Suleika Ibáñez: un poema...
VII
Doctora,
con tu nombre usurpas las maravillas
y los
espejos
de los cuentos de Carroll, de donde las niñas
vuelven
siempre del sueño.
A
tu paso de
cátedra de hielo, aun los muebles
oriundos
de la cofradía del frío daban diente con diente. Y
hasta
el muro caliente se escarchaba.
Nunca
un rubí de
úlcera dulce vi
en tu frente.
Y
nunca jamás un solitario de quilates gigantes en la noche
de
tus ojos, de tu rimmel pendiendo en súbita
joya de
dolores.
Nunca
desnudas tus manos.
Siempre con guantes
de
lejanía, o de caucho derramando dedos de ajenjo.
Nunca
en ti una de esas
risas en impromptu que
suenan
a promesa y milagro. Nunca plenilunio tus dientes.
Tu
boca solo media luna cayente.
Tú
no inventaste el mal, es cierto.
Pero
jugaste a los suplicios –y a la tolondra en tablero de
brumas.
Aún
así, por otras criaturas de la primavera, yo ruego
profundamente
que un día cante por fin en ti el dolor su
ronca
alondra.
*Suleika Ibáñez, poeta,
narradora y ensayista uruguaya.
* De su libro Galia, con quien tanto quería.
1 Comments:
Después de tantos años, vuelvo a leer este poema Sule y el corazón se me dispara en el pecho¡ Gracias genial Sule, por toda la maravilla que nos dejaste. No te olvidaremos nunca.
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