sábado, diciembre 31, 2016

El cuaderno de música en diario La Nación...

Hoy, sábado 31 de diciembre, en Suplemento Ideas del diario La Nación, página 4, salió reseña de mi libro, en "Lecturas de la semana".
Agradezco a Verónica Chiaravalli, sus hermosas palabras. Gracias También por fotito tapa libro.

María del Carmen Colombo

http://www.lanacion.com.ar/1971435-contra-todos-los-males-musica

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miércoles, diciembre 14, 2016

Primer Concurso Nacional de Poesía EMR

Primer Concurso Nacional de Poesía EMR

La convocatoria es para obras inéditas en idioma castellano, de tema, forma y extensión libres. Podrán participar escritores nacidos o residentes en cualquier parte de Argentina
La Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, a través de la Editorial Municipal de Rosario, convoca al Primer Concurso Nacional de Poesía EMR.
La convocatoria es para obras inéditas escritas en idioma castellano, de tema, forma y extensión libres. La misma es nacional, por lo que podrán participar escritores nacidos o residentes en cualquier parte del territorio argentino, sin límites de edad.
Los materiales podrán presentarse desde el martes 2 de mayo hasta el miércoles 31 de mayo de 2017, de lunes a viernes en el horario de 10 a 15 h, en las oficinas de la Editorial Municipal de Rosario, Planetario Luis C. Carballo, Parque Urquiza, Rosario.

Bases y condiciones

Art. 1°- Podrán participar escritores nacidos o residentes en cualquier parte del territorio argentino, sin límites de edad.
Art. 2°- La convocatoria es para obras inéditas escritas en idioma castellano, de tema, forma y extensión libres.
Art. 3°- Las obras no pueden haber sido premiadas ni hallarse pendientes de fallo de ningún otro concurso.
Art. 4°-. El jurado otorgará un primer premio, dotado de una recompensa de $30.000 (Pesos treinta mil), y un segundo premio, dotado de $15.000 (Pesos quince mil). Las obras premiadas serán publicadas por la Editorial Municipal de Rosario en el transcurso del año 2017. Además, el jurado tendrá la facultad de conceder menciones con recomendación de publicación.
Art. 5°- El Jurado estará integrado por tres escritores de reconocida trayectoria en el género, designados por la Secretaría de Cultura y Educación.
Art. 6°- Cualquier divergencia en la interpretación de las presentes Bases y Condiciones o situación no contemplada será resuelta, por consenso, por el Jurado y la Editorial Municipal de Rosario.
Art. 7°- Para ser aceptadas, además de ajustarse a las bases que anteceden, las obras deberán presentarse de la siguiente manera:
a. En tres ejemplares encuadernados, encarpetados o anillados, cada uno de ellos identificado únicamente por el título de la obra y el seudónimo del autor en la carátula.
b. En páginas numeradas e impresas de un solo lado de la hoja.
c. Acompañadas de un solo sobre cerrado, identificado con el título de la obra y el seudónimo del autor, dentro del cual el autor deberá presentar la Planilla de datos personales que se adjunta a estas Bases, la que tendrá carácter de Declaración Jurada, y deberá estar firmada por el participante y acompañada de fotocopia de anverso y reverso del DNI. 
Art. 8°- Los materiales podrán presentarse desde el martes 2 de mayo hasta el miércoles 31 de mayo de 2017, de lunes a viernes en el horario de 10 a 15, en las oficinas de la Editorial Municipal de Rosario, Planetario Luis C. Carballo, Parque Urquiza, Rosario. En caso de envío postal deberá remitirse el sobre a: Casilla de Correos N° 158, Correo Argentino, Córdoba 721, 2000, Rosario. Además, dirigido a quienes quieran hacerlo digitalmente, oportunamente se habilitará en el sitio web de la editorial una aplicación para que puedan inscribirse y subir los trabajos.
Art. 9°- El Jurado dará a conocer su resolución antes del lunes 31 de julio de 2017.
Art. 10°- Las obras no premiadas podrán retirarse en la sede de la Editorial Municipal de Rosario hasta sesenta (60) días después de publicada la resolución del Jurado. Transcurrido ese lapso la Editorial no se responsabilizará por la preservación de las mismas.
Art. 11°- La sola presentación de obras a este concurso implica el conocimiento y aceptación plena de las presentes bases, en todos sus puntos, por parte de los participantes, quienes conservarán sus Derechos de Propiedad Intelectual, de acuerdo a la Ley N° 11.723.

