jueves, julio 27, 2023

Libro recomendado: La ira, de Celia Iribarne

 


De "La ira"


Salvo las ventanas que miran al parque

Contiene ira
la palabra lira,
 
el instrumento musical
del poeta.
 
Yo tengo esta letra:
La "L"
 
de lira,
de lirio,
 
de letra que entra
con sangre
 
y corta la vena,
bermeja
 
tormenta
de Dios en el cielo.
 
Un pecado esta lira
no canta
 
el cantar
de los cantares,
 
no entona
los acordes del amor.
 
No la quiero,
la aviento contra el piano
 
y el jarrón japonés.
Contra todo,
 
salvo las ventanas
que miran al parque.


María Celia Iribarne
                                                –¿Por qué este nombre tan antiguo, papá?
                                                              –Porque era fino.
 
Me nombran con vocales elegantes,
con refinadas consonantes
y a épocas de antaño, evoco.
A las puntillas de una enagua,
a los caireles de la araña,
al ombú de la Estancia.
De labios maternos; un trueno
la melodía. De los paternos,
sinfonía wagneriana para piano.
Fila uno a la derecha.
Superpullman. Palco Primero.
Y viene siempre del Este
o del Norte,
la canción de mi nombre,
nunca del Sur,
ni hablar del Oeste.
Con una pompa en la boca me llaman
y en el aire reverbera una estela
de laureada poeta, de Madame
en blanco tailleur
por el Boulevard.
¡Qué porte, qué donaire, qué piné!
De "La amargura"
Secretos de familia
Mi bisabuelo se quitó la vida
en el despacho de su gran empresa.
Mi abuelo andaba desnudo por la casa.
Mi padre se emborracha y me lo cuenta.
A mí, que soy bisnieta de un suicida,
nieta de un nudista, hija de un borracho.
 
También Noé fue un padre borracho.
Lo dice el Génesis.
Su hijo lo encontró dormido
y desnudo en un viñedo.
Y aunque con un manto lo cubrió
igual sintió vergüenza al despertar
y lo maldijo:
"¡Esclavo de tus tíos
y hermanos serás!".
 
Tal fue la maldición
que el padre de la humanidad,
el hombre que sobrevivió
al diluvio universal
y repobló la tierra,
le echó a su descendencia.
 
Dicen
las malas lenguas
que esto pudo haber dado comienzo
a la esclavitud en el mundo
porque Cam, el maldito
de los hijos: era negro.
 
Padre,
mi manto es esta trama
quebrada de lunáticas palabras.
Perdoná si al desnudo te dejo
cuando intento abrigarte.

La azalea

I.
Una madre
deja a su única hija en el balcón
para que cuide a las plantas,
que aprenda a amarlas.
La madre en verdad
quiere tomar un baño caliente,
estar en paz.
Las plantas aburren a los niños.
Denles magos si los quieren
quietos y en silencio.
Años más tarde
me cuentan de la azalea,
da una flor color rosa
quizás por eso la ignoraba
pero son voluptuosos sus pétalos,
dan ganas de tocarlos.
Tuvieron que llevarla a la azotea
a que reciba más horas de sol,
parece que está muerta,
sin embargo hay un brote
que aún brilla
en su inocencia verde,
ignora la muerte.
 
 * Celia Iribarne nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1976. Es actriz y licenciada en periodismo.



Inmensas Camelias: Lectura de Poesía