domingo, agosto 31, 2014
Padre de la flecha es el pensamiento: ¿cómo extender mi extensión hacia allá abajo, del otro lado de ese río, de ese lago, de esa montaña?
La contradicción entre nuestra impotencia física y nuestra facultad de abrazar a voluntad, a través del pensamiento, los dominios terrestre y supra-terrestre es el origen mismo de lo trágico humano. Esta antinomia de potencia e impotencia es el desgarro de la condición humana. Ni alado ni cautivo, ese es el hombre.
La idea como mediación entre la tierra y el universo. Cuanto más grande el viaje, más intenso lo trágico. ¡Tener que devenir movimiento y no serlo ya! Lo trágico está presente, pues, de entrada. La consecuencia: ¿cómo va a venecer la flecha resistencias y fricciones? ¡No alcanzar jamás el reino del movimiento perpetuo! Conciencia de que allí donde hay un comienzo jamás se halla lo infinito.
Consuelo: ¡un poco más lejos que lo habitual!, ¿es posible?
Dénse alas, o flechas, a fin de ganar el gran mar, aun si pierden el aliento sin poder ganarlo.
Paul Klee: Teoría del arte moderno. Cactus, serie perenne, 2008.
martes, agosto 26, 2014
lunes, agosto 25, 2014
Henri Michaux Agir voy...
Empujando
la puerta en ti, he entrado
Agir, voy
Estoy ahí
Te sostengo
No más abandono
No más dificultades
Cordeles desatados, tus dificultades caen
La pesadilla de donde volviste despavorida ya no está
Te respaldo
Pones conmigo
El pie sobre el primer peldaño de la escalera sin fin
Que te lleva
Que te sube
Que te realiza
Agir, voy
Estoy ahí
Te sostengo
No más abandono
No más dificultades
Cordeles desatados, tus dificultades caen
La pesadilla de donde volviste despavorida ya no está
Te respaldo
Pones conmigo
El pie sobre el primer peldaño de la escalera sin fin
Que te lleva
Que te sube
Que te realiza
Te
calmo
Extiendo manteles de paz en ti
Alivio a la criatura de tu sueño
Afluencia
Afluencia en palmas sobre el círculo de las imágenes de la asustada
Afluencia sobre las nieves de su palidez
Afluencia sobre su hogar... y el fuego se reanima
Extiendo manteles de paz en ti
Alivio a la criatura de tu sueño
Afluencia
Afluencia en palmas sobre el círculo de las imágenes de la asustada
Afluencia sobre las nieves de su palidez
Afluencia sobre su hogar... y el fuego se reanima
Agir,
voy
Tus ideas de impulso son sostenidas
Tus ideas de fracaso están debilitadas
Tengo mi fuerza en tu cuerpo, insinuada
...y tu rostro, al perder sus arrugas, rejuvenece
La enfermedad ya no encuentra su trayecto en ti
La fiebre te abandona
Tus ideas de impulso son sostenidas
Tus ideas de fracaso están debilitadas
Tengo mi fuerza en tu cuerpo, insinuada
...y tu rostro, al perder sus arrugas, rejuvenece
La enfermedad ya no encuentra su trayecto en ti
La fiebre te abandona
La
paz de las bóvedas
La paz de las praderas nuevamente floridas
La paz regresa a ti
La paz de las praderas nuevamente floridas
La paz regresa a ti
En
nombre del número más elevado, te ayudo
Como una fumarola
Todo lo que abruma tus hombros se volatiliza
Las cabezas malvadas de tu entorno
Observadoras viperinas de las miserias de los débiles
Ya no te ven
Ya no están
Como una fumarola
Todo lo que abruma tus hombros se volatiliza
Las cabezas malvadas de tu entorno
Observadoras viperinas de las miserias de los débiles
Ya no te ven
Ya no están
Equipaje
de refuerzo
En misterio y en línea profunda
Como un surco submarino
Como un canto grave
Voy
Este canto te toma
Este canto te levanta
Este canto, lo animan muchos arroyos
Este canto está alimentado por un Niágara en calma
Este canto es todo para ti
En misterio y en línea profunda
Como un surco submarino
Como un canto grave
Voy
Este canto te toma
Este canto te levanta
Este canto, lo animan muchos arroyos
Este canto está alimentado por un Niágara en calma
Este canto es todo para ti
No
más tenazas
No más sombras negras
No más temores
Ya no hay rastro
Ya no tiene que haberlo
Donde había dificultad, hay algodón
Donde había dispersión, hay soldadura
Donde había infección, hay sangre nueva
Donde había cerrojos está el océano abierto
El océano portador y la plenitud de ti
Intacta, como un huevo de marfil
No más sombras negras
No más temores
Ya no hay rastro
Ya no tiene que haberlo
Donde había dificultad, hay algodón
Donde había dispersión, hay soldadura
Donde había infección, hay sangre nueva
Donde había cerrojos está el océano abierto
El océano portador y la plenitud de ti
Intacta, como un huevo de marfil
He
lavado la cara a tu porvenir.
