
No se había alejado ni cien metros de la residencia cuando escuchó el estallido. Algunos escombros llegaron casi hasta el lugar donde se había detenido, impactando contra los rayos de la bicicleta. Una nube de polvo comenzó a envolverlo todo, se oían gritos desesperados, junto a él pasaban personas corriendo de un lado a otro. Li había quedado de espaldas a la casa, y tan sólo atinó a girar la cabeza sobre su hombro sin bajar de la bicicleta para observar por última vez la imborrable escena de la casa en llamas. Secó sus lágrimas mezcladas con tierra, y se fue.

VII.
— La gente corría, yo no sabía por qué. El cielo se puso negro, como si fuera de noche, y cayeron piedras, algunas hasta me golpearon la cabeza… El fuego subía, cada vez más alto… Había que ver cómo quedó la casa… y unos días después su negocio, la mueblería, ¿qué pasó? A mí me gusta andar en bicicleta, ¿sabe?, cuando salga de acá es lo primero que voy a hacer. ¡Cómo extraño las mañanas de sol! Yo casi no conocía la ciudad hasta que usted me regaló la bicicleta. La ciudad está llena de lugares hermosos, plazas, árboles… Pero las calles están muy sucias, hay tanta basura… A veces me siento mal, cuando veo esas vidrieras repletas de muebles, no son como la de su local… Hace falta limpiar toda esa basura, señor Deng. El fuego purifica, alumbra… Ahora estoy tranquilo, me acusan de cosas que yo no entiendo. ¿Cuándo viene un abogado? Yo quiero declarar, pero me cuesta tanto hablar…
El guardia cárceles se asomó al calabozo con un gesto de resignación.
—¡Fosforito! ¿Con quién hablás? ¡Si estás solo en el calabozo!
—¿Ve lo que digo? No entienden lo que hablo. Señor Deng…
—Tranquilo, Fosforito… Vamos que tenés que tomar las pastillas, tranquilito… A ver si todavía el juez no te puede tomar declaración… ¡Diez años por la cabeza te van a dar! ¡Más vale que te hagás pasar por loco, Fosforito! Y encima te agarraron con el mapita ese con las doscientas cincuenta cruces señalando las mueblerías que ibas a quemar, ¡mamita! Menos mal que llegaste nada más que a once…— el guardia cárceles abrió la puerta del calabozo, que rechinó con una sonoridad cruel.
—¿Ve que no entienden nada? Ni siquiera saben contar. Eran 222 cruces, 222.



*Gustavo Mario Fontana, escritor argentino nacido el 2/02/1959. Es computador científico UBA. Casi inédito, salvo un par de textos publicados en la revista Coartadas de los talleres de la BNA, (http://revistacoartadas.blogspot.com/).

jueves, marzo 27, 2008

Gabriel Villot: ¿Quién soy yo, quién eres tú?

El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral tiene el agrado de invitar a la inauguración de la muestra de dibujos y de objetos instalados“¿Quién soy yo, quién eres tú?”, del artista plástico Gabriel Villot.
El acto se realizará el viernes 28 de marzo a las 20:30, en las salas del MAC. La presentación estará a cargo de Pepe Volpogni y Pilar Britos.
Museo de Arte Contemporáneo Secretaría de Cultura Universidad Nacional del Litoral

Concurso Internacional de Cuentos

La Intendencia de Salto y la Comisión Honoraria del Centro Cultural de la Casa Quiroga del Departamento de Salto (Uruguay), con el auspicio de Ediciones de la Banda Oriental, convocan al primer concurso internacional de cuentos PREMIO HORACIO QUIROGA, que tendrá carácter bianual y el marco del MERCOSUR. Podrán participar los ciudadanos de Uruguay, la Argentina, Brasil yParaguay.
Requisitos:
. Deberán prsentarse cuentos originales, inéditos, no premiados en concursos anteriores y escritos en idioma español.
. Cada concursante podrá presentar un solo cuento.
. El plazo para la recepción de los trabajos será entre el 20 y el 30 de mayode 2008, hasta las 17 horas de este último día.
. Los envíos deberán entregarse o remitirse a Intendencia de Salto, Casa de Gobierno, Uruguay 202 Salto(Uruguay).
. El jurado seleccionará diez obras finalistas y, de entre ellas, designará la ganadora, cuyo premio estará dotado con la suma de TRES MIL DOLARES.
. Las diez obras seleccionadas serán editadas en un libro por Ediciones de BandaOriental.
. El jurado estará integrado por los profesores Alba Romano Forteza; LeonardoGaret y Ricardo Pallares. Emitirá su fallo antes del 20 de octubre de 2008.
. Las bases de este concurso podrán encontrarse en la página web de la Intendencia de Salto: http://www.salto.gub.uy, a partir del próximo viernes 28 de marzo.
Visite www.egrupos.net/grupo/culturaprograma/alta para recibir información de la Agenda Cultural de Maldonado.

