Robert Delaunay, La luz...
En el anverso
la luz
El Impresionismo, es el nacimiento de la Luz en la
pintura.
La Luz nos viene a través de la sensibilidad.
Sin la sensibilidad visual no hay ninguna luz,
ningún movimiento.
La luz en la Naturaleza crea el movimiento de los
colores.
El movimiento se da mediante las analogías de las
medidas impares, de los contrastes de los colores entre ellos que constituye la
Realidad.
Esta realidad está dotada de la Profundidad
(nosotros vemos hasta las estrellas), y se vuelve entonces la Simultaneidad
rítmica.
La simultaneidad en la luz, es la armonía, el
ritmo de los colores que crea la Visión de los hombres.
La visión humana está dotada de la más grande
Realidad puesto que nos viene directamente de la contemplación del Universo. El
ojo es nuestro sentido más elevado, el que se comunica más estrechamente con
nuestro cerebro, con la conciencia. La idea del movimiento vital del mundo y su
movimiento es simultaneidad.
Nuestra comprensión es correlativa con nuestra
percepción.
Procuremos ver.
La percepción auditiva no basta para nuestro
conocimiento del Universo, ella no tiene profundidad1.
Su movimiento es sucesivo, es una suerte de
mecanismo, su ley es el tiempo de los relojes mecánicos que, como ella, no
tiene ninguna relación con nuestra percepción del movimiento visual en el
Universo.
Es la paridad de las cosas de la geometría.
Su característica la relaciona con el Objeto
concebido geométricamente.
El Objeto no está dotado de vida, de movimiento.
Cuando es simulacro del movimiento, se hace
sucesivo, dinámico.
Su límite más grande es orden práctico.
Vehículos.
El ferrocarril es la imagen de este movimiento
sucesivo que es similar a las paralelas: la paridad del Riel.
Como en la Arquitectura, en la Escultura.
El objeto más grande de la Tierra está sometido a
estas mismas leyes.
Se convierte en simulacro de la altura:
La Torre Eiffel de la anchura:
Las Ciudades longitud:
Rieles.
El Arte en la Naturaleza es rítmico y tiene horror
a la restricción.
Si el Arte se asemeja al Objeto, se convierte en
descriptivo, divisionista, arbitrario.
Se rebaja a medios de expresión imperfectos, se
condena a sí mismo, es su propia negación, no se libera del Arte de imitación.
Del mismo modo, si representa las relaciones
visuales de un objeto o de los objetos entre ellos, sin que la luz desempeñe el
papel de ordenamiento de la representación, es convencional, no llega a la
pureza plástica, es una debilidad, es la negación de la vida, la sublimidad del
arte de la pintura.
Para que el Arte alcance el límite de la
sublimidad, es necesario que se aproxime a nuestra visión armónica: la
claridad. La claridad será color, proporción; estas proporciones están
compuestas de diversas medidas simultáneas en una acción. Esta acción debe ser
la armonía representativa, el movimiento sincrónico (simultaneidad) de la luz,
que es la única realidad.
R.
Delaunay
Al
dorso
La percepción auditiva no basta para nuestro
conocimiento del Universo puesto que ella nos mantiene en la duración.
Su sucesividad conduce fatalmente a la paridad; es
una suerte de mecanismo donde no se puede tener profundidad, por consiguiente
ritmo.
Es una matemática donde no hay espacio.
Su ley es el tiempo de los relojes mecánicos, que
no tiene ninguna relación con el movimiento del Universo.
Es la paridad de las cosas de esta clase, es la condena
a la nada.
Su característica le asemeja al Objeto.
El objeto no está dotado de vida.
Cuando el objeto es…, es el movimiento dinámico
sucesivo, pero no rítmico. Deviene simulacro del movimiento 2.
Su límite más grande es de orden práctico. Vehículos.
El ferrocarril es la imagen de este movimiento sucesivo que se asemeja a las
paralelas; a los rieles.
Como a la Arquitectura.
No son sino simulacros.
El objeto más grande sobre la Tierra está sujeto a
estas mismas leyes;
Se convertirá en el simulacro sin precedente de la
altura, o de la anchura, del largo, etc.
El Arte como la naturaleza es rítmico es decir
Eterno.
Si parte de un objeto, el Arte es descriptivo, se
rebaja a funciones imperfectas.
Se condena a sí mismo – es su propia negación. Su
modo más representativo es la escultura en cera.
Si el Arte es las relaciones visuales de un objeto
o de los objetos entre ellos, sin que la luz desempeñe el papel de ordenamiento
de la representación, es convencional, se convierte en un lenguaje como
cualquier otro, es por consecuencia sucesivo. Como la literatura que no tiene
nada de la pureza plástica.
Es una debilidad del Arte Plástico, es la negación
de la vida, de la sublimidad del Arte.
El Arte viene de la función más perfecta del
hombre, el Ojo. Los ojos son las ventanas de nuestra alma.
Puede devenir la armonía viva de la Naturaleza y
es entonces un elemento fundamental de nuestro juicio en torno de la pureza.
Ver se convierte en la comprensión [del] bien.
en
lápiz de color
La idea del movimiento vital que confiere el
juicio de nuestra alma.
Nuestra comprensión es pues adecuada a nuestra
vista. El necesario procurar ver.
Una percepción auditiva no basta, a nuestro
juicio, para conocer el universo, puesto que ella no permanece en la duración.
Su sucesividad conduce fatalmente a la muerte. Es una suerte de mecanismo donde
no puede haber profundidad, por consiguiente ritmo. Es una matemática donde no
hay espacio.
Es la paridad y de este modo condenada a muerte.
Su característica la asemeja al Objeto, el Objeto
está eternamente consagrado a la muerte y su límite más grande es de orden
práctico.
Como la Arquitectura. No son sino simulacros.
El objeto más grande de la tierra está consagrado
a la misma ley 3.
Artículo
escrito por Robert Delaunay en el verano de 1912, traducción al alemán por Paul
Klee y publicado en el No 144-145 de la revista Der Sturm a inicios del año 19134. Traducción al castellano: mamd.
1
Variante: ya que ella no permanece en la duración.
2
Variante: el objeto no está dotado de vida, de movimiento. Cuando el objeto es
simulacro del movimiento, se convierte en sucesivo, dinámico, pero no rítmico.
Su límite más grande es de orden práctico.
3
Dos borradores de este texto llevan como encabezado: El arte como la naturaleza
tiene horror a la restricción. Me gusta el arte de hoy porque me gusta ante
todo la Luz y todos los hombres aman ante todo la Luz, ellos han inventado el
Fuego.
Meditaciones
estéticas, G.A.
La luz nos viene de la sensibilidad, etc.
4
Hay cuatro versiones más de las versiones desarrolladas en este texto.
Etiquetas: Poetas, Robert Delaunay
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