Etiquetas: HENRI MICHAUX
domingo, agosto 24, 2014
Henri Michaux: YO REMO
Maldije tu frente tu vientre tu vida
maldije las calles que tu andar enfila
los objetos que tu mano aprehende
maldije el interior de tus sueños
Puse una charco en tu ojo que ya no ve
un insecto en tu oreja que ya no oye
una esponja en tu cerebro que ya no comprende
Te enfrié en el alma de tu cuerpo
te congelé en tu vida profunda
el aire que respiras te sofoca
el aire que respiras tiene un olor a sótano
es un aire ya espirado que fue desechado las hienas
el estiércol de ese aire ya nadie lo puede respirar
Tu piel está toda húmeda
tu piel suda el sudor del gran miedo
tus axilas exhalan a lo lejos un olor a cripta
Los animales de detienen cuando pasas
los perros aúllan por la noche, con la cabeza
enderezada hacia tu casa
no puedes huir
no te llega ni siquiera una fuerza de hormiga a la
punta del pie
tu cansancio hace tronco de plomo en tu cuerpo
tu cansancio es una larga caravana
tu cansancio llega hasta el país de Nan
tu cansancio es inexpresable
Tu boca te muerde
tus uñas te arañan
ya no es más tuya tu mujer
ya no es más tuyo tu hermano
la planta de tu pie es mordida por una serpiente
furiosa
Han babeado sobre tu progenitura
han babeado sobre la risa de tu hijita
han babeado frente al rostro de tu morada
El mundo se aleja de ti
Yo remo
remo
remo contra tu vida
remo
me multiplico en remeros innumerables
para remar más fuertemente contra ti
Caes en lo vago
careces de soplo
te fatigas ante el menor esfuerzo
Yo remo
remo
remo
Te vas, ebrio, atado a la cola de un mulo
la ebriedad como un enorme parasol que oscurece
el cielo
y junta las moscas
la ebriedad vertiginosa de los canales semicirculares
comienzo mal atendido de la hemiplejía
la ebriedad no te abandona ya
te tumba a la izquierda
te tumba a la derecha
te tumba sobre el suelo pedregoso del camino
Yo remo
remo
remo contra tus días
En la casa del sufrimiento entras
Yo remo
remo
sobre una faja negra se inscriben tus acciones
sobre el enorme ojo blanco de un caballo bizco
rueda tu por venir
YO REMO
Etiquetas: HENRI MICHAUX
Raúl Escari: De Barthes y Lacan
Crédito: Osvaldo Bossi
Una vez decidió analizarse con Jacques Lacan. Estaba sufriendo mucho, seguramente por amor. Llamó por teléfono al consultorio de la calle de L’ille y pidió hora para un rendez vous. El secretario de Lacan le dio cita para diecinueve días después. Fue puntual. Comenzó a hablar, Lacan lo cortó en seco: “¡Ah! ¡Viene a verme por un asunto personal! Hubiera debido pedir una consulta no una cita. Lo habría recibido de inmediato”. Barthes habló y habló. Lacan escuchaba en silencio. De pronto dijo: “Aléjese enseguida de ese muchacho”. Barthes nos lo contó a un grupo de amigos más tarde. “Fue raro que palabras tan triviales, tan chatas, hayan podido ejercer en mí un efecto tan inmediato, radical.” Terminó con el chico y se puso a escribir su Fragmentos de un discurso amoroso. Yo estaba presente cuando lo contó.