sábado, marzo 22, 2008

A pocas horas de un nuevo 24 de marzo...

... recuerdo a mis queridos amigos: Hugo Alberto Goldsman, asesinado a fines de 1976 a la edad de 30 años http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/g/goldsman/, y Marta Zelmira Mastrogiácomo, secuestrada y desaparecida el 20 de octubre de 1976 en la Ciudad de La Plata, a los 32 años (http://martamastrogiacomo.blogspot.com/).
NO OLVIDAMOS - NO PERDONAMOS - NO NOS RECONCILIAMOS

Paul Klee


"El objeto en sí está muerto con seguridad. La sensación que provoca el objeto pasa a primera línea. […] La forma externa se convierte así en algo particularmente variable, que se mueve a todo lo largo de la escala de los temperamentos, según la movilidad del dedo índice, como se puede decir en este caso. Los medios técnicos varían de acuerdo con ello. La «escuela» de los viejos maestros está con toda seguridad liquidada."

. "Cuanto más horrible el mundo (justo como hoy), tanto más abstracto el arte, mientras que un mundo feliz produce un arte de este mundo."

."Todo lo perecedero no es sino un símbolo. Lo que percibimos es una proposición, una posibilidad, un hecho auxiliar. La verdad reside, invisible, en el fondo de todas las cosas. El mundo es el objeto de mi arte aunque no sea este mundo, el mundo visible."
. "Antes se describían las cosas que uno veía sobre la Tierra, que uno veía con gusto o que uno hubiera querido ver. Ahora, la realidad de las cosas visibles se hace patente, dando expresión a la creencia de que, en relación con la totalidad del mundo, lo visible es sólo un ejemplo aislado, y de que las otras verdades están, de modo latente, en la mayoría. Las cosas se manifiestan en un sentido amplificado o multiplicado, contradiciendo a menudo las experiencias racionales del pasado. Se aspira a una sustancialización de lo casual."
. "¿Abstracto? Ser pintor abstracto no significa de entrada abstraer de los objetivos naturales en que es posible comparar los objetos, sino que se basa, independientemente de esos objetivos, en la puesta en libertad de relaciones pictóricamente puras".
. "(...) su avance (el del artista) en la percepción y observación de la naturaleza le capacita, cuanto más penetra en la concepción del mundo, para alcanzar una nueva naturalidad, la naturalidad de la obra, dejando atrás lo deseado esquemático. Crea entonces una obra o participa en la creación de obras a semejanza de la obra de Dios."
. "Somos artistas, prácticos activos, por lo que aquí nos movemos por naturaleza en un ámbito preferentemente formal. Sin olvidar que antes del comienzo formal o, dicho de un modo más simple, antes de la primera línea, existe toda una pre-historia, no sólo el anhelo, el deseo del hombre de expresarse, no sólo la necesidad exterior de ello, sino también un estadio general de la humanidad, cuya orientación se denomina ideología, que aparece aquí y allá con la necesidad interna de manifestarse. Subrayo esto para que no se produzca el malentendido de que una obra se compone sólo de forma."
. "La quietud sobre la Tierra es una restricción de la materia. Considerar esta detención como primaria es una equivocación […]. La obra es también ante todo una génesis, nunca se la vive como producto" (...) Lo productivo es precisamente el camino, lo fundamental, el hacerse está por encima del ser […]. La génesis como movimiento formal es lo fundamental en la obra."
. "Estudiamos los caminos que ha seguido otra persona en la creación de su obra con el fin de conocer los caminos recorriéndolos. Este tipo de consideración nos debe preservar de considerar la obra como algo rígido, como algo imposible de cambiar."

