jueves, noviembre 13, 2014

Leonor García Hernando: Del libro El cansancio de los materiales





ingratos
los objetos cayeron por la escalera, desentendidos de
 todo cuidado.
La arenilla de las cosas rotas, como líneas de cocaína en
los escalones,
invitan a la fiesta inversa del desastre.
      La puerta del balcón está abierta
y el frío colma los platos sucios olvidados sobre el mantel

                        ¿recuerdas cómo oscurecía mi frente
 bajo el sombrero de ala rota
o el dolor          esa aguada esparcida en la noche donde
un animal bebe apartado
porque su sed es de ese brillo de agua rara en la oscuridad

la sospecha de que las cosas empiezan a
empeorar es lo único que duerme sobre mi hombro
tranquila Leonor
los vidrios ya están rotos al fondo de la escalera
y asomada al barral
ves los destellos insignificantes de lo que tuvo un orden
de belleza y utilidad.
       Rabiosos insectos corren por los tabiques porque el
ruido de lo que estallaba los quitó de la armonía
tranquila Leonor
serena como el criminal en el momento de quitar el
cuchillo de entre los cubiertos
porque en tu mano los objetos pierden su inocencia
y en tu vida los sucesos se ordenan con crueldad


               ¿recuerdas la corrida en la media, a lo largo del
muslo como una vena expuesta
al  sombrío perfume del tiempo que perdías contemplando
actores de teleteatro en las tardes inmensas como otra
patagonia en las sienes
eterno femenino
de fastidiados mechones humedecidos en la comisura
de la boca
no pidas otro lugar que este descanso en lo alto de la
 escalera
donde verás el derrumbe de las construcciones;
como ocurre a esta altura de la vida
embebido en acetona el algodón con el que vas a quitarte
el esmalte de los ojos.