sábado, agosto 23, 2014
Pasolini: Dedicatorias
A Costanzo (Podría aplicarse a alguno más)*
¡Idiota! ¿Buscándome secuaces, inventando un entorno?
Yo no creo en la existencia de tu mundo,
donde se buscan secuaces y se inventan entornos.
Eres cadáver, y crees que estoy contigo en la tumba.
*El destacado es nuestro.
A Luzi (Podría aplicarse a algún otro)*
¿Estos sirvientes (ni siquiera pagados) que te circundan,
quiénes son? ¿A qué verdadera necesidad responden?
Tú callas, detrás de ellos, con la cara de quien escribe
poemas:
pero ellos no son tus apóstoles, son tus espías.
*El destacado es nuestro.
**Traducción Rodolfo Alonso.
jueves, agosto 21, 2014
martes, agosto 19, 2014
Eugenia Cabral: La fuente...
A continuación, transcribimos el texto escrito por la poeta cordobesa Eugenia Cabral, texto de presentación de la antología 70 poemas (Hilos Editora, 2014), de Víctor Redondo. Agradecemos a Eugenia nos lo enviara para poder compartirlo con los lectores de este blog.
70 poemas.
Víctor Redondo. Poesía.
Hilos
Editora. Buenos Aires. 2014.
La fuente
A veces me
pregunto cómo es el tiempo, cómo funciona. Ni tan siquiera me atrevo a
reflexionar sobre qué es. Sólo intento comprender cómo sucede ese trayecto. Me
bastaría entender un poquito de los mecanismos secretos del Gran Reloj, por
cuya esfera transitamos. Y estas dudas me rodearon al leer este libro, por su calidad
de testigo o testimonio del devenir.
¿Debía recorrer
cronológicamente su versos, del 1 al 70? Primer riesgo: que Cronos, el que
siempre acecha, decidiera al fin del camino devorarnos a ambos poetas, el que
escribió y la que leía. Además, cabía la probabilidad de que Víctor Redondo hubiera
escrito mientras circulaba alrededor de
un estanque en cuyo centro se hallare la fuente de donde mana la poesía, puesto
que en el poema titulado Una frase nombra al “peregrino anónimo de la antigua
marcha”[1].
Y la antigua marcha es circular, como el giro terráqueo. Entonces, en ese vagar
en torno de un surtidor central, lo que hoy es podría devenir ayer y el pasado,
presente.
Solamente por desafiar el acecho del Cronos devorador decidí
leer en línea recta los libros de Víctor Redondo incluidos en esta antología. Recorrí
uno a uno los versos como quien da un paso tras otro, prestando oído al crujir
de los zapatos, hasta que una frase en el poema Respuesta a una impertinencia,
de Circe, detuvo mi andar. Víctor
dice allí: …“debatiendo pasión con inteligencia”… Sentí que tocaba un punto
nodal, una síntesis aprehendida en su desnudez. Es el torbellino donde hemos
visto hundirse a muchas vidas y a muchas corrientes sociales. Y sagazmente dice
“debatiendo”: el gerundio –que era el modo verbal adecuado para graficar un
extenso desarrollo- remite a la actividad del diferir, no en su acepción de
aplazar y aun menos la de divergir, sino en la de prolongar, extender.
El debate es un tipo de discurso que acude a motorizar
hechos históricos, políticos, religiosos, axiológicos. Su ausencia o su
presencia indican el grado de libertad disponible en un movimiento, en una
sociedad. Antes de emprender una estrategia o de plantear un programa, el
estadista, el héroe y hasta el funcionario debe resolver las proporciones que
asignará, respectivamente, a la pasión y a la inteligencia, previendo que siempre
bulle el caldero de la discusión entre esa dupla dialéctica.