Livia Mesa*

El vuelo del deseo

Experimenté un día
esa terrible sensación de sueño y
sin soñar
me surgió aquél:
"Ábrete el vestido
tengo un pájaro para ti".
Así fue cómo alcé el vuelo.

Y se inflaba mi vestido en el aire
y era mi habitación la que subía
o no. Entonces

la noche se nos vino encima
y las barbas puntiagudas
hablaban en secreto
-con mi madre- para criticar:
habría de convertirme en monstruo.

Pero era dichosa
y el estilo de los dichosos es
encontrar natural todo,
hasta irse de paseo por el aire.

* Nació en Medellín, Colombia. Graduada en Filosofía y Letras. Tiene varios libros publicados.

Taller de Poesía

Está abierta la inscripción para el taller de poesía, coordinado por la poeta María del Carmen Colombo*. Iniciación: primer martes del abril, de 19 a 21.
Los interesados pueden solicitar entrevista al 4923-1112 (por la mañana), o al 156-025-5595, o escribir a: colombomc@fibertel.com.ar

PLAN DE TRABAJO
Metodología.
Lectura y análisis de los textos de los participantes.. La palabra del otro como generadora de textos: práctica intensiva de la escritura.. Voces y resonancias. Propuestas estéticas: lectura de la obra de otros autores: Baudelaire - Rimbaud - Mallarmé - Valery - Eliot - Lezama Lima –Discépolo - Pizarnik Bayley - Orozco - Ortiz - Lamborghini - Bellessi- Gruss, etc.
Objetivos
. Perfeccionar la artesanía propia del oficio.
. Ahondar en aquellos temas y motivos que se manifiesten en la producción grupal e individual.
. Reconocer en los textos filiaciones y parentescos literarios.
. Adquirir una mayor conciencia del proceso creativo.
.Actividad complementaria: evaluación grupal del conjunto de los textos presentados por cada uno de los integrantes.
*María del Carmen Colombo nació en 1950 en Buenos Aires. Ha publicado: La edad necesaria (1979); Blues del amasijo (1985); Blues del amasijo y otros poemas (1992, reedit. 1998); La muda encarnación (1993) y La familia china (1999); además publicó Santo y Seña (publicación conjunta, 1984) y Folletín (Plaquetas del Herrero, 1998). Tiene un libro inédito: Bestiario sentimental. Ha recibido, en otros, el Primer Gran Premio de Poesía V Centenario (1992) y Mención Especial del Premio Nacional de Poesía, Producción 1996-1999 (2005). Integra antologías de poetas argentinos editadas en el país y en el extranjero -la más reciente Puentes/Pontes (Fondo de Cultura Económica, 2003)-. Colabora en diarios y revistas. Desde 1980 coordina talleres literarios.

