lunes, marzo 14, 2011

Hilda Doolittle: poemas de los libros de Trilogía

39
Hemos recibido demasiados dogmas
y muy pocas garantías,
demasiados: más no se ha demostrado
lo suficiente que esto, esto, esto
es herejía: sé y siento
el significado que ocultan las palabras;
son anagramas, criptogramas,
pequeños estuches, adecuados
para incubar mariposas



[41]
Sirio:
¿qué misterio es este?
eres semilla,
grano junto a la arena,
plantado en el surco
negro como el plomo.
Sirio:
¿qué misterio es este?
te has ahogado
en el río;
los riachuelos de la primavera
empujan las compuertas del agua.
Sirio:
¿qué misterio es este?
donde el calor quiebra y agrieta
el desierto de arena,
tú eres una neblina
de nieve: blancas, diminutas flores.

[41]
sirius:
What mystery is this?
you are seed,
corn near the sand,
enclosed in black-lead,
ploughed land.
Sirius:
what mystery is this?
you are drowned
in the river;
the spring freshets
push open the water-gates.
Sirius:
what mystery is this?
Where heat breaks and cracks
the sand-waste,
you are a mist
of snow: white, little flowers.


[43]
Pero no caen las murallas,
no entiendo por qué;
hay un ssss-silbido,
una nueva dimensión,
desconocida, del relámpago;
estamos indefensos,
polvo y pólvora anegan los pulmones,
nuestros cuerpos chocan
al cruzar las puertas desgoznadas,
ceden los dinteles
formando un aspa;
caminamos sin descanso
bajo un aire leve
que se espesa en niebla cegadora,
entonces nos apartamos
sin demora, porque ni del aire
podemos fiarnos,
denso donde habría de ser fino
y tenue
donde las alas se separan y abren,
y el éter
pesa más que el suelo,
y el suelo se comba
como en un naufragio;
no conocemos reglas
por las que guiarnos,
somos navegantes, exploradores
de lo desconocido,
lo no registrado;
carecemos de mapa;
quizá arribemos a puerto,
a cielo.

[43]
Still the walls do not fall,
I do not know why;
there is zrr-hiss,
lightning in a not-known,
unregistered dimension;
we are powerless,
dust and powder fill our lungs
our bodies blunder
through doors twisted on hinges,
and the lintels slant
cross-wise;
we walk continually
on thin air
that thickens to a blind fog,
then step swiftly aside,
for even the air
is independable,
thick where it should be fine
and tenuous
where wings separate and open,
and the ether
is heavier than the floor,
and the floor sags
like a ship floundering;
we know no rule
of procedure,
we are voyagers, discoverers
of the not-known,
the unrecorded;
we have no map;
possibly we will reach haven,
heaven.
------

No es, en modo alguno, la columna
de fuego que vino primero

diferente a la columna
de fuego que vendrá;

el abismo, el cisma de la conciencia
debe ser salvado;

cada uno de nosotros es el amo de la casa,
cada cual con su tesoro;

es hora de restituir
su valor a nuestro cofre secreto

a la luz del pasado y el futuro,
pues si guarda

monedas, gemas, vasos
y fuentes de oro

o tan solo talismanes,
documentos, o bien pergaminos,

claramente, se nos dice,
contiene

para cada escriba
que haya sido instruido,

cosas viejas
y nuevas.

In no wise is the pillar-or-fire
that went before

different from the pillar-of-fire
that comes after;

chasm, schism in consciousness
must be bridged over;

we are each, householder,
each with a treasure;

now is the time to re-value
our secret hoard

in the light of both past and future,
for whether

coins, gems, gold
beackers, platters

or merely
talismans, records or parchments,

explicitly, we are told,
it contains

for every scribe
wich is instructed,

things new
and old.

. De "No caen las murallas", primer libro de Trilogía.
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(24)

Cada hora, cada momento
tiene su específico Espíritu acompañante;

la manecilla del reloj, minuto a minuto,
golpetea en torno a su órbita prescrita;

pero esta curiosa perfección mecánica
no debería separar sino antes bien relacionar

nuestra vida, este eclipse temporal,
con aquella otra...

(25)

...vida de la no necesidad
de la luna de brillar en él,

pues golpeteaba minuto a minuto
(el reloj en mi cabecera,

con su pálido, luminoso disco)
cuando la Dama tocó;

yo hablaba informalmente
con amigos en la otra habitación,

cuando vimos la estancia de afuera
hacerse más ligera –y en el umbral

no había tal puerta
(se trataba de un sueño, desde luego),

y ella estaba ahí de pie,
en realidad, al doblar la escalera.

(26)

Uno de nosotros dijo, qué extraño,
ella está ahí de pie en realidad,

me pregunto: ¿qué la habrá traído?
y otro de nosotros dijo:

¿tendremos algún poder
nosotros tres juntos,

que actúa como una especie de imán
que atrae lo sobrenatural?

