lunes, diciembre 28, 2009

La gallina de César Vallejo

LÁNGUIDAMENTE SU LICOR
Tendríamos ya una edad misericordiosa, cuando mi padre ordenó nuestro ingreso a la escuela. Cura de amor, una tarde lluviosa de febrero, mamá ser­vía en la cocina el yantar de oración. En el corredor de abajo, estaban sen­tados a la mesa mi padre y mis hermanos mayores. Y mi madre iba sentada al pie del mismo fuego del hogar. Tocaron a la puerta.
—Tocan a la puerta! —mi madre.

—Tocan a la puerta! —mi propia madre.

—Tocan a la puerta! —dijo toda mi madre, tocándose las entrañas a trastes infinitos, sobre toda la altura de quien viene.

—Anda, Nativa, la hija, a ver quién viene.

Y, sin esperar la venia maternal, fuera Miguel, el hijo, quien salió a ver quién venía así, oponiéndose a lo ancho de nosotros.

Un tiempo de rúa contuvo a mi familia. Mamá salió, avanzando inversam­ente y como si hubiera dicho: las pastes. Se hizo patio afuera. Nativa llo­raba de una tal visita, de un tal patio y de la mano de mi madre. Entonces y cuando, dolor y paladar techaron nuestras frentes.

—Porque no le dejé que saliese a la puerta, —Nativa, la hija—, me ha echado Miguel al pavo. A su pavo.

¡Qué diestra de subprefecto, la diestra del padrE, revelando, el hombre, las falanjas filiales del niño! Podía así otorgarle las venturas que el hombre ­deseara más tarde. Sin embargo:

—Y mañana, a la escuela, —disertó magistralmente el padre, ante el público semanal de sus hijos.

—Y tal, la ley, la causa de la ley. Y tal también la vida.

Mamá debió llorar, gimiendo a penas la madre. Ya nadie quiso comer. En los labios del padre cupo, para salir rompiéndose, una fina cuchara que conozco. En las fraternas bocas, la absorta amargura del hijo, quedó atra­vesada.

Más, luego, de improviso, salió de un albañal de aguas llovedizas y de aquel mismo patio de la visita mala, una gallina, no ajena ni ponedora, sino brutal y negra. Cloqueaba en mi garganta. Fue una gallina vieja, maternal mente viuda de unos pollos que no llegaron a incubarse. Origen olvidado de ese instante, la gallina era viuda de sus hijos. Fueron hallados vacíos todos los huevos. La clueca después tuvo el verbo.

Nadie la espantó. Y de espantarla, nadie dejó arrullarse por su gran ca­lofrío maternal.

—¿Dónde están los hijos de la gallina vieja?

—¿Dónde están los pollos de la gallina vieja?

¡Pobrecitos! ¡Dónde estarían!

martes, diciembre 15, 2009

Homenaje al poeta Daniel Chirom

Hoy, martes 15 de diciembre a las 19, en el Centro Recoleta sala CeDIP, se realizará un homenaje al poeta Daniel Chirom. Hablarán, entre otros, Hermengildo Sábat y el poeta Jorge Aulicino.

lunes, diciembre 14, 2009

Inconveniente superado

Queridos amigos de este blog del amasijo, debido a un desperfecto de mi PC, he tenido que suspender la actividad en este blog durante varios días. Quería informarles que, por suerte, el inconveniente ya está superado.

viernes, noviembre 27, 2009

Joaquín Giannuzzi*: La gallina

Mi ventana se abría hacia el jardín
como a una fresca prehistoria. Estaba allí
gallarda señora, de moteada pluma nerviosa
abultando el pecho hacia el sol, como un posible
lenguaje orgulloso: una gracia personal en un carácter,
paseando la certeza de la especie, picoteando
semillas, cáscaras, gusanos, regida
por la orientación instantánea de sus ojos.
Y de pronto una ráfaga fría paralizó
en un rápido pánico su ardiente cabeza:
y la noción del cambio
fue un oscuro dolor en su aterrado cerebro.
Entonces le transferí
los deseos de un universo estable
lo bastante iluminado para seguir comiendo:
un ritmo puntual que desmintiera
mi humillada respiración detrás del vidrio,
el triste conocimiento de la pérdida.

*Poeta argentino (Buenos Aires, 1924-Salta, 2004).

Selene García*: Más gallinas

Alrededor de mi espejo
la colección de estampas. Besaría
en la boca a diosito, a la Guadalupe
si entraras en la casa. De mí
sabré entonces que no alcanzo
a ver los ojos a las gallinas, mis brazos
viejos ya para servirte.
No hace falta que hagas nada, dirías
si voy a quedarme.
Pero el silencio
avanza aunque asome en las ventanas
la promesa de la lluvia, de mirar
algo más que la sequía. Así permanezco
y soy como el barro, que árido y desnudo
de sombra palidece.

*Selene García, nació en 1975 en Capital Federal, Argentina. Publicó poemas en la antología 13 poesía y narrativa de chicas argentinas 2004, colección Práctica de Conjuntos, 2004, Protocultura Editores, Mendoza. También publicó poemas en la antología Felicidades, 18 poetas antología en el año 2005. Estudió edición en la UBA. Actualmente reside en Italia.

jueves, noviembre 26, 2009

Girondo: "Cuando ponen un huevo/yo también cacareo

Comunión plenaria

Los nervios se me adhieren
al barro, a las paredes,
abrazan los ramajes,
penetran en la tierra,
se esparcen por el aire,
hasta alcanzar el cielo.

El mármol, los caballos
tienen mis propias venas.
Cualquier dolor lastima
mi carne, mi esqueleto.
¡Las veces que me he muerto
al ver matar un toro!...

Si diviso una nube
debo emprender el vuelo.
Si una mujer se acuesta
yo me acuesto con ella.
Cuántas veces me he dicho:
¿Seré yo esa piedra?

Nunca sigo un cadáver
sin quedarme a su lado.
Cuando ponen un huevo,
yo también cacareo.
Basta que alguien me piense
para ser un recuerdo.

*Del libro, Persuasión de los días. (Véase obras de Oliverio Girondo, Ed. Losada, 1968).

Helene Cixous: Gallinas III

“¿Era yo una mujer? Al revivir esta pregunta interpelo a toda la Historia de las mujeres. Una Historia hecha de millones de historias singulares, pero atravesada por las mismas preguntas, los mismos terrores, las mismas incertidumbres. Las mismas esperanzas por las que hasta hace poco sólo se abrían paso con sentimiento, resignación o desesperanza. ¿Tomarme por una mujer? ¿De qué manera? Habría detestado “tomarme por” una mujer, si me hubieran tomado por una mujer.
Te agarran por los pechos, te despluman el trasero, te tiran en una cacerola, te saltean al esperma, te engrasan con aceite conyugal, te encierran en tu jaula. Y ahora, pon tus huevos.
¡Qué difícil nos vuelven hacernos mujer cuando lo que esto significa es hacernos gallina!

*Escritora francesa (Argelia, 1937).
*Fragmento del libro La llegada a la escritura.

Clarice Lispector: Gallinas II

Era una gallina de domingo. Todavía vivía porque no pasaba de las nueve de la mañana. Parecía calma. Desde el sábado se había encogido en un rincón de la cocina. No miraba a nadie, nadie la miraba a ella. Aun cuando la eligieron, palpando su intimidad con indiferencia, no supieron decir si era gorda o flaca. Nunca se adivinaría en ella un anhelo.
Por eso fue una sorpresa cuando la vieron abrir las alas de vuelo corto, hinchar el pecho y, en dos o tres intentos, alcanzar el muro de la terraza. Todavía vaciló un instante -el tiempo para que la cocinera diera un grito- y en breve estaba en la terraza del vecino, de donde, en otro vuelo desordenado, alcanzó un tejado. Allí quedó como un adorno mal colocado, dudando ora en uno, ora en otro pie. La familia fue llamada con urgencia y consternada vio el almuerzo junto a una chimenea. El dueño de la casa, recordando la doble necesidad de hacer esporádicamente algún deporte y almorzar, vistió radiante un traje de baño y decidió seguir el itinerario de la gallina: con saltos cautelosos alcanzó el tejado donde ésta, vacilante y trémula, escogía con premura otro rumbo. La persecución se tornó más intensa. De tejado en tejado recorrió más de una manzana de la calle. Poca afecta a una lucha más salvaje por la vida, la gallina debía decidir por sí misma los caminos a tomar, sin ningún auxilio de su raza. El muchacho, sin embargo, era un cazador adormecido. Y por ínfima que fuese la presa había sonado para él el grito de conquista.
Sola en el mundo, sin padre ni madre, ella corría, respiraba agitada, muda, concentrada. A veces, en la fuga, sobrevolaba ansiosa un mundo de tejados y mientras el chico trepaba a otros dificultosamente, ella tenía tiempo de recuperarse por un momento. ¡Y entonces parecía tan libre!
Estúpida, tímida y libre. No victoriosa como sería un gallo en fuga. ¿Qué es lo que había en sus vísceras para hacer de ella un ser? La gallina es un ser. Aunque es cierto que no se podría contar con ella para nada. Ni ella misma contaba consigo, de la manera en que el gallo cree en su cresta. Su única ventaja era que había tantas gallinas, que aunque muriera una surgiría en ese mismo instante otra tan igual como si fuese ella misma.
Finalmente, una de las veces que se detuvo para gozar su fuga, el muchacho la alcanzó. Entre gritos y plumas fue apresada. Y enseguida cargada en triunfo por un ala a través de las tejas, y depositada en el piso de la cocina con cierta violencia. Todavía atontada, se sacudió un poco, entre cacareos roncos e indecisos.
Fue entonces cuando sucedió. De puros nervios la gallina puso un huevo. Sorprendida, exhausta. Quizás fue prematuro. Pero después que naciera a la maternidad parecía una vieja madre acostumbrada a ella. Sentada sobre el huevo, respiraba mientras abría y cerraba los ojos. Su corazón tan pequeño en un plato, ahora elevaba y bajaba las plumas, llenando de tibieza aquello que nunca podría ser un huevo. Solamente la niña estaba cerca y observaba todo, aterrorizada. Apenas consiguió desprenderse del acontecimiento, se despegó del suelo y escapó a los gritos:
-¡Mamá, mamá, no mates a la gallina, puso un huevo!, ¡ella quiere nuestro bien!
Todos corrieron de nuevo a la cocina y enmudecidos rodearon a la joven parturienta. Entibiando a su hijo, ella no estaba ni suave ni arisca, ni alegre ni triste, no era nada, solamente una gallina. Lo que no sugería ningún sentimiento especial. El padre, la madre, la hija, hacía ya bastante tiempo que la miraban sin experimentar ningún sentimiento determinado. Nunca nadie acarició la cabeza de la gallina. El padre, por fin, decidió con cierta brusquedad:
-¡Si mandas matar a esta gallina, nunca más volveré a comer gallina en mi vida!
-¡Y yo tampoco -juró la niña con ardor.
La madre, cansada, se encogió de hombros.
Inconsciente de la vida que le fue entregada, la gallina empezó a vivir con la familia. La niña, de regreso del colegio, arrojaba el portafolios lejos sin interrumpir sus carreras hacia la cocina. El padre todavía recordaba de vez en cuando: ¡"Y pensar que yo la obligué a correr en ese estado!" La gallina se transformó en la dueña de la casa. Todos, menos ella, lo sabían. Continuó su existencia entre la cocina y los muros de la casa, usando de sus dos capacidades: la apatía y el sobresalto.
Pero cuando todos estaban quietos en la casa y parecían haberla olvidado, se llenaba de un pequeño valor, restos de la gran fuga, y circulaba por los ladrillos, levantando el cuerpo por detrás de la cabeza pausadamente, como en un campo, aunque la pequeña cabeza la traicionara: moviéndose ya rápida y vibrátil, con el viejo susto de su especie mecanizado.
Una que otra vez, al final más raramente, la gallina recordaba que se había recortado contra el aire al borde del tejado, pronta a renunciar. En esos momentos llenaba los pulmones con el aire impuro de la cocina y, si se les hubiese dado cantar a las hembras, ella, si bien no cantaría, cuando menos quedaría más contenta. Aunque ni siquiera en esos instantes la expresión de su vacía cabeza se alteraba. En la fuga, en el descanso, cuando dio a luz, o mordisqueando maíz, la suya continuaba siendo una cabeza de gallina, la misma que fuera desdeñada en los comienzos de los siglos.
Hasta que un día la mataron, se la comieron y pasaron los años.
*Narradora brasileña (Ucrania,1920-Brasil, 1977).