Consultas: emr@rosario.gov.ar / tel. 0341 4802031

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lunes, diciembre 12, 2016

Daniel Gigena: Damiselas en apuros: Cinco libros dignos de ser regalados

Si te interesa leé la nota "5 libros dignos de ser regalados de Daniel Gigena en http://damiselasenapuros.blogspot.com.ar/2016/12/5-libros-dignos-de-ser-regalados.html
Damiselas en apuros.

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El cuaderno de música nominado por Selección Literaria.

Categoría 3. Libro de Poesías/Poemas. Nominados 2016. 50 Títulos.
La Novedad. Primera vez que los poetas tienen su categoría. Bienvenidos y felicitaciones a los que consiguieron Nominación y a los que pudieron publicar en este año. Felicitaciones a las Editoriales que se dedican a publicar libros de Poesías/Poemas, muchas de las cuales están en la lista que aparece a continuación.
Para votar, como en toda categoría, se pueden elegir hasta 3(tres) títulos y enviarlos por Mensaje de Facebook (Inbox) a nuestra página. Hay tiempo hasta el sábado 17 de diciembre a las 23,59 hs. El domingo 18 de diciembre se conocerán los 10 títulos mejores posicionados. Muchas Gracias.

  • Los nominados 2016 son:

  • #01 “400 noches en el sur”, de Romina Arena, Ediciones en Danza
  • #02 “Burbuja negra”, de Janice Winkler, Modesto Rimba
  • #03 “Carnívora”, de Fernanda García Lao, Edulp
  • #04 "Devoción y proteínas", de Juan Cristóbal Miranda, El ojo del mármol
  • #05 "Economías hídricas", de Jonás Gómez, El ojo del mármol
  • #06 “El brillo de tus brackes”, de Rodolfo Facundo Soto, 27 pulqui
  • #07 “El cielo una sola vez”, de Dolores Etchecopar, Hilos Editora
  • #08 “El cuaderno de música”, de María del Carmen Colombo, Cienvolando
  • #09 “El cuaderno rojo”, de Consuelo Fraga, Ediciones del Dock
  • #10 “Eléctricos de sombra”, de Victoria Cóccaro, Fadel & Fadel
  • #11 “El método del mundo”, de Mariela Gouiric, Blatt & Rios
  • #12 “El Negro Atari”, de Oscar Fariña, Gigante/Fadel & Fadel
  • #13 “El proyecto olímpico”, de Guadalupe Wernicke, Bajo la luna
  • #14 "El sonido de la luz", de Lucía Lubarsky, Zindo & Gafuri
  • #15 “Ensayo sobre las lágrimas”, de Karen Garrote, 17grises
  • #16 “En todas las cosas la niebla”, de María Lucesole, Gigante
  • #17 “Esa trampa de ver”, de Diego L. García, Añosluz
  • #18 “Estoico”, de Felipe Herrero, Editorial Lisboa
  • #19 “Golpe de agua”, de Paloma González Santos, Gigante
  • #20 “Hija de mala madre”, de Paula Novoa, Cave Librum
  • #21 "Kyrios", de Diego Roel, De todos los mares
  • #22 “La altura”, de Laura Wittner, Bajo la luna
  • #23 “La cuestión del pellejo”, de Mónica Rosemblum, Alto Pogo
  • #24 “La cura”, de Claudia Masin, Hilos Editora
  • #25 “La curva de Ebbinghaus”, de Carolina Musa, Baltasara Editora
  • #26 “La edad de Eva”, de Alejandra Benz, Iván Rosado
  • #27 “La mancha de los días”, de Bárbara Ali, Qué diría Víctor Hugo?
  • #28 “La mosca en el techo”, de Ivana Muzzolón, Cave Librum
  • #29 “La razón bárbara”, de Agustín Caldaroni, Editorial Lisboa
  • #30 “La rosa orgiástica”, de Jotaele Andrade, Añosluz
  • #31 “La sorda y el pudor”, de Lucas Soares, Mansalva
  • #32 “La tierra de los mil caballos”, de Gaby De Cicco, Baltasara Editora
  • #33 "La velocidad de una fiesta", de Valentina Varas, Pánico el pánico
  • #34 “Las Marrapodi”, de Mónica Berjman, Modesto Rimba
  • #35 "Les autres sensualités", de Laura Crespi, Caleta Olivia
  • #36 “Lo que el agua promete”, de Gabriela Larralde, Huesos de Jibia
  • #37 “Los niños de Renoir”, de Mariana Robles, Nudista
  • #38 "Nos comenzamos", de Karina Cartaginese, Huesos de Jibia
  • #39 “Para dejar constancia”, de Lucas Gómez, Qué diría Víctor Hugo?
  • #40 “Poesía recuperada”, de Naty Menstrual, Zindo & Gafuri
  • #41 “Resto”, de Flor Codagnone, Modesto Rimba
  • #42 "Siembra el cielo entre nosotras", de Jimena Repetto, El ojo del mármol
  • #43 "Tokio", de Patricio Foglia, Caleta Olivia
  • #44 "Tres", de Osvaldo Bossi, Caleta Olivia
  • #45 "Un boceto del paraíso", de Laura López, Huesos de Jibia
  • #46 “Un huracán lento”, de Ana Wandzik, Danke
  • #47 "Un ramillete de rocío", de Valeria De Vito, El ojo del mármol
  • #48 “Un veneno de sí”, de Fernando Araldi Oesterheld, Mansalva
  • #49 “Venus en acuario”, de Claudia Sobico, Qué diría Víctor Hugo?
  • #50 “Violencia doméstica”, de Walter Lezcano, Santos Locos

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sábado, diciembre 10, 2016

Murió Josefina Ludmer

Ayer, 9 de diciembre de 2016, falleció la escritora, crítica, intelectual, Josefina Ludmer. 


Una mujer maravillosa, una pensadora genial. 

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viernes, diciembre 09, 2016

Enrique Solinas: De su libro Barcas sobre la zarza ardiente (Ed. Del Dock)

Sentir sobre esta tierra

“No hay abandono más grande en este mundo
ni crimen imposible
que la indiferencia sobre nuestra condición”,
dijiste,
mientras el sol comenzaba su caída sinfín
y nada podíamos hacer para salvarlo.
Tu mirada brillaba con la luz
o eran tus ojos que iluminaban el paisaje:
dos barcas atadas en el muelle,
el agua mansa
y nosotros a la orilla
del río que parece canción.
De repente un pájaro,
un pájaro en busca de comida
y el sol cayendo detrás del horizonte,
yo mismo era el sol furioso que caía
con todo el peso de su ley,
me sumergía en el silencio de la tarde
para apagarme en el río inmenso.
Los peces me rodeaban,
me hablaban,
yo los comprendía,
hablaban en tu lengua,
expresaban tu pasión.
No hay conversación aquí.
Sólo hay palabras
que alguien ejecuta
y que el otro desea no oír.
Mientras tanto,
éste es el comienzo del instante
cuando con el padre
nos preparamos para pescar
y contemplamos la vida
desde lo opuesto.
El viento nos pasa por la cara,
como pasan las noches,
los días, las estrellas.
Y toda la belleza del mundo a nuestros pies,
el abandono más grande
que alguien pueda sentir sobre esta tierra.

En la zarza ardiente

Desde esta absoluta oscuridad
veo a mi padre despedirse
con esa dignidad propia
de quien conoció
el mundo y lo habitó.
Acompaño a mi padre
en el gesto de su despedida,
en esta vida de hospitales
donde todo pasado es presente
y el futuro
es nada más
que una conversación.
Atrás quedan
los días de la noche,
las palabras
que debían madurar
para ser ciertas;
queda en el camino
la expectativa
de lo que no sucedió,
la verdad de la belleza,
su cuerpo inaccesible.
Pero ahora es el silencio,
el silencio que grita
el silencio
en la voz del bosque.
Pero ahora es el deseo,
el deseo de que el tiempo
vuelva hacia atrás,
cuando el invierno todavía joven
encendía
su lámpara mágica
y alumbraba el camino
de nuestro alegre porvenir.

