F. Holderlin: Dos poemas...
Antes y ahora
En juveniles días a la mañana sentía regocijo,
por la tarde lloraba, y ahora, cuando más viejo soy,
dudando empiezo el día, aunque no obstante,
apacible y sagrado es para mí su fin.
(*Traduc. Luis Cernuda)
A las Parcas
¡Concededme un verano, sólo uno, oh poderosas!
Y un otoño en que pueda mi canto madurar;
sólo de esa manera, saciado con tan dulces
juegos, el corazón aceptará su muerte.
Alma que en vida no disfrutó sus derechos
divinos, ni en el Orco logrará descansar;
mas si logro plasmar lo más querido
y sagrado, el poema, ¡bienvenidos seáis,
silencios de las sombras! Porque yo estoy contento
si mi música, al menos, no se pierde;
una vez, por lo menos, habré vivido igual
que los dioses, y más no será necesario.
(*Versión de Federico Bermúdez-Cañete)
Etiquetas: Poesía
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