Agenda Casa de la Lectura

Casa de la Lectura, Lavalleja 924, entrada libre y gratuita
Jueves 26/11: presenación de libros-objeto de Editorial Tocadesata, performance visual.
Viernes 27/11: cierre del año con una fiesta. (podés tomar algo, charlar y escuchar tangos cantados por Walter Romero) A partir de las 20.
En diciembre habrá una actividad el día 17, a raíz de que llega un poeta residente en Brasil (se informará cerca de esa fecha).

Chéjov: Gallinas...

"(…) Mi padre tenía gallinas de las razas más variadas y extraordinarias y de una constitución tan delicada, que no podían soportar los fríos invernales y causaban al criador muchas preocupaciones e inquietudes. Sus relaciones con las gallinas eran tan complejas e íntimas que era difícil descifrarlas. Cuando el gallo no cortejaba a la gallina que mi padre había designado para tal objeto, en el corral se oían gritos e insultos y el gallo huía de mi padre, clamando por socorro; todo el gallinero se alborotaba, y mi padre, enfurecido, se alejaba a su gabinete. Pero cuando llegaba el momento de “cargar la incubadora” (los huevos se empollaban, naturalmente, en forma artificial), se ponía en movimiento toda la casa. La sirvienta calentaba el agua, mi hermano llevaba esa agua al cuarto con la incubadora, yo cuidaba del termómetro y la lámpara, mientras que mi padre disponía sobre la red de la incubadora los huevos, marcando en ellos las fechas, las razas, etc. Y cuando, al cabo de tres semanas, salían de los huevos los pollitos, mi madre y yo debíamos representar a la gallina clueca, pronunciando tiú-tiú-tiú y golpeando con un dedo contra la mesa ante el pico mismo de cada pollito, al paso que mi padre inventaba en ese tiempo toda clase de dispositivos, los cuales, bajando de arriba sobre las diminutas espaldas de toda la gran familia de pollitos recién nacidos, debían crear para éstos la ilusión de la pancita vellosa de la gallina."*
*Texto extraído del libro Autobiografía (Ediciones Índice, Buenos Aires, 1960).

miércoles, noviembre 25, 2009

Evento recomendado, en tiempo y forma

Ediciones en Danza, presenta el Libro Primeras poetas argentinas. La cita es hoy, 25 de noviembre, a las 19, en el Centro Cultural MOCA, Av. Montes de Oca 169, a las 19. Presentan: Javier Cófreces, Gabriela Franco y Eduardo Mileo. Leerán poemas: Irene Gruss, Andy Nachón y Susana Villalba.

Horacio Tarcus: Cartas de una hermandad

El martes 1 de diciembre, a las 20, en el Imaginario Cultural (Bulnes y Guardia Vieja) se presentará el libro del escritor Horacio Tarcus, Cartas de una hermandad (L. Lugones, H. Quiroga, E. Martínez Estrada, etcétera).
La presentación estará a cargo de la escritora Laura Klein. Leerán fragmentos de las cartas: María Mascheroni, Daniel Martucci, y Paco Redondo.

martes, noviembre 24, 2009

Hélène Cixous

"Soy para ti lo que tú quieres que sea en el momento en que me miras tal como no me habías visto nunca: en cada instante. Cuando escribo, todos los que no sabemos que podemos ser se escriben desde mí, sin exclusión, sin previsión, y todo lo que seremos nos conduce a la incansable, embriagadora, implacable búsqueda de amor. Nunca sufriremos carencia de nosotras mismas. "


Extractado de La risa de la medusa. Ensayo sobre la escritura (traducción de Ana María Moix), Barcelona, Anthropos, 1995, pp. 13-107.

Mora Torres*: Una lectura de San Juan de la Cruz**

VII
Como quien queriendo apartarse del diario íntimo de su amor
se acercara a la luz y trajera una lupa
y pretendiera descifrar lo que está escrito para un solo lector
y disfrazado de borrón para no ser comprendido,
Me acercara yo al libro.
La palabra cualquiera
sopló tres veces en la noche con diferentes vientos,
dividiéndose como una parturienta en dos.
Cual-quiera era el que quisiera, quien quisiera tendría
la noche purgatorio, la noche iluminante y la noche que une.

VIII
Detrás del raso de la lámpara que esculpe en celeste
su sombra en la pared, transportados por especies de pájaros-alma,
mis dedos espiritualizados dan vuelta,
En rara danza, con un ritmo de abanico, las hojas.
Y detrás lo desconocido arde en estrellas de conocimiento,
prados de más allá de la razón traen sus brasas y su ternura;
detrás de las colinas de la razón, en lo alto de la más pura idea
que es como un dibujo de los contornos del pensamiento;
detrás del papel el mundo que se abre en selva es alegría.

IX
He tratado de llevar ese espacio de perfecta frialdad, finura y calma
para habitarlo mientras leo a San Juan de la Cruz;
transporté las paredes, las puertas y vitrales de un palacio de sustancia intocable
para sentarme a la espera de estos dones y frutos;
una mujer de pálida serenidad, que ha comenzado a acunar su vejez con cierto orgullo,
en cuyo abrazo el Niño yace dentro del hueco de unas alas,
suspendido entre el día de Navidad y el viernes del Gólgota.

*Mora Torres nació en Santa Fe (1949). Publicó: Como quien entra a una fiesta (1988). Recibió diversos premios. Tiene inéditos varios de sus libros.
**Los poemas que se transcriben pertenecen a su libro Jugar en noche oscura (2004).

lunes, noviembre 23, 2009

Delmira: Yo soy el cisne errante de los sangrientos rastros

Ceguera
Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé…
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.

¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!

Nocturno
Engarzado en la noche el lago de tu alma,
diríase una tela de cristal y de calma
tramada por las grandes arañas del desvelo.

Nata de agua lustral en vaso de alabastros;
espejo de pureza que abrillantas los astros
y reflejas la cima de la Vida en un cielo…
Yo soy el cisne errante de los sangrientos rastros,
voy manchando los lagos y remontando el vuelo.

Lo inefable
Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor.

de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida
devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?

Cumbre de los Martirios…! Llevar eternamente,
desgarradora y árida, la trágica simiente
clavada en las entrañas como un diente feroz…!

Pero arrancarla un día en una flor que abriera
milagrosa, inviolable… Ah, más grande no fuera
tener entre las manos la cabeza de Dios!

Un alma
Bajo los grandes cielos
afelpados de sombras o dorados de soles
arropada en el manto
pálido y torrencial de mi melancolía,
con una astral indiferencia miro
pasar las intemperies…

Ceños
de los reconcentrados horizontes;
aletazos de fuego del relámpago;
deshielos de las nubes;
fantásticos tropeles
desmelenados de los huracanes;
pórticos esmaltados de los iris
abiertos a las fúlgidas bonanzas:
¡Pasad!... Yo miro indiferente y fija.
¡Indiferente y fija como un astro!



*Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay, 1887- 1914). En 1907 edita El libro blanco, al que siguen Cantos de la mañana (1910) Los cálices vacíos (1913), y El rosario de Eros (1924).
*Estos poemas están incluidos en el libro Poesías completas, Losada,1962.

Henri Michaux: Tengo siete u ocho sentidos, uno de ellos el sentido de lo que falta

Muerte de un pájaro
Tenía un color magnífico; era un Carpintero,
Le descargué mis perdigones,
Pareció titubear, luego cayó sobre una ancha hoja de palmera.
Lo tomé en mi mano. Era así: oro, negro, rojo.
Lo palpé, le desplegué las alas, lo examiné minuciosa y largamente: Estaba intacto.
Debió morir de una conmoción súbita.

He nacido agujereado
Sopla un viento tremendo.
No es sino un pequeño agujero en mi pecho,
pero sopla en él un viento tremendo.
Pueblecito de Quito, tú no eres para mí.
Yo necesito odio, y envidia; ésta es mi salud.
Es una gran ciudad la que necesito.
Un gran consumo de envidia.

No es sino un pequeño agujero en mi pecho,
pero sopla en él un viento tremendo.
En el agujero hay odio (siempre), espanto también
e impotencia.
Hay impotencia y el viento está cargado de ella;
fuerte como los torbellinos,
rompería una aguja de acero,
y no es más que un viento sin embargo, un vacío.
¡Caiga la maldición sobre toda la tierra, sobre toda
la civilización, sobre todos los seres en la superficie
de todos los planetas, a causa de este vacío!
Un señor crítico ha dicho que yo no alimentaba
odio.
Este vacío, he ahí mi respuesta.
¡Qué mal se está, ay, en mi pellejo!
Siento la necesidad de llorar sobre el pan de lujo de la
dominación y del amor, sobre el pan de gloria
que está afuera.
Siento la necesidad de mirar por el cuadro de la ventana,
que está vacío como yo, que no se alimenta de nada.
Dije llorar: no, es un barreno a frío, que barrena,
barrena incansablemente,
como sobre una viga de haya en la que 200 generaciones
de gusanos se hubiesen legado esta herencia; "barrena, barrena..."
Esto ocurre a la izquierda, no digo que sea el corazón.
Digo agujero, y no digo más, es rabia y contra ella no puedo.
Tengo siete u ocho sentidos. Uno de ellos: el sentido
de lo que falta.
Lo toco y lo palpo como se palpa una madera,
una madera que sería más bien una gran selva de
esas que ya no se ven en Europa desde hace mucho.
Y esto es mi vida, mi vida en medio del vacío.
Si este vacío desaparece, yo me busco, enloquezco y
eso es todavía peor./Yo me he construido sobre una columna ausente.
¿Qué habría dicho el Cristo si hubiese estado hecho
de este modo?
Hay algunas de estas enfermedades que, si se las cura, no le dejan
nada al hombre.
Muere pronto, era demasiado tarde.
¿Puede acaso una mujer contentarse solamente con odio?
Si es así, amadme, amadme mucho y no dejéis de decírmelo,
y que alguna de vosotras me escriba.
¿Pero qué significa este ínfimo ser?
Casi no lo había advertido.
Ni dos nalgas ni un gran corazón pueden llenar mi vacío.
Ni ojos llenos de Inglaterra y de ensueños, como suele decirse.
Ni una voz cantante que dijese completivo y calor.

