lunes, febrero 24, 2020

Pier Paolo Pasolini


“La poesía no es una mercancía porque no es consumible. Es hora de decirlo: este parangonar la obra con un producto y a sus destinatarios como consumidores puede ser una metáfora divertida e ingeniosa. Pero nada más opuesto a la verdad. Antes bien, quien se atreve a decir en serio una cosa semejante no es sino un imbécil. La poesía no se produce “en serie”: no es, en consecuencia, un producto. Y el lector de poesía puede leer hasta un millón de veces un poema: jamás lo consumirá. Por el contrario, y por extraño que parezca, acaso a la millonésima vez es posible que le parezca más extraño, nuevo y escandaloso que la primera. La poesía no es un valor meta histórico porque ni se escribe ni se lee fuera de la historia. Es en todo caso, híper histórica porque su carga de ambigüedad no se agota en ningún momento histórico concreto.”


 De la nota, 23 de febrero de 2020

Las tribulaciones de Pier Paolo Pasolini 

La rabia del marginado

Sadie Madhur: Pequeño mamífero eléctrico




"Hay topos alrededor del mundo, hay caballos,
hay nutrias. Hay patos alrededor del mundo, hay
murciélagos por todos lados. Hay unos blancos que
parecen de peluche. Son osos
pequeños y otros inventos de costureras creativas.
Hay de todo en el mundo. Hay miles de seres, de
reinos, de cosas animadas e inanimadas."


domingo, febrero 09, 2020

Jacobo Fijman: El canto del cisne




EL CANTO DEL CISNE

Demencia:
el camino más alto y más desierto.

Oficio de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.

Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.

Se erizan los cabellos del espanto.

La mucha luz alaba su inocencia.

El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.

Cuerdas de los silencios más eternos.

Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?

Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.

¡Piedad!


*De su libro Molino rojo, 1926.
**  (Uriff, Besarabia, 1898-Buenos Aires, 1970).