Tatiana Oroño: Estuario
cuello
de cisne
o dama de la noche
abre en lo oscuro
el sol
de su garganta
que la corola numinosa alumbra
grávida
y
sus estambres tiemblan
y
sus pétalos ceden
a
la ley de expansión y a la blancura
así cede la tierra
a la verdad
del hueso:
como a una flor nocturna
lo revela.
este esqueleto: un haz de pétalos.
(memoria del
maestro julio castro)
en lugar de
pelar la naranja
escribir
el poema:
pelaje
que le quito
sin estragos
limpito
a
la hora que vivo.
(memoria de salvador puig)
la poesía no
ocasiona daños colaterales
no
derrama petróleo
no
genera deuda pública
no
establece bases militares
no
levanta alambradas
no
divide países
no
abre fosas comunes
no
disemina minas personales
no
expulsa población civil
no
genera campos de refugiados
la
poesía no daña
la
poesía no daña
la poesía no daña
predispone
a la palabra.
en
latín, según
corominas, abuela se decía “avia”. no sé qué significaba la partícula “a”, pero
dado que “vía” proviene de la voz latina “via” (que significaba camino o
viaje), me hago a la idea de que abuela -eso que soy- es voz arriesgada,
lanzada a los caminos, ligera de equipaje.// sabia, por tanto, puesto que va al
encuentro de lo que no se sabe -la vida en sus nacientes que remotas serán como
las del nilo para los que, crecidos, rememoren y hacia la desembocadura de la
suya que como los ríos irá a dar “a la mar, que es el morir”- provista de los
avíos (“avío” es derivado del sustantivo “via”) del vivir.// los avíos del
vivir.// también vivir -por lo que vi- derivaría de “via”. ¿vivo es/está el que
“hace camino”? la abuela hace el camino de la vida repleta de nadas, aviada de
unas pocas moléculas de saberes prácticos que bien pueden considerarse
herméticos.
la palabra abuela
abreviada, abu, a diario
qué
letras de otro nombrar esconde aleja
qué
con su única
A
se
borra de la lengua
qué
otra
manera de decir nombrar elúdese
elidida
en
el apócope
qué
haber que el habla ignora
o
tacha, en las dos
sílabas
cortas
si abu es única voz
para uso y contienda
cuál
es el juego limpio
en
la genealogía que los cifra
abu soy
dicha. soy palabra
que se llena
y vacía. taza vaso
mochila.
sístole
diástole.
(para mariella nigro)
nacidos como tú con el milenio son instruidos
para
el éxito
unos
pocos. para brindar servicios, mayoría.
para
la nueva picardía -marginados sin chance
de instruir
ardides
de novela-
unos
cuantos. no he de contar
los
casos tampoco el porcentaje
porque
no
me permite, el verte, averiguarlo.
madres
que los despidan con un “válete
por
ti”, habrá, entre
ellos,
y acaso
mucho menos que eso.
al
verte me pregunto qué dice la cartilla de instrucciones
que
nunca fue entregada.
qué
dijeron los ojos qué dijeron las manos
los
roces iniciales.
qué
mensaje no abrí que te fue dado antes
del
lenguaje y mis planes.
tatiana, ¿qué decía entonces, qué
nombraba
aquel
nombre de otra
niña
grabado
en oro, en broche, prendido al vestidito?
esa
niña de pie en el suelo cabeceante del tren
donde
elvira la vio
una
vez
para
después y siempre
pule
mi nombre
sin más gubia que el ojo
de la madre
alumbrado
por el fulgor del pelo
trenzado y el destello
de
la joya
radiante.
tatiana, ¿se
abrió la puerta, entonces?
¿el sol entró en la casa?
¿trastabilló
en los marcos, encandiló los ojos?
¿entraron
dos muchachas pisando con imperio el sol suelo fragante?
¿te
alzaron y ciñeron pulsera?
a
ver, niña, dos reinas te sonríen en san josé de mayo a tus tres años
vienen
a ti no es mirra no es incienso es oro
aro
redondo
tu
puño es coronado.
tatiana, no has
de permitir
que tu madre no tenga
su
pan su arroz de luz
cada
día tendrá
para
elvira
su
parte
magra
o colmada
su
solar tendrá ella
(en
fin, su amanecer su sonar de campanas).
la palabra mamá
esa
masa de habla ese bolo de harina de saliva
se
aglutina
en
la lengua. contraseña candeal. mamá
es
habla de gluten. papa mística. aroma de alimento.
florescencia
del cuerpo. emisión
de
la rama que ensortija
paladar
ganglios señales
al
árbol de familia.
mamá
es habla de gluten. nace
húmeda.