lunes, marzo 17, 2008

Silvina Ocampo*

Anillos de Humo**

A José Bianco

Recuerdo el primer día que viste a Gabriel Bruno. Él caminaba por la calle vestido con su traje azul, de mecánico; simultáneamente, pasó un perro negro que al cruzar la calle, fue atropellado por un automóvil. El perro, aullando porque estaba herido, corrió junto al paredón de la vieja quinta, para guarecerse. Gabriel lo ultimó a pedradas. Desdeñaste el dolor del perro para admirar la belleza de Gabriel. -¡Degenerado! ­exclamaron las personas que te acompañaban. Amaste su perfil y su pobreza. Una tarde de Navidad, en la quinta de tu abuela, repartieron en las caballerizas (donde ya no había caballos sino automóviles), ropa y juguetes para los niños del barrio. Gabriel Bruno y una intempestiva lluvia aparecieron. Alguien dijo: ­Ese chico tiene quince años; no tiene edad para venir a esta fiesta. Es un sinvergüenza y, además, un ladrón. El padre por cinco centavos mató al panadero. Y él mató un perro herido, a pedradas. Gabriel tuvo que irse. Lo miraste hasta que desapareció bajo la lluvia. Gabriel, hijo del guardabarreras que mató no sé por cuántos centavos al panadero, para ir de su casa al almacén pasaba todos los días, con la esperanza tal vez de verte, por un callejón que separaba las dos quintas: la quinta de tu tía y la quinta de tu abuela materna, donde vivías. Sabías a qué hora Gabriel pasaba, galopando en su caballo oscuro, para ir al almacén o al mercado, y lo esperabas con el vestido que más te gustaba y con el pelo atado con la más bonita de las cintas. Te reclinabas sobre el alambrado en posturas románticas y lo llamabas con tus ojos. Bajaba del caballo, saltaba el zanjón para acercarse a Eulalia y a Magdalena, tus amigas, que no lo miraban. ¿Qué prestigio podía tener para ellas su pobreza? El traje de mecánico de Gabriel las obligaba a pensar en otros varones mejor vestidos. Hablabas a Eulalia y a Magdalena de Gabriel Bruno el día entero, en vano. Ellas no conocían los misterios del amor. Todos los días, a la hora de la siesta, corriste sola al callejón. De lejos brillaba la cinta de tu pelo como un barco de vela en miniatura o como una mariposa: la veías reflejada en la sombra. Eras la mera prolongación de tu sentimiento: el cirio que sostiene la llama. A veces, en el camino, se desataba el moño; entonces, colocando la cinta entre tus dientes, te recogías el pelo y volvías a atarlo, arrodíllada en el suelo. Como tenía que haber un pretexto para que pudieras hablar con Gabriel inventaste el pretexto de los cigarrillos: llevabas plata en tu bolsillo, se la dabas a das Gabriel para que fuera al almacén a comprarlos. Después fumaban, mirándose en los ojos. Gabriel sabía hacer anillos con el humo y te los soplaba en la cara. Reías. Pero estas escenas, tan parecidas a las escenas de amor, iban penetrando en tu corazón apasionado. Una vez unieron los cigarrillos para encenderlos. Otra vez encendiste un cigarrillo y se lo diste. Era en el mes de enero. Jubilosas las chicharras cantaban con ruido de matraca. Cuando volviste a la casa, oíste que tu padre hablaba con tu madre. Era de ti que hablaban. ­Estaba en el callejón, con ese atorrante. Con el hijo del guardabarreras. ¿Te das cuenta? Con el hijo del que mató al panadero por cinco centavos. Hay que ponerla en penitencia. ­Son cosas de chica, no hay que hacer caso. ­Tiene once años ya­, dijo tu madre. No se atrevieron a decirte nada, pero no te dejaban salir sola. Fingías dormir la siesta y en vez de correr al callejón, después de almorzar, llorabas detrás de las persianas o del mosquitero. Oíste, entre el casero y un ciclista, un diálogo insólito: hablaban de Gabriel y de ti. Dijeron que Gabriel se vanagloriaba en el almacén hablando de los cigarrillos que fumaban juntos. Decían que te había dicho palabras obscenas o con doble sentido. Te escapaste a la hora de la siesta, corriste al cerco, para perder tu anillo. Gabriel pasó a la hora de siempre. Fuiste a su encuentro. ­Vamos ­le dijiste- a las vías del tren. ­¿Para qué? ­Se cayó mi anillo al cruzar las vías ayer cuando fui al río. Verdad y mentira salían juntas de tus labios. Fueron, él a caballo y tú caminando, sin hablarse. Cuando llegaron a las vías del tren, él dejó su caballo atado a un poste y tú te arrodillaste sobre las piedras. ­¿Dónde perdió el anillo?­te preguntó, arrodillándose a tu lado. ­Aquí­dijiste, apuntando el centro de los rieles. ­Bajaron las señales. Va a pasar el tren. Salgamos de aquí ­ exclamó con desdén. ­Quiero que nos suicidemos ­le dijiste. Te tomó del brazo y te arrastró afuera de las vías, justo a tiempo. Las sombras, la trepidación, el viento, el silbato del tren, con mil ruedas pasaron sobre tu cuerpo. Para Semana Santa, Gabriel te siguió hasta la iglesia. Lo miraste dentro del aire con incienso de la iglesia, como un pez en el agua mira un pez cuando hace el amor. Fue la última entrevista. Durante veranos sucesivos, lo imaginaste deambulando por las calles, cruzando frente a las quintas, con su traje de mecánico azul y ese prestigio que le daba la pobreza.
*Escritora argentina (1903-1994).
**"Anillo de humo" fue publicado en Las invitadas, 1961 Editorial Losada.