Pero el debate entre esas coordenadas que Víctor señala se está
produciendo aquí y ahora en su
interior, en la arena subjetiva: …“creímos en cada gesto estar copulando con la
razón”...[2]
Conserva la referencia épica pero el
impulso es lírico. Debate la inteligencia, o la “codicia del conocimiento”[3],
contra la pasión, contra “el cuerpo con sus mensajes de selvas e insectos
carnívoros”[4]. Y ya en Poemas a la maga había nombrado a “esa irritación de la conciencia”,[5]
quizás describiendo el estado de la inteligencia con respecto a lo cotidiano.
Pues lo cotidiano se inserta con insistencia en sus poemas, que nombra como
“una bala circular que me asesina trescientas sesenta y cinco veces”.[6]
Es como la circularidad del estanque.
En Respuesta a una impertinencia describe así la escena del debate: “paso mis noches
arrojado (sí, como un fardo) / sobre la cama de mi sueño, allí /
donde mi querubín canta y se / estremece entre la mina de ángeles.” El
protagonista se dice abatido, pero sabemos que un poeta no lo está, puesto que
prosigue escribiendo. Entonces refiere: “Y al poner estos delirios únicos en
negro sobre blanco”… Vuelve a la impronta cartesiana que nuestras benditas
escuelas nacionales, con su racionalismo pedagógico, nos indujeron a asimilar,
junto con el himno patrio y la geometría euclidiana. Y aunque yo lo diga con
humor el tema es serio. Por algo, en Poemas
a la Maga, se habrá nombrado a sí mismo como “yo –un viejo demente de
veintitrés años-“.[7] Es que los jóvenes de nuestra generación a los
veinte años ya éramos adultos o, cuando menos, así lo consideraban la policía y
las Tres A, para aplicarnos el castigo. Porque estamos hablando de una obra
poética escrita y editada casi íntegramente bajo el terrorismo de Estado en la
Argentina, desde 1974 a 1983, y en los años siguientes a este reinado del
terror. Escrita en su patria y durante el exilio. Durante la Guerra de Malvinas
y el dolor postrero de aquella derrota.
La mecánica de exposición de contenidos que implica un
debate es todo un desafío y, si bien no es la que escoge para sus libros -Homenajes tiene tono de himnos, en Poemas a la maga y en Circe hay una profusión barroca de
musicalidades, en Mercado de ópera el
poema siempre es en prosa- su registro en este poema tiñe al resto de ellos. Es
como un derrame que ilumina y contamina hacia atrás la génesis y, hacia
adelante, la heredad. En un debate la síntesis pesa tanto como la expresividad.
Alguien va a salir ganancioso, alguien quedará cabizbajo. Se abrirán nuevas
alternativas, o se saldará una cuestión. Quedaremos decepcionados por ambos
contendientes, o alguno de ellos despertará la esperanza. Pero siempre nos
abrirá expectativas, nos despejará incógnitas. Como dice Víctor, “desde que vi
no puedo cerrar los ojos”.[8]
Por eso este breve poema escrito -en apariencia- sólo para exponer con desparpajo
algún argumento frente a cierta “impertinencia” me pareció de una dimensión
histórica, además de lírica. Ahí me resonó lo que había dicho en Poemas a la Maga de “por mí y por todos
doblan las campanas”.[9]
En cuanto al ataque o “impertinencia” cometido contra la
subjetividad, que consiste en: “Así como no puedo / reprochar a la Revolución
Francesa la destrucción del arte gótico cristiano”… me suena a la piqueta de la
Razón, “esa mujer hermosa / y estéril”[10], destruyendo las crueles sutilezas de la Fe.
Una tarea histórica de transformación que, sin embargo, adoleció de
imperfecciones evidentes al día de hoy. Y la imperfección es preocupante para
los poetas. Víctor dice: …“tampoco puedo doblar en cuatro mi camisa sin que
sobresalga una manga”. Otras manecillas que coinciden: el reloj de la Historia
demoliendo edades enteras con el de puño, en la intimidad del hogar.
