jueves, septiembre 09, 2010

Los sueños del agua, en revista Imaginaria, por Elisa Boland











Reproducimos a continuación la reseña del libro Los sueños del agua, aparecida en la Revista Imaginaria, con la firma de Elisa Boland, y que extractamos de la siguiente dirección: http://www.imaginaria.com.ar/ Para ver mejor las imágenes, entrá en esa dirección.
Los sueños del agua
María del Carmen Colombo (poema) y Cristian Turdera (ilustraciones)
Edición: Ruth Kaufman y Raquel Franco.
Diseño: Diego Bianchi.
Buenos Aires, Pequeño Editor, 2010. Colección Incluso los Grandes.
por
Elisa Boland

"Un poema de María del Carmen Colombo y la ilustración de Cristian Turdera dan plenamente con esa sintonía que a veces se logra entre palabra e ilustración. La operación poética tiene lugar y hace de Los sueños del agua un libro atractivo tanto para los grandes como para los chicos; hay que celebrar su publicación.
El libro nos convoca desde la delicadeza de su título y la ilustración que lo acompaña. En la contratapa, el paratexto nos interroga: “¿Con qué sueña el agua…?”. Y antes de querer dar respuesta, nos atrae la imagen poética del agua que es capaz de dormir y de soñar.

Una vez adentro, todo un mundo se revela “en los charcos”, donde “el agua duerme” y “los chicos / se acercan / para ver”.
“¡Silencio, no la despierten!: está cansadade correr.”La voz poética parece hacer callar el universo para dejar caer estos versos sobre la página. Y aquí el papel del lector será convertirse por un rato en guardián del silencio para contemplar “los sueños del agua”.
Se podría describir al libro como el diseño de un tiempo suspendido a través de imágenes poéticas —tanto textuales como gráficas—, donde se logra recrear algo tan elemental, como el agua, de una manera novedosa. Una manera que expande el espíritu del lector y le permite redescubrir algo primordial. Me tienta decir apenas una línea: “recomiendo este libro para los chicos porque es poesía genuina”. Cuando es verdadera