Esteban Moore*: El avión negro y otros poemas


Transcribimos a continuación uno de los poemas del último libro del poeta argentino Esteban Moore, El avión negro y otros poemas, libro que recomendarmos no sólo por la calidad de los textos del autor, sino también por las versiones al castellano de poemas de otros autores (Wallace Stevens, Sam Hamill, Dylan Thomas, E.P. Kirk, etc.), realizadas por Moore e incluidas en este insoslayable ejemplar.

El objeto en su estado natural

No ideas but in things
Williams Carlos Williams

Los viejos rieles –bruñidos por la fricción de las ruedas
de los veloces trenes subterráneos ----brillan bajo la luz
tenue –que ilumina –el largo túnel
y en ese recto centelleo –del metal alejándose ----hacia
la próxima estación ---------------------plenamente iluminada
está el poema

a Jorge Rivelli
*Esteban Moore nació en Buenos Aires (1952).

Actividades en la Semana de la Poesía en la Casa del Escritor

El martes 25, a las 19.00, en la sede de la Casa del Escritor, Lavalleja 924, Capital Federal, se presentará la antología Poetas argentinas (1961-1980) de Ediciones del Dock. Leerán antologadas provenientes de otras provincias: Irene Ocampo, Macky Corbalán, Eliana Navarro y otras. Presenta la poeta Andi Nachon.
Jueves 27, 19.00: Leerá el poeta, ensayista y novelista español Luis Antonio Villena. A continuación: unipersonal teatral de María Inés Aldaburu sobre poemas de Susana Thénon, con proyecciones de las fotografías de Thénon.
Viernes 28, 19.00: Charla con blogers de poesía o poetas en blog. A continuación: unipersonal teatral sobre poemas de Idea Vilariño, por la actriz Paola Barrientos con dramaturgia de Conrado Geiger.
Para más información, podés llamar al tel. 5197-5084.

La Guacha, Revista de Poesía Nº 28

Ya está en los kioskos de diarios y revistas de la Argentina L a G u a c h a Revista de Poesía Edición Nacional Nº. 28, de marzo 2008-. En su páginas podrás encontrar: "Homero Manzi . Escribir letras para los hombres. ¿Dónde están los poetas del tango?" Opinan: Dolina, Carrizo, Lavié, Mactas, RodrígueZ Scilla, Angeleri. Y como siempre poemas, críticas de libros, comentarios, novedades editoriales, los ganadores del "IX Concurso Infantil"de APOA. Los encuentros poéticos del país. También los festivales del mundo. Además, "Poesía sin excusas" : revistalaguacha@yahoo.com.ar

sábado, marzo 15, 2008

La Calma, de Irene Gruss*

Por María del Carmen Colombo**

Hay en este libro un estilo que tensa el hilo de la ficción hasta el límite. Acaso el tembladeral de una existencia que irrumpe en la escena del lenguaje así lo impone.
Porque se trata de representar un mundo que incorpora los avatares del cuerpo, zonas de sombra y extrañeza, pliegues que necesitan hacerse visibles.
La escritura de Irene Gruss (Buenos Aires, 1950) se ha hecho cargo hasta el presente de este llamado vital. La calma, en este sentido, recupera las huellas dejadas en poemarios anteriores (La luz en la ventana, 1982; El mundo incompleto, 1987). Pero, hay que decirlo, esta insistencia en hacer visible lo invisible convierte su tercer poemario en un gesto de resistencia.
Resiste, Irene Gruss. Señala primero su lugar y lo ocupa. El silencio de quien carece, de quien padece la falta de letra, de palabra, es suyo (“alguna vez/tuvo el nombre de lo que tenía?”). Mujer desprovista, sí, pero deseosa (“ciega que tiene sed/quiere agua/ quiere ver el agua”) convoca a los fantasmas emblemáticos de una cultura. Contra esas voces que reproducen la canción del arquetipo, la suya intenta escandir su propio canto.
Acaso la virtud de este libro, su solidez, se juegue en el contrapunto que sabe instalar. Es la partitura coral donde se desoculta, como nunca antes, la incisiva mordacidad de una compositora. La misma que ha decidido recuperar en cada verso, en cada palabra, la música perdida. Y, con ella, “un lugar,/un toque de infancia/ una frase verdadera”.