Las dos orillas

“Nuestras vidas son barcas en el tiempo
que navegan la memoria en desaparición”,
escribo,
mientras ahora la noche es un santuario
hasta que llegue el día.
No me dejes ir, tan solo,
hasta el país del sueño.
Puedo no volver
y así quedar anclado
en mitad de la vida.
No me dejes ir, por eso
tomo tu mano en la oscuridad
y creo que esa amarra
sostendrá mi cuerpo
entre las dos orillas.
(El sueño avanza en la noche
como un guerrero furioso
hasta el corazón.)
Y no me dejes ir, tan solo,
te lo pido,
acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino.
Porque es noche y es siempre.
Porque puedo no volver
y tengo miedo.

*Enrique Solinas (Buenos Aires, 1969). 
 Es poeta, docente y forma parte de diversos grupos de investigación sobre arte y literatura. Publicó Signos oscuros (1995), El gruñido (1997), El lugar del principio (1998), Jardín en Movimiento (2003) Noche de San Juan (2008), El gruñido y otros poemas ( Antología poética, 2011), Corazón sagrado (2014) y Barcas Sobre la zarza ardiente (2016). En narrativa La muerte y su conversación ( cuentos, 2007). Ha recibido diversos premios,  como el 1er Premio Nacional Iniciación Bienio 1992/1993, el Subsidio Nacional de Creación de la Fundación Antorchas 1997 y la Beca de Residencia Shanghái Writing Program 2014, otorgada por el gobierno de China, entre otros. Su obra forma parte de antologías nacionales e internacionales,  siendo traducido al inglés, al francés, al italiano, al griego, al portugués, al chino.

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viernes, diciembre 02, 2016

La familia china viajó a La Furia del libro de Chile: nueva edición

Gracias Nicolás Labarca y Julieta Marchant
Gracias Cuadro de tiza Ediciones

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viernes, noviembre 25, 2016

El cuaderno de música en Revista Eñe de hoy: viernes 25 de noviembre 2016

Si querés leer la nota, hacé clik sobre la imagen.

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Lectura: Las raras circunstancias


miércoles, noviembre 23, 2016

Editorial Botella al Mar celebra 70º Aniversario


Paul Celan: Habla tú también,

Habla tú también,
habla como el último,
di tu palabra

Habla –
No separes el NO del SÏ.
Da a tu palabra también el sentido:
dale las sombras.

Dale bastantes sombras,
dale tantas
como sepas repartirlas en torno a ti entre
medianoche y mediodía y medianoche.

Mira alrededor:
ve, cómo lo viviente deviene entorno.
¡Con la muerte! ¡Lo viviente!
Verdad habla quien sombras habla.

Pero ahora se contrae el lugar donde estás:
¿Adónde ahora, despojado de sombras adónde?
Sube. Tantea en lo alto.

¡Delgado te vuelves, desconocido, fino!
Fino: un hilo,

del cual quiere descender la estrella
para nadar debajo, debajo,
donde ella se ve nadar: en el oleaje
de errantes palabras.

*Del libro De umbral a umbral (1955). Poema incluido en el libro Muerte en fuga y otros poemas (Ed. Último Reino, Buenos Aires, 1989).

*Selección y traducción: Rogelio Bazán.

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martes, noviembre 22, 2016

Reyna Domínguez: Anotación




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No me importaría durar
lo que una mariposa
24 horas
o 12
una sola noche
una madreselva, una aturdida tarde
una vez
en la que sin comer ni beber
alcance a cazar al vuelo
una palabra perfecta.