Los estremecimientos encuentran en mí un frío siempre alerta.
Mi vacío es un gran glotón, gran moledor, gran aniquilador.
Mi vacío es algodón y silencio.
Silencio que todo lo detiene.
Un silencio de estrellas.
Y aunque ese agujero es profundo carece totalmente de forma.
Las palabras no lo encuentran,
chapotean a su alrededor.
Siempre he admirado a esos que por creerse revolucionarios
se consideraban hermanos.
Hablaban los unos de los otros con emoción: chorreaban como sopa.
Eso no es odio, amigos míos, eso es gelatina.
El odio es siempre duro,
hiere a los demás,
pero también desgarra al hombre en su interior,
continuamente.
Es el reverso del odio.
Y no hay nada que hacer. No hay nada que hacer.

(De Ecuador, 1929)

Mi vida
Te vas sin mí, vida mía.
Ruedas,
mientras yo espero dar un paso todavía.
Siempre libras la batalla en otra parte.
De ese modo, me abandonas.
Nunca te he seguido.

Nada claro vislumbro en tus ofrecimientos.
Lo muy poco que ansío, nunca lo traes.
A causa de ese olvido, ¡es tanto a lo que aspiro!
A tantas cosas, casi al infinito…
A causa de ese poco que falta, que tú nunca traes.

(De La noche se agita, 1934)

*Poemas extractados del libro Michaux, poemas (Fabril Editora, 1959). Traducción Lysandro Galtier.

sábado, noviembre 21, 2009

Eventos recomendados

Ediciones en Danza, presenta el Libro Primeras poetas argentinas. La cita es el 26 de noviembre, a las 19, en el Centro Cultural MOCA, Av. Montes de Oca 169, a las 19. Presentan: Javier Cófreces, Gabriela Franco y Eduardo Mileo. Leerán poemas: Irene Gruss, Andy Nachón y Susana Villalba.

jueves, noviembre 19, 2009

García Lorca: Luna y panorama de los insectos

(El poeta pide ayuda a la Virgen)

Pido a la divina Madre de Dios,
reina celeste de todo lo criado,
me dé la pura luz de los animalitos
que tienen una sola letra en su vocabulario,
animales sin alma, simples formas,
lejos de la despreciable sabiduría del gato,
lejos de la profundidad ficticia de los búhos,
lejos de la escultórica sapiencia del caballo,
criaturas que aman sin ojos,
con un solo sentido de infinito ondulado
y que se agrupan en grandes montones
para ser comidos por los pájaros.

Pido la sola dimensión
que tienen los pequeños animales planos,
para marrar cosas cubiertas de tierra
bajo la dura inocencia del zapato;
no hay quien llore porque comprenda
el millón de muertecitas que tiene el mercado,
esa muchedumbre china de las cebollas decapitadas
y ese gran sol amarillo de viejos peces aplastados.
Tú, Madre siempre temible. Ballena de todos los cielos.
Tú, Madre siempre bromista. Vecina del perejil pestado.
Sabes que yo comprendo la carne mínima del mundo.

miércoles, noviembre 18, 2009

Hilda Rais: "Un ensayo es provocar la eternidad..."


Ediciones del Dock presentará el lunes 23 de noviembre a las 19, en la calle Humboldt 1857, el nuevo libro de la poeta Hilda Rais, Ensayo y serenata. Participarán la escritora Angélica Gorodischer y la actriz María Inés Aldaburu, además de la autora, quien leerá sus poemas.

martes, noviembre 17, 2009

Revista Versal de Ámsterdam

Gracias a la poeta argentina Ana Lafferranderie, que generosamente publicó esta noticia en su sitio de Facebook, nos enteramos de que la Revista Versal, de Amsterdam, recibe poesía, prosa y plástica hasta el 15 de enero de 2010, para publicar en su número anual.

"Versal busca tu poesía, prosa y artes plásticas para su octava edición, a publicarse en mayo de 2010. Se trata de una revista literaria de aparición anual, internacionalmente reconocida y publicada en Amsterdam, que reúne lo urgente, involucrado e inesperado de nuestro mundo. (Ver el website para las pautas y para enviar --a partir del 15 de septiembre--: http://versal.wordsinhere.com (Condiciones)).
Para consultas únicamente, dirigirse a: versal@wordsinhere.com. Fecha límite: 15 de enero de 2010.
NOTA: No se reciben colaboraciones por e-mail, sino sólo a través del sitio web y a partir del 15 de septiembre.
Del sitio de Versal
COLABORACIONES PARA VERSAL VIII, Publicación en mayo de 2010.
Las colaboraciones no solicitadas son leídas entre el 15 de septiembre y el 15 de enero. Las colaboraciones que se envíen fuera de este período de lectura y/o no sigan estas sencillas pautas no serán consideradas.
IMPORTANTE: Los trabajos enviados en español que resulten seleccionados serán publicados en traducción al inglés realizada por integrantes del equipo de Versal, sin perjuicio de que eventualmente puedan aparecer también en su idioma original.
Pautas generales
Usamos un sistema de envío de trabajos online para todos los envíos, sin excepción. Durante los períodos de lectura de colaboraciones, se incluirá un link a este sistema.http://www.wordsinhere.com/versal/submgr/index.php
Se puede enviar colaboraciones en más de un género, pero por favor envíen sólo una vez por género por período de envío de trabajos. Buscamos trabajos que sean urgentes, comprometidos e inesperados. Estimulamos el envío de formas innovativas (por ejemplo, microhistorias y poemas en prosa). Pautas para colaboraciones de poesía.
Envíe hasta 5 poemas de no más de 10 páginas en total. Adjunte sólo UN archivo de Word, en el que cada poema comience en una página nueva. Se considerarán poemas extensos y traducciones.
Pautas para colaboraciones de prosa
Envíe no más de 1 trabajo en prosa, con una extensión máxima de 3.000 palabras. Por favor utilice doble espacio, y coloque número a las páginas. Buscamos narrativa atrapante y bien elaborada. Aceptamos cuentos tanto tradicionales como no tradicionales. No aceptamos fragmentos de novelas, a menos que puedan ser leídos como un cuento por sí mismos.
Pautas para colaboraciones de artes visuales
Adjunte un solo archivo digital con baja resolución, a los solos efectos de su consideración. Le contactaremos si necesitamos una imagen de mayor calidad.

domingo, noviembre 15, 2009

Leónidas Lamborghini: El solicitante descolocado*

Por María del Carmen Colombo

“Qué hay en lo que ha escrito este hombre, trabajado porproblemas que hoy pretendemos dejar de lado, que logra, en cambio, conmovernos?” Oscar Massota

Esta pregunta que Oscar Massota** se formula ante los textos de Roberto Artl*** fue el punto de partida frente a estos otros textos del poeta Leónidas Lamborghini, reunidos ahora bajo el título El solicitante descolocado****.
Al respecto, y en lo poco que me fue dado reconstruir acerca de las condiciones de producción de esta poética, pensé: Lamborghini nadie quiere ser… Porque, seamos sinceros, escribir sobre el basural, con mayor o menor fortuna muchos lo hacen, pero arrojar el cascotazo desde ese lugar…, arrastrando el cuerpo, y la escritura claro, para ponerlos a salvo de la palabra “bien dicha”, la “bella poesía”, en fin, la marca de la ley o, lo que es lo mismo, los balazos de los “libertadores/opresores”, ESO (insisto), ESO NADIE QUIERE SER: “En el basural/ éste es el lugar de las maravillas/donde casi ninguno/ se salvó/ de que lo liberaran/cuando llegó/ el camión/ con ellos que no querían/ ser liberados/ por favor/ no nos liberen”.
Sobrevivir AHÍ, entonces, supone un proceso grave que, se me ocurre, puede señalarse así: ESCAPAR a los plomos, no ser atravesados por el “bien decir”, “la bella poética” y… TRAICIONAR aquella palabra, sabotearla hasta el límite. Digo entonces RESISTIR: sobrevivir desde el basural es resistir, sí. Afirmación que otorga sentido a buena parte de la palabra poética de Leónidas Lamborghini y a la palabra política de aquellos que, en 1955, fueron también con el poeta expulsados de un orden. Porque, como seguro imaginan, 1955 señala el intento desesperado, y nunca clausurado, de instaurar en nuestro país, no una dictadura feroz –que eso vino por añadidura--, sino por el contrario de reconstruir un sencillo, cándido, inocente SISTEMA DE REPRESENTACIÓN. Otorgarle, en fin, a la palabra la inusitada, fantasmática capacidad de interpelar sin ruborizarse y decir sin más: “mírenme, mírenme, yo soy lo que nombro…, luego de una oprobiosa década me ha sido devuelto el poder de representar… ALGO”. Acaso haya sido aquel peronismo –también y primero— un escandaloso dispositvo económico, político e ideológico capaz de obturar, poner en suspenso, todo poder de representación.
En este preciso punto –me parece--, la poesía de Lamborghini es atravesada impúdicamente por aquel peronismo: ella también bloquea toda ilusión de representar. Su palabra traiciona lo que nombra, lo silencia, lo descoloca. L. Lamborghini ocupa así el exacto, común basural, de aquellos que resisten negándose a ser representados (“y yo era/ ese/ que no era/ y ese que no era/ era”). Aquellos cuya palabra no es lo que nombra, palabra maldicha de quien ha perdido lo común del lugar y del nombre: el afásico cabeza (“lo que grito es que tienen que conocer/ reconocer al poeta Lamphorini, Leónidas T./ al gran poeta Lamborhini Leónidas B./ al grandísimo poeta Lamborghini Leónidas C/-paranoia)”.
Casi dos décadas después de la publicación de Las patas en la fuente, Eliseo Verón***** ha observado que aquellos peronistas eran "mal hablados" y, desde luego, propensos a los malos entendidos, claro… Pero es necesario “convenir” con los críticos más prestigiosos, los prestigiosos más críticos, los más críticos prestigiosos…: la poesía de Lamborgini se muerde la cola, nada hay “por fuera” que la sostenga como tal poesía, es cierto. Es una “ética de la palabra” se ha dicho, y es esto también tranquilizador… Pero –hay que decirlo--, es la de Lamborghini una ética incierta, discretamente paradojal.. Porque, si como sugiere Althusser******, todo sistema absoluto tiene un exterior y no lo dice, la marca de Lamaborghini sí dice su exterior, con un grito más fuerte que todas las palabras…, callándolo, en hueco, sin representar: “La vida por/la vida por…”. Lo dicho, silencio, silencio atronador.
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* Texto de la presentación del libro El solicitante descolocado --Ediciones Tierra Firme, 1989--, realizada ese mismo año 1989 en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en la Feria del Libro de Buenos Aires.
**Oscar Masotta (1930-1979), introductor de la obra de Lacan en la Argentina.
***Sexo y traición en Roberto Arlt. Argentina: Centro Editor de América Latina, 1982.
**** El solicitante descolocado. Ediciones de Tierra Firme, Buenos Aires,1989.
*****Sociólogo argentino.
******Filósofo francés (1928-1990).