(pero todo era lo suficientemente natural,
según acordamos);

no sé lo que dije
o si dije algo,

pues antes de que pudiera hablar,
me di cuenta de que había estado soñando,

que yacía despierta ahora en mi cama,
que esa luz tan luminosa

era la carátula fosforescente
de mi pequeño reloj

y el leve golpeteo
provenía de las agujas.

(27)

Y sin embargo de sutil manera
ella estaba ahí más que nunca,

como si milagrosamente se hubiera
relacionado con el tiempo ahí,

lo cual no es cosa fácil
incluso para el experimentado extraño,

de quien no debemos olvidarnos
pues hay quien recibe a los ángeles de improviso.

(31)

Pero nada de esto, nada de esto
la sugiere tal como yo la vi,

aunque posiblemente nos aproximemos
a cierta parte de su fresca bondad

en la graciosa gentileza
de las doncellas marinas de mármol en Venecia,

que ascienden por la escalinata del altar
en Santa Maria dei Miracoli,

o la aclamamos
con otro nombre en Viena,

Maria von dem Schnee
Nuestra Señora de la Nieve

(32)

Pues en verdad puedo decir
que sus velos eran blancos como la nieve,

nada más pleno sobre la tierra
los puede superar en blanco; puedo decir

que lucía bellísima, lucía hermosa,
iba engalanada con un manto

hasta los talones, pero no iba
sujeto con un lazo de oro,

no había oro, ningún color,
no había resplandor en la tela

ni sombra de hilván y bastilla
cuando se dejaba caer; ella no lucía

ninguno de sus atributos de costumbre;
el Niño no la acompañaba.

(41)

Llevaba un libro, ya sea para decirnos
que era uno de nosotros, con nosotros,

o para sugerir que estaba satisfecha
con nuestra ofrenda, un atributo a los Ángeles;

y aunque hablaron los campanili,
Gabriel, Azrael,

aunque los campanili respondieron,
Rafael, Uriel,

aunque una distante nota sobre el agua
redobló Anael y Miguel,

fue implícita desde un principio
otra, profunda, innombrada, resurgente campana

que respondió, soñando a través de todos:
recuerda, donde nunca hubo

necesidad para que la luna brillara...
no vi templo alguno.

(42)

Algunos nombran a esa campana tan profunda
Zadkiel, la bondad de Dios,

él es regente de Júpiter
o Zeus padre o Teus padre,

Teus, Dios; Dios el padre, padre dios
o el Ángel dios padre,

él mismo, el cielo aún en casa en una estrella
cuyo color es amatista,

cuya vela se enciende en violeta profundo
con las demás.

(43)

Y el punto del espectro
donde todas las luces son una sola

es blanco y blanco no es una falta de color,
tal como se nos enseña desde niños,

sino un todo color;
donde las flamas se mezclan

y las alas se encuentran, donde ganamos
el arca de la perfección,

estamos satisfechos, estamos felices,
comenzamos de nuevos;
Yo ví a Juan. Soy testigo
de las alas de arco iris, del alcance del cielo

y los muros de color,
las columnas de jaspe;
pero cuando la joya
se derrite en el crisol,
no encontramos cenizas, cenizas de rosa,
una alta vasija y un báculo de lirio,
no un vas spirituale,
no una rosa mystica siquiera
sino un racimo color de rosa de jardín
o un rostro como rosa de Navidad.
He aquí el florecimiento del cayado,
es el florecimiento de la leña quemada,
donde, Zadkiel, nos detenemos a dar gracias
por levantarnos de nuevo de entre los muertos y vivir.

* De Tribute to angels, segundo libro de Trilogía
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Voy donde amo y soy amada
hacia la nieve;

Voy hacia aquello que amo
sin ningún pensamiento de deber o piedad;

Voy hacia donde pertenezco, inexorable,
como la lluvia que no ha cesado de caer

hacia los surcos; he dado
o podría haber dado

vida al grano;
pero si éste no crece o madura

con la lluvia de la hermosura,
la lluvia retornará a la nube,

quien cosecha afila su acero sobre piedra;
pero éste no es nuestro campo,

no lo hemos sembrado;
impiadosos, impiadosos, dejemos

el sitio de la calavera
para aquellos que lo compusieron.


27

Y Gaspar (pues sin duda era mercader)
al principio no la reconoció;

era frágil, delgada, no llevaba pulseras
ni ningún otro adorno, y con el chal

envolviendo su cabeza y sus hombros
no se hacía notar, no parecía

una sirvienta llevando un recado, sino alguien
de confianza, de parte de una gran dama;

la discreción en persona
con su túnica oscura y su tocado;

Gaspar no la reconoció
hasta que el chal se le cayó al suelo,

y reconoció entonces no sólo a María
tal como decían las estrellas (Venus en ascendente

o Venus en conjunción con Júpiter
o comoquiera que él llamase a estos fuegos errantes),

sino que, cuando vio la luz de su cabello
igual que luna llena sobre un río perdido,

Gaspar
recordó.

*De "La floración de la vara", tercer libro de Trilogía.

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