viernes, mayo 29, 2009

¡NO A LA ESCUELA DE POLICÍA DENTRO DEL PARQUE CHACABUCO!


Nos informan los amigos de la organización "Juntos por parque Chacabuco" (http://www.parquechacabuco/) lo siguiente:


"El Gobierno de la Ciudad resolvió utilizar las instalaciones del Parque Chacabuco para la formación de la nueva Policía Metropolitana.

Los vecinos y usuarios del Parque y del Polideportivo no fuimos informados: nos enteramos por los medios de comunicación.
Funcionarios del Gobierno dicen (INFORMALMENTE) que la presencia de la policía será solo para pruebas de aptitud física de los aspirantes y que ocupará el Polideportivo y la pista de uno a tres meses. Durante ese lapso ¿están garantizadas las actividades que vecinos y usuarios, entre ellos, estudiantes de cuatro escuelas medias, desarrollan en el lugar?
Creemos que se están vulnerando dos derechos protegidos por la Constitución de la CBA: el cuidado de los espacios públicos de uso común y gratuito y el de la promoción gratuita del deporte.
Los vecinos nos preguntamos:
. ¿Es un PARQUE PÚBLICO el sitio para desarrollar actividades de una Escuela de Policía?
. ¿Es un POLIDEPORTIVO MUNICIPAL usado por miles de menores el sitio para entrenar o hacer pruebas de aptitud física a futuros policías?
. ¿Los vecinos y alumnos debemos perder una aprte del parque y el uso del Polideportivo?
. ¿Por qué el Gobierno actúa de facto, sin consenso, manipulando a la comunidad, desoyendo su voluntad, intentando enfrentar a unos y otros soslayando el derecho de todo ciudadano al libre acceso a la información?
La historia del Parque Chacabuco es la historia de las sucesivas y constantes pérdidas de su espacio verde público y gratuito que, por lo visto, seguimos perdiendo. De las 22 hectáreas originales hoy sólo tenemos 16.
El golpe de gracia fue la construcción de la Autopista 25 de Mayo realizada por la dictadura militar, fuera de todo marco democrático, fuera de todo consenso y que lo partió en dos vulnerando severamente su unidad y funcionalidad.
De ser una Unidad Parque, pasó a albergar cuatro Escuelas, el Centro Cultural Adán Buenos Aires, recibe a 4 escuelas medias en su Polideportivo y las colonias de verano e invierno con más de 10.000 niños convirtiéndolo en un verdadero POLO EDUCATIVO.
De la misma manera que en oscuras épocas de nuestro país (que creíamos superadas), el gobierno entre gallos y medianoches llena el Polideportivo con la "ESCUELA DE POLICÍA", sin consenso, sin aviso, sin información del CGP, y desconociendo la voluntad de la gente y el mandato de la misma Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué actúan a escondidas? ¿Será que piensan seguir entrenando en ese lugar?
El Gobierno invirtió este verano $2.000.000 en arreglos de instalaciones para la Policía y... ¿lo va a usar sólo por unos meses?
¿Con mil cadetes entrenando, quién va a poder usarlo?
¿Es adecuado que nuestros niños compartan su espacio con una Escuela de Policía?
Otro dato: ¿sabía que las escuelas del parque no usan el Polideportivo y sí van a clubes privados?
Otro dato más: Los vecinos firmaron un convenio con el gobierno, ante la Defensoría de la Ciudad y otros organismos, donde se recuperarían para el parque los terrenos bajo autopista adyacentes a Emilio Mitre y a Curapaligüe (antes concesionados) para su uso común. Desconociendo ese convenio, la policía ocupa el edificio del ex supermercado Disco, redoblando la intrusión.
Constitución Del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires:
Art.27: El Gobierno debe garantizar la protección e incremento de los espacios públicos (y verdes) de acceso libre y gratuito y garantizar su uso común.
Art. 33: La Ciudad promueve la práctica del deporte y las actividades físicas, procurando la equiparación de oportunidades y sostiene centros deportivos de carácter gratuito.

Juntos Por Parque Chacabuco www.parquechacabuco.info

jueves, mayo 28, 2009

El Arca Digital

Edición 346, ead/elarcadigital.com.ar
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lunes, mayo 25, 2009

Macedonio II: Poema de trabajos de estudios de las estéticas de la siesta

(En busca de la Metáfora de la Siesta)
Belarte Conciencial (del ser de la conciencia, no de episodios de ella). Arte consciente, sabido o ‘inspirado´; sin la Vida; de trabajo
a la vista; tan consciente que puede hacerse de encargo
sin comprometerse a una inspiración de encargo; metáfora sin contexto de trama ni de efusión, sólo por labor perceptiva, sin sonoridades, compás, simetría, ritmo; sin emoción asociada sino sólo percepción y emoción directa; no psiquismos o borrosidades asociativas o analógicas burdas, ni extractos de descripción con pretensión de descripción total, ni símbolos fáciles, inhábiles: percepción en Versión (indirecta, no mero traslado del Objeto al papel); sin la puerilidad del novelismo o biografismo, del dónde, cuándo, cómo y a quién aconteció el poema.
Al lector: lectura de ver hacer; sentirás lo difícilmente que la voy tendiendo ante ti. Trabajo de formularla; lectura de trabajo; leerás más como un lento venir viniendo que como una llegada.

Dedicado a los pies de Tinta China de la Siesta, Fiesta de la Intelección, Siesta Evidencial

La sin Estrellas Noche del Deslumbramiento: las Cosas perdidas en todo-transparencia; hora de los Rumores, sólo aviso de cosas.

Su estática o figura: el Mundo un Botón Reventicio. Tensión. Su dinámica: mínima, no advertida. Su moción: un «lento» procesional, sin dirección, columpio. Su acento: murmullo de vibraciones interiores, no sonido de traslaciones.

Su sentido: un Presente no fluente. Vibración sin Traslación, No Rumbo, No Perfil, No Andar.

De la noche estrellada no nació metafísica; en la Siesta duerme lo individual; nace el panteísmo.

La Siesta Evidencial envuelve. Borrados en su deslumbre los perfiles, hácesenos nocturna la hora; los cuerpos vivientes, en el embebimiento de Luz transparentan, invisibles de luz. Sólo los pies de cerco y los muros pisan sombra.

Nocturnalidad de la Siesta.

Al pie de cada muro, todo a lo largo, al pie de cada arbusto, de cada cerco, pincela un trazo o deja caer una gran gota de tinta china la luz estrujada en su tensión, vertiendo de su ser la sombra más espesa, en la verticación abrumante del Todo.

Sombras más fuertes que no tiene la noche, noche más unida porque no la desunen estrellas, gotea pies negros a los cercos y muros y sobre cada agujero o lista de tinta de la luz estremece un pequeño enjambre de resplandor.

Noche mejor para la intelección, porque no turba con las pavuras que habitan la noche, se despliega por todas las Cosas, sin perfiles pintados que embebió la Siesta.

La Siesta, una sola, que no se disminuye con el adorno menor de las estrellas.

La Siesta Oída, mientras ojos grandes de ciego son los nuestros, en su rumor.

Tensión de plenitud verticante envuelve; como de un botón reventicio es el rumor de la Siesta Oída.

El Todo de la Siesta bambolea, cimbra en la vasta embebición de tensa luz.

Las Cosas recogen sus Perfiles hasta un mero ser, adivinado.

Duermen los Perfiles. Estáse una frescura levemente móvil en el cabecear las copas de árboles su compás lento. Sigue cayendo con todo-igual verterse.

Aquel que por el camino que la Siesta hace blanco aléjase moviendo ante sí las manos como se camina en la noche, pero para apartar las tinieblas del deslumbramiento, cree vivir individual y proponerse un fin de camino, pero privado de Perfiles, sin Figura, en las contraluces interiores a la mucha luz es visto sin Figura, transparente, y sólo es fuerte, en su debilidad, la sombra entre sus pies, más vista que él en el continuo del descenso incesado del aplomo del Día. La Siesta, dormir del perfil, dormir de lo individual, es el hecho mayor de las Cosas, el mayor dato de la inteligibilidad. Nos dice: «Ahora sé tú el deslumbrado que ve». En otra hora lo real y la inteligencia se son extraños.

Entre los planos de contraluz del Día violento, borrado en transparencia por la luz, hecho hombrecillo, adivinado, el hombre allá se hormiguea en la mancha fuerte, entre sus pies, de su cuerpo.

La luz se ensecreta en la reverberación, seca los Perfiles, agua los cuerpos de los seres; la sombra ancha, libre, lava y empalidece; la sombra fija, de lo enhiesto y vertical, ennegrece al pie de los cercos, de los muros. Y todo esto vale por cómo a las psiques toma, por qué les propone: la Intelección.

Es el momento de la Sombra Corta, breves sombras negrísimas recogidas a los pies, que no alcanzan de una a otra cosa, que no se alzan por los muros; las cosas aminoradas por transparencias; las sombras al pie más fuertes. La luz opera una embebición de separaciones y hace del Todo un Continuo. Constante oído rumor unido, quietud y visión una hacen del Todo un ¡ah!, el elevarse de un ¡ah!

Elevación en luz de las cosas y sombras tintas al pie,caídas, sin tenderse ni alzarse en tanto todo lo que parte de lo terrenal, perfumes, rumores, en un Ascenso. ¿Por qué cortas las sombras, por qué tanto más negras como cortas, por qué, Siesta, son así tus sombras? Tu luz es la Intelección, ¿pero estas manchas espesas calzando todo pie? ¿Por qué la Intelección está siempre defendiéndose y atacada de las sombras; por qué de la Intelección hay un prevalecer pero no un continuo? ¿No hay Continuo de Intelección? ¿No hay un Continuo de Pasión?

Abrumación aceptada; sólo la visión de Luz y el oír lozanos. Los árboles o el trigal (Paifois comme un soupir de leurs ámes brúlantes) se tienen dueños; el hombre es un menos tenerse que ellos; los árboles le dicen: «Qué claro es todo; qué claro es ser».