viernes, noviembre 13, 2009

Seamus Heaney*: La voz poética

“El poeta necesita superar su ego para llegar a tener una voz que sea algo más que su autobiografía. En el campo del lenguaje poético, cuando esto ocurre, sonido y sentido
se elevan desde el lenguaje poético, como una marea que sube y hacen que la expresión individual sea arrastrada por una corriente mucho más profunda y poderosa de lo que el individuo podría prever.
(…) Según Robert Frost existe una cadencia original que denominó el sonido del sentido y que, según él, es condición previa de cualquier poesía: las melodías de los poemas individuales tienen que recrear ese sonido si quieren que las escuchemos como algo dado inevitable. Es como si el poema fuese un paseante solitario que se añade a la procesión del lenguaje, hasta que camina siguiendo el ritmo común de ese paso nada forzado y general. (…)
Eliot también estaba interesado en la idea de que la poesía contuviese niveles de energía más profundos y arcaicos que los proporcionados por el sentido explícito o por el estímulo rítmico inmediato. (…) La imaginación auditiva es el sentido de la sílaba y del ritmo, que penetra a mucho mayor profundidad que los niveles del pensamiento y del sentimiento, dando fuerza a todas las palabras, hundiéndose en lo más primitivo y olvidado (…), fundiendo las mentalidades más antiguas y civilizadas.
Yeats habla de escribir para el oído, como hicieron los antiguos, pero le preocupa menos hablar del tono y de las dificultades del lenguaje poético que evocar la expresión impersonal, personificante como de máscara, en que, según él, consiste la poesía. (…)”.
*Poeta inglés. Fragmento extractado de su libro De la emoción a las palabras.

viernes, noviembre 06, 2009

Paul Valery: El mal del ensayo I

“No sé si continúa aún la moda de elaborar largamente los poemas, de manera de tenerlos entre el ser y el no ser, suspendidos ante el deseo durante años, de cultivar la duda, el escrúpulo y los arrepentimientos, de tal modo que una obra, siempre reexaminada y refundida, adquiera poco a poco la importancia secreta de una empresa de reforma de uno mismo.
Esa forma de producir poco no era rara hace cuarenta años entre los poetas y entre algunos prosistas. El tiempo no contaba para ellos; lo cual tiene mucho de divino. Ni el Ídolo de la belleza ni la superstición de la Eternidad literaria se habían desmoronado todavía (…). Existía una especie de ética de la forma que conducía al trabajo infinito. (…). Para esos hombres deseosos de inquietud y de perfección, una obra no es nunca una cosa acabada (…), sino abandonada; y este abandono (…) es para ellos una especie de accidente comparable a la ruptura de una reflexión cuando la fatiga, la molestia o alguna sensación la anulan. (…)

Había yo contraído ese mal, y (…) lo he vuelto a experimentar a eso de los cincuenta años. (…) Así, pues, he vivido mucho con mis poemas. Durante cerca de diez años han sido para mí una ocupación de duración indeterminada: un ejercicio más que una acción, una investigación más que una entrega.”
*Prefacio de Paul Valery al Cementerio marino. Alianza Editorial, Madrid, 1967 . Traducción Jorge Guillén.

jueves, noviembre 05, 2009

Fedro Poesía

Agendálo: El viernes 12 de noviembre, a las 19, en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543, van a leer sus poemas: Ximena My, Marisa Negri, Martín Palacio Gamboa y Gabriel Reches. Con la coordinación de Florencia Walfisch y Ana Lafferranderie


lunes, noviembre 02, 2009

La Guacha

Te avisamos que ya salió el nuevo número de La Guacha, revista de poesía, que podés encontrar en todos los quioscos de diarios (no en Internet). Colaboran en esta entrega, entre otros, el poeta y editor de Ediciones en Danza, Javier Cófreces (reportaje), el poeta cordobés Julio Castellanos, la poeta santafesina Concepción Bertone y, como siempre, los escritores Javier Magistris y Claudio LoMenzo.

Lecturas de la juventud

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.

…Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González, Oviedo, 1925: “Porvenir”, de A todo amor, Antología Personal, 1997.

Mercedes Roffé: Linternas flotantes

Bajo la luna editorial y Fedro San Telmo invitan a la presentación del libro Las linternas flotantes, de la poeta Mercedes Roffé, a cargo de Osvaldo Bossi y Yaki Setton.
La cita es este miércoles 4 de noviembre a las 19.30, en Fedro San Telmo, Carlos Calvo 578.

viernes, octubre 30, 2009

Simone Weil: Meditaciones para estos días

-"Todos los movimientos naturales del alma se rigen por leyes análogas a las de la gravedad física. La única excepción la constituye la gracia.
Siempre hay que esperar que las cosas sucedan conforme a la gravedad, salvo que intervenga lo sobrenatural.
Dos fuerzas reinan en el universo: luz y gravedad.
Gravedad --(...) ¿Por qué en cuanto un ser humano da muestras de tener alguna o mucha necesidad de otro, éste se aleja? Gravedad. (...)"

-"Mecánica humana. Quien sufre trata de comunicar su sufrimiento --ya sea zahiriendo a otro, ya sea provocando su piedad-- con el fin de disminuirlo, y a fe que lo consigue. (...)Tendencia a extender el dolor más allá de uno mismo. Si por un exceso de debilidad no puede provocarse la compasión ni tampoco hacer daño al prójimo, se daña la representación del universo en uno mismo. Cualquier cosa hermosa y buena resulta entonces como una injuria. (...)Hacer daño al prójimo es recibir algo de él. ¿Qué? ¿Qué se gana (y qué habrá que pagar a cambio) cuando se hace daño? Sale uno crecido. Sale uno más ancho. Ha colmado dentro de sí un vacío al crearlo en el otro.Poder hacer daño al prójimo impunemente (...) es ahorrarse un gasto de energía, gasto que el otro debe asumir. Lo mismo que en la satisfacción ilícita de un deseo cualquiera. La energía que se economiza de esa manera se degrada enseguida. (...)"


*Simone Weil. Filósofa francesa (1909-1943).
**Fragmentos extraídos del libro La gravedad y la gracia, Editorial Trotta. Madrid, 1998.

jueves, octubre 29, 2009

Virginia Woolf en la BBC: Las palabras me fallan...

Agradecemos a Patricia Díaz Garbarino el habernos enviado el siguiente texto, que rescató The Book Bench de The New Yorker, y que forma parte, además, de la única grabación conocida de la autora de Orlando. Se trata de la contribución de Woolf a la serie Las palabras me fallan (Words fail me) que hizo la BBC en 1937. Aquí el texto en español.

"Las palabras, las palabras del inglés, están llenas de ecos, de memorias, de asociaciones. Han estado por todas partes: en los labios de la gente, en las calles, en sus casas, en los campos, por tantos siglos. Y esa es una de las principales dificultades para escribirlas hoy: están llenas de otros significados, de otras memorias, y han contraído muchos matrimonios famosos en el pasado. La espléndida palabra “enrojecer”, por ejemplo. ¿Quién puede usarla sin recordar el “mar innumerable”?
En los viejos tiempos, por supuesto, el inglés era una nueva lengua, los escritores podían inventar nuevas palabras y usarlas. Hoy en día, es bastante fácil inventar nuevas palabras -brotan a los labios cuando vemos una nueva vista o tenemos una nueva sensación- pero no podemos usarlas porque el inglés es una lengua vieja. No se puede usar una palabra nueva en un lenguaje viejo por el hecho tan obvio pero siempre misterioso de que una palabra no es una entidad distinta y separada, sino parte de otras palabras. En efecto, no es una palabra hasta que no es parte de un enunciado. Las palabras pertenecen las unas a las otras, aunque, claro, sólo un gran poeta sabe que la palabra “enrojecer” pertenece al “mar innumerable”. Combinar nuevas palabras con viejas palabras es fatal para la constitución de un enunciado. Para poder usar nuevas palabras con propiedad se debe inventar todo un nuevo lenguaje, y eso, aunque sin duda llegará, no es por el momento nuestro asunto. Nuestro asunto es ver qué podemos hacer con la vieja lengua inglesa tal como es. ¿Cómo podemos combinar las viejas palabras con nuevos órdenes para que puedan sobrevivir, para que creen belleza, para que digan verdad? Ese es el dilema.
La persona que pudiera responder esa pregunta merecería cualquier corona de gloria que el mundo pueda ofrecer. Pensar en lo que significaría si se pudiera enseñar, o si se pudiera aprender el arte de escribir. Cada libro, cada periódico que se tomara, dirían verdad o crearían belleza. Pero hay, parece ser, algún obstáculo en el caminio, algún impedimento en la enseñanza de las palabras, pues aunque en este momento al menos cien profesores están dando cátedra sobre la literatura del pasado, al menos mil críticos revisan la literatura del presente y cientos y cientos de jóvenes hombres y mujeres pasan exámenes de literatura en inglés con todo crédito, pese a todo eso, ¿escribimos mejor, leemos mejor lo que leímos y escirbimos hace 400 años, cuando no teníamos cátedras, ni críticas, ni clases? ¿Nuestra moderna literatura georgiana es un parche de la isabelina? Bueno, ¿dónde pondremos la culpa por ello? No en nuestros profesores, o en nuestros editores, o en nuestros escritores, sino en las palabras. Es sobre las palabras sobre quienes cae la culpa. Son la más salvaje, libre, la más irresponsable, la más inenseñable de todas las cosas. Por supuesto, puedes atraparlas y distribuirlas y colocarlas en orden alfabético en los diccionarios. Pero las palabras no viven en diccionarios. Viven en la mente. Si se quiere una prueba de ello, que se considere cuán seguido, en momentos de emoción, cuando más necesitamos las palabras, no encontramos ninguna. Y sin embargo, ahí está el diccionario; ahí, a nuestra disposición, está medio millón de palabras, todas en orden alfabético. Pero, ¿podemos usarlas? No, porque las palabras no viven en diccionarios, viven en la mente. Mira una vez más al diccionario. Ahí, más allá de toda duda, yacen obras más espléndidas que Antonio y Cleopatra, poemas más amorosos que la Oda al ruiseñor, y novelas junto a las cuáles Orgullo y prejuicio o David Copperfield son garabatos crudos de amateurs. Es sólo cuestión de encontrar las palabras correctas y ponerlas en el orden adecuado. Pero no podemos hacerlo porque no viven en diccionarios; viven en la mente. ¿Y cómo viven en la mente? En forma extraña y variada, en gran parte como los seres humanos, deambulando de aquí para allá, enamorándose, juntándose. Es cierto que están menos atadas por la ceremonia y la convención que nosotros. Las palabras de la realeza se juntan con las comunes. Las palabras inglesas se casan con las francesas, las alemanas, las indias, las negras, si así lo quieren. En efecto, cuanto menos indaguemos en el pasado de nuestra querida madre Inglés, mejor será para la reputación de esa señora, pues es una doncella amancebada como las de Amsterdam.
Por tanto, imponer cualquier ley a vagabundos tan irreprochables es peor que inútil. Unas cuantas reglas triviales de gramática y ortografía es cuanta mordaza podemos ponerles. Todo lo que podemos decir sobre ellas, conforme nos aparejamos con ellas a la orilla de esa caverna honda, oscura y apenas iluminada en la que viven -la mente-, todo lo que podemos decir de ellas que es que parece gustarles la gente que piensa antes de usarlas, y que siente antes de usarlas, pero no piensa y siente sobre ellas, sino sobre algo completamente diferente. Son altamente sensibles, y fácilmente se incomodan y apenan. No les gusta que se discuta su pureza o impureza. Si se abriera una Sociedad por el Inglés Puro, mostrarían su resentimiento iniciando otro inglés impuro, y de ahí la antinatural violencia de gran parte del discurso moderno, en protesta contra los puritanos. Son muy democráticas, también. Piensan que una palabra es tan buena como la otra, y las palabras mal educadas tan buenas como las educadas, y las incultas tan buenas como las cultas: no hay rangos ni títulos en su sociedad. Tampoco les gusta ser elevadas en el punto de una pluma y examinadas por separado. Se pasean juntas, en enunciados, en párrafos -a veces en páginas enteras a la vez. Odian ser útiles, odian hacer dinero, odian que se les den lecciones en público. En pocas palabras, odian cualquier cosa que les estampe un significado o las confine a una actitud, pues su naturaleza es cambiar.
Quizá esa sea su mayor peculiareidad: su necesidad de cambio. Es porque la verdad que tratan de atrapar tiene muchos tamaños, y la transportan adquiriendo muchos tamaños, corriendo para aquí, luego para allá. Por eso, significan una cosa para una persona, otra cosa para otra persona; son ininteligibles para una generación, directas como una lanza para la siguiente. Y es por esta complejidad, este poder para significar distintas cosas para distintas personas, que sobreviven. Quizás, entonces, una razón por la que no tenemos un gran poeta, novelista o crítico que escriba hoy es que nos negamos a permitir a las palabras su libertad. Las encajamos en un significado, su significado útil, el significado que nos hace llegar al tren, el que nos hace pasar el examen."
*El video con su voz (y texto en inglés) en www.atrespistas.com o enlace en Wikipedia.

