martes, diciembre 18, 2012

Victoria Paulesu: Madre en signo de tragedia...



 X
No tengo nada que decir, creo que no tengo nada que
decir. ¿Es una creencia? Digo, no tengo qué, ¿tengo
nada? ¿Pero eligiendo las palabras? ¿Puedo elegir las
palabras? Nadie escucha, es importante que en el
decir haya una escucha. Aquí no hay nadie, y de no
hablar me voy quedando sin sentidos. Cuando estaban
Dioses, porque Hijo ya no, mis ruegos, plegarias o in-
dignaciones tenían sentido. Aquí, en esta hoja de
papel casi sin volumen, sin sonido, sin hoja siquiera,
ruego poder rogar. Me aterra olvidar, es lo peor que
le puede pasar a alguien sin futuro y con presentes
sin tiempo, fraccionados segundos. Ensayaré cien-
tos de voces, repetiré palabra por palabra cada rima,
adivinanza, frase o lo que sea que recuerde. Nada
tendrá sentido, pero cuando advenga imagen de otro,
aparecerá la semántica y se podrán construir nuevos
equívocos que permitirán nacimientos y muertes para
fundar lápidas... que inauguren cielos.

*Victoria Eugenia Paulesu (Buenos Aires, 1963). Especialista en literatura infantil y adolescente, lic. en Psicología. Publicó: Las tres monedas de la ira (2002), Vacío del nunca (2007) y Madre en signo de tragedia (Grupo Editor Latinoamericano, 2012). Tiene un libro inédito Los sentidos del discurso hegemónico en dos mitos regionales.

6 comentarios:

Néstor dijo...

Leer este texto poético es introducirse en un viejo mito y en una antigua verdad. Ambos sin solución.
Victoria en un buen decir busca significantes que aporten al enigma de una disputa insalvable.

Blog del amasijo dijo...

Gracias por tu comentario tan acertado, Néstor! Un abrazo y felicidades!

Esther dijo...

Victoria es una gran poeta que nos ayuda a pensar, cuando leemos sus libros juega con el pasado pero también con el presente y cuando lo cerramos, nos ayuda a cuestionarnos y a buscar soluciones que pensábamos que nunca se podían dar. Cada frase es para pensar y buscar el camino de la verdad.

Luis dijo...

La imagen conceptual es la clave expresiva en la poesía de Victoria Paulesu. Emotividad despojada de vaguedades metafóricas, deshidratación anímica que estalla en vértices de pensamiento. todo, sin embargo, ocurre en la materialidad del cuerpo, allí donde la voz respirada se desprende de los sintagmas preventivos buscando el no-yo que escribe, "La hoja negra" que "marca el exilio del exilio textual". Pavoroso de ver lo que se muere, el idioma acontece como inasible goce, tesón y resistencia ante el fracaso inevitable.
Luis. O Tedesco

Anónimo dijo...

Lo digo o no lo digo?

Silvia Castro dijo...

"en esta hoja de
papel casi sin volumen, sin sonido, sin hoja siquiera,
ruego poder rogar"

Me quedo con esta cintura del poema

gracias, Coto