viernes, agosto 24, 2007

Jugar en noche oscura


Sólo una modulación lírica como la que despliega la voz poética de Mora Torres, plena de matices, de asombrosa plasticidad, dúctil en cuanto al manejo de la ironía y siempre sustentada en la impecable composición del poema, puede dar cauce, como la hace en su libro Jugar en noche oscura, no sólo a una novedosa relectura de San Juan de la Cruz sino, además, a una profunda reflexión sobre el lenguaje. Sin perder nunca de vista el gozo de la palabra, Mora Torres recupera para la poesía argentina esa sonoridad luminosa que detrás del papel nos devuelve la vida: “el mundo que se abre en selva es alegría”. (María del Carmen Colombo, texto de la contratapa del libro, 2005).


VIII

Detrás del raso de la lámpara que esculpe en celeste
su sombra en la pared, transportados por especies de pájaros-alma
mis dedos espiritualizados dan vuelta,
en rara danza, con un ritmo de abanico, las hojas.
Y detrás lo desconocido arde en estrellas de conocimiento,
prados de más allá de la razón traen sus brasas y su ternura;
detrás de las colinas de la razón, en lo alto de la más pura idea
que es como un dibujo de los contornos del pensamiento;
detrás del papel el mundo que se abre en selva es alegría.

IX

He tratado de llevar ese espacio de perfecta frialdad, finura y calma
para habitarlo mientras leo a San Juan de la Cruz;
transporté las paredes, las puertas y vitrales de un palacio de sustancia intocable
para sentarme a la espera de estos dones y frutos;
una mujer de pálida serenidad, que ha comenzado a acunar su vejez con cierto orgullo,
en cuyo abrazo el Niño yace dentro del hueco de unas alas,
suspendido entre el día de Navidad y el viernes del Gólgota.


*Mora Torres nació en la ciudad de Santa Fe, en 1949. Ha publicado: Como quien entra en una fiesta (1988) y Jugar en noche oscura (2005). Recibió el primer premio de poesía José Pedroni -(Premios Trienales de Literatura de la Pcia de Santa Fe), en 1970; el primer premio del Fondo Nacional de las Artes, poesía, en 1987, y el tercer premio del Fondo Nacional de la Artes, poesía, en 2003.