T.S. Eliot: Fragmento de Little Gidding...
La primavera de mitad de invierno
es una estación de por sí,
suspendida en el tiempo, entre el polo y el trópico.
Cuando es más lúcido de escarcha y fuego
el día, el breve sol
incendia el hielo en zanjas y en estanques,
con un frío sin viento
que es el calor del corazón
reflejando en espejos de acuosos resplandores
que en las primeras horas de la tarde enceguecen.
Y un fulgor más intenso que llamas de fogatas
o de braseros anima
el alma aletargada: no es el viento
sino el fuego pentecostal
en la época oscura del año.
Entre el deshielo y la congelación
se estremece la savia del espíritu:
y no hay olor a tierra ni olor a cosa viva.
Es una primavera que no entra en el contrato
del tiempo. El cerco vivo se blanquea
de transitoria flor por una hora
con la nevada, flor más repentina
que la estival, y que no se abre ni marchita,
excluida de los planes de la generación.
¿Adónde está el verano, el inimaginable
verano a cero grado?
(...)
*Fragmento de "Little Gidding", de Cuatro Cuartetos.
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