*Texto de contratapa del libro de Irene Gruss. Editorial Tierra Firme, 1991.
** Poeta argentina (Buenos Aires, 1950).

Derivaciones: Muestra de Dibujos

Informamos que el 19 de marzo, a las 19, tendrá lugar la inauguración de Derivaciones, muestra de dibujos del artista plástico Jorge González Perrin, en Pasaje de la Piedad Nº 17 (Bmé. Mitre 1575, timbre 17). Los interesados podrán visitar esta muestra de martes a viernes de 11 a 19. Para más información, llamar al 4371-1651 o escribir a espaciodearte@ospoce.com.ar
Página oficial del artista: www.gonzalezperrin.com.ar

Comentario y traducción de un poema de María del Carmen Colombo

Una canción un tanto peculiar
por Pere Bessó* (http://perebesso.com/)
Buceando en los poemas de la poeta argentina María del Carmen Colombo** encontré uno, una "Canción"*** como la ha titulado la autora, un tanto peculiar. Y no es porque no posea alguna de las características de la canción dentro de la tradición más lírica: recursividad de aliteraciones, repeticiones líricas, estructuras -incluso fónicas- que se hacen/rehacen/deshacen en una fusión más allá de los límites del lenguaje, a la manera de Celan o Musil, sin duda, aunque también se halla la referencia al exilio agónico de París, el tratamiento de la Seine, y el juego de parelelismos léxico-sintácticos junto a los ritornellos de rigor... Todo un trabajo de orfebrería manifiesta en la depuración del lenguaje de los símbolos. Y es que quedamos atrapados en el poema radiante como el pez en el anzuelo que acaba siendo el hilo del que pende nuestro cuerpo, o el símil prístino del cabello, en este caso reducido al pelo finísimo del cual pendemos, colgamos, suspendemos..., en una estructura que se va cerrando hasta la enésima lectura. Un poema que da en su brevedad capacidad de análisis concienzudo y labrado, lleno de complicidad y aparente vaciamiento -sólo, ojo, aparente- de la anécdota. Uno más de los rasgos de homenaje a la aniquilación de la identidad a la manera de Celan... Sin duda, Colombo es un referente inexcusable de la poesía en plena productividad más interesante del panorama actual argentino. Y no sólo de mujeres.

*Pere Bessó, (València, 1951). Poeta y traductor. Licenciado en Filología Moderna. Catedrático de Lengua y Literatura Españolas en el IB de Mislata.
**Poeta argentina (1950).

***CANÇÓ/
A Paul Celan

agònic pèl de cendra
brillant de l’ham
pendola un peix
el teu llenguatge
a l’ombra del sena
d’altres aigües suspén
tota respiració fa un silenci

fi el fil del cos
un peix un pèl
penja les seues escates el teu llenguatge
a l’ham de l’aire
aqueix silenci tota respiració

CANCIÓN
A Paul Celan

agónico pelo de ceniza
brillante del anzuelo
pende un pez
tu lenguaje
a la sombra del sena
de otras aguas suspende
toda respiración hace un silencio

fino el hilo del cuerpo
un pez un pelo
cuelga sus escamas tu lenguaje
en el anzuelo del aire
ese silencio toda respiración
Poema incluido en el libro de María del Carmen Colombo, Blues del amasijo.

Presentación del nuevo libro de Liliana Heer


El 25 de marzo a las 18.30 en la Biblioteca Nacional, auditorio "Jorge Luis Borges" --Agüero 1552, primer piso, Capital Federal, se presentará Neón, el nuevo libro de la escritora Liliana Heer. Hablarán acerca de la obra: María Pía López, Laura Klein y Adrián Cangi. Entrada libre.

jueves, marzo 13, 2008

Beatriz Ventura*

Moby Dick

que ella que alta mar que muelle de relámpagos
oh qué dirán que sinrazón que prisa por pausar
que nadie conoció ni juzgará por no morder azul
de aves por demás extintas

ella cronológica de pies serviciales
como huellas que la he conocido y que la hubieran
juzgado qué diario escribiré qué lápida pondré
en su partida

multitudes que de preñada medalla trajo a beber
en esa plaga de generosidad que sustento no dan
y retiran plumaje escarbado con resaca de
continentes abierto a vivir con grietas para
nidos y bocas ajenas para el cuerpo febril
lumínico de su boca

que fui sombra de la voz la extraña aquella
de mañanas ojerosas como las mías qué sepulcro
haré vibrar con pulmones hurtados a sus raíces
que resuenan o resbalan

ella que duende de desperdicios que frágil
aleta en el vino que madonna junto a la muñeca
que en un cúmulo de mímica impacienta tanta
ruina que no respira tan pacífico naufragio

*Poeta argentina nacida en 1949, en Buenos Aires. Traductora. El poema que se transcribe está incluido en su libro El ojo ajeno.