desemboca
en regazos encías mejillas
en
el espacio
en que el tiempo acaece
en que el vivir ocurre.
mamá
es decir cifrado. ausente
del
programa del hueso
del
porvenir
del
mundo
presente
de papillas.
leo tombeau (josé kozer) en el hotel -masa
edilicia en H
torreón
central- inaugurado
una
década antes de que el poeta fuera nouveau né /bébé au berceau. la tumultuosa
mole de flagrante
estucado y mármoles (escorial art
déco color arena) flaquea
en
la celda espaciosa con vista a sierra y mar donde el libro fue abierto:
yergue
en celo el lenguaje su ardor iza, levanta, su proyecto en la página
más
allá de cornisas capiteles del coloso de piria -anclado al fasto
fin
de siècle a su coreografía todavía
eficaz- la lengua advierte
que
las arquitecturas
que
perduran (aliadas tumba y cuna) son efímeras:
versos.
(a josé kozer, a rodolfo häsler)
qué hace allí la
nube en el cuadro
construido
de
fonseca? allí en el ángulo
derecho
sobre el puente?
el puente del riachuelo la estación
ferroviaria
y la arcada (sin puerta)
montevideana: un único paisaje los
dos puertos
(buques grúas ciudades gentes
bestias de carga rieles)
en
la usina de formas planos de color/combustión de puntos
de
vista, el dínamo es la arcada colonial vestigio del pasado
que dividía el afuera del cercado
fuerte
y el cuadro ahora traspone. 1948 es la fecha
de
esta ciudad de triple carta: montevideo/la boca/il bocato
di cardenale que el motivo le ofrece al
pintor
joven:
su vibración
es canto a la estructura de la
pintura
la nube es un detalle:
es
roce del pincel que dialoga con el blanco central los blancos diagonales
y
apócope
de
la virtud transitiva del arte / la vida y su proyecto, su cielo:
el
viaje.
(para enrique aguerre y el mnav;
memoria de gonzalo fonseca)
circe maia
y
teresa andruetto -otoño 2012- conversan
para
vientodefondo
hojeo
en el bus -setiembre 2013- / en casa tomo la
pesadora de perlas
gramaje
del papel es piel de fruta, se desliza la mano, la descubre
cada
línea del diálogo despierta enlaza ojos y páginas
la
magia de una foto aun captura/
erguida
en
un gesto que el mirar acompaña
una
mano de circe señala el fondo (parral en hora
de
vendimia solar): follaje claroscuro, muro, espejados
unen/separan
la
mesa de la casa donde ellas charlan, tapizada de libros y el trasvidrio
desde
donde
la
cámara
dispara/capta
la
luz del otro lado (la ventana del frente transparenta
follajes
de la calle): el interior transido
de
palabras e imágenes en viaje
adentro/afuera.
tras la fotografía
de
gastón sironi, en páginas siguientes
flamea
el peso leve
de
las perlas
que
pesan en su luz interior en su lengua común
las
dos mujeres.
*De su reciente libro publicado Estuario.
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*De su reciente libro publicado Estuario.
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*Poeta y narradora uruguaya. Profesora de Literatura egresada del IPA (1973). Crítica literaria y de arte (medios nacionales y extranjeros). Es autora del volumen Francisco Espínola (Ed. Técnica, Montevideo, 1991, 119 pp). Co-autora del libro Dumas Oroño (vida y obra del artista, 192 pp, 220 ilustraciones, Ed. As, Montevideo, 2001). Co-autora del libro Reflexiones sobre la poesía (Monteverde, Montevideo, 1998) de Armindo Trevisan (Premio Nacional de Literatura, Brasil, 1997).
Co-autora del libro sobre teoría y práctica de taller de escritura Hacia la ciudad perdida de la escritura (Prisma, 1992; Cal y Canto, 1996). Premio Bartolomé Hidalgo 2009, Categoría Poesía (Cámara Uruguaya del Libro, 32ª Feria Internacional del Libro, Montevideo).
Publicó: La piedra nada sabe (Ed. Hum, Colección Estuario, Montevideo, 2008), · Morada móvil (Ed. Artefato, Montevideo, 2004), · Tout fut ce qui ne fut pas / Todo tuvo la forma que no tuvo (ed. bilingüe, Autres Temps-Les Écrits des Forges), Bajamar, Tajos Cuenta abierta (Arca, Montevideo, 1986), · Poemas, Poesía 82 (Premios del Concurso de Poesía "12 de octubre" - El Día, Embajada de España, Arca, Montevideo, 1982), · El alfabeto verde (Ediciones De la balanza, Montevideo, 1979).
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