Bruno Schulz: Tiempo de doble vía
"Los sucesos ordinarios están alineados en el tiempo, permanecen enhebrados en su curso como en un hilo. Allí tienen sus antecedentes y sus consecuencias que, apretujándose, se pisan los talones sin parar, sin cesar. Esto también tiene su importancia en la narración ya que su alma es la sucesión y la continuidad.
Mas, ¿qué hacer con los acontecimientos que no tienen su propio lugar en el tiempo, los acontecimientos que llegaron demasiado tarde, cuando el tiempo ya había sido distribuido, compartido, descompuesto, y ahora se hallan suspendidos, no clasificados, flotando en el aire desamparados y errantes? ¿Acaso el tiempo es demasiado insignificante para todos los sucesos? ¿Es posible que todas las localidades del tiempo fuesen vendidas? Preocupados, corremos a lo largo del tren de sucesos preparándonos para el viaje. Por el amor de Dios, ¿acaso no hay aquí venta de billetes para el tiempo?… ¡Señor revisor!
¡Calma! Sin pánico, lo arreglaremos calladamente con nuestros propios medios.
¿Habrá oído hablar el lector de los carriles paralelos del tiempo en el tiempo de doble vía?
Sí, existen ramificaciones del tiempo, en verdad algo ilegales y problemáticas, que llevan un contrabando semejante al nuestro, ese acontecimiento fuera de lugar, inclasificable, y uno no puede mostrarse demasiado exigente.
Intentemos, pues, encontrar en algún punto de la narración un desvío, un callejón sin salida, para arrojar allí esa historia ilícita. Sin miedo, sucederá imperceptiblemente, el lector no sufrirá ningún trauma. Quien sabe, quizá, mientras estamos hablando de ello, la dudosa maniobra ya ha sido realizada y avanzamos por la vía paralela."
Mas, ¿qué hacer con los acontecimientos que no tienen su propio lugar en el tiempo, los acontecimientos que llegaron demasiado tarde, cuando el tiempo ya había sido distribuido, compartido, descompuesto, y ahora se hallan suspendidos, no clasificados, flotando en el aire desamparados y errantes? ¿Acaso el tiempo es demasiado insignificante para todos los sucesos? ¿Es posible que todas las localidades del tiempo fuesen vendidas? Preocupados, corremos a lo largo del tren de sucesos preparándonos para el viaje. Por el amor de Dios, ¿acaso no hay aquí venta de billetes para el tiempo?… ¡Señor revisor!
¡Calma! Sin pánico, lo arreglaremos calladamente con nuestros propios medios.
¿Habrá oído hablar el lector de los carriles paralelos del tiempo en el tiempo de doble vía?
Sí, existen ramificaciones del tiempo, en verdad algo ilegales y problemáticas, que llevan un contrabando semejante al nuestro, ese acontecimiento fuera de lugar, inclasificable, y uno no puede mostrarse demasiado exigente.
Intentemos, pues, encontrar en algún punto de la narración un desvío, un callejón sin salida, para arrojar allí esa historia ilícita. Sin miedo, sucederá imperceptiblemente, el lector no sufrirá ningún trauma. Quien sabe, quizá, mientras estamos hablando de ello, la dudosa maniobra ya ha sido realizada y avanzamos por la vía paralela."
*Fragmento del cuento "La época genial". Ed. Siruela Bolsillo.
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