Teresa Arijón: De poemas y animales sueltos

La lengua del mar bajo la lluvia
un discreto paisaje de esplendor
en las gotas rezagadas, y la cabeza fría
de los patos en el agua.

¿Podré recordar esta imagen dichosa en otro instante
y demorarme en su tenue lentitud, en su fantasma?

La lectura devora, y he leído
que en Nepal
hay siete maneras de mirar la luna
sin mirarla. (Mientras los patos
forman un círculo perfecto
en el cielo del alba.)


*Teresa Arijón es poeta y dramaturga. Publicó: La escrita (1988), Teoría del cielo (1992; con Arturo Carrera), Alibí (1995), El libro de las criaturas que duermen a nuestro lado (1997; con Arturo Carrera), El libro de la luna (1998; con Arturo Carrera), Orang-utans (2000; con Bárbara Belloc), Poemas y animales sueltos (2005), y El perro continuo (2006; pieza teatral escrita con Manuel Hermelo) . Entre 1994 y 1998 editó, con Bárbara Belloc, La rara Argentina (hoja de divertimento y cultura para mujeres). Codirige pato-en-la-cara (circuito cerrado de publicaciones 2007-2008).

miércoles, octubre 28, 2009

Suleika Ibañez*: Oda complicada a los rojos

Celebro el rojo sangre hembra. Rojo boca con rouge
para matar cautos y dejarse matar por incautos.
Sangre que deshoja el estigma del himen, rojo rubí
oscuro para comerte mejor, lobo,
para dejarte en los huesos las impresiones labiales,
y arruinar la vida de la policía religiosa.
Celebro el rojo menstruo en el tintero. Y que viole
la ley hebrea de los días de peste,
gritando pasionarias.
Celebro la sangre fémina rojo semáforo de cruzar
desafiando a la muerte.
Pero también me gusta el rojo esputo de tísico que
mata al librero que censura con semen en furia la
escritura de ninfas,
y el rojo tisana de arpía, que la ahoga de odio
a sus sobrinas.
El rojo vicio que nunca podrá con el arsenal del rojo
sueño.

*Poeta, narradora y dramaturga uruguaya, inédita hasta 1989, ha obtenido múltiples distinciones. Entre sus libros de poemas pueden mencionarse: Homenaje a Jean Genet (Nuestra Señora de las Flores), Experiencias con ángeles y demonios, etcétera.
** Podés leer más poemas de esta autora entrando a la siguiente dirección:
letras-uruguay.espaciolatino.com/ibanez_suleika/bio.htm

lunes, octubre 26, 2009

Lacanocookistas: treinta verdades

No te pierdas las treinta verdades del lacanocookismo. Podés leerlas entrando aquí:
http://lacanocookistas.blogspot.com/

Eva Murari*: Savia

1
Si uno se acerca muy despacio
un árbol se deja abrazar
el abrazo tiene que ser suave
todo el cuerpo en contacto
con el árbol
los ojos cerrados
y el oído
las manos
el cuerpo bien atento.

3
Duro por fuera
late alto y profundo
un corazón verde.

5
Los pies en la tierra
la cabeza llena de pájaros.


6
El corazón de un árbol
es muy grande
muy sutil
vive en todo
nuestro cuerpo
por eso no nos agitamos
el viento nos mueve
como una música.

9
Caminos
hormigas
palomas en mí.

19
El tronco es un abrazo
las ramas, filigrana fina
la última hoja al sol
granate.

22
No me animé a abrazarte
(la calle estaba
llena de gente)
vos me mirabas al sol
todo de oro.

24
Los ciruelos
cuerpo
alma de quinceañeras:
nos vestimos de pétalos rosados
antes que nadie
en medio
del frío de agosto
bailamos.


25
Las flores, los frutos encendidos
en la luz gris del día.
La lluvia empieza lenta y persiste.
La lluvia que esperaste tantos meses quieto
que esperé tantos meses desesperada.
Tu sangre verde, mi sangre roja
complementarias.

*Eva Murari (Bahía Blanca, 1974) es profesora en Letras (UNS). Publicó Violetas (Ediciones VOX, Bahía Blanca, 2003) y Tres (Cooperativa Editora El Calamar, Bahía Blanca 2004). Formó parte de las antologías Bahía Blanca, la ciudad letrada (Co-edición Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Bahía Blanca, Gobierno Municipal, Buenos Aires, 2004) y 23 chichos bahienses (Ediciones VOX, Buenos Aires, 2004).
Los poemas que se transcriben pertenecen a un libro inédito, de próxima aparición.

Revista el Desaguadero

El Nº 5 de la nueva revista de poesía y reflexión El Desaguadero ya está rodando. Podés leer, si querés, como un adelanto exclusivo el prólogo a la antología "Promiscuos&Promisorios", escrito por Dionisio Salas Astorga. También podés encontrar: Una reseña crítica a "Osvaldo Lamborghini, una biografía", de Ricardo Strafacce, colaboración especial de Gastón O. Bandes; el reportaje haiku a Facundo López, por Hernán Schillagi, una crónica a la performance de Débora Benacot; "Profesor Hado", en el Ciclo Elefante, por Sergio Pereyra, etcétera: http://eldesaguaderorevista.blogspot.com/

jueves, octubre 22, 2009

Encuentro de Poesía La Plata-Rosario

Este primer encuentro se desarrollará durante los días 30 y 31 de octubre de 2009, en el Museo Municipal de Arte – MUMART – del Pasaje Dardo Rocha (calle 7 esquina 49, de la ciudad de La Plata).

miércoles, octubre 21, 2009

Cruz de palo

Agradecemos al escritor Leopoldo Brizuela por habernos hechos llegar esta maravilla de letra.

Música: Guillermo Barbieri
Letra: Enrique Cadícamo

Juntito al arroyo, besao por los sauces
y poblao de flores, de esmalte y de luz,
sin letras, crespones ni nombres tallados
se alzan junto a un sauce dos palos en cruz.
Una sepultura que "entuavía" el cardo
no pudo cercarla, y en donde el "chus-chus"
de alguna lechuza se escucha, agorera,
sobre la cimera de esa vieja cruz.

El sauce le llora un Ave María;
el boyero, en cada chiflido que da,
acaso le quiere rezar un bendito
junto con las quejas que entona el sabia...
Dicen los más viejos, haciéndose cruces,
que al pasar de noche por ese lugar
oyen que se quejan los ñacurutuces
de un modo tan fiero que hasta hace temblar...

(recitado)
Y en las noches malas, cuando enrieda el viento
su vago lamento en el saucedal,
por la cruz de palo una luz camina,
que corre y que vuela por el pastizal.

Pa' un "Día de Dijuntos" de hace varios años
se llegó una moza juntito a la cruz;
la cabeza envuelta en negro rebozo,
los ojos llorosos, tristes y sin luz.
¡Qué frío, canejo, sentirán los muertos...!
Pues la moza aquella se le arrodilló,
lloró cuanto quiso, besuqueó la tumba,
le dijo "hasta pronto", pero no volvió.

César Bisso: Permanencia

El próximo lunes 26 de octubre se presentará Permanencia, el nuevo libro del poeta César Bisso. Lo acompañarán los amigos poetas: María Paula Alzugaray, Lisandro González y Cecilia Ulla. Cerrará la noche, la música infinita de Facundo Vélez. La cita es en Tercer Mundo, Arte Bar, Rioja 1089, a las 21.

lunes, octubre 19, 2009

Liliana Guaragno: El tiempo uno*

No iría por la noche
Pero fui por la noche a ponte Rialto
Pasaban máscaras
suntuosas
luces
De las aguas –que gozan—
emergían
hilos de plata y oro
ronca la voz de los hombres


No dejo de recordar
mariposas entrampadas
por los vidrios de los autos
Si duele vuelvo a la piazza
a Santa María Maggiore
al padre dominico
que sólo pensaba las faltas
de la carne
tal vez en Sofía Loren
o Claudia Cardinale
soñada en Veiravé


Arcos arcos después
de Campo degli Apostoli
Piedra y bancos
del frío
Oscurece vagones
de arcos
Vidrieras con turistas
a ambos lados
y barandas


San Lucas
con pincel y tela
dibuja
una virgen alta
on bambino

Y ángeles
de figuritas


Hacia el sur
cortan blanco el cielo
las colinas

Casitas torres saltado revoque
“sognare non costa niente”
las alas de los ángeles
son de colores
...
Redes
sobre la piel
de montañas rocosas
Redes en el olor del aire
de aceitunas
que caen

Senda
de Roma a Cartago
de Cartago a Roma
Porta di Messina
Piazza Aprile

Mar esmeralda


*Liliana Guaragno (1947, Buenos Aires) es profesora de Letras (UBA), docente e investigadora. Narradora y poeta, publicó: La mujer del sombrero rojo, Final del día, Baldío, Los vientos amarillos (poemas), Itinerario de una insensata (novela), El tiempo uno, libro al que pertenecen los poemas que se transcriben.

