"Fue en la primavera de 1971. Una primavera que se desnudaba tempranamente en azaleas, en limpio olor de pinos. Pocos días antes nos había presentado una amiga común (Rosalía Pontini), y él (Pasolini) se había ofrecido a mostrarme 'algo de la Roma que suelen no ver los periodistas ni los turistas' (...).
Volvimos a vernos. Y hablamos largamente de libros y autores argentinos. Porque no se cansaba de averiguar, de querer saber, de conocer. En medio de mis dificultades para responderle me sorprendió cuando dijo que había leído a Roberto Artl (¡y con qué lucidez y penetración!): 'Me hubiera gustado conocerlo. Sospecho que habríamos terminado amigos. Hay un asombro parecido entre el mundo de sus criaturas y las mías'."
(Fragmento de la nota "Roma es mi libro", de Herman Mario Cueva, publicada por la revista Crisis (pág. 71), en 1975.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario