Wallace Stevens, Siempre puede haber un tiempo de inocencia.
Ángel olvidadizo, Paul Klee |
Felicidades para todos y todas!
Un gran abrazo!
VIII
Siempre puede haber un tiempo de inocencia.
Nunca existe un lugar. O si no existe un tiempo,
Si no es cosa de tiempo, ni de espacio,
Existiendo, a solas, en su idea,
En el sentido contra la calamidad, no es por ello
Menos real. Para el filósofo más frío y más anciano
Hay o debe de haber un tiempo de inocencia
Como puro principio. Su naturaleza es su fin,
Que debería ser y no ser a un tiempo, una cosa
Que estimula la piedad de un hombre piadoso,
Como un libro al atardecer, hermoso pero falso.
Como un libro al alba, hermoso y verdadero.
Es como una cosa de éter que existe
Casi como predicado. Pero existe,
Existe, y es visible, existe, es.
Así, entonces, estas luces, no son un hechizo de luz,
Un refrán caído de una nube, sino inocencia.
Inocencia de la tierra y no un signo falso
O un símbolo de malicia. Que participamos
De eso mismo, yacemos como niños en esta santidad,
Como si, despiertos, yaciésemos en la quietud del sueño,
Como si la madre inocente cantase en la oscuridad
De la habitación y en un acordeón apenas oído,
Crease el tiempo y el espacio en el que respirábamos..
Siempre puede haber un tiempo de inocencia.
Nunca existe un lugar. O si no existe un tiempo,
Si no es cosa de tiempo, ni de espacio,
Existiendo, a solas, en su idea,
En el sentido contra la calamidad, no es por ello
Menos real. Para el filósofo más frío y más anciano
Hay o debe de haber un tiempo de inocencia
Como puro principio. Su naturaleza es su fin,
Que debería ser y no ser a un tiempo, una cosa
Que estimula la piedad de un hombre piadoso,
Como un libro al atardecer, hermoso pero falso.
Como un libro al alba, hermoso y verdadero.
Es como una cosa de éter que existe
Casi como predicado. Pero existe,
Existe, y es visible, existe, es.
Así, entonces, estas luces, no son un hechizo de luz,
Un refrán caído de una nube, sino inocencia.
Inocencia de la tierra y no un signo falso
O un símbolo de malicia. Que participamos
De eso mismo, yacemos como niños en esta santidad,
Como si, despiertos, yaciésemos en la quietud del sueño,
Como si la madre inocente cantase en la oscuridad
De la habitación y en un acordeón apenas oído,
Crease el tiempo y el espacio en el que respirábamos..
VIII
There may be always a time of innocence.
There is never a place. Or if there is no time,
If it is not a thing of time, nor of place,
Existing in the idea of it, alone,
In the sense against calamity, it is not
Less real. For the oldest and coldest philosopher,
There is or may be a time of innocence
As pure principle. Its nature is its end,
That it should be, and yet not be, a thing
That pinches the pity of the pitiful man,
Like a book at evening beautiful but untrue,
Like a book on rising beautiful and true.
There may be always a time of innocence.
There is never a place. Or if there is no time,
If it is not a thing of time, nor of place,
Existing in the idea of it, alone,
In the sense against calamity, it is not
Less real. For the oldest and coldest philosopher,
There is or may be a time of innocence
As pure principle. Its nature is its end,
That it should be, and yet not be, a thing
That pinches the pity of the pitiful man,
Like a book at evening beautiful but untrue,
Like a book on rising beautiful and true.
It is like a thing of ether that exists
Almost as predicate. But it exists,
It exists, it is visible, it is, it is.
So, then, these lights are not a spell of light,
A saying out of a cloud, but innocence.
An innocence of the earth and no false sign
Or symbol of malice. That we partake thereof,
Lie down like children in this holiness,
As if, awake, we lay in the quiet of sleep,
As if the innocent mother sang in the dark
Of the room and on an accordion, half-heard,
Created the time and place in which we breathed . .
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