Cantar de los Cantares: fragmento
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| Cantar de los Cantares: Marc Chagall | 
Capítulo
1
La
esposa y las hijas de Jerusalén 
1:1
Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.
1:2
¡Oh, si él me besara con besos de su boca! 
 Porque mejores son tus amores que el vino. 
1:3
A más del olor de tus suaves ungüentos, 
Tu
nombre es como ungüento derramado; 
Por
eso las doncellas te aman. 
1:4
Atráeme; en pos de ti correremos. 
El
rey me ha metido en sus cámaras; 
Nos
gozaremos y alegraremos en ti; 
Nos
acordaremos de tus amores más que del vino; 
Con
razón te aman. 
1:5
Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable 
Como
las tiendas de Cedar, 
Como
las cortinas de Salomón. 
1:6
No reparéis en que soy morena, 
Porque
el sol me miró. 
Los
hijos de mi madre se airaron contra mí; 
Me
pusieron a guardar las viñas; 
Y
mi viña, que era mía, no guardé. 
1:7
Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, 
Dónde
apacientas, dónde sesteas al mediodía; 
Pues, ¿por qué había de estar yo como errante 
Junto
a los rebaños de tus compañeros? 
1:8
Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, 
Ve,
sigue las huellas del rebaño, 
Y
apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
La
esposa y el esposo 
1:9
A yegua de los carros de Faraón 
Te
he comparado, amiga mía. 
1:10
Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, 
Tu
cuello entre los collares. 
1:11
Zarcillos de oro te haremos, 
Tachonados
de plata. 
1:12
Mientras el rey estaba en su reclinatorio, 
Mi
nardo dio su olor. 
1:13
Mi amado es para mí un manojito de mirra, 
Que
reposa entre mis pechos. 
1:14
Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi 
Es
para mí mi amado. 
1:15
He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He
aquí que eres bella; tus ojos son como palomas. 
1:16
He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; 
Nuestro
lecho es de flores. 
1:17
Las vigas de nuestra casa son de cedro, 
Y
de ciprés los artesonados. 
Capítulo
2
2:1
Yo soy la rosa de Sarón, 
Y
el lirio de los valles. 
2:2
Como el lirio entre los espinos, 
Así
es mi amiga entre las doncellas. 
2:3
Como el manzano entre los árboles silvestres, 
Así
es mi amado entre los jóvenes; 
Bajo
la sombra del deseado me senté, 
Y
su fruto fue dulce a mi paladar. 
2:4
Me llevó a la casa del banquete, 
Y
su bandera sobre mí fue amor. 
2:5
Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; 
Porque
estoy enferma de amor. 
2:6
Su izquierda esté debajo de mi cabeza, 
Y
su derecha me abrace. 
2:7
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, 
Por
los corzos y por las ciervas del campo, 
Que
no despertéis ni hagáis velar al amor, 
Hasta
que quiera. 
2:8
¡La voz de mi amado! He aquí él viene 
Saltando
sobre los montes, 
Brincando
sobre los collados. 
2:9
Mi amado es semejante al corzo, 
O
al cervatillo. 
Helo
aquí, está tras nuestra pared, 
Mirando
por las ventanas, 
Atisbando
por las celosías. 
2:10
Mi amado habló, y me dijo: 
Levántate,
oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 
2:11
Porque he aquí que ha pasado el invierno, 
Se
ha mudado, la lluvia se fue; 
2:12
Se han mostrado las flores en la tierra, 
El
tiempo de la canción ha venido, 
Y
en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. 
2:13
La higuera ha echado sus higos, 
Y
las vides en cierne dieron olor; 
Levántate,
oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 
2:14
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados
parajes, 
Muéstrame
tu rostro, hazme oír tu voz; 
Porque
dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto. 
2:15
Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; 
Porque
nuestras viñas están en cierne. 
2:16
Mi amado es mío, y yo suya; 
Él
apacienta entre lirios. 
2:17
Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, 
Vuélvete,
amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo 
sobre
los montes de Beter.



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