Marina Serrano*: La diástasis de las tibias largas

Tibias

Donde sea que ella se encuentre
las cosas se vuelven lentas,
animales invisibles y pequeños
devanan madejas algodonosas
y cuelgan de cuerpos abiertos
como su pollera.

Las tibias, especialmente largas
subyacen a la carne, a la piel,
desde el tubérculo
descienden por el borde filoso de quilla
y se expanden, mesetas
abiertas a cóndilos femorales
sostienen, les permiten rodar, deslizarse
convierten lo plano en limitante
y dejan abierta la inminencia de la catástrofe
al movimiento no permitido.

Las tibias se adelgazan en sentido caudal
pero las tibias largas lo hacen aún
más lentamente.

Por la vereda

Es difícil seguir el paso de las tibias largas,
el centro de gravedad oscila más de lo habitual
y legitima, en cada uno de ellos
esa parsimonia inherente a su estirpe aristócrata.

Pieles y volados circundan los hombros
destacan su cintura escapular y la cabeza erguida
hace ya tanto tiempo, en pos de la razón.

Las costuras y sus aperos
traccionan en cada zancada.

Cierta necesidad de permanecer en silencio
me interrumpe,
mientras ella respira.

*Marina Serrano (1973, Quequén, prov. de Buenos Aires), es poeta y médica kinesióloga. Recibió diversos premios. Publicó: Formación hospitalaria (Sigamos Enamoradas, 2006) y La diástasis de las tibias largas (Sigamos Enamoradas, 2008), libro al que pertenecen los poemas que se transcriben.

Carlos A. Basch: Ritmos diurnos de la noche

La noche inmóvil

se entretiene a destellos
de tiempo a mis espaldas
como esa otra madrugada
inaugural
cuando a orillas de un mar
también insomne el aire
se resistía a salir del pecho sin saber
que el niño había iniciado ya
la travesía

A tientas

Parpadea
la línea del horizonte
en quiebra su promesa
exaltada.
El cambio de estación
me pisa ya de nuevo
los talones y me planto
desnudo ante los viejos
libros que hace tanto
me dieran por leído.


La ciudad

Se amontona al descuido
ante tus ojos arde todavía
el desierto que resta por saldar
abre grietas
en la foto de siempre
y se mezclan tus pasos
con el ruido de fondo
mientras cae la noche
tu cabeza se pone
lentamente
de pie

Carlos A. Basch, buenos aires, 1948. Poeta, médico, psicoanalista. Publicó: Lenguas perdidas (Zama, 2006). Los poemas que se transcriben están incluidos en la primera parte de su nuevo libro En medio de la noche (Nuevohacer, 2009).

Agenda: presentaciones, lectura de poemas, narradores

.Miércoles 21 de octubre, a las 19, Casa de la Lectura, Lavalleja 924.
Presentación de los libros: Madamas, de Marisa do Brito Barrote; La señora Sh., de Jimena Néspolo.

. Domingo, 25 de octubre, a las 19.30, en Elefante, Club de Teatro: Soler 3964. Leerán: Lucas Soares - José María Brindisi - Teresa Arijón. Canta: Garúa finito.

. Sábado 31 de octubre, a las 18: Ficcionarios, Centro Cultural de la Cooperación. Leerán narradores integrantes del taller literario de Mónica Sifrim.

viernes, octubre 16, 2009

Claudia Masín: abrigos, mudanzas

De abrigo
Quisiera que me cuides
como se cuida a aquellas personas enfermas
que ignoran la grave naturaleza de su mal:
suavemente, sin ningún gesto rotundo
de amor que las alarme,
les revele de repente la verdad.

Cuidar lo que no tiene cura: el cuerpo,
aunque más no sea porque todavía contiene
ese secreto que nos decíamos, de niños, al oído,
y que ningún adulto recuerda.

Del tiempo en que mi hermano y yo
crecíamos al sol, abandonados
y desbordantes como frutas salvajes,
quedó en mi pecho un viento
crudo y antiguo que no dejará de agitarse
ni aún en medio del día más apacible,
más hermoso del verano.

Cuidar lo que no tiene cura: el cuerpo,
aunque más no sea porque todavía contiene
ese secreto que nos decíamos, de niños, al oído,
y que ningún adulto recuerda.


La mudanza
Hay un amor al extravío en todas las personas extraviadas,
a la larga uno levanta su casa donde resulta que ha caído:
arena, agua, barro, tierra firme. ¿Pero y si resultara
posible la mudanza, si el movimiento
no fuera una explosión que de improviso
transporta las moléculas de un cuerpo
de un lugar, si el movimiento fuera
desprenderse como se desprende una gota de una rama
si fuera algo así de lento, así
de irreversible?

* Claudia Masín nació en Resistencia, Chaco, Argentina, en 1972. Es poeta y psicoanalista. Vive en Buenos Aires desde 1990. Tiene varios libros de poemas editados: Bizarría (1997, Nusud, Buenos Aires); Geología (2001, Nusud, Buenos Aires); La vista (2002, Visor, Madrid), El secreto (antología 1996-2006), etc. Es creadora y coordinadora de ciclos multimedia relacionados con la poesía (El pez que habla, 2000- El gallo y la luna, 2005) y de ciclos de recitales de poesía (La mirada, 1998; Poligrafías, 2001; La Musik, 2004). Coordina un taller de escritura poética desde 1997 y un taller de escritura psicoanalítica desde 2003.

Recomendada: Lectura de poemas de Claudia Masín

Claudia Masín es una de las voces poéticas más destacadas de la Argentina, por eso, te recomiendo que la vayas a escuchar: la cita es en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543- Sala Jacobo Laks- 3° piso, hoy, viernes, 16 de octubre de 2009, a las 18.

jueves, octubre 15, 2009

Dichos de Lezama Lima*

Poesía oscura, poesía clara…
"En cierta ocasión, me decían que Góngora era un poeta que tornaba oscuras las cosas claras y que yo, por el contrario, era un poeta que tornaba las cosas oscuras claras, evidentes, cenitales. He señalado que entre los antiguos juglares aparecieron los trovar clus, que eran juglares que hacían poesía oscura. Así vemos que aun la juglaría, por definición simple, no tiene que ver nada con la claridad, puesto que ya había entre los juglares quienes hacían poesía oscura o hermética (...).
Hay la poesía oscura y la poesía clara. Éste es un hecho que tenemos que aceptar con sencillez, como aceptamos la existencia del día y de la noche; de las cosas que se hacen por el día y las cosas que se hacen por la noche. (...), en definitiva, ni las cosas oscuras lo son tanto como para darnos horror, ni las claras tan evidentes para hacernos dormir tranquilos. Pero esto de oscuridad y claridad ya me va pareciendo trasnochado. Lo que cuenta es lo que Pascal llamó los penseés d'arriere. Es decir, el eterno reverso enigmático, tanto de lo oscuro o lejano como de lo claro o cercano. La tendencia a la oscuridad, a resolver enigmas, a cumplimentar juegos entrecruzados es tan propia del género humano como la imagen reflejada en la clara lámina marina, que puede conducirnos con egoísta voluptuosidad a un golpe final, a la muerte. No hay que buscar oscuridades donde no existen."**

Viajes, travesías
"Es que hay viajes más espléndidos: los que un hombre puede intentar por los corredores de su casa, yéndose del dormitorio al baño, desfilando entre parques y librerías. (...) El viaje es reconocer, reconocerse, es la pérdida de la niñez y la admisión de la madurez (...), casi nunca he salido de la Habana. Admito dos razones: a cada salida empeoraban mis bronquios; y además, en el centro de todo viaje ha flotado siempre el recuerdo de la muerte de mi padre. Gide ha dicho que toda travesía es un pregusto de la muerte, una anticipación del fin. Yo no viajo: por eso resucito."***

Che Guevara, comandante nuestro
“"Ceñido por la última prueba, piedra pelada de los comienzos para oír las inauguraciones del verbo, la muerte lo fue a buscar. Saltaba de chamusquina para árbol, de alquileida caballo hablador para hamaca donde la india, con su cántaro que coagula los sueños, lo trae y lo lleva. Hombre de todos los comienzos, de la última, del quedarse con una sola muerte, de particularizarse con la muerte, piedra sobre piedra, piedra creciendo el fuego.Las citas con Tupac Amaru, las charreteras bolivarianas sobre la plata del Potosí, le despertaron los comienzos, la fiebre, los secretos de ir quedándose para siempre. Quiso hacer de los Andes deshabitados, la casa de los secretos. El huso del transcurso, el aceite amaneciendo, el carbunclo trocándose en la sopa mágica. Lo que se ocultaba y se dejaba ver era nada menos que el sol, rodeado de medialunas incaicas, de sirenas del séquito de Viracocha, sirenas con sus grandes guitarras. El medialunero Viracocha transformando las piedras en guerreros y los guerreros en piedras. Levantando por el sueño y las invocaciones la ciudad de las murallas y las armaduras. Nuevo Viracocha, de él se esperaban todas las saetas de la posibilidad y ahora se esperaban todas las saetas de la posibilidad y ahora se esperan todos los prodigios en la ensoñación.Como Anfiareo, la muerte no interrumpe sus recuerdos. La aristía, la protección en el combate, la tuvo siempre a la hora de los gritos y la arreciada del cuello, pero también la areteia, el sacrificio, el afán de holocausto. El sacrificarse en la pirámide funeral, pero antes dio las pruebas terribles de su tamaño para la transfiguración. Donde quiera que hay una piedra, decía Nietzsche, hay una imagen. Y su imagen es uno de los comienzos de los prodigios, del sembradío en la piedra, es decir, el crecimiento tal como aparece en las primeras teogonías, depositando la región de la fuerza en el espacio vacío." ****

* José Lezama Lima, escritor cubano (1910-1916). Fundó la revista Verbum y dirigió la revista Orígenes. Publicó entre otros, los siguientes libros: Muerte de Narciso (1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), Dador (1960), Fragmentos a su imán (1977), Paradiso (novela, 1966), La cantidad hechizada (ensayo, 1970), Oppiano Licario (novela inconclusa, aparecida póstumamente en 1977).
**
Fragmento extractado del libro del compilador Pedro Simón, Valoración múltiple. Recopilación de textos sobre Lezama Lima. La Habana, Casa de las Américas, 1970, pág. 30.
*** Ídem anterior.
****Casa de las Américas, La Habana, Año VIII, No. 46, enero-febrero 1968.