Clarice Lispector

"El acto creador es peligroso porque la gente puede ir y no volver más. Por eso yo procuro rodear mi vida de personas sólidas, concretas, de mis hijos, de una empleada, de una señora que vive conmigo y que es muy equilibrada. Para que yo pueda ir y venir de la literatura sin el peligro de quedarme allá. (...) Lo cotidiano como factor de equilibro de las incursiones por lo desconocido de la creación."*

*Entrevista realizada para la revista Textura 3, pág. 25.

Universidad Nacional de General Sarmiento

El Centro de las Artes de la Universidad Nacional de General Sarmiento informa de la apertura de su Taller gratuito de Poesía 2008, coordinado por el poeta Jorge Rivelli (director de la Revista Omero Poesía), que se dictará en la Calle Roca 850, esquina Muñoz, San Miguel, Provincia de Buenos Aires.
Inscripción: 10 al 29 de marzo: lunes a viernes de 11 a 18.30 y sábados de 14 a 18.
Para mayor información, comunicarse al 4451-4575. O entrar a http://www.ungs.edu.ar/

miércoles, marzo 12, 2008

Clarice Lispector

Crónica del 28 de setiembre de 1971, Jornal do Brasil*
"Un domingo a la tarde sola en casa me doblé en dos hacia delante --como con dolores de parto-- y vi que la niña en mí estaba muriendo. Nunca olvidaré ese domingo. Para cicatrizar me llevó días. Y heme aquí. Dura, silenciosa y heroica. Sin niña dentro de mí."
* Extractado de Revelación de un mundo, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2004.

martes, marzo 11, 2008

Clarice Lispector*, periodista

Espejo Mágico (publicado en Diário da Noite, 28 de abril de 1960)
No sólo el espejo de la madrastra de Blancanieves es mágico. La verdad es
que todo espejo tiene la misma magia. ¿Recuerdan a la madrastra malvada? Ella tomaba el espejo –probablemente era un espejo de cartera– y preguntaba:
–¿Quién es más linda que yo?
El espejo respondía. Como cualquier espejo.
No se desanime por lo que cualquier espejo puede responder. Las respuestas no son tan crueles, son informativas, y de usted depende el uso de las informaciones.
Sólo que la pregunta de la reina no cabe. Y no importa. Usted no debe preguntar: “Quién es más linda que yo”. Es mejor preguntarle al espejo: “¿Cómo puedo estar más linda de lo que soy?”.
Aquí los ingredientes para un espejo mágico: 1) un espejo propiamente dicho, preferentemente uno de cuerpo entero, 2) usted delante de ese espejo, 3) coraje.
Sólo porque hablé de coraje apuesto a que se está preparando para descubrir algo amedrentador. No es eso. Coraje para verse, en vez de imaginarse. Y, sin darse cuenta, encontrar algún plan cuyo objetivo secreto sea llegar a ser lo que usted imaginó. Pero recuerde: la imaginación sólo nos sirve cuando está basada en la realidad. Su “material de trabajo” es la realidad respecto de usted misma.
No le voy a decir lo que tiene que hacer para mejorar su apariencia. No tengo la pretensión de enseñarle al pez a nadar. Hay sólo una cosa que usted no sabe: que sabe nadar. Quiero decir: si tiene confianza en sí misma, descubrirá que sabe mucho más de lo que piensa. Pero, de cualquier manera, estaré aquí para ayudarla a no olvidar lo que sabe
.
*Escritora brasileña (1920-1977).

jueves, marzo 06, 2008

Muerte de una escritora: adiós a Susana Silvestre*

Como estoy sin palabras ante esta muy triste noticia, he decidido transcribir el siguiente comunicado de la SEA (Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina), que me ha llegado vía email:

Cuando desde la SEA la llamamos para pedirle su adhesión a la campaña por la Pensión para los Escritores, Susana no dudó un instante y envío por correo su más ferviente apoyo a la causa.