El todo decir de la Siesta: Presente no fluente, Moción sin Traslación; lo Ser, el Todo hace un Mundo sin Marcha, que es y que no va; el Ser se da una sola vez; Vibración, Oscilación sin Repetición Idéntica o Casualidad hacen al Tiempo un solo Hoy.

Fantasmas de la Siesta Evidencial. Exaltación de la Vigilia de la Presentación-Natura que hace dentro a los Ojos sombras de reverberación; fantasmas de palidecimientos de la fulgencia verticante; fantasma de pie, cabeceando, oscilando, aunque enhiestos.

Siesta al Oído de las crepitaciones, de las bocanadas de la Tensión, de rumores que saltan exhalados, corridas cortas de un aleteo de zozobra del ave en su sueño, calofríos, hundimientos, distendimientos, ahogos en pesadillas, incorporaciones de yacentes dormidos.

La sin Estrellas Noche por Deslumbramiento.

Discusión con los noes totales del Silencio.

La sin Estrellas Noche de la Reverberación Siestal.

Más rumbos otorgan las estrellas; la Luz-Sollos niega todos. Total negación nos opone la Noche sin Estrellas a la perfilación, dirección e identidad de lo real. Lo sin Rumbo tiene la verdad; todo Rumbo y Perfil son un error.

Para mí la Siesta es el Llamado al Camino de la Evidencialidad Mística, y está en el ángulo de Oscuridad y Deslumbramiento, lo oscuro por reverberación, la claridad del darse del Ser por supresión de la Figura y Rumbo que se nos antoja imposible. El mundo en Siesta no marcha; a la Noche las estrellas le ponen direcciones múltiples. Por ello la Inteligencia prospera en la Siesta y no en la Noche.

(Pero esto ha de ser dado en versión, es decir, en metáfora, no en definición. Quien tenga la metáfora de la Siesta, la dé. Yo se la pediré al gallo insomne de la Noche de la Siesta. Hay que hacerle arte al místico, a la Pasión, pero no a lo Real, a la pasión de vivir.)

1940

Macedonio Fernández: Poema al astro de luz memorial



Poema a la Memoria en lo astral
(Yo todo lo voy diciendo para matar la muerte en "Ella")

TESIS: Es más Cielo la Luna que el Cielo, si una Cordialidad de la Altura es lo que buscamos.

Astro terrenalicio de la luz segunda
astro terrenalicio de la luz dulce
que con aventura extraña visitas las noches de la Tierra, unas sí y otras no, pero siempre de una noche para otra con diversa libertad de visita, siempre o más breve o más detenida
y cada serie de tus visitas comienzas tímidamente y mitad creces noche a noche y mitad decreces noche a noche, haciéndote un visitante diferente de noche en noche, para en mínimo ser cual comenzaste partir a un no volver de algunos días.
Astro terrenalicio de un día sí y otro no, de una vez más y otra menos, pero que no dejas nunca de serlo.
¿Para qué astro eres entonces visita de sus noches, pues no eres terrenal en tus ciertas ausencias, o es que los otros días piensas en ti sola como sólo en la tierra en las noches de tu plena luz?
Dile a un poeta que no lo sabe todo, si está hecha tu ausencia con un pensar en ti, o quizá con un lucir a otro. Porque poeta es saberlo todo.
Trechos de tu órbita la Tierra no los sabe, y ella tan cierta está de algún imposible tuyo para tenerse en sus noches y este amor alternante no se enduda, en tanto en mí, hombre de continuidad en humano amor me puso incurablemente en sospecha.
Pero te amamos tanto, astro de la luz segunda, tu dulce luz tanto amamos memorizando a la tierra el sol no presente con tu luzrecuerdo; yo al menos te amo tanto, que cuando vuelves ceso de creer en tu ausencia de ayer y de otros días. También como la Tierra, yo creo que sólo por imposible ayer no estabas.

Astro memorioso que esmeras un día de cada dos en tocar de diurnidad la noche terrenal
cual si supieras que la memoria solar de la tierra solaricia es desfalleciente de un día a otro alternado día
y si antes y después le has de hacer noches diurnales a la Tierra
y lo haces tú, tú que no tienes olvido por ausencia, tú que ausente por noches fías en la memoria de ti por la tierra, inquiétaste por la memoria solar de la Tierra.
Tutora de la fidelidad terrenal al recuerdo del Sol, en eso eres solaricia; pero eres terrenalicia en tu fidelidad de compañía a la órbita de la Tierra.
He comprendido un misterio tuyo pero éste no.
Terrenelicia tú, solaricia la Tierra ¿es que velas por toda la memoria en el mundo y amas más las memorias, por más reales, que los presentes?
Aquí callo sin comprender.
¿O es que no nos vienes en tu amor sino en un menos amor y en principal cuida del amor solario de la Tierra?
Cuando te veo recién arribada, alcanzado por ti nuestro borde, pareciendo vacilar allí y como a emprender un rodar a lo largo del horizonte por gustarlo, y luego te pliegas a un ascenso ¿qué nos quieres decir así?
Quedemos sin saberlo hoy también; mañana, más tarde -para qué son nuestros días sino para trabajar más y otra vez los misterios - más enérgicamente, en buena hora de mi espíritu contemplaré, escucharé el misterio de tu sentido en el Misterio Todo.

Cuando tú quieres ser el ojo del ciprés y con un mirar obseso aferras nuestra contemplación
debemos comprenderte dolorida, tanto como cuando nosotros en un no poder ya resistir nos revolvemos como tú ahora
oh único astro que mira
(pues todos los otros saetan ásperos de chispas
que nunca miraron).
Oh único astro de mirada,
nos revolvemos clamando hacia el no ser.
Y ya ahora te desprendiste del follaje y tiendes hacia el horizonte,
te serenas, vagas
y cuando la nubecilla en gran viento flota, te aguzas flecha disparada de ella vertiginosa
para detenerte, serenarte cunado huiste bastante de aquel pasajero copo al que le opusiste tu fuga, caprichosa triste
y complacida de tu juego y nuestro asombro, nos encaras con ligereza
y en fin vas cayendo con ladeado mirar distraído hacia el borde del mundo.
Y ya te fuiste, con tus pobres dichas y quejas.
En toda la andanza, sólo en el perfil de los cipreses lloraste, y tanto que pediste nuestra piedad.
Y ahora por faltar tuyo un cielo sin mirada en las noches,
ahora sólo habrá astros que agitan, no tú que acompañas.
Oh, sí, acompañas
con cuántas gracias saltas de copa en copa siguiéndonos entre los árboles con tus saltitos de luz a sombras.

El único mirar dulce que viene de lo alto es el tuyo
el chispear del viaje de indiferencia de las otras estrellas molesta y agita, y no nos mira.
Heridos de ellas, corremos a ti cuando apareces y con dolor nuestro comienza la ausencia tuya.
Sí; porque pudiera que el móvil chispear de las estrellas sea dolor como hay dolor en nosotrospero es que tú, luna, que también sufres, miras y acompañas.
Eres más sabia o afortunada en la mitigación participante.
Qué es la Luna no lo sabemos hombres y aún artistas y poetas, qué sentido tiene su ser y sus modos, su adhesión a la tierra, su seguimiento al sol, su mediación mnemónica entre la tierra y el sol y por qué quiere hacer diurnales unas y no otras de las noches terrenas, y tantas cosas más, neciamente explicadas, que de ellas ignoramos pero que sólo puede explicarlas la doctrina del misterio.
Que el Sol te atrae, que la Tierra también, que recibes la luz del sol y sin amor, por fuerza la reflejas a la tierra, éstas no son explicaciones; no se nos dice por qué el sol brilla, por qué en torno suyo gira la luna en torno de la tierra, ya que pudo ser otramente; por qué hay una luz interceptable, por qué hay una luz que tiene sombras, por qué ceden a su paso unas cosas y otras no y hay lo opaco y lo traslúcido.
Mecánica dirá por qué, pero yo no pregunto sino para qué razón para el alma, pues conciencia se anula si admite un mundo rígido, y todo el porqué físico no es más que decirme el antes de algo, o sea una evasión no una respuesta.

Lo que anhelamos explicar es qué debemos sentir y adivinar ante estos hechos, ante el comportamiento lunar, qué nos quiere decir y de qué manera concierta con el misterio total único. La espontaneidad, el acontecer libre, no es una respuesta; es un renunciamiento explicativo. Todavía no poeta, no soy poeta, no hay poeta, pues de esto no se sabe. Hasta ahora, pues, sólo vivimos.
Debió enseñársenos y debimos entenderlo antes que nuestro saber ignorado innato y luego nuestro acto nos hicieran gustar por primera vez el pecho materno. ¿Pero cómo, se dirá, ha de esperar el niño a conocer el sentido de la luna para empezar a nutrirse, si en tanto morirá? ¿Pero por qué, digo yo, ha de precisar nutrirse antes de entender el sentido de la luna y se ha de morir si deja lo uno por lo otro? La ciencia nada explica, es evidente; pero el poeta no lo dijo nunca tampoco, aún.
Y yo miraré la próxima Luna todavía sin entenderla.