Sea: convocatoria a elecciones de autoridades

La Comisión Directiva de la SOCIEDAD DE ESCRITORAS Y ESCRITORES DE LA ARGENTINA convoca a elecciones generales a sus asociados para elegir autoridades de Comisión Directiva y de Comisión Revisora de Cuentas el día 21 de noviembre de 2009 de 10 a 18 en Bartolomé Mitre 2815, 2 piso, Of. 227, C. Federal, haciendo lo propio las Representaciones de Salta, Santa Fe y Villa Mercedes / San Luis, en sus respectivos domicilios, en igual horario, haciéndose saber que:
a) La JUNTA ELECTORAL se encuentra conformada por los socios Julio Bepré (Presidente), Juan José Salinas y (Ricardo Horvath) como titulares y Gustavo Roldán en carácter de suplente. El órgano atenderá de 17 a 19 horas los días lunes, martes y viernes en la sede de la entidad;
b) La JUNTA ELECTORAL fijará el cronograma electoral siendo exhibido con el padrón provisorio desde el 21 de septiembre en su lugar de atención;
c) Las Representaciones, dentro de las 24 horas de finalizado el comicio, remitirán vía postal a la Central las planillas de asistencia de votantes y del escrutinio provisorio firmadas por las autoridades de mesa, más las boletas de los votos sufragados;
d) Las Representaciones recibirán por correo electrónico el cronograma electoral, el que deberán exponer. Todo ello de conformidad a lo resuelto por Comisión Directiva en reunión celebrada el 1/09/09.

martes, octubre 13, 2009

Macedonio: Hay un morir*

No me lleves a sombras de la muerte
adonde se hará sombra mi vida,
donde solo se vive el haber sido.
No quiero vivir del recuerdo.
Dame otros días como éstos de la vida.
Oh no tan pronto hagas
de mí un ausente
y el ausente de mí.
¡Que no te lleves mi hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.

Hay un morir si de unos ojos
se voltea la mirada de amor
y solo queda el mirar de vivir.
Es el mirar de sombras de la Muerte.
No es Muerte la libadora de mejillas,
esto es Muerte: olvido en ojos mirantes.

II. Amor se fue

Amor se fue; mientras duró
de todo hizo placer.
Cuando se fue
nada dejó que no doliera.

*Macedonio Fernández. Obras completas, Tomo VII. Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1987.

Jornada de homenaje al poeta Daniel Muxica

La cita es mañana, miércoles 14 de octubre, a las 20, en la Casa de la Lectura, Lavalleja 924, donde la actriz Ingrid Pelicori recordará al poeta, amigo y compañero, Daniel Muxica, con una lectura de sus poemas.

PUEBLO DESNUDO
a Julio Troxler, a Jorge Dipasquale.

El pueblo teme hablar del pueblo
como si conociera esa primavera desde antes.
Es tan antiguo de anterior
que no está parido por madre sino por abuela
de sopas a discreción y otras desleídas
maneras de amamantar las bocas del mañana.

Las fábulas son el mérito de su pasado
comadres agitan el mediodía
llamando a comer cenar en nombre
de los que no han nacido.
Engendrar carne y huesos
sabiendo que el tiempo salta sobre el tiempo.


El pueblo usa mortajas duras
y no hace hijos sino testigos diferentes
de su propio alimento
primitivas cebollas gigantes de tanto llorar
su dolor acá.

lunes, octubre 12, 2009

Lacan: eros, mística y mujeres

“(...) Lo que se intentaba a fines del pasado siglo, en tiempos de Freud, lo que buscaba una serie de buenas gentes alrededor de Charcot y de otros, era reducir la mística a un asunto de semen. Un examen más detenido mostrará que no se trata de eso en absoluto”(…) /La mística/ es algo perfectamente serio, sobre lo que nos informan algunas personas, con su superior frecuencia mujeres, o bien gentes dotadas como san Juan de la Cruz (…). Hay hombres que están tan bien como las mujeres. Puede suceder. Y que al propio tiempo se encuentran igualmente bien. A pesar, no digo de su falo, a pesar de todo lo que les molesta en razón de éste, vislumbran que ha de haber un goce que esté más allá. Tales son los místicos.”

J. Lacan. *Le Séminaire, Livre XX. Éditions du Senil, París, 1975. Citado por José Ángel Valente: en Variaciones sobre el pájaro y la red, Ed. Tusquets, 1991, pp. 48-49.

Césare Pavese: Los ciegos*

No hay episodio de Tebas en que falte el adivino ciego Tiresias. Poco después de este coloquio comenzaron las desventuras de Edipo -es decir, se le abrieron los ojos y, horrorizado, él mismo se los arrancó.
(Hablan Edipo y Tiresias)
Edipo: Viejo Tiresias, ¿debo creer lo que se dice aquí en Tebas, que los dioses te han cegado por envidia?
Tiresias: Si es cierto que todo proviene de ellos, debes creerlo.
Edipo: ¿Tú qué opinas?
Tiresias: Que de los dioses se habla demasiado. Estar ciego no es una desgracia distinta de estar vivo. Siempre he visto cómo las desventuras llegan a tiempo en el momento en que deben ocurrir.
Edipo: ¿Pero entonces para qué sirven los dioses?
Tiresias: El mundo es más viejo que ellos. Ya llenaba el espacio y sangraba, gozaba, era el único dios, cuando el tiempo aún no había nacido. Las cosas mismas reinaban, entonces. Sucedían cosas. Ahora, gracias a los dioses, todo se ha vuelto palabras, ilusión, amenaza. Pero los dioses pueden molestar, acercar o alejar las cosas; no tocarlas ni cambiarlas. Llegaron demasiado tarde.
Edipo: ¿Y justamente tú, un sacerdote, dices eso?
Tiresias: Si no supiera al menos eso, no sería sacerdote. Toma un muchacho que se baña en el Asopo, una mañana de verano. El muchacho sale del agua, vuelve al agua, feliz; se sumerge una y otra vez. Se siente mal y se ahoga. ¿Qué tienen que ver los dioses? ¿Habrá que atribuirles su muerte o en cambio el placer que gozó? Ni lo uno ni lo otro. Ha ocurrido algo, que no es ni bueno ni malo, algo que no tiene hombre; después le darán un nombre los dioses.
Edipo: Y nombrar, explicar las cosas, ¿te parece poco, Tiresias?
Tiresias: Eres joven, Edipo, y al igual que los dioses, que son jóvenes, aclaras tú mismo las cosas y las nombras. No sabes todavía que bajo la tierra hay roca y que el cielo más azul es el más vacío. Para quien es ciego como yo, todas las cosas son un tropiezo, nada más.
Edipo: Pero, sin embargo, tú has vivido frecuentando a los dioses. Por mucho tiempo te has ocupado de las estaciones, los placeres, las miserias humanas. De ti se cuenta más de una fábula, como si fueras un dios. Especialmente una tan extraña, tan insólita que debe tener algún sentido -tal vez el de las nubes en el cielo.
Tiresias: He vivido mucho. He vivido tanto que cada historia que escucho me parece la mía. ¿Qué decías del sentido de las nubes en el cielo?
Edipo: Una presencia en medio del vacío...
Tiresias: Pero, ¿cuál fábula es esa que tú crees tenga un sentido?
Edipo: ¿Has sido siempre lo que eres, viejo Tiresias?
Tiresias: Ah, entiendo. La historia de las serpientes. Cuando fui mujer por siete años. Y bien, ¿qué le hallas a esa historia?
Edipo: Te ocurrió a ti y tú lo sabes. Pero sin un dios estas cosas no acontecen.
Tiresias: ¿Tú crees? Todo puede suceder sobre la Tierra. No hay nada insólito. En aquel tiempo sentía disgusto por las cosas del sexo: me parecía que habían envilecido el espíritu, la santidad, mi carácter. Cuando vi las serpientes gozarse y morderse en la hierba, no pude contener mi desprecio: las golpeé con el bastón. Poco después yo era mujer -y durante años mi orgullo fue obligado a sufrir. Las cosas del mundo son roca, Edipo.
Edipo: ¿Pero es en verdad tan vil el sexo de la mujer?
Tiresias: No, en lo absoluto. No hay cosas viles sino a causa de los dioses. Hay molestias, disgustos, ilusiones que, al tocar la roca, se disuelven. Aquí la roca fue la fuerza del sexo, su ubicuidad y omnipresencia bajo todas las formas y cambios. De hombre a mujer y viceversa (siete años después vi de nuevo a las dos serpientes), lo que no quise consentir con el espíritu me fue impuesto por violencia o por lujuria; y yo, hombre desdeñoso o mujer envilecida, me desenfrené como mujer y fui abyecto como hombre, y lo supe todo del sexo: llegué al punto en que, siendo hombre, buscaba a los hombres y, mujer, a las mujeres.
Edipo: ¿Ves entonces que un dios te ha enseñado algo?
Tiresias: No hay dioses sobre el sexo. Te repito que es la roca. Muchos dioses son bestias, pero la serpiente es el más antiguo de los dioses. Cuando se aplasta sobre la tierra te da la imagen del sexo, y ahí están la vida y la muerte. ¿Qué dios puede encarnar y abarcar tanto?
Edipo: Pues tú mismo. Lo has dicho.
Tiresias: Tiresias está viejo y no es un dios. Cuando joven ignoraba estas cosas. El sexo es ambiguo y siempre equívoco. Es una mitad con la apariencia de un todo. El hombre llega a encarnarse en él, a vivir dentro de él como un buen nadador dentro del agua, pero mientras tanto envejece, toca la roca. Al final sólo le queda una idea, una ilusión: que el otro sexo quede saciado. Pues bien, no lo creas: yo sé que para todos es un vano afán.
Edipo: No es fácil rebatirte. No por nada tu historia comienza con serpientes. Pero también comienza con el disgusto, con el fastidio por el sexo. ¿Y qué dirías a un hombre cabal que te jurase ignorar tal disgusto?
Tiresias: Que no es un hombre íntegro sino todavía un niño.
Edipo: Yo también, Tiresias, he tenido encuentros en el camino de Tebas. En uno de ellos se habló del hombre -desde su infancia hasta la muerte- y toqué la roca. Desde aquel día fui marido y fui padre y rey de Tebas. Para mí, no hay nada de ambiguo o de vano en mis días.
Tiresias: No eres el único, Edipo, que piensa así. Pero la roca no se toca con palabras. Que los dioses te protejan. También yo te hablo y estoy viejo. Sólo el ciego conoce las tinieblas. Me parece vivir fuera del tiempo, haber vivido siempre, y ya no creo en los días. También dentro de mí hay algo que goza y que sangra.
Edipo: Decías que ese algo era un dios. ¿Por qué, mi buen Tiresias, no intentas rogarle?
Tiresias: Todos le rogamos a algún dios, pero lo que acontece no tiene nombre. El muchacho ahogado una mañana de verano, ¿qué sabía de los dioses? ¿Que convenía rezarles? Hay una gran serpiente en cada día de la vida y se aplasta y nos mira. ¿Te has preguntado alguna vez, Edipo, por qué los infelices al envejecer se vuelven ciegos?
Edipo: Ruego a los dioses que no me suceda.
Texto incluido en el libro Diálogos con Leucó, escrito entre los años 1945-46 (véase Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1976).