Luego, para que cesen de importunar la marcha alrededor de
la fuente de la poesía, debe poner en
orden los delirios y acude a “…‘eso algo’ que llamo palabra / ‘eso algo’ que
es-cucha” (…) “impide que mi
boca se abra o nombre / todo eso que (algo
en mí) quiere terminar la
farsa”. Dice –según creo escuchar- que podría romper el debate para prorrumpir
en la pura acción. ¿O habrá vuelto a caer en aquello que, en Poemas a la Maga, definía como “esto ya
no es poesía / es una infartación de mi voz”.[11]
La reflexión sobre la palabra, la poesía, el poema, la literatura,
recorre estos poemas como buscando el inicio de un espiral. En Primer homenaje demarca
un concepto relacionado con el tema de Respuesta a una impertinencia y, además,
con la función y jerarquía de la
palabra: “Espacio de la creación donde el sí y el no se abaten / y donde la
palabra es dominio de fantasmas”.[12]
Y en La magia de la palabra su condición de erigirse en impedimento, freno, se
dice abiertamente: “bajo el filo de
la luz de mi aliento pierdo / la defensa de la fantasía / pierdo la defensa de
la poesía como ejercicio de limpieza / y las palabras me ahorcan / las palabras
duendes malditos / las palabras sin horarios / siempre dispuestas a la
masacre”.[13] La palabra, ese don de
luz concebido en la tradición judeocristiana como atributo divino, anterior a
la humanidad y también origen de ella, requiere de nuestra adhesión a un
ordenamiento, a una estructura, que no es el de la poesía aunque ésta se
construya también con “palabras”. Las articulaciones mecánicas y convencionales
del lenguaje, en lugar de las fusiones, simbiosis, sincretismos, de la poesía.
En la Tercera parte de ese poema, describe: “porque la vida es sólo una / y
sobre ella se lanza la jauría de palabras”.[14]
La querella, el debate, entre las palabras y el poema es
aquí rotunda. Dice en Primer Homenaje que “no hay Literatura, no hay estilo: /
la palabra es una pasión enloquecida.”[15]
El círculo del estanque alrededor del cual fisgoneamos los poetas deseando ser
alcanzados aunque sea por unas gotas asperjadas desde la fuente de la poesía,
se cierra ahí, en la pasión enloquecida.
Durante la lectura de 70 Poemas creí ver –pues todo esto que
digo es apenas visión, versión de lo leído- un paisaje instalado por el
desarrollo del debate mencionado, como se puede seguir el derrotero de una
gesta por los indicios y reliquias que ha ido depositando sobre un mapa. La
pasión, efusiva por esencia, extiende y reitera muescas verbales. Víctor
Redondo habla en diversos poemas de erotismo y de muerte, locura,
monstruosidad, aniquilación, desatinos, infierno, “lo macabro”, ceguera, extinción,
suicidio, espejos hechos triza o deformantes, “tumbas infinitas”, repetición, tinieblas,
cenizas, obsesión, pantano, desnudez, abyección, fracaso, “pájaros muertos”,
“cielo negro, vacío”. En cambio, la inteligencia va enunciando con fórmulas
sintéticas y habla de entendimiento, sabiduría, visión, luz, Historia, ironía. En Uno, señala: “Luchas con lo oscuro
(…) en una noche que no es
tuya”.[16]
Ahora bien, ¿es posible dejar en suspenso, en stand by, diferir
–en el sentido de aplazar- sino los términos, al menos la agotadora actividad
del debatir? En su Décimo homenaje, Redondo habla de “el diálogo eternamente inconcluso”.[17]
¿Resulta posible diferirlo, cuando el debate es interno? Porque en Poemas a la Maga había observado que “el
pensar es sufrimiento. / He aquí el límite de los sentidos. / Y prefiero esto a
cualquier explicación”.[18]
Ese diferir del debate acuciante, del pensar que es sufrimiento, instala su pausa en los momentos de
tránsito, de traslado desde un sitio geográfico a otro, incluso cuando los
“objetos” transportados sean tan densos como los de Tráfico pesado, en Circe. Al no hallarse en un extremo
crítico ni en otro, al no ser sino estar yendo
desde uno a otro punto, el viaje oficia de interrupción de una actividad
mediante la práctica de otra actividad. Los gerundios viajando o transitando
podrían acoplarse al “debatiendo”, a su peso e importancia de transcurso de una
épica relatada en clave de lírica, o viceversa.