Oh Luna, que puede amarse, bien me pareces Pobrecita del Cielo.

viernes, mayo 22, 2009

La magdalena de Proust

"(…) En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en té que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]"
Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann.
Gentileza: jorgegonzalvo.blogspot.com

Performance: Soy, luego escribo

En Casa de la Lectura, Lavalleja 924, y con entrada libre y gratuita, se realizará el día
22 de mayo, a las 20, la Performance Soy, luego escribo.
Leerán sus textos Paula Jiménez, José María Gomez y Walter Viegas.
Tangos: Wally Romero: la figura del guapo en "Corazón de papel", de Cátulo Castillo.
Además, "Charlemos en referencia al melodrama de Puig", "Quién hubiera dicho" y un homenaje al más glam de los cantores, Carlos Gardel, con su clásico "Cuesta abajo".
Fernando Noy cantará sus poemas y evocará a Elis Regina, cantando a dúo con ella.
Número de humor de Pol Ajenjo y presenta la Gran Marcova.

jueves, mayo 21, 2009

Ciclo de Poesía Fedro

Los invitamos a un nuevo encuentro del Ciclo de poesía, que se realizará
en el habitual espacio de Fedro, Carlos Calvo 578, para escuchar a:
Rodolfo Edwards, Virginia Janza, Daniel Muxica y Julia Wong
Jueves 28 de mayo a las 20.
Coordinan el ciclo: Florencia Walfisch, Ana Lafferranderie

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miércoles, mayo 20, 2009

Teatro en Casa de la Lectura

En Casa de la Lectura, Lavalleja 924, y con entrada libre y gratuita, mañana, jueves 21 de mayo, a las 20, tendrá lugar la función de la obra de teatro: CATEDRAL, basada en los cuentos de Raymond Carver.
Dirección y dramaturgia de Martín Flores Cárdenas.
Actúan: Rafael Cejas, Matilde Campilongo, Chendo Hortiguera.
Un ciego visita a una vieja amiga y a su marido. En el curso de la noche entenderán que la vida es más esquiva de lo que imaginaban.

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lunes, mayo 18, 2009

Interiores, con poetas

Una nueva edición del ciclo Interiores con poetas se realizará el sábado 23 de mayo, a las 18, en la Biblioteca de Ramírez de Velasco 958, Capital. Poeta Invitada: Patricia Rodón (Mendoza). Coordina como siempre: Inés Manzano. Entrada libre y gratuita.

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viernes, mayo 15, 2009

Seamus Heaney: Para que cada uno afine su música

"En su novela El primer círculo, Solzhenitzyn sitúa la acción en un campo de prisioneros en las afueras de Moscú; los prisioneros son técnicos altamente calificados forzados a trabajar en proyectos ideados por Stalin. El proyecto más importante de todos es el intento de construir un mecanismo capaz de intervenir los teléfonos. Pero lo que tiene que ser especial de este mecanismo concreto (...) es que no sólo grabará la voz y el mensaje, sino que además identificará la modulación esencial de los sonidos de la voz que habla; descubrirá, según nos dice el autor, 'aquello que hace que todas las voces humanas sean únicas' (...). La idea es que la voz es una especie de huella dactilar poseedora de una rúbrica constante y singular que, como las huellas dactilares, puede ser grabada y empleada para nuestra identificación.
Ahora bien, una de las finalidades de la formación literaria que yo recibí era que el oído del estudiante se convirtiera en un artefacto capaz de "pinchar" las poesías, de modo que cualquier fragmento de un verso desprovisto de nombre o de fecha pudiese llegar a ser identificado por la dicción, los tropos o la cadencia. (...)

Lo que quiero decir es que existe una relación entre el núcleo de la voz del poeta cuando habla y el núcleo de su voz poética, entre su acento original y el estilo que en algún momento descubrirá. Creo que el descubrimiento de un modo de escribir natural y adecuado a tu sensibilidad depende de la capacidad de recobrar ese punto sensible esencial que los técnicos de Solzhenitzyn intentaban aislar. Ese y no otro es el registro absoluto que sirve para que cada uno afine su música."

*Fragmento extractado de De la emoción a las palabras. Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona, 1996, pp. 42-43.
**Seamus Heaney nació en 1929 en Irlanda del Norte. Poeta, prosista y ensayista. Premio Nobel de Literatura 1995.

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Leonor Silvestri*: El gato

gato, gato, ardiente claridad
en las noches de la calle,
¿quién forjó tu subyugante simetría?

¿en qué profundidades o alturas?
¿en qué cielos se enciende la llama de tus ojos?
¿sobre qué alas aspirás a la eternidad?
¿Y qué mano se atreve a asir tu fuego?

¿qué hombro o qué arte
podría torcer el vigor de tu espíritu?
¿cuándo tu corazón comienza a palpitar
qué terrible pie te podría domar?

¿qué martillo? ¿qué cadena?
¿qué caldera fraguó tu mente?
¿qué yunque se atreve a trabar
el mortal terror de tus temibles garras?

cuando las estrellas lanzan sus rayos,
y riegan el cielo con sus lágrimas,
sonreís ante tu imagen y la del indefenso pichón.

gato, gato, ardiente claridad
en las noches de la calle,
¿quién forjó tu subyugante simetría?

*Leonor Silvestri (1976). Poeta, periodista, ensayista y traductora. Publicó, entr otros libros, Catulo. Poemas (ensayo, 2005); El curso, mitología grecolatina (2006), Después de vos (poesía, 2007). El poema que se transcribe está incluido en su último libro.

jueves, mayo 14, 2009

Esta vez es denserio

Mañana, viernes, a las 22, podés sintonizar la audición ESTA VEZ ES DENSERIO, emitida por radio cultura FM 97.9 o por internet: http://www.fmradiocultura.com.ar/radio_en_vivo.htm

Teléfono para comunicarse en VIVO: 5031-9807/08

Produce Gabriela Salomone,
Opera “el indio” Norberto,
Colaboradora especial Vanesa Elias,
Copiloto Hernán Lucchetti,
Conduce el poeta Esteban Charpentier.

estavezesdenserio@gmail.com

Ángel Valente: Eros, mística y psicoanálisis

“La relación entre eros y mística ha sido oscurecida en la tradición nuestra por obvios condicionamientos culturales. Tanto desde un monismo espiritualista como desde un monismo materialista, experiencia erótica y experiencia mística han sido abusiva y parcialmente interpretadas. Las rectificaciones empiezan a ser considerables; tan considerables como difíciles de soportar los determinantes culturales que las han hecho necesarias.
Sería curioso considerar, desde ese punto de vista, la posición de las vanguardias psicoanalíticas en años recientes. Considerar, por ejemplo, las posiciones adoptadas, en extremos distintos, por Laing o por Lacan. Laing, después de un proceso de radicalización social y de aproximación de signo positivo o reduccionista de los fenómenos psicóticos a los fenómenos místicos, ha optado él mismo por la vía mística (6).
Lacan, en una de sus intervenciones abruptas e incisivas en su Seminario, afirma a propósito del tema que aquí precisamente nos preocupa: Lo que se intentaba a fines del pasado siglo, en tiempos de Freud, lo que buscaba una serie de buenas gentes alrededor de Charcot y de otros, era reducir la mística a un asunto de semen. Un examen más detenido mostrará que no se trata de eso en absoluto. Y un poco antes de llegar a esta conclusión, Lacan aclara: (La mística) es algo perfectamente serio, sobre lo que nos informan algunas personas, con superior frecuencia mujeres, o bien gentes dotadas como san Juan de la Cruz (…). Hay hombres que están tan bien como las mujeres. Puede suceder. Y que al propio tiempo se encuentran igualmente bien. A pesar, no digo de su falo, a pesar de todo lo que les molesta en razón de éste, vislumbran que ha de haber un goce que esté más allá. Tales son los místicos (7).
6. Véase sobre todo Politics of Experience and The Bird of Paradise, 1967. El proceso hasta ahora había sido el contrario: una aproximación negativa o reduccionista de los fenómenos místicos a los fenómenos psicóticos o neuróticos. La entera escuela psicoanalítica parecía marcada por esta simple reveladora afirmación de Freud en carta de 1929 a Romain Rolland: Qué extraños me resultan los mundos en que usted evoluciona. La mística es para mí un recinto tan cerrado como la música.
7. Le Séminaire, Livre XX. Ed. Du Senil, París, 1975."


*Texto incluido en Variaciones sobre el pájaro y la red, de José Ángel Valente, Tusquets, 1991.

Wassily Kandinsky: Pequeñas alegrías

"Cobraron vida aquellos cuentos alemanes que a menudo había escuchado de niño. Los altos tejados, hoy desaparecidos, de las plazas del Paseo y de Maximiliano (...) y en especial la vega del río --que descubrí una vez por pura casualidad-- habían convertido los cuentos en realidad. El tranvía azul se deslizaba por las calles como si fuera un aire fantástico que favoreciera la respiración y provocara la alegría. Los buzones amarillos cantaban desde las esquinas igual que los canarios. Yo saludaba al letrero "Molino artístico" y me sentía en una ciudad del arte, que para mí era la misma que la ciudad de los cuentos. Todos los cuadros medievales que pinté después, tuvieron su origen en aquellas impresiones.*
*Wassili Kandisky (Moscú 1866- 1944). A la izquierda, el cuadro Pequeñas alegrías. Museo Guggenheim de Nueva York.

Willem De Kooning: La mujer en mí...


"En esta fase temprana, quizá pintara la mujer en mí (...). Soy consciente de que algunos críticos lo interpretarán como una confesión de homosexulidad latente. Si yo pintara mujeres bellas, ¿me haría aparecer eso como no homosexual? A mí me gustan las mujeres bellas; en la realidad e incluso las modelos de las revistas. Las mujeres a veces me desconciertan. En la serie Mujeres, he pintado ese desconcierto."*

*Willem De Kooning, pintor y escultor (Rotterdam 1904-Nueva York 1997. A la izquierda,“Woman I (Mujer I)”, 1950-52, oleo sobre lienzo, 192.7-147.3 cm, Nueva York, Museum of Modern Art (MOMA) (http://www.moma.org/).

miércoles, mayo 13, 2009

La huella de los gallegos en el barrio de La Boca

Agradecemos a Marta Sacco, nuestra querida amiga, el envío de esta información. Se trata del programa de actividades, que se realizarán en el Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín, acerca de la huella que dejaron los gallegos en el Río de la Plata, más precisamente en el barrio de La Boca.