sábado, octubre 10, 2009

Virginia Woolf: Momentos de vida

Pintar con palabras
“Si la vida tiene una base sobre la que sostenerse de pie, si es un cuenco que se llena y se llena, en este caso mi cuenco se apoya en este recuerdo. Es el recuerdo de estar en la cama, medio dormida, medio despierta, en el cuarto de los niños de St. Ives. Y es oír olas al romper, una, dos, una dos, y enviando el agua a la playa; y después, rompiendo, una, dos, una, dos, detrás de una persiana amarilla. Es oír cómo la persiana arrastra por el suelo la pequeña pieza en forma de bellota, al extremo del cordón, cuando el viento impulsaba la ventana hacia fuera. Es estar acostada y oír el agua, y ver esa luz, y sentir, es casi imposible que yo esté aquí; sentir el más puro éxtasis que se pueda concebir. (…) Si fuera pintora pintaría estas primeras impresiones en amarillo pálido, plateado y verde. Allí estaba la persiana de pálido amarillo, el mar verde y la planta de las pasionarias. Pintaría un cuadro de forma esférica; semitransparente. Pintaría un cuadro con pétalos curvos, conchas, cosas semitransparentes.; pintaría formas curvas traspasadas por la luz, aunque sin darles contornos definidos. Todo sería grande y difuso; y todo lo que se viera se oiría también; los sonidos llegarían a través de ese pétalo o de esa hoja, sonidos que no se podrían distinguir de esa imagen. (…)”.

Comprender un poema
"Era una tarde de primavera y nos tumbamos --Nessa y yo— en el largo césped, detrás del Flower Walk. Había llevado conmigo The Goleen Treasury. Lo abrí y empecé a leer un poema. E instantáneamente y por primera vez lo comprendí (no recuerdo cuál era). Fue como si se hubiera transformado en totalmente comprensible. Tuve una sensación de transparencia en las palabras que se da cuando dejan de ser palabras y se intensifican de tal manera que parece que se viven; se prevén como si expresaran lo que ya se está sintiendo. Quedé tan pasmada que intenté explicar la sensación. “Se tiene la impresión de comprender lo que se quiere decir”, dije torpemente. Supongo que Nessa lo ha olvidado; nadie hubiera podido comprender por mis palabras, la extraña sensación que tuve, allí, en la cálida hierba, de que la poesía se convertía en verdad. Tampoco estas palabras expresan la sensación. Es igual a lo que siento, a veces, mientras escribo. La pluma sigue el rastro."

Golpes
(…) al hacerse mayor se adquiere, gracias a la razón, un mayor poder para encontrar explicaciones, y que la explicación amortigua la fuerza de martillo de herrero del golpe. Creo que esto es verdad, pues a pesar de que tengo la característica de recibir esos golpes bruscos, ahora son siempre bienvenidos; después de la primera sorpresa, siempre siento al instante que son especialmente valiosos. Y de ahí paso a suponer que mi capacidad de recibir golpes es lo que me hace escritora. A modo de explicación me atreveré a decir que en mi caso el golpe siempre va seguido del deseo de explicarlo. Siento que he recibido un golpe; pero no se trata, como ocurría siendo niña, simplemente de un golpe asestado por un enemigo oculto (…); es, o llegará a ser, una revelación de un determinado orden; es una muestra de la existencia de algo real que se encuentra detrás de las apariencias; y yo lo hago real al expresarlo en palabras. Sólo expresándolo en palabras le doy el carácter de algo íntegro, y esta integridad significa que ha perdido el poder de causarme daño; me produce un gran placer juntar las partes separadas. Tal vez se deba a que, al hacerlo, elimino el dolor. Quizás sea el placer más fuerte que conozco."

El presente, el pasado…
“(…) El pasado solo regresa cuando se desliza tan suavemente como la superficie de un río profundo. Entonces, a través de la superficie se ven las profundidades. En estos momentos, una de mis mayores satisfacciones consiste en no pensar en el pasado, sino en que, precisamente en dichos momentos, vivo con suma intensidad el presente. Porque el presente, cuando cuenta con el apoyo del pasado, es mil veces más profundo que el presente cuando nos apremia tan de cerca que no se puede sentir nada más, cuando la película en la cámara sólo produce impresión en la vista. Pero, para sentir el presente deslizándose sobre las profundidades del pasado, es necesario tener paz. El presente ha de ser suave, habitual (…)”.


*Fragmentos extractados del libro Momentos de vida, Ed. Lumen, 2008

César Fernández Moreno*: las palabras, el poeta...

tienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas
son caramelos se las puede lamer chupar mamar
hierven como peces en un estanque tropical
tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran
pero importa mucho más lo que contiene su nacarado seno
la vida deliciosa frágil del ser que las habita
son transparentes para que resplandezca su contenido
son crisálidas clavos ardiendo
granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo
sólo viven para morir
son pilotos suicidas
perecen al tocar su objetivo
la poesía es uno de esos objetivos
uno de los nombres del hombre
su respuesta al canto del gallo
toda expresión equívoca que aclara las cosas
la parte en blanco de los formularios
el himno de libertad de un libre o de un esclavo
un balbuceo muy bien impostado
un abuso del lenguaje
cualquier cosa natural para decir después de hacer el amor
un lenguaje siempre tan intenso como una despedida
el halo que circunda ese lenguaje
cuando se llega al límite sólo hay un modo de hablar
la metáfora decir que una cosa es otra
en el límite todas las cosas son otras
todo es todo la verdad radica en soplos
la poesía la dice no hay otra ciencia exacta
la dice en cierto modo con ciertas palabras
confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida
se entumezca en ellas
hace convergir la vida en las palabras
bosques vecinos uniendo sus incendios
el poeta nace se hace se deshace
se rehace renace
es el inspector más general
un contemplativo sin contemplaciones
todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta
demasiada atención
a otras demasiado poca
es un científico cuya mente funciona sin datos
es un deslenguado
es una cruza de perro y dactilógrafo
para ser poeta basta con saber oler y escribir
su conducta nunca es absurda
nunca sabe en qué recodo encontrará las palabras
siempre está naufragando en la libertad
atravesando de piedra en palabra el río del tiempo
todo el tiempo siente cómo pasa el tiempo
cambia gente por soledad a través de angustia
las estrellas volatilizan a esa gente
pero ese hombre tiene que contarle cómo
son esas estrellas
está prisionero en una fortaleza no puede comunicarse
sino parabólicamente
por medio de obuses palomas mensajeras
silbatos supersónicos
es decir palabras
montado en ellas vuelve de su soledad a la gente
ustedes qué harían si vieran descender un plato volador
correrían a contárselo a todos
cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador
todas lo son
ustedes escuchen o no pero él debe hablar
no le importa que a ustedes no les importe
mentiras le importa mucho y a ustedes también debería importarles
no piensen en él como poeta sino como hombre
de un tajo él se da cuenta cómo es alguna cosa
relaciones estrechísimas entre cosas al parecer remotísimas
él pone poética la realidad
la pone como es
o tal vez al contrario la realidad es la que se pone poética
las cosas se enternecen se desequilibran trascienden peligrosamente
sus límites
otra vez un bosque pero de otoño con todos sus árboles vibrantes de
balsámicas hojas
un movimiento se inicia alrededor del poeta lo arrastra a girar
para no caer debe aferrarse a las palabras
para flotar en ese vacío hace falta una balsa o un puente colgante
de palabras
o escala de seda o palabras por donde tal vez subir
la situación exige no perecer asumir una forma estable
no tiene otra salida que las palabras así como el atardecer no tiene
otra que las campanas
el poeta está obligado a descubrir y pronunciar esas palabras
una fisura se oscurece en la pulimentada superficie del mundo
donde él introduce la arista más delgada de su cuña verbal
a medida que los hechos pasan a palabras se va apaciguando
el vórtice de realidad
enardeciéndose el de palabras
hasta que el poeta entrega su confesión por escrito
la poesía es el arte de no escribir
dígalo con palabras como si no lo dijera con palabras
cualquier cosa puede concentrarse en una palabra o extenderse
en mil
hay que encontrar la cantidad exacta que resulte poética
cada palabra tiene mil sentidos
dos juntas multiplican un millón
con el correr del tiempo las precisiones se van desgastando
como templos abandonados en la selva
el poeta quiso fabricar una llave pero le salió una ganzúa
ya no sabe qué puertas abrirá pero las abrirá
admiremos al noble ladrón que sólo roba puertas cerradas
ha aceptado ser un sicario pero de la poesía
ha decidido gastar su tiempo en eso
está dispuesto a consumir un año en una e
a escribir con su sangre letreros luminosos
a escribir con bordes de monedas con lapiceras explosivas
con guantes con la zurda
aunque los dedos se le agarroten o se le derritan
a la madrugada levantándose o acostándose
con el deseo con el hartazgo
él estaba escribiendo
se quedó ciego y siguió escribiendo
el poema es el arma perfecta
complejo aceitado compacto
todo poeta vive como un pistolero
con el corazón en la boca
las palabras le ordenan el mundo pero le desordenan la vida
él no compra un espejo para adornar el dormitorio de su amante
compra la palabra espejo para adornar el verso donde su amante
lo abandona
y se queda solo frente a ese espejo
las balas rebotan en la blindada imagen
el arma funciona contra su portador pero él no quiere soltarla
se agarra del mundo por donde puede
su hacer es lo único que puede oponer al tiempo
el tiempo procura absorberme
integrarme a sí desintegrarme a mí
imposible evitar la lucha entre él y yo
yo lo voy a llenar de mí mismo de cosas en que me transformo
escribir como amar son órganos por donde me vuelco
me lanzo a ser en el tiempo bajo una forma nueva
hasta que me vacíe del todo ya lo sé
pero el tiempo no puede quedar así
hay que ponerlo overo de palabras

*(Buenos Aires, 1919 - París, 1985) Poeta y ensayista argentino, Fundó y dirigió la colección poética Fontefriada y las revistas literarias Contrapunto, Correspondencia y Zona; fue crítico de cine en la revista Nosotros, colaborador del diario La Nación y de la revista Sur. Publicó: Gallo ciego (1940), Romance de Valle Verde (1941), La mano y el seno (1941), El alegre ciprés (1941), La palma de la mano (1941), Veinte años después (1953), Argentino hasta la muerte (1963), La realidad y los papeles (1967), Sentimientos completos (1982).
**El poema que reproducimos pertenece a su libro Argentino hasta la muerte.