*Reyna Domínguez (Prov. de  San Juan 1950). Publicó:  Nuestro tiempo sin tiempo (1976),  Más que un yo, (2001), Envivir  (2009), La luz en la pared. Integra: antología de poetas de San Juan, como  Desde la Gente, Ed. Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Bs As, 2001; Antología Poética Sanjuanina, U.N.S.J., 1998; Poesía Contemporánea de Los Andes - Antología Argentino-Chilena, 2005; Legado de Poetas - Poesía Social Argentina,  1956-2006- Ediciones Patagonia, Bs As, 2007;  Entonces, aquí - 22 poetas de San Juan, Edit. EFU, San Juan,2012; Poesía Argentina Contemporánea, Tomo I,  Fundación Argentina para la Poesía, Bs. As., 2013.

**El poema que se transcribe figura en la Antología federal de Poesía (Región Cuyo Andino).

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lunes, noviembre 21, 2016

EDICIONES PEN PRESS presenta




Este jueves 24 de noviembre de 2016, se presentarán las plaquettes de Mercedes Álvarez, Eduardo Mileo, María Del Carmen Colombo y del poeta esloveno Dane Zajc, en traducción de Florencia Ferre, publicadas por EDICIONES PEN PRESS.


Espacio Enjambre, Acuña de Figueroa 1656, 1413 Buenos Aires, a las 20.

Consejo Federal de Inversiones: Antología Federal de Poesía. Compilador Samuel Bossini

Ya se publicaron 3 tomos. De la Región Patagónica, Nordeste  y región Cuyo Andino.

domingo, noviembre 20, 2016

Suleika Ibáñez: Poema VI

VI

Saqué un puñal del espejo y le corté la cabeza
a papá.
Me fui de urgencia a mis citas con asuntos
doradamente de actualidad.
Ni idea por qué desagües de extramuros navegarán
sus ojos, ya coágulos de luna o chocolate.
Mi amor por papá corre en las estatuas a la azucena
de los lavabos. El jabón es un remolino
de iris y olvido.
Viviré en mi cuerpo, ya sin la hegemonía
de una sombra.
Como el viajero que ve dormirse al piloto
del avión,
y con torpeza y terror toma el comando de la noche.




*Poeta uruguaya
** del libro Experiencias con ángeles y demonios.

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lunes, noviembre 14, 2016

María del Carmen Colombo: Reportaje Página/12. Suplemento Cultural: lunes 15/11/2016










Por Silvina Friera

La infancia es una música obstinada en manos de la poeta María del Carmen Colombo. Antes de escribir y leer, aprendió a tocar el piano, como Magdalena, la niña protagonista de su bellísima primera nouvelle El cuaderno de música (Cienvolando). La supuesta distancia de la tercera persona, como espejada en la lejanía, deviene proximidad íntima a la manera del “yo es otro” de Arthur Rimbaud. “Lo que empezó como un juego se transformó en una fastidiosa obligación. Y después en un estado de necesidad que la impulsaba a tocar durante horas. Parecía que alguien quería sonar a través de ella. ¿Mozart? ¿Chopin? Sentía en su cuerpo la fuerza de una posesión. Alguien, o Algo, dirigía sus manos, las hacía volar sobre el teclado, muchas veces en contra de su voluntad. De ese estado de trance pasaba al agotamiento. Casi como una médium después de una sesión”. El poder de la vida para Magdalena –a la futura poeta los padres le decían que “lloraba como una Magdalena”– está en la música y en las palabras. “Ahora, sentada frente al piano y mientras acaricia el teclado, se le ocurre que la música era algo así como una flecha, lanzada por las cuerdas ni bien apretaba las teclas con sus dedos. Una flecha esperanzada –se dice–, como toda flecha, en dar en el blanco, en herir a su presa. Así fue entonces, hasta que descubrió que la música, su música, a nadie iba a encontrar en el camino, que su trayectoria solo iba a conducirla a sí misma. Y es por eso que un círculo ocupa ahora el lugar de la flecha, un círculo de sueño, un círculo mágico”.
   MARÍA DEL CARMEN COLOMBO HABLA DE SU NOUVELLE EL CUADERNO DE MÚSICA
“El libro para mí es una voz que te está hablando”
La poeta y narradora logra momentos memorables en su ficción. De la mano del personaje Magdalena, pianista como ella, potencia en imágenes literarias el universo sonoro de las experiencias de la infancia.


