lunes, octubre 21, 2013

Suleika Ibáñez: Aviso a Dios



“Con lo real cooperando estás,
y con la nada intimas.”
Shakespeare, Cuento de invierno, Act I, Esc. 2


I
Aeródromo  del  Mal,  que llaman cielo,  alguien  allí
trafica veneno inaudible, para permutas por la maravilla
que no nace dos veces.
Alguien se nutre con la maravilla.
Alguien relame su terror secreto.
Parece  que  la  vida  de terciopelo  rosa  es  su  meta.
Caen labios de  cuchillos en orgasmo de ácidos. Cae
baba de musgos espectros,  caen buitres sexuales,  con
buches de insomnio. Cae hemorragia de dientes atómicos.

Cielo  gris,  hijo  del  verbo de  los  nunca.  Un gris
elefante pisó las luces adorables del oxígeno. Cae un piano
de cola, con suicidio de música en la risa.

Cae soledad célibe.
Caen las  harinas seminales  de la nada. Solo  hachas
espumosas caen. De leñador de alondras.


II

Mírame,  Dios,  atrévete  si  puedes. Si  fueran  certeza
tu amor y poderío,  te habría bastado una sola mirada a
Ella. De  mirar  se  trataba, señor Dios,  con prismáticos de
amar cuando hace frío. De mirar su sonrisa, breviario sumo
de las  bocas  en  el  suceso  que  llaman  ventura. Ah,  si
hubieses mirado su lápiz de labios color rojo-maravíllate-
de-ser. Color rojo escuela dulce de las cerezas, él te habría
enseñado el poder y la gloria, la piedad y la sabiduría.
Y  aquel  día  de  estío,  hubiese  conjurado  tu  uso
absolutista de la nieve.

De escuchar se trataba, señor Dios, pero padres los
oídos, las gotas que perdía su mejilla de espaldas en la
almohada. Y perdía lo recién comenzado, y lo aún
desconocido.
Se trataba  de estar  de  teología, señor Dios. De  buscar
un harapo de evangelio en la subasta de tus propiedades,
en el sótano de echar los milagros sin uso. En tus archivos
de la Gracia.
Se trataba de ser Dios de pronto.
Y detener la imperceptible crueldad de la noche.

* Suleika Ibáñez (Uruguay 1937-2013).
*Del libro: Galia, con quien tanto quería.

2 comentarios:

Macondo dijo...

Ojalá y exista ese otro lugar de encuentros, Sulaika, pues cuánto quiso Galita escucharte así...

Anónimo dijo...

Ojalá y exista ese otro lugar de encuentros, Sulaika, pues cuánto quisiera Galita escucharte así...