PROGRAMACION

Sábado 16 Mayo
13.00 hs. ●Conferencia: Las Letras Gallegas, por Alberto Portas
16.00 hs. ● Música Folk Herbadaboa y Xeito Novo.
Miércoles 20 Mayo
16.00 hs. ● Conferencia: El Tercio de Galicia en la Defensa de Buenos Ayres. Por el Cte. Horacio Guillermo Vázquez Rivarola. Participa la Guardia de Honor de la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano.
Viernes 22 Mayo
20.00 hs. ● Música: Xeito Novo.
Sábado 23 Mayo
16.00 hs. ● Conferencia: Aproximación a lo poético, por Carlos Penelas
● Música: Virxen do Carmen y Asociación Hijos de Zas, (acordeones a piano y percusión). Coro Social Asociación Cultura y Recreo Residentes de Vigo.
Miércoles 27 Mayo
16.00 hs. ● Conferencia: Los Gallegos en el tango. Rubén Rodriguez Ponziolo
Viernes 29 Mayo
16.00 hs. ● Conferencia: La presencia Gallega en el Riachuelo por Marcelo Weissel Álvarez. Certezas desde la Arqueología y la Historia. Hallazgo del Mercante Español y la Barraca Peña de La Boca.
Sábado 30 Mayo
16.00 hs. ● Ronda de Estandartes de la colectividad gallega de Buenos Aires. ● Música: Os Toliños. Coro del Instituto Argentino de Cultura Gallega.
Domingo 31 Mayo
● Cierre de la muestra.

Colaboran: Xunta de Galicia delegación de Buenos Aires Oficina Cultural de la Embajada de España, Tercio de Voluntarios Urbanos de Galicia - Caixanova. Centro Gallego de Buenos Aires Instituto Argentino de Cultura Gallega. Fundación Xeito Novo y la Comunidad Santiago Apóstol de La Boca.

museoquinquelamartin@buenosaires.gov.ar

martes, mayo 12, 2009

SEA: Concurso de cuento

Como parte de los homenajes al 50º aniversario de la Casa de las Américas, la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA) organiza este concurso de cuentos.

Bases
I. Podrán participar todos los escritores argentinos y cubanos residentes en su país o en el extranjero. No podrán participar los miembros de la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA).
II. Los interesados deberán enviar por triplicado, encuadernado o anillado, un libro inédito escrito en castellano, de tema y forma libres, que no esté participando simultáneamente en ningún otro concurso. No podrán participar obras que hayan sido premiadas en otro certamen literario o que estén en proceso de publicación.
III. Los trabajos deberán presentarse escritos a máquina mecánica, eléctrica o electrónica en una sola cara de la hoja, a doble espacio en formato A4. La extensión será de 100 páginas como mínimo y de 150 como máximo. Los trabajos deberán ser firmados con seudónimo.
IV. Los concursantes adjuntarán a sus obras un sobre cerrado, rubricado por fuera con seudónimo y título del libro. En el interior deben constar nombre completo y breve currículum del autor, domicilio, número telefónico, dirección de e-mail y fotocopia de su documento de identidad. Debe agregarse una declaración escrita y firmada por el autor, donde conste que la obra es inédita y no está participando simultáneamente en otro certamen.
V. El plazo de admisión comenzará el 1 de mayo de 2009 y finalizará el 30 de junio de 2009. Se aceptarán los trabajos que lleguen con posterioridad a ese límite, siempre y cuando conste en el matasellos postal que fueron enviados con anterioridad.
VI. Las obras concursantes deberán enviarse a las oficinas de la SEA: Bartolomé Mitre 2815 (C1201AAA), Buenos Aires, Argentina. No se devolverán originales ni copias de los trabajos enviados.
VII. Habrá un premio único e indivisible, consistente en $ 4.000 (cuatro mil pesos moneda nacional).
VIII. El fallo del jurado será inapelable. Es facultad del jurado declarar desierto el premio y resolver cualquier caso no considerado en las bases de la presente convocatoria.
IX. El resultado del premio se dará a conocer a la prensa y en la página web de la SEA en enero de 2010, en consonancia con el fallo del Premio Casa de las Américas, notificándose de inmediato al concursante que resulte ganador.

SEA / Sociedad de Escritoras y Escritores de la ArgentinaAsociación Civil - Personería Jurídica IGPJ 0078/2001. Bartolomé Mitre 2815, 2º piso, oficinas 225 a 230, C1201, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina. Tel. (5411) 4 864 8101. www.lasea.org.ar

Mónica Valdés: La memoria es mi ciudad

XXIV
en la plaza
se iluminan los tilos
los gorriones cambian de cielo
esa bufanda roja habla de mí

mi viejo almanaque concede este encuentro
los gestos vuelven a través de invisibles labios

te miro como te miraba
el sol se recarga en tu espalda
oigo pasos
no olvido

la memoria es mi ciudad

XXIX
ciudad paisaje
arrabales con niños
palpitan soledad
amanecen abrazados
esperan que amaine el viento
y cruzan el umbal
donde se ve la nada
*Mónica Valdés nació en Argentina; residió varios años en México. Los poemas que se transcriben pertenecen al libro La memoria es mi ciudad.

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Liliana Guaragno: El tiempo uno

La cita es el miércoles 20 de mayo, a las 19.30 en ARCHIBAR, Mario Bravo 437, de esta capital. Y el motivo, la presentación del nuevo de libro de poemas, El tiempo uno, de la escritora Liliana Guaragno publicado por Editorial Leviatán. Ahí estaremos.

Seamus Heaney: un poema

Gentileza de: elblogdeenriqueortiz.blogspot.com

Cavar
Entre el índice y el pulgar
descansa la pluma gruesa, grata como un revólver.

Bajo mi ventana, el claro raspar
de la pala que se hunde en tierra arenisca:
mi padre, que cava. Observo desde arriba
el esfuerzo de su trasero entre las plantas;
se dobla y se yergue veinte años antes,
agachándose rítmicamente entre hileras de patatas
donde cavaba.

La bota gruesa descansaba en la pala, era palanca
el mango apoyado con firmeza en la rodilla.
Arrancaba brotes fuertes, hincaba la hoja brillante,
esparcía patatas nuevas que nosotros recogíamos,
gozando de su dureza fría en nuestras manos.

¡ Señor, cómo manejaba la pala el viejo!
Igual que su padre.

Mi abuelo cortaba más turba en un día
que nadie en turbera de Toner.
Una vez le llevé leche en una botella
con un torpe tapón de papel. Se enderezó
para beberla, y volvió enseguida a la tarea
de cortar y cercenar con primor, arrojando terrones
por encima del hombro, ahondando más y mejor
a la busca de la turba buena. Cavando.

Se despierta en mí el olor frío a mantillo,
el chapoteo de carbón empapado, los bruscos cortes
de la hoja que atraviesa raíces vivas.
Pero yo no tengo una pala con la que seguir
a hombres como ellos.

Entre el índice y el pulgar
descansa la gruesa pluma: cavaré con ella.

Digging
Between my finger and my thumb /The squat pen rests; snug as a gun.//Under my window, a clean rasping sound / When the spade sinks into gravelly ground: / My father, digging, I look down // Till his straining rump among the flowerbeds/Bends low, comes up twenty years away/Stooping in rhythm through potato drills/ Where he was digging. // The coarse boot nestled on the lug, the shaft / Against the inside knee was levered firmly. / He rooted out tall tops, buried the bright edge deep /To scatter new potatoes that we picked /Loving their cool hardness in our hands./ By God, the old man could handle a spade. / Just like his old man. // My grandfather cut more turf in a day/ Than any other man on Toner's bog./Once I carried him milk in a bottle /Corked sloppily with paper. He straightened up / To drink it, then fell to right away / Nicking and slicing neatly, heaving sods / Over his shoulder, going down and down / For the good turf. Digging. //The cold smell of potato mould, the squelch and slap/ f soggy peat, the curt cuts of an edge/Through living roots awaken in my head./But I've no spade to follow men like them.// Between my finger and my thumb/ The squat pen rests. I'll dig with it.
Traducción de Brian Hughes y Esteban Pujals.
Seamus Heaney (Derry. Irlanda del Norte.1939). El poema "Digging" pertenece a su primer libro, Death of a naturalist, que se publicó en 1966).

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lunes, mayo 11, 2009

Poesía: artificio y técnica


“Considero que la técnica es distinta del artificio. Artificio es lo que uno puede aprender de los versos de los otros. Artificio es la habilidad para hacer. (…) Puede hacerse gala del artificio sin necesidad de referencias a las emociones o al yo. Pone de manifiesto qué tipo de ejercicio atlético hay que hacer para mantener la buena forma verbal; puede contentarse con ser vox et praetera nihil –pura voz y nada más--, pero no tiene nada que ver con voz, cuando hablamos de “encontrar la voz”. (…)
La técnica no sólo implica el modo como el poeta trabaja las palabras, su dominio de la métrica, del ritmo y de la textura verbal, sino también una definición de su actitud hacia la vida, una definición de la realidad. Implica el descubrimiento de modos de salirse de sus límites cognitivos y habituales para adentrarse en lo inarticulado (…). La técnica exige sellar con nuestra marca de agua una forma esencial de percibir, hablar y pensar, para que quede impresa en el tacto y en la textura de nuestras líneas; la técnica se refiere a la totalidad el esfuerzo creador. (…) Técnica es
aquello que, según una frase de Yeats, convierte “el hato de accidentes e incoherencias que se sienta a desayunar” en “una idea, en algo deliberado, completo”. "
*Seamus Heaney, poeta (1939, Derry, Irlanda).
*De la emoción a las palabras, Anagrama, 1996.

Una de poetas

Si querés, podés leer textos de JORGE SPÍNDOLA en trando a esta dirección:

http://www.bariloche2000.com/cultura/una-de-poetas/38691-spindola-al-sur-del-sur.html

Franz Kafka*: Una noche**

"Abismado en la noche.

Tal como a veces inclina uno la cabeza para reflexionar, así estar completamente abismado en la noche. Todo en derredor duermen los hombres.

Una pequeña comedia, un inocente autoengaño, es eso de que duermen en camas sólidas, bajo un techo seguro, estirados o encogidos sobre colchones, entre sábanas debajo de mantas; en realidad se ha reunido, como una vez aquel entonces, y como después, en un paraje desierto, acampado al aire libre, un número incalculable de seres humanos, un ejército, un pueblo, bajo un cielo frío, sobre tierra frías, echados al suelo en el mismo lugar donde antes estuvieron de pie, la frente apretada contra el brazo, la cara hacia el suelo, respirando tranquilamente.

Y tú velas; eres uno de los vigías. Agitando un tizón que haz tomado del montón de ramas rotas que hay a tu lado, descubres al vigía más próximo.

Alguien tiene que velar; eso es así. Alguien tiene que estar ahí."

*Franz Kafka, escritor checo (1883-1924).
**Conversaciones con el orante, Losada, 1990.

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Presentación

Ediciones Botella al Mar invita a la presentación del libro Diario de Alfonsina, del poeta Jorge Cabrera, el viernes 22 de mayo a las 19.30, en la librería El Astillero, Scalibrini Ortíz 2518.

Caravansari, revista española de poesía

Hoy, lunes 11 de mayo, a las 20, en la Casa de la Lectura, Lavalleja 924, tel. 5197-5476/5084, y con entrada libre y gratuita, se presentará Caravansari, revista española de poesía contemporánea en lenguas peninsulares.
Presentan: David Castillo (España) y Graciela Caprarulo (Argentina). Leen poetas argentinos antologados en la revista: Beatriz Scahefer Peña, César Bisso, Ana Guillot, Rubén Balseiro.

Pato-en-la cara

Este próximo jueves 14 de mayo, Pato-en-la-cara presenta Hélio Oiticica. Qual é o parangolé? y otros escritos, de Waly Salomao. La cita es en la FunCEB, Esmeralda 969, a las 19.30.

sábado, mayo 09, 2009

Osvaldo Lamborghini: Matinales (aguas del alba)

"Matinales (agua del alba)" es uno de los textos de Osvaldo Lamborghini que más me gustan. Lo busqué en internet para subirlo a este blog del amasijo, pero no lo encontré. Así que con mucha paciencia lo fui transcribiendo del original (Novelas y cuentos, Ed. Serbal, 1988). Espero que lo disfruten.
"Enredado al dormirse en los pliegues del chiripá, hoy ropa de antaño, amaneció atravesado por su cuchillo, amaneció muriéndose como el que al despertarse mira el cielo, toca su sangre, muere. Una manera de morir; tal vez el horizonte se le volvió pálido. El caballo, suyo y cerca, se le volvió pálido. Lejano, como el blanco más doctrinario. Con los dedos casi en estertor tocó la punta del cuchillo, que le sobresalía del cuerpo, hasta insensible sentirse las yemas. (“Flor, astillas de un palo mesmo.”) La sangre corría en pequeños charcos, pero él se regodeba en el calorcito de su herida mayor, en el tajo –como se dice—de su muerte. El espíritu vaga en estas contraseñas. El espíritu habla. Cualquiera el primer inmortal. Habían (un lodazal) sus intestinos abiertos; habían y miró la sangre de sus dedos (reído porque esa sangre era tan floja como un horizonte lejano) pálido: cuando el horizonte suyo estaba ahí, volcándose de su cuerpo pero en un absoluto fuera de aquí (ya que hogareños) sin posible vista i te quiero ver. Hoy/ nada de dobles/ claro torrente del despertar. El espíritu en estas contraseñas: Soñar –dice—es lo inaudible de toda alegría. Al alcance de cualquier confusión feliz, en cambio, está el sonar: o la música solamente encantatoria, el ukelele del tonto: la música, en un ritmo de proseguir, cuando la muerte ya dijo fin.
Al hacerse el alba más alba, sorbiendo los primeros mates, ésos que saben como tratados, la mujer y la hija se hicieron cargo de los caballos.
--Venga, pingo.
La mujer miró el cadáver sin hacerse cargo. Esparció aire co los dedos sobre el cuerpo al son de un murmurar breve y como de pedido, encargo.
--Por aquí anduvo el sexo nocturno. Algún sueño, de seguro.
--Y el padre se madrugó solo –asintió la niña, con los ojos abismados.
Las dos, ayudándose a tirar la puñalada, despenaron al caballo junto al señor de la pampa.
--No has de beber sangre de animal.
--No, madre –se corroboraron.
El chico del rancho tomaba la leche (de la mañana) sobre una mesa de tabla. Entraron la hija y la madre. Venían un poco salpicadas de la faena con el caballo. El chico había quedado medio cojo desde aquel día en que le enseñaron a domar con entusiasmo, desde temprano ser un gaucho. Arrastraba la patita con una infinita paciencia de destino: malacara.
--Ha muerto el padre –le susurraron.
En cada ser anida la ampolla de los afectos, frágil. La ampolla verde, la ampolla de la tarde. Pero era de mañana, ocasión para esas aguas amatinales. Oculto tras el pañuelo el chico salió al campo. Vagó por la inmensidad inútil de esa tierra, que tanto nos encanta. No quiso mirar el cadáver. Arrancó derecho para el ombú más cercano, arrastrando la pierna santa. Vestía también la moda de antaño: bombachas y alpargatas floreadas, gorra de vasco, como corresponde a todo gaucho.
Los mocos ya lo estaban como blindando. Pegó un sorbido así de grande y tuvo miedo. Que en el cerebro se le formara un coágulo. O que el veintre se le abominara, en exceso, por tragarse semejante palangana. El diablo, que estaba en la copa del ombú, como esperándolo, le dijo (es el espíritu el que habla):
--¡Qué porquería de niño!
--¡Qué repugnante!
--¡Guacho, para colmo!
El diablo se rió antes de desaparecer, con ese rasguito típico que destempla las guitarras. El chico, entigrecido, empezó a patear el tronco del árbol (con la pierna sana), y al mismo tiempo –a sus adentros—se murmuraba: “ Ah, no. Yo agarro ahora y me vuelvo loco”.
--¡Hijo! –(Es el espíritu el que habla).
--¡Hijo! ¡Sacame de encima estos restos de caballo: aun bajo la tierra me ahoga la sanre del zaino!
¿Pero cómo volverse loco? Decirlo era una cosa, y otra. ¡Hacerlo! –a qué tanto dudar—rápido. Probó clavándose un dedo en la oreja. No sintió nada. O dolor, pero no hálito loco. (Voy a esperar un poco, meditó, quizás son largueros los efectos, como cuando de la mañana a la tarde me volví rengo.) Loco.
Cuando ya empezaba a delirar, como ya se empuñaba y se escalaba a sí mismo como el palo enjabonado de la modestia pueblerina, vino otro señor de la llanura, montando en pelo su yegua blanca. Era peligroso el hombre, sobre todo y cuanto más para los niños: ya se lo habían advertido. Además: ya se le veían los signos. Ya le saltaba la baba de los labios.
--Vení, vení conmigo a la laguna y te muestro el poni austrfaliano.
--No y no y no.
--¡Qué lindo cojo!
En la laguna habría una maravilla de caballo. Picado:
--Cómo es un poni australiano? ¿Tiene la crin llena de moñitos, como esos del circo?
En la laguna, en las aguas del alba.
Cuando la locura habla –ténganlo como una fija—la pampa se repuebla con la innumerable risa de los memos. De los ranchos salen, con sus ukeleles huecos, fundidos a la rima, atravesados por los ecos. Ëste es el son: ellos son. Lo que el viento impele.
En el triste manicomio de –un nombre: Lontananza —el niño está, medieval, aferrado a una argolla por cadena bufa que te bufa.
Es el alba. Es el delirio abarrotado por las rejas. Una celda de barro, adobe, paja. Los círculos se hacen de “avizorar, palabra. Lo que chirría en los oídos es el torniquete de los labios. Lo que saborea el paladar es un interminable gollete de imágenes. Chupar hasta hartarse, que nunca harta. Éste es el pezón de la baraja: los que fueron sus ojos hoy son ratas. Hartas de la carne y de la sangre del zaino, la emprendieron ya con el señor de la pampa: un regodeo pleno con la linfa y con sus barbas, hasta sus botas de caña. Tiempo al tiempo. Un poni australiano/ con la crin encintada/ bufa, impele, escribe, lee, habla, mata.
--¡Hijo! Sacame de encima estos restois de caballo: aun bajo tierra me ahoga la sangre del zaino!
--¿Aldaba? ¡Ah, para mí que sea de plata! O de oro blanco. ¡O mejor de caballo!
-Crin –dijo el grillo—crin crin.
Música porque sí, música vana.
Siempre es el espíritu el que habla:
Soré/Resoré, de la llanura clancas divinidades. La madre y la hija, la dulce entraña. El padre, la irreconocible piltrafa. En este tapete, que no es precisamente verde, se le escribe al que lee. Frase por frase.
Siempre es el espíritu el que habla:
De la humedad o rocío de la mañana, como a flor de agua, ascendió la esfinge que el clam reclama/ la pierna del cojo (y bien) extirpada. Yace en una vasija con mirilla de plata y pesa menos que un gusano, arrancado de un golpe con una pinza de depilar –figura—el ceño de la máscara. El padre lo adoraba.
Siempre es el espíritu el que habla:
Enredado al domirme en los pliegues del chiripá, hoy ropa de antaño, amanecí atravesado por mi cuchillo, amanecí muriéndome como el que al despertarse mira el cielo, toca su sangre. Una manera de morir, tal vez, pegado a lo interminable."