En el prólogo de El cuaderno de música, el poeta Eduardo Mileo plantea que para Magdalena “la música será su amuleto, su talismán contra la desgracia”. “Un oráculo al que acudirá cuando el viento traiga la inundación, y con ella, sus sonidos. Desordenados, percusivos, una música de destrucción. Sonidos que traen nuevas voces desesperadas y cadáveres que, como los pájaros de una sola pata, inundarán su pentagrama. Entonces habrá que hacer borrón y cuenta nueva. Escribir la partitura de una nueva vida. Crear la nueva vida que nos devuelve la música”. Los elegantes dedos de las manos de Colombo se despliegan como un abanico de sentimientos cuando pulsa en el aire las teclas de un piano imaginario. Este año también se editó una Antología poética en la colección “Poetas contemporáneos” del Fondo Nacional de las Artes que incluye, además de una sección con inéditos, poemas de La edad necesaria (1979), Blues del amasijo (1985), Blues del amasijo y otros poemas (1972), La muda encarnación (1993) y La familia china (2000). “El personaje de Magdalena tiene que ver conmigo; busqué una tercera persona después de haber probado con una primera persona”, cuenta la poeta y narradora en la entrevista con PáginaI12. “Yo hice un taller con Hebe Uhart que me desasnó. Tuve que leer y aprender mucho porque después de La familia china me quedó un deseo de narrar. La idea de narrar para mí era como llenar la página de letras; pero no quería hacer prosa poética, quería escribir narrativa”.
–¿”El cuaderno de música” es una novela sobre la música de la infancia?
–Sí, es algo así. Me quedó una nouvelle en tres partes en las que, contando el aprendizaje de esta chica y sus experiencias con el piano, estaba contando mi aprendizaje para ingresar en otro género, que es la narrativa. En la primera parte, hay fragmentos que a veces tienen que ver entre sí, pero a veces no. Después en “Pequeño concierto” hay historias en base a anécdotas que tienen el nombre de una pieza musical. Al final, en “Primavera en mitad de invierno”, título de un verso de T.S.Eliot –“esta primavera no entra en el contrato del tiempo”–, hay un tiempo que sería el de la ficción, que no figura en el almanaque. Y ahí hago dos narraciones más largas que suceden en primavera. Cuando empecé a narrar, no podía salir de los fragmentos, pero después me fui animando a contar historias un poco más extensas. Parece que se me soltó el hilo y pude, por fin, contar una historia. Ahora me siento escritora.
–¿Por qué? ¿Antes no era escritora?
–No sé, qué se yo… Poeta sí me siento… Me gustan los desafíos y me gusta aprender.
–Como advierte la narradora de “El cuaderno de música”, es verdad que es “una mujer de manos grandes”…
–Sí, heredo las manos de mi papá, pero el piano también me dio cierta flexibilidad. Antes de aprender a leer ya tocaba el piano. Me llevaron aprender a una profesora de barrio y aprendí fácilmente. El piano me fue acompañando toda la infancia y la adolescencia, hasta más o menos los treinta años. Yo tenía un piano, pero me separé y el piano quedó en mi ex casa… El cuaderno de música es un libro digno para mí; con eso me conformo porque la narrativa es un género muy difícil, no es lo mismo que la poesía, es otra cosa. Me hizo muy feliz escribir el libro. Que alguien me lo pidiera para editar no estaba en mis planes. Me dio una gran satisfacción sin buscarlo.
   Hay momentos memorables en la nouvelle de Colombo, hallazgos narrativos de una formidable escritora y poeta que logra acunar las imágenes para potenciar el universo sonoro de las experiencias de la infancia. “Magdalena descubrió que cada objeto tenía un sonido propio, solo había que hacer silencio para distinguirlo. Con algunos, como la heladera, era muy fácil. Pero otros, como el caracol, había que llevarlos a la oreja –revela la narradora–. Con el tiempo pasó con los libros, cuando no entendía qué decían, suponía que era por el volumen demasiado bajo de la voz que hablaba en esas páginas. Entonces Magdalena acercaba su oreja a la página para escucharla mejor. Se quedaba dormida en el intento, sentada a la mesa de la cocina”. Sonríe y confirma que de niña creía que todos los objetos tenían un sonido. “Cuando no entendía algo, me ponía el libro en el oído, porque cada objeto tiene su propio lenguaje, su propia música o su propia voz. Me parecía que cuando no entendía algo es porque hablaba bajo y tenía que acercar la oreja. El libro para mí es una voz que te habla”.
–¿Por qué en “Mozart: marcha turca” Magdalena ve un afiche que pide “¡Libertad a Vallese!”?
–Felipe Vallese fue el primer desaparecido. Como en esa parte del libro se menciona el genocidio armenio por un vecino armenio, el hijo del zapatero que nos hablaba de las matanzas, cuando yo tocaba “La marcha turca” en un principio me provocaba pesadillas. Mi mamá me decía que eso había pasado en otro país y que acá nunca iba a pasar, que me quedara tranquila. Pero acá también hubo un genocidio. Yo recuerdo esos carteles con la cara achinada y los bigotes de Vallese… Lo curioso es que mi mamá hizo muchísimo para que yo estudiara piano: me pagaba los profesores, me mandó al conservatorio nacional, pero nunca me escuchaba tocar y no me decía nada. Magdalena siente que toca para nadie, que es un poco también el sentido de la escritura, que uno tiene un lector interior y nunca escribe solo porque está acompañado por una manifestación de gente: vivos, muertos, y por textos que va leyendo. Supongo que para alguien escribo, pero no he detectado el destinatario íntimo.