Pudimos verla en persona antes de terminar el año 2007, aquí en la SEA, sobreponiéndose a los dolores de un cáncer terminal, sin abandonar la sonrisa ni el buen humor.

Justamente, al terminar el 2007 había ganado nada menos que el premio Casa de las Américas, por la novela “Mil y una”, recreación argentina y contemporánea de la saga de Sherezade, del Decamerón y de los no menos clásicos Cuentos de Canterbury.

Como ella solía decir, pudo publicar cuentos y novelas en importantes sellos argentinos hasta 1995, año en que sobrevino la brutal concentración y el achicamiento del mercado editorial del país, seguida de una preceptiva “global” a los autores, para que escribieran pensando en un público “más amplio”.

Como Susana Silvestre era una autora, una creadora de verdad, se resistió al adocenamiento que querían imponerle. Y la victoria fue ese premio Casa que obtuvo el año pasado, con una hermosa novela que ahora sí, tal vez, consiga la distribución y la prensa que se merece.

El pasado domingo 2 de marzo, el agravamiento de su enfermedad y el dolor corporal, insoportable, la llevaron a quitarse la vida.

Las Escritoras y Escritores de la Argentina –sin excepción- lamentamos la pérdida, tan temprana, de Susana Silvestre.

Una cita de la última carta de Van Gogh, carta que fue encontrada en su chaqueta el día de su muerte, contiene el mismo mensaje que nos podría haber enviado a todos Susana Silvestre, antes de partir:

“Finalmente, sólo podemos hacer hablar a nuestras obras”.

COMISIÓN DIRECTIVA DE LA SEA
* Había nacido en San Justo, provincia de Buenos Aires, en 1950. Su primer libro de cuentos, El espectáculo del mundo, recibió el premio "Roberto Arlt", otorgado por la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, en 1982. Su obra Los humos de Clitemnestra (cuentos, inédita) fue premiada con mención del Fondo Nacional de las Artes en 1994. En el bienio 1990-91 recibió el Premio Municipal. Publicó además las novelas Si yo muero primero (Editorial Letra Buena, 1992), Mucho amor en inglés (Emecé Editores, 1994), No te olvides de mí (Editorial Planeta, 1995), Biografía no autorizada (Alción editora, 2004) y el libro de cuentos Todos amamos el lenguaje del pueblo (Ediciones Simurg, 2002). La biografía Delfina y Pancho Ramírez fue publicada por Editorial Planeta en 1999. Incursionó en el cine, para el que escribió el guión de La vida según Muriel.

miércoles, marzo 05, 2008

Macky Corbalán*

La sombra de la curva
Sobre la superficie desarreglada de
la sábana, una sombra igualmente
irregular, indócil, aliada de la luz
y los objetos. Dibujo de suaves
colinas, me fascina su existencia antes
que esas caderas impúdicas y crudas
que son su pretencioso origen.
Tiene más vida ese mapa de oscuros
contornos que el corazón que bombea,
apresurado, una sangre que ya no es suya.
*Macky Corbalán nació en Cutral-Có, provincia de Neuquén, Argentina, en 1963. Publicó La pasajera de arena (1992), Inferno (1999) y Como mil flores (2008). Actualmente integra el grupo "Fugitivas del desierto" y edita junto a Valeria Flores la boletina lésbica y feminista La sociedad de las extrañas.

lunes, marzo 03, 2008

Concepción Bertone*

INVIERNO (del libro “Citas”)

La mujer de la bata gastada
barre las hojas de la vereda
ajena a la mirada que la desnuda. Barre
una llamarada de hojas de fresno
y enciende un fósforo
para que el fuego
la apague.

*Nació en Rosario, Argentina, el 23 de abril de 1947. Es poeta, ensayista y crítica literaria. Fue coeditora de la revista literaria Cuadernas. Ha publicado: De la piel hacia adentro, poesía (1973.), El vuelo inmóvil (1983), Citas (1993), Aria Da Capo ( 2005), Las 40 (Antología que reúne a tres generaciones de poetas vivas de la provincia de Santa Fe).