John Ashbery, otro poema
Una novela larga
¿Qué será de los crímenes de él, cuando las manos de ella
se han dormido? Él recoge actos
en el aire puro, el agente
de los excesos factuales. Él se ríe mientras ella inhala.
Si hubiera podido terminar antes
de cuando empezó --la pena, la nieve
al caer, deja arrepentimientos finos.
El mirto se seca sobre su espléndida frente.
Él se está más quieto que el día, aliento
en que todos los males son uno.
Él es el aire más puro. Pero la paciencia de ella
el imperativo de venir, tiembla
donde las manos estaban. En el viento en contra
cada copo parece un Piranesi de nieve
cayendo en el pasado; las palabras (de él) son pesadas
con un significado definitivo. ¡Milady! ¡Mimosa! Así al final
es lo mismo: la descarga de saliva
en el aire congelado. Sólo que en otro
paisaje de humor sin música,
escrito por la música, él supo que era un santo,
mientras ella alcanzaba toda bondad
como un pelo de oro, sabiendo que esa bondad
era imposible, despertando y despertando
al crecer en los ojos del amado.
A Long Novel
What will his crimes become, now that her hands
have gone to sleep? He gathers deeds
in the pure air, the agent
of their factual excesses. He laughs as she inhales.
If it could have ended before
it began -the sorrow, the snow
dropping, dropping its fine regrets.
The myrtle dries about his lavish brow.
He stands quieter than the day, a breath
in which all evils are one.
He is the purest air. But her patience,
the imperative Become, trembles
where hands have been before. In the foul air
each snowflake seems a Piranesi
dropping in the past; his words are heavy
with their final meaning. Milady! Mimosa! So the end
was the same: the discharge of spittle
into frozen air. Except that, in a new
humorous landscape, without music,
written by music, he knew he was a saint,
while she touched all goodness
as golden hair, knowing its goodness
impossible, and waking and waking
as it grew in the eyes of the beloved.
Traduc. Roberto Echavarren
¿Qué será de los crímenes de él, cuando las manos de ella
se han dormido? Él recoge actos
en el aire puro, el agente
de los excesos factuales. Él se ríe mientras ella inhala.
Si hubiera podido terminar antes
de cuando empezó --la pena, la nieve
al caer, deja arrepentimientos finos.
El mirto se seca sobre su espléndida frente.
Él se está más quieto que el día, aliento
en que todos los males son uno.
Él es el aire más puro. Pero la paciencia de ella
el imperativo de venir, tiembla
donde las manos estaban. En el viento en contra
cada copo parece un Piranesi de nieve
cayendo en el pasado; las palabras (de él) son pesadas
con un significado definitivo. ¡Milady! ¡Mimosa! Así al final
es lo mismo: la descarga de saliva
en el aire congelado. Sólo que en otro
paisaje de humor sin música,
escrito por la música, él supo que era un santo,
mientras ella alcanzaba toda bondad
como un pelo de oro, sabiendo que esa bondad
era imposible, despertando y despertando
al crecer en los ojos del amado.
A Long Novel
What will his crimes become, now that her hands
have gone to sleep? He gathers deeds
in the pure air, the agent
of their factual excesses. He laughs as she inhales.
If it could have ended before
it began -the sorrow, the snow
dropping, dropping its fine regrets.
The myrtle dries about his lavish brow.
He stands quieter than the day, a breath
in which all evils are one.
He is the purest air. But her patience,
the imperative Become, trembles
where hands have been before. In the foul air
each snowflake seems a Piranesi
dropping in the past; his words are heavy
with their final meaning. Milady! Mimosa! So the end
was the same: the discharge of spittle
into frozen air. Except that, in a new
humorous landscape, without music,
written by music, he knew he was a saint,
while she touched all goodness
as golden hair, knowing its goodness
impossible, and waking and waking
as it grew in the eyes of the beloved.
Traduc. Roberto Echavarren
*John Ashbery nació (Rochester, Nueva York, 1927). Estudió en las universidades de Harvard y Columbia y viajó a Francia en 1955 como becario de Fulbright. Ha publicado más de veinte volúmenes de poesía. Su Autorretrato en un espejo convexo (1975) ganó los tres premios principales de Estados Unidos: el Pulitzer, el National Book Award y el National Book Critics Circle Award. Fue director ejecutivo de la revista Art News y crítico de artes plásticas de las revistas New York y Newsweek.
Etiquetas: John Ashbery, Poetas
2 Comments:
Qué bello poema.
Sin apuro. Gracias por colgarlo!
¡Qué hermoso poema! ¿A qué libro pertenece?
Gracias.
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