En Homenajes hay
una hipótesis del trayecto que condensa periplo y esencia: “¿No estaremos
caminando sobre la imagen que nuestro cuerpos dibujan sobre el mundo?”[19] Y Víctor va viviendo las travesías con el
vértigo de la juventud del siglo veinte, “esa bala perdida en el corazón de las
ciudades”,[20] a lo beat generation, a
toda velocidad por la carretera. Así lo retrata en Balada para Tinieblas:
“gimiendo sobre el lomo opaco de las autopistas / arrastrados besando el lomo
opaco de las autopistas / que no nos atrapen los barrocos gestos del mundo / hacia la muerte”.[21]
Y en el siguiente poema habla de “El tren de medianoche de mi mente”.[22] Pero también explicita: …”lo mío (…) es un viaje hacia el comienzo de todo /
es una visión hacia atrás”…[23]
Y hacia atrás las derrotas que supimos concebir: “Somos peregrinos de un
ejército perdido. / Somos peregrinos y
por ahora / la inmensidad vence”.[24]
El eco borgiano del Poema conjetural (“ya los bárbaros vencen”) se desprende de
su axioma. Es un eco histórico, no tan sólo literario. Pero Víctor Redondo abre
el portal de la inmensidad, desafía con la solidez de los románticos aquel
destino ineluctable.
En Canto pagano, último poema de Circe, anuncia: “por el camino de su
sombra llega el hijo de la luz / Sus ramos de flores negras crepitan como
danzas El ojo resplandece.”
Agosto de 2014
[1] De Una frase, en Circe.
[2] De “Balada para tinieblas”, en Poemas a la Maga.
[3] De “Los jóvenes maestros. Tres”.
[4] De “Mira, estoy viviendo”, en Poemas a la Maga.
[5] De “Mira, estoy viviendo” I, en Poemas
a la maga.
[6] De “Magia de la palabra”, en Poemas a la Maga.
[8] De “Magia de la palabra”, en Poemas a la Maga.
[9] De Camino paralelo o cómo desemboco
en Hart Crane, en Poemas a la Maga.
[12] De Primer homenaje, en Homenajes.
[13] De Magia de la palabra, en Poemas a la Maga.
[14] De Magia de la palabra, en Poemas a la Maga.
[15] De Primer Homenaje, en Homenajes.
[16] De Uno, en “Intermedio. Rituales
secretos”, de Homenajes.
[17] De Décimo homenaje, en Homenajes.
[18] De “Mira, estoy viviendo” V, en Poemas
a la maga.
[19] De Cuarto homenaje, III, en Homenajes.
[21] De “Balada para
tinieblas”, en Poemas a la Maga.
[22] De “Magia de la
palabra”, en Poemas a la Maga.
[23] De “Mira, estoy
viviendo”, en Poemas a la Maga”.
[24] De “Los jóvenes
maestros”.
*Eugenia Cabral (Córdoba, Argentina,
1954). Fundó junto a otros poetas el grupo literario “Raíz y Palabra”. Dirigió Ediciones Mediterráneas y la revista Imagin Era – La Creación Literaria . Colaboró en el suplemento cultural de “ La Voz del
Interior”. Ha coordinado talleres literarios. Formó parte del núcleo fundador
de la Primera Feria del Libro. Presidió la delegación Córdoba de la Sociedad de
Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA).