–En “Chopin: Vals del minuto” Magdalena toca el piano en una reunión de militantes políticos para “cubrir con sonidos las voces prohibidas”. ¿Es la recreación de una experiencia personal?
–Sí, por eso está dedicado a Mónica Valdés, que también es poeta y fue testigo de ese hecho. Mónica era militante del PCR (Partido Comunista Revolucionario), pero no tocaba el piano. Primero empecé a militar en el PCR y después, cuando me fui, pasé al peronismo. Yo nunca participé de una agrupación armada porque no estaba de acuerdo con la lucha armada. A través de una agrupación de telefónicos de (Julio) Guillán, donde estaban Germán Abdala y Víctor De Gennaro empezamos a trabajar con los gremios antivandoristas; ayudábamos en la organización de las agrupaciones antivandoristas para ganar los gremios.
–¿Cómo fue la experiencia del Grupo de Poesía El Ladrillo en los años 70?
–Hicimos muchas actividades con Vicente Muleiro, Jorge Boccanera y Adrián Desiderato, entre otros poetas, en lugares más populares. Íbamos a leer a clubes de barrio, lo que no quiere decir que descuidáramos nuestra poesía. Yo era la única mujer del grupo y no estaba tan comprometida todavía con la poesía. Escribir siempre escribí; el primer poema que publiqué, “Adiós en el 74” (ver recuadro) salió en El cronista comercial y me lo publicó Leónidas Lamborghini sin conocerme, porque un amigo le llevó el poema que escribí cuando murió Perón. Yo no le di mucha importancia. Lo escribí sentada en el cordón de la vereda, mientras esperaba en la cola del velatorio de Perón, al que nunca llegué a entrar. Sentir el compromiso con la poesía es darse cuenta de que uno entró en un terreno que tiene otras reglas. Ahora siento que eso es lo que soy: mi escritura. Sea mala o sea buena, quede o no quede. No importa, ¿comprendés? Es una apuesta en la que nadie te puede garantizar nada. Cuando escribo poesía, no entiendo lo que escribo.
–¿Es mejor no entender?
–No sé… pero me hace sufrir (risas). Además, siento un abismo porque escribo sin red. La poesía se escribe sin red, eso es lo que me pasa a mí. En cambio al escribir narrativa sentía que tenía más injerencia sobre el texto. ¿Por qué? Uno tiene la ilusión de que hay una red en la historia o el personaje, que da un control entrecomillas. En cambio la poesía es un vértigo. Hay poemas que los he entendido después de editados, me pasa eso como poeta. Tuve la ilusión de que en esa red narrativa podía flotar mejor.
–¿Cómo definiría su escritura poética? ¿En qué tradición de la poesía argentina la inscribiría?
–Yo empecé con la tradición de (Juan) Gelman, con lo que alguna vez se llamó el coloquialismo, pero cruzado con lo lírico. A mí me gusta que mis poemas tengan lirismo, aunque en los 90 fue muy rechazado. El lirismo es necesario para mí. Hay toda una poesía conversacional que deja de lado el lirismo, que no le gusta. Yo me defino en el cruce entre el coloquialismo y el lirismo.
–¿Viene de familia peronista o se hizo peronista por el antiperonismo de sus padres?
–Yo me hice peronista. Vengo de una familia muy antiperonista, no a nivel de militar en contra del peronismo, sino que tenía presente esa idea de los inmigrantes de que el peronismo era de “los cabecitas negras”. Toda mi familia era de River y yo salí de Boca (risas). Mi papá era muy amigo de (Ricardo) Balbín. Cuando no tuvo trabajo, durante la época de Perón, Balbín le prestó plata. Cuando fui a Ezeiza por el regreso de Perón, mi mamá me decía: “¿qué te da Perón? Si cuando tu padre no tuvo trabajo, fue Balbín el que nos dio la plata”. Yo le preguntaba a mi papá por qué era antiperonista, “si Perón te dio el aguinaldo, te dio las vacaciones”, pero él no me sabía contestar y lo ponía en un aprieto…
–Quizá tiene que ver con los imaginarios de clase, ¿no? Su padre se ubicaba en la clase media y veía al peronismo como “cosa de negros” y pobres.
–Sí, es así, no había forma de convencerlo. Tengo un hermano anarquista y hermanas radicales, pero yo salí peronista de principio a fin. Y kirchnerista también, porque creo que Néstor Kirchner le dio doce años más de vida no sólo al país entero, sino al peronismo. Acordate lo que era el peronismo en 2001, ahora volvimos otra vez a lo mismo, a gente que ha olvidado cuál es la columna vertebral ideológica del peronismo. Me parece que se es muy injusto cuando se lo trata a Kirchner de “ladrón”, con una moralina muy hipócrita, y no se le reconoce que gracias a él todavía puede el peronismo sacar la cabeza porque sino le hubiera pasado lo que le pasó al radicalismo en 2001. Vamos a ver qué queda de todas estas denuncias dentro de dos o tres años. Desde ya que no voy a defender a un ladrón, pero me parece que hay un ajuste de cuentas, una revancha. 