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Osvaldo Lamborghini: cazador nocturno de la vanguardia local

Reproducimos a continuación el reportaje realizado a Osvaldo Lamborghini por el poeta Luis Thonis, el 4-3-1981 (1), extractado de http://librospeligrosos.blogspot.com

"La obra de Osvaldo Lamborghini puede parecer breve si partimos de la convención que remite lo legible de un texto a su cantidad de páginas. No obstante, El Fiord, (1969) , Sebregondi Retrocede (1973) o su reciente libro Poemas (1981), ediciones Tierra Baldía - hablan de esa otra cantidad, la de sus insistencias, fundadoras de una nueva literatura argentina.Es posible hablar ya de lo lamborginesco para designar una contra mitología tramada en y sobre los escombros rítmicos de las líneas menores de nuestra cultura.En sus varias inflexiones dichos libros pueden aparecer como vanguardia, es decir, como algo previamente informulado. Lamborghini en varios tramos de la conversación define su vanguardia, respecto de las leyes, los patrones, los verosímiles que impone el mercado. Pero basta habitar una página de Sebregondi para entrever que este cazador nocturno no retrocede sin abrir un juego donde coexisten diversas hechuras lingüísticas en un trabajo inusual con el lenguaje. La dificultad de clasificar el ya mítico Fiord, o seguir linealmente las andanzas del marqués de Sebregondi -¿poemas?, ¿novelas?, ¿falsas novelas que fracasan en ese lugar donde no hay victoria ni derrota y sólo queda la dicha y el riesgo de escribir?- se acentúa al extremo en Poemas. (…)

Luis Thonis: La aparición de Poemas introduce una variante respecto de El Fiord o Sebregondi Retrocede, obras por sí diferentes ¿Se trataría menos de una diferencia entre prosa y poesía, que de la continuidad de una obra indefendible genéricamente?
Osvaldo Lamborghini: Hay menos la ilusión de equivalencia con un posible–imposible- “pase al acto” en Poemas –en fin– que en El Fiord y Sebregondi Retrocede. De todos modos la "Narración de la Historia" – título de un cuento de Correas pero mías son las mayúsculas- no está excluida de este libro “último”. La Narración de la Historia es un arte en la Argentina: una cuestión capital y, al mismo tiempo, o por lo mismo, federalizable: contra el despotismo de una sola Aduana, contra el despotismo de una “organización nacional”.
L.T.: Las referencias al gauchesco, el tango, el lunfardo, las glosolalias hacen a una poética –en Poemas– que recorre diversos tópicos de nuestra literatura, la reescriben. Se va engendrando otro lenguaje, de señas inciertas, por ejemplo, “Soré y Resoré, divinidades clancas de la llanura?” ¿Piensa que una nueva escritura sólo puede nacer de una “vieja lengua”, de su tesoro verbal?
O.L.: Inscribir lo ya escrito, inscribir. El parche glosolálico –batirlo– es un triunfo momentáneo, breve, de cierto exceso de sentido: el paqué de Girando En la Masmédula resucita a millones de hablantes frescos como lechugas, y decapita, afortunadamente, la tartamudez engolada de los catedráticos. Son demasiadas las lenguas que se añudan en la Argentina. Y el “aquí me pongo a cantar”, la potencia doble de poder decirlo, es un buen ejemplo de glosolalia feliz.
L.T.: ¿El Fiord y Sebregondi retrocede carecen de antecedentes directos en la literatura argentina? O si los tienen, ¿no es más legible lo que en ellos se pierde que la deuda cultural en que se apoyan?
O.L.: Lo que en ellos se pierde es una generación de lectores aldeanos descerebrados por la ecriture, nada más.
L.T.: Opongo la “pérdida”, que refiere a las posiciones del sujeto en el lenguaje, a la idea positivista, cualquiera sea la ideología en que se ampare, de recuperación porque ésta ha dado lugar a un historicismo lineal, binario, escolar, que excluye de sí el cuerpo, el deseo, el goce, pensando el no sentido como sin sentido –sólo hay historia del Sentido. En cuanto a las rupturas, recordemos que en Muerte y Transfiguración del Martín Fierro, Martínez Estrada ya establecía todo un sistema de analogías formales entre algunas partes separables del Poema –las escenas de la Pelea y la Payada– y los procedimientos de montaje, ex corpus, del cine de Eiseinstein; explicaba también que su lectura es otra a través de Kafka. Si usted reivindica esa tradición, en sus textos habría montaje…
O.L.:
Pienso –pero yo nunca sé si pienso o “escribo”- que toda literatura es montaje, incluida la puramente “facial”, como ocurre ahora con los punks, que se dibujan cicatrices en la cara. Montan, sobre sus propios cuerpos, el relato no vivido de aquella historia: la pesadilla de papá y mamá. Claramente, esto no responde a su pregunta: se trata, más bien, de una maniobra de “diversión”: montaje: por supuesto…, Martínez Estrada, Eiseinstein, José Hernández…, es montar demasiado: creo que así se nos van a cansar pronto los caballos. Estoy jugando con las palabras, y lo único que puedo responder, “¡ex corpus!”, en cuanto a “mi” libro y su relación con el montaje, es el “mi” entre comillas.
L.T.: ¿Y?
O.L: Y que escucho, mezclo, repito, y tacho y cambio de lugar, y cito. Exageradamente tal vez. Macedonio leía “a oscuras”, y así entonces se produjo ese perfecto acontecimiento de moviola: el film quebrado plantea el espacio y el tiempo (la metáfora) simultánea de Shopenhauer, Quevedo, Del Campo, y William James.
L.T-: Usted también tiene varios caballos.
O. L.: Más el set “bajo” del Ropero, la Pava, el Mate, la Pensión.
L.T.: En sus libros hay una ausencia de “conciencia moral” o de “visión del mundo”. ¿Esa ausencia inscribe al autor como un fragmento más entre otros? ¿Cuántos Lamborghini han escrito y cómo se deslazan en las letras de Poemas?
O.L.: La mía es una literatura familiar: el deseo (y también las ganas) de prolongar indefinidamente la sobremesa. Pero la historia no lo permitió: presencias entrañables, ineludibles distanciamientos. Hay otro Lamborghini, Leónidas: los dos, más tantos otros que no tienen la suerte/desgracia de portar el Lamborghini, estamos precisamente allí, en ese fragmento que pretende, sí, conservar un museo de vanguardia, algún chiste de Macedonio. Porque el Museo, siempre irrisorio en estas latitudes, es preferible al universo concentracionario de los comentaristas sabios: “en el lento divagar del cabaret…”.
L.T.: Respecto de los narradores, ¿qué pueden tener que ver entre sí, por ejemplo, la voz monótona que organiza el espacio clausurado de El Fiord con el atonalismo, esa voz que llega a disgregarse en relatos como "La Mañana", aparecido en la revista Escandalar?
O.L.: El Fiord es un final. Mi primer libro, pero que está pensado como el título. Pero claro: ¿quién se entiende? Me gusta El Fiord como intento de frontera, de “últimas poblaciones”. Lo que usted llama voz monótona cumple aquí otra función: ¿se habrá acabado lo que se daba? Si después los narradores se multiplican, el hecho se debe menos a un efecto “barroco” de polifonía que a una escisión cada vez mayor del Narrador, no de Osvaldo Lamborghini. Como si dijéramos, empezar eternamente para llegar a los mismos resultados.
L.T.: Y esa escisión, esa “esquizia” del narrador hará que la mirada caiga hacia algo no representable, haciendo imposible la lectura transparente. Sin embargo, en cuanto a la mirada que no quiere caer, a la crítica que se desprende de ella, fundada en el mito del Escribir Bien, las cosas no están de todo claras; por una lamentable paradoja, en la literatura suele considerarse como ajeno lo que podría leerse a la vista: ¿a qué se debe ese efecto de extrañeza que produjo y sigue produciendo Poemas?
O.L.: Es cierto lo que usted señala: esa “baja” paradoja que hace aparecer a mis escritos como “extraños”, cuando la verdad es que ellos se limitan a cortar y plegar diferentes propuestas de la literatura argentina: sólo que sin respetar sus supuestas intenciones, ni su aparente linealidad. Ascasubi, Le Pera, Hernández, Cayol, Del Campo, Gardel, conviven –violentamente,¿hay otra manera?- en mis textos.Contrario ejemplo es el caso de nuestro actual ( y lamentable) teatro realista, en el (lamentable) estilo de El gran deschave. Pero punto final aquí: es casi de mala fe ponerse a deschavar (aquí), tanta, pero tanta mala fe.

(1) Este diálogo, con la introducción respectiva, apareció por primera vez en el Diario Convicción. Era el diario de los militares y a muchos les resulta insólito. Pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que la línea política la escribían periodistas como Alejandro Horowitz y en la parte cultural tenía cierta independencia. Estábamos en la cada de Arturo Carrera y a Osvaldo se le ocurrió el reportaje, aparecido por la generosidad de Ernesto Shòo, que se tomaba sus riesgos en ciertas cosas que publicaba. En realidad, fue un corte en una conversación ininterrrumpida en la que no todo era acuerdo. El reportaje causó indignación a algunos dentro del diario por la forma de expresarse de Lamborghini – hay que tener en cuenta el contexto militarizado de ese momento – y afuera también hubo una cuota de mala fe, ya que no había nada que sonara oficial. Al contrario. Antes había escrito sobre Néstor Perlongher, también publicado en la editorial de Rodolfo Fowguil…finalmente los militares vinieron a preguntar quién era yo: lo que decía sonaba raro. Jorge Dorio, después me contó que el director le dijo: a ese tipo pueden llevárselo, escribe en griego…parece que eso desalentó a los defensores de la patria. "

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Osvaldo Lamborghini: Un caso tortuoso