Publicó: “La almohada que no duerme”(relatos, 1999), y en poesía“El
buscador de soles”, “Iras y fuegos – Al margen de los tiempos”,“Cielos
y barbaries”, “Tabaco” , “En este nombre
y en este cuerpo”, entre otros libros.
Etiquetas: Eugenia Cabral
lunes, agosto 18, 2014
Libro recomendado: baila baco baila, de Jorge Rivelli
*
vasos
que beso una y otra vez
para
llenar la soledad
de
ficciones y pretéritos
*
el
pasillo es angosto
con
muros en los costados
para
sostenerme y
evitar
mi rostro en el suelo
es
tarde tan tarde
que
los gatos vuelven
las
imágenes aburren y
ante
la escasez de palabras
el
miedo se desabrocha
liberando
los sueños
como
espejo ebrio
en
un piso de porcelana
*
La
mesa
a
media luz
la
botella
triste
y vacía
clavada
en el centro
de
la página
de
las necrológicas
el
cuerpo ausente
levita
en el baño
sobre
la almohada
la
cabeza ríe y
recita
versos
de
lamborghini
*
Etiqueta
negra
despegada
del sueño
esperando
el desembarque
en
la mesita
junto
a la pluma
y
los versos
*Del libro baila baco baila, colección acento urbano (2013), de Jorge Rivelli (Buenos Aires, 1954)
domingo, agosto 17, 2014
Diana Bellessi en Cienvolando...
Ya se ven las plumas del primer gorrión de nuestra
nueva editorial, "Cienvolando". Es nada menos que un libro reeditado de
la gran y querida poeta Diana Bellessi. Quedan todos invitados a la
presentación del jueves 4 de septiembre. para brindar por "Variaciones
de la luz" y por la naciente "Cienvolando".
Etiquetas: Diana Bellessi
sábado, agosto 16, 2014
viernes, agosto 15, 2014
José Watanabe: La cura...
El cascarón liso del huevo
sostenido en el cuenco de la mano materna
resbalada por el cuerpo del hijo, allá en el norte.
Eso ví:
una mujer más elemental que tú
espantando a la muerte con ritos caseros, cantando
con un huevo en la mano, sacerdotisa
más modesta no he visto.
Yo la miraba desgranar sobre su regazo
los maíces de la comida
mientras el perro callejero se disolvía en el relente del sol
lamiendo
el dolor arrojado a la tierra
junto con el huevo del milagro.
Así era. La vida pasaba sin aspavientos
entre gente parca, padre y madre
que me preguntaban por mi alivio. El único valor
era vivir.
Las nubes pasaban por la claraboya
y las gallinas alineaban en su vientre sus santas ovas
y mi madre esperaba nuevamente el más fresco huevo
con un convencimiento:
la vida es física.
Y con ese convencimiento frotaba el huevo contra mi cuerpo
y así podía vencer.
sostenido en el cuenco de la mano materna
resbalada por el cuerpo del hijo, allá en el norte.
Eso ví:
una mujer más elemental que tú
espantando a la muerte con ritos caseros, cantando
con un huevo en la mano, sacerdotisa
más modesta no he visto.
Yo la miraba desgranar sobre su regazo
los maíces de la comida
mientras el perro callejero se disolvía en el relente del sol
lamiendo
el dolor arrojado a la tierra
junto con el huevo del milagro.
Así era. La vida pasaba sin aspavientos
entre gente parca, padre y madre
que me preguntaban por mi alivio. El único valor
era vivir.
Las nubes pasaban por la claraboya
y las gallinas alineaban en su vientre sus santas ovas
y mi madre esperaba nuevamente el más fresco huevo
con un convencimiento:
la vida es física.
Y con ese convencimiento frotaba el huevo contra mi cuerpo
y así podía vencer.
En
ese mundo quieto y seguro fui curado para siempre.
En mí se harán todos los milagros. Eso vi,
qué no habré visto.
* José Watanabe, de su libro Historia natural.
En mí se harán todos los milagros. Eso vi,
qué no habré visto.
* José Watanabe, de su libro Historia natural.