La ficha

María del Carmen Colombo nació en Buenos Aires en 1950. Integró el grupo de Poesía El ladrillo y ha publicado La edad necesaria, Blues del amasijo, La muda encarnación y La familia china, entre otros poemarios. Leyó mucho a Alejandra Pizarnik y a Olga Orozco. “No sé si Alejandra hubiera existido sin Orozco… eso nunca se sabe. A Alejandra no la conocí, pero sí tuve el privilegio de conocer a Orozco”, cuenta la poeta que reconoce el impacto que le generaron las lecturas de Leónidas y Osvaldo Lamborghini. “De chica leía mucho a Baldomero Fernández Moreno y Alfonsina Storni. Me gusta leer poetas líricos como Saint-John Perse. De los latinoamericanos me interesan Jaime Sabines, Vicente Huidobro, y una poeta uruguaya extraordinaria que admiré siempre, poco reconocida, Suleika Ibáñez, que murió hace poco. Me gusta Juan Rulfo, siempre leí su obra como si fuera poesía”. De las poetas contemporáneas menciona a dos fundamentales: Irene Gruss y Diana Bellessi. Colombo ha recibido el Premio de Poesía V Centenario (1992) y una Mención Especial en el Premio Nacional de Poesía. Integra el consejo editorial de Hilos Editora y coordina talleres literarios desde 1980.

Para que puedan leer la entrevista a Maria Del Carmen Colombo en que le cuenta a Silvina Friera sobre su nouvelle El cuaderno de música. Es una muy bella entrevista.

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