"--Tanto dolor, ay, en la obviedad de la palabra obvia. Fue ayer un día de pasos transparentes donde a igual sinceridad y en bestial medida cada paso era un reflejo, una despedida, y al quebrarse el vidrio, a cada paso mío, yo quedaba ausente.
Fue ayer un día de pasos transparentes. Caminé, compré sin ganas bajo el bronce, una novela rubia expuesta a la Recova de Once como quien ampara en la copa al delincuente, que quiebra el cuello de la mujer, igual que un tallo, en despedida.
Fue ayer un día de pasos decadentes. Ayer un día de tanta transparencia para ver quería hablar y no podía, tocar y no podía. ¡Ayer fue un día!
--Tanto dolor, ay, en la obviedad de la palabra obvia. Hablábanme detrás las voces claras, a mis vulnerables espaldas les cantaban coros de no decir, de enmudecer. Coros de palidecer, de no fluir, coros de no advertir –en un grado aceptable, transparente— tanto dolor, el ay, en la obviedad de la palabra obvia, obviamente.
Por unos pesos de fraude encadenado compré la tal novela bajo el cobre. Y me fui a pasear a tantas millas que hasta pude olvidar las dulces esclavillas, que: en mi fantasía: adorantes me lamían el cáliz, lo hacían fluir y hacia él fluían. Ayer fue un día de pasos no esplendentes.
Al amparo de la copa el delincuente, bajo ese raro/amparo transparente, reflotó los trozos de su carne en mi bebida y yo rocé con los labios esa muerte: después tragué las hilachas cadavéricas, junto con el alcohol embestial medida.
Fue ayer un día de soportar la embestida, transprente y al mismo tiempo aparatosa: consistía, ella, en una ráfaga lela, en una avanlancha de capullos misteriosos –gacha flora—así como al compás de la novela esa fragilidad bebía transparencia de la copa y, en la carne muerta, bien leía.
Y leí después en letras de oro: “Por qué cantas o enmudeces todavía en este coro?”. De los ganchos para la carne colgaban rimas ( y bien que colgan) y ellas, las rimas, estaban podridas.
He aquí –murmuré—un espejo que no refleja, una vaciedad sin brillo que no asemeja, y he aquí un diálogo con el semejante que no puede seguir, ya, más adelante.
--Tanto dolor, ay, en la obviedad de la palabra obvia. Bajo el bronce, bajo el cobre, en medio de la red tendida por los pasos transparentes, compré por fin esa novela. Eternamente.*

*Extractado del libro Novelas y cuentos, publicado por Ediciones del Serbal (Buenos, Aires, 1988).
**Osvaldo Lamborghini había nacido en 1940. Falleció en Bacelona en 1985.

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Francisco Madariaga, un surrealista de los esteros


Por Jorge Monteleone*
“(…) Su universo no es cristiano (como el de Viel Témperley), pero en él lo sagrado es una presencia, arcaica y material. En su poesía toda inmanencia encarna en una red de imágenes que hacen sangrar la mirada. Uno de los vocablos que resuena con más frecuencia en sus libros es infinitud, pero a la vez el infinito sólo aparece encadenado a la imagen, como una fuente abierta. El espacio imaginario de su poesía corresponde a una zona de experiencia vital del autor: la región de la campaña subtropical y acuática del norte de la provincia de Corrientes. Es el espacio de los esteros, las lagunas y los estuarios; de las boas curiyú y los yaguaretés; de soles malvas y amarillos; de tronar de caballos, de jaguares y ríos rosados, voces del gauchaje, fulgores de mujeres deseadas, apariciones de ánimas y de bandidos. Se trata de aquella zona que madariaga llama ùn escenario general’: la geografía q ue todo hombre posee como una patria íntima, y también el fonde de mundo que deforma al paisaje del poema, a medias entre lo concreto y lo imposible. En la poesía de Madariaga la naturaleza siempre se manifiesta sobre natural, en un cruce incesante del paisaje y de lo infinito. En el paraíso de los esteros, el sujeto del poema siempre se enciende sanguíneo, se alza en el cuerpo de la cólera y el deseo. Y por ello la poesía es su destino posible y su orgánica epifanía.”**

*Buenos Aires, 1957. Escritor, crítico literario y traductor. Actualmente se desempeña como investigador en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (UBA), donde además dirige, desde 1992, el Boletín de Reseñas Bibliográficas. Obtuvo dos veces la beca del DAAD, otorgada por la República Federal de Alemania. Se ha especializado en teoría sobre el imaginario poético y los vínculos entre experiencia vivida e imaginación literaria, así como en la crítica de la poesía hispanoamericana y de la Argentina en particular. En ese campo ha publicado más de un centenar de ensayos y artículos en medios académicos de América y de Europa. Desde 1991 ejerce el periodismo cultural en diversos medios gráficos y audiovisuales de Buenos Aires. Dirige la revista de poesía y poética Abyssinia. Participa como asesor literario y cronista de viaje del proyecto cultural viajesinfin. Ha publicado: Ángeles de Buenos Aires (con fotografías de Marcelo Crotti), 1994; El relato de viaje. De Sarmiento a Umberto Eco, 1998; Puentes / Pontes (con Heloísa Buarque de Hollanda), Antología de la poesía argentina y brasileña, 2003. Tradujo por primera vez al español la controvertida pieza teatral Eva Perón, de Copi. Prepara, para publicar en la editorial Adriana Hidalgo: El nómade. Cartas de Rimbaud.

**Véase Antología bilingüe Puentes/Pontes. Poesía argentina y brasileña contemporánea. Fondo de Cultura, Buenos Aires, 2003 (página 14).

Más poemas de Coco Madariaga*


Ríos rosados

1
Rojo ataúd de zanjas mortuorias
en los bosques invernales,
he volcado tu agua
bebieron mis caballos
y salieron cantando del terror.
Amarilla era el alma.

2
No te he olvidado, mi color de la
poesía.
No he olvidado tu casa de manteles
acuáticos,
vareados por el agua,
los rodeos de ganados criolloes proyectándose
en el cielo,
ni a la bruja del caballo ruano
en la alborada de gritos salvajes y
palmeras.

Oh nuevo resplandor del horizontes,
la imagen ya de mí no necesita
pero yo necesito de la imagen
del fuego destructor de la
ignorancia.


*Poeta correntino (1927-2000). Publicó, entre otros: (1954) El pequeño patíbulo; 1959/60 Las jaulas del sol ; 1963 El delito natal; 1967 Los terrores de la suerte; 1968 El asaltante veraniego; 1973 Tembladerales de oro; 1976 Aguatrino ; 1980 Llegada de un jaguar a la tranquera; 1982 La balsa mariposa; 1985 Una acuarela móvil; 1985 Resplandor de mis bárbaras; 1988 El tren casi fluvial; 1997 País Garza Real; 1998 Aroma de apariciones.

Francisco "Coco" Madariaga: País Garza Real

Un puente de agua rosada cantando,
y la infinitud será también mi
País Garza Real.
Me llevaré una comarca de esteros,
lagunas, palmares,
y unos labios, unos ojos, mis
caballos.

viernes, mayo 08, 2009

Casa de la Cultura del barrio de Flores

En la calle Artigas 206, Capital, funciona la Casa de la Cultura del barrio de Flores. En ese lugar, el sábado 16 de mayo, a las 20.30, tendrá lugar la muestra “El Matadero”, con pinturas de Carlos Alonso, Jorge Bravo y María de los Ángeles Ventura, y esculturas de Julio Carabelli y Lila Oliva. Para quien desee concurrir, se recuerda que las obras serán exhibidas hasta el domingo 31de mayo.

Virginia Woolf: El presente, el pasado...

“(…) El pasado solo regresa cuando se desliza tan suavemente como la superficie de un río profundo. Entonces, a través de la superficie se ven las profundidades. En estos momentos, una de mis mayores satisfacciones consiste en no pensar en el pasado, sino en que, precisamente en dichos momentos, vivo con suma intensidad el presente. Porque el presente, cuando cuenta con el apoyo del pasado, es mil veces más profundo que el presente cuando nos apremia tan de cerca que no se puede sentir nada más, cuando la película en la cámara sólo produce impresión en la vista. Pero, para sentir el presente deslizándose sobre las profundidades del pasado, es necesario tener paz. El presente ha de ser suave, habitual (…)”*


*Fragmento extractado del libro Momentos de vida, Ed. Lumen, 2008, págs.134-135.

Farandol 2009

Si tenés ganas de escuchar poesía, leída por sus propios autores, podés acercarte, el próximo viernes 15 de mayo, a las 20:30 en la UGC nº2, Haedo, Rivadavia y Estrada.
Conducen: Viviana Abnur – Carlos Dariel – Fabián Vique
Invitados especiales : Osvaldo Vigna / Romina B. Canet, Jorge Dorio.
Cierre musical: Alejandro Miniaci.
Micrófono abierto para todos los concurrentes.

José Lezama Lima: Enersto "Che" Guevara, comandante nuestro

"Ceñido por la última prueba, piedra pelada de los comienzos para oír las inauguraciones del verbo, la muerte lo fue a buscar. Saltaba de chamusquina para árbol, de alquileida caballo hablador para hamaca donde la india, con su cántaro que coagula los sueños, lo trae y lo lleva. Hombre de todos los comienzos, de la última, del quedarse con una sola muerte, de particularizarse con la muerte, piedra sobre piedra, piedra creciendo el fuego.Las citas con Tupac Amaru, las charreteras bolivarianas sobre la plata del Potosí, le despertaron los comienzos, la fiebre, los secretos de ir quedándose para siempre. Quiso hacer de los Andes deshabitados, la casa de los secretos. El huso del transcurso, el aceite amaneciendo, el carbunclo trocándose en la sopa mágica. Lo que se ocultaba y se dejaba ver era nada menos que el sol, rodeado de medialunas incaicas, de sirenas del séquito de Viracocha, sirenas con sus grandes guitarras. El medialunero Viracocha transformando las piedras en guerreros y los guerreros en piedras. Levantando por el sueño y las invocaciones la ciudad de las murallas y las armaduras. Nuevo Viracocha, de él se esperaban todas las saetas de la posibilidad y ahora se esperaban todas las saetas de la posibilidad y ahora se esperan todos los prodigios en la ensoñación.Como Anfiareo, la muerte no interrumpe sus recuerdos. La aristía, la protección en el combate, la tuvo siempre a la hora de los gritos y la arreciada del cuello, pero también la areteia, el sacrificio, el afán de holocausto. El sacrificarse en la pirámide funeral, pero antes dio las pruebas terribles de su tamaño para la transfiguración. Donde quiera que hay una piedra, decía Nietzsche, hay una imagen. Y su imagen es uno de los comienzos de los prodigios, del sembradío en la piedra, es decir, el crecimiento tal como aparece en las primeras teogonías, depositando la región de la fuerza en el espacio vacío.
*Poeta, narrador y ensayista cubano (1910-1976).
**Casa de las Américas, La Habana, Año VIII, No. 46, enero-febrero 1968.

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jueves, mayo 07, 2009

Evita: 7 de mayo de 1919


"... Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que siste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país (...)" (12 de marzo de 1947)

Alfonsina Storni: Orden

Orden

Conato de tormenta. El mar se alza contra el buque; caballo encabritado quiere voltear a su jinete.
Sopapeado por las olas, aquél brama rencorosamente con sus fibras, cuerdas vocales.
La proa brinca el mar.
La hélice, cola enloquecida de vacío, quiere desprenderse y saltar hacia el espacio.
Un orden superior, una armonía de subordinación mantiene tabla sobre tabla, hierro sobre hierro.
Ejército de "pioneers" cada clavo, cada cuña, cada remache, se mantiene en su puesto celando su pequeño radio.
Un grito solo de deserción, un comienzo de desbande, y los perros azules del mar se lanzarían a la caza humana.
Pero hay una palabra colectiva del humilde guardián: -¡Presente!
Así, el buque cabecea a su antojo, se deja gustar, coquetea gallardamente.
¡Ah, la libertad, el impulso absoluto, la explosión del yo!
Cabello tembloroso sobre una fauce ávida, penetro el sentido íntimo del orden.
(La Nación, 1930)
(Extractado de Alfonsina Storni, Losada, 1999)

Chéjov*: Gallinas


"(…) Mi padre tenía gallinas de las razas más variadas y extraordinarias y de una constitución tan delicada, que no podían soportar los fríos invernales y causaban al criador muchas preocupaciones e inquietudes. Sus relaciones con las gallinas eran tan complejas e íntimas que era difícil descifrarlas. Cuando el gallo no cortejaba a la gallina que mi padre había designado para tal objeto, en el corral se oían gritos e insultos y el gallo huía de mi padre, clamando por socorro; todo el gallinero se alborotaba, y mi padre, enfurecido, se alejaba a su gabinete. Pero cuando llegaba el momento de “cargar la incubadora” (los huevos se empollaban, naturalmente, en forma artificial), se ponía en movimiento toda la casa. La sirvienta calentaba el agua, mi hermano llevaba esa agua al cuarto con la incubadora, yo cuidaba del termómetro y la lámpara, mientras que mi padre disponía sobre la red de la incubadora los huevos, marcando en ellos las fechas, las razas, etc. Y cuando, al cabo de tres semanas, salían de los huevos los pollitos, mi madre y yo debíamos representar a la gallina clueca, pronunciando tiú-tiú-tiú y golpeando con un dedo contra la mesa ante el pico mismo de cada pollito, al paso que mi padre inventaba en ese tiempo toda clase de dispositivos, los cuales, bajando de arriba sobre las diminutas espaldas de toda la gran familia de pollitos recién nacidos, debían crear para éstos la ilusión de la pancita vellosa de la gallina."**
*Antón Pávlovich Chéjov, escritor ruso nacido en Taganrog (1860-1904).
**Texto extraído del libro Autobiografía (Ediciones Índice, Buenos Aires, 1960).

Esta vez es denserio

Este viernes a las 22, podés sintonizar ESTA VEZ ES DENSERIO, programa que se transmite por radio Cultura FM 97.9 o por Internet:
http://www.fmradiocultura.com.ar/radio_en_vivo.htm

Produce Gabriela Salomone.
Opera “el indio” Norberto.
Colaboradora especial Vanesa Elias.
Copiloto Hernán Lucchetti.
Conduce el escritor Esteban Charpentier.

Teléfono para comunicarse en vivo: 5031-9807/08
estavezesdenserio@gmail.com

Nunca*, de Katherine Mansfield**

"(…)--Qué miras, abuelita? ¿Por qué te paras a cada momento y te fijas en la pared?
(…) Dímelo, abuela –dijo Kezia, insistiendo.
La anciana suspiró, tiró rápidamente la lana dos o tres veces alrededor de su pulgar, y pasó la aguja de hueso a través del rizo; estaba añadiendo mallas.
--Pensaba en tu tío William, queridita –dijo tranquilamente.
--Mi tío William de Australia? –preguntó Kezia, porque tenía otro.
--Sí, claro.
--¿El que no he visto nunca?
--Aquél, sí.
--¿Y qué, qué le ha ocurrido?
Kezia lo sabía bien, pero quería que se lo contasen de nuevo.
--Se había ido a las minas, tomó una insolación y ha muerto –dijo la anciana señora Fairfield.
Kezia parpadeó y consideró de nuevo el cuadro… Un hombrecito volcado como un soldadito de plomo junto a un gran agujero negro.
--¿Te da tristeza pensar en él, abuela?
No podía sufrir el ver a su abuelita enternecida.
Le tocó entonces reflexionar a la anciana. ¿La ponía triste mirar lejos, lejos tras ella? ¿Contemplar la larga perspectiva de los años huidos como Kezia la había vistop hacer? ¿Mirarlos a los idos, como lo hace una mujer, mucho tiempo después de haber ellos desparecido? ¿La ponía triste eso? No, la vida era así.
--No, Kezia.
--Pero por qué –preguntó Kezia.
Levantó un brazo desnudo y se puso a trazar en el aire unos dibujos.
--¿Por qué el tío William tuvo que morir? No era viejo.
La señora Fairfield empezó a contar las mallas de tres en tres.
--Ha ocurrido así –dijo con tono absoluto.
--¿Es que todo el mundo está obligado a morir? –preguntó Kezia.
--¡Todo el mundo!
--¿También yo?
En la voz de Kezia había un acento de terrible incredulidad.
--Algún día, querida.
--Pero, abuela…
Kezia agitó su pierna izquierda y movió los dedos de sus pies. Sentía arena en ellos.
--¿Y si yo no quiero?
La anciana suspiró de nuevo y sacó un largo hilo de la pelota.
--No se nos consulta, Kezia –dijo tristemente--. Eso nos ocurre a todos, tarde o temprano.
Kezia permaneció inmóvil, reflexionando sobre esas cosas. No tenía ganas de morir. Morir significaba que sería preciso marcharse de squí, abandonarlo todo siempre, abandonar… Abandonar a su abuela. Vivamente giró sobre sí misma.
--Abuela –dijo con voz asombrada y conmovida.
--Qué, gatita mía?
--Tú no tienes que morir.
Kezia hablaba resueltamente.
--¡Ah, Kezia –la abuela levantó los ojos, sonrió, meneó la cabeza, no hablemos de eso!
--Pero no puede ser. No podrías abandonarme. No podrías dejar de estar aquí…
Aquello era terrible.
--Prométeme que no harás eso nunca, abuela –rogó Kezia.
La anciana siguió su labor de punto.
--¡Prométemelo! Di nunca!
Pero su abuela no salía de su mudez.
Kezia se dejó deslizar hacia debajo de la cama: era incapaz de aguantar aquello más tiempo; ligera, saltó sobre las rodillas de su abuela, anudó sus manos alrededor del cuello de la anciana y se puso a besarla debajo de la barbilla, detrás de la oreja y a soplarle el cuello.
--Di nunca…,di nunca
Ella jadeaba entre los besos. Luego empezó muy suavemente, ligeramente, a hacer cosquillas a su abuela.
--¡Kezia!
La anciana dejó caer la labor. Se echó atrás, balanceándose en la mecedora. Se puso a hacer cosquillas a Kezia.
--Di nunca, di nunca, di nunca –susurraba Kezia, mientras descansaban allí, riendo, una en brazos de otra.
--¡Ea, basta, ardilla mía! ¡Basta, caballito salvaje! –dijo la anciana señora Fairfield, enderezándose la cofia--. Recoge mi labor.
Ya las dos habían olvidado a qué se refería este nunca."

*Fragmento extractado del libro En la bahía, Editorial Losada, Buenos Aires, 1938. Pp., 49,50, 51 y 52. Traducción del inglés: Leonor Acevedo.
**Katherine Mansfield es el seudónimo de Kathleen Beauchamp (Nueva Zelanda, 1888- 1923), narradora y poeta.

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Narradores latinoamericanos en Casa de la Lectura

Este viernes 8 de mayo, a las 18, en la Casa de la Lectura, Lavalleja 924, y con entrada libre y gratuita, podrás disfrutar de los textos de cuentistas latinoamericanos*, interpretados por las narradoras orales Elsa Viñas de Blanco, Lidia Steren, Mónica Días Rocca y Liliana Kus.
(*Relatos de Eduardo Galeano, Hebe Uhart, Pedro Orgambide, Ángeles Mastreta, Augusto Monteroso, Onofre Cardoso, Silvina Ocampo, Gabriel García Márquez y Mario Benedetti.)

miércoles, mayo 06, 2009

Proust: La belleza en las cosas más usuales


"(...) Ahora solía quedarme sentado a la mesa, acabada la comida, mientras retiraban el servicio (…). Me gustaba encontrar en la realidad, apreciándolo como elemento poético, aquel ademán interrumpido de los cuchillos atravesados en las mesas, la bombeada redondez de una servilleta desdoblada donde el sol intercala un retazo de amarillo terciopelo, la copa medio vacía que así delata mejor la noble amplitud de sus formas, y el fondo de su cristal translúcido, parecido a una condensación del día, un poco de vino oscuro, pero todo chispeante; el cambio de volúmenes y la transmutación de los líquidos por obra de la luz, esa alteración de las ciruelas que pasan del verde al azul y del azul al oro en el frutero casi vacío; el paseo de aquellas sillas, viejecitas, que van dos veces al día a instalarse alrededor del mantel puesto en la mesa como en un altar en el que se celebran los ritos de la gula, y en el que hay unas ostras con unas gotas de agua lustral en el fondo como pilitas de agua bendita, y buscaba yo la belleza en donde menos me figuré que pudiese estar, en las cosas más usuales, en la vida profunda de los bodegones."**
*Escritor francés (1871-1922).
**Fragmento extractado de A la sombra de las muchachas en flor. Ed. Pluma y Papel, Buenos Aires, 1999 (pág. 438). Traducción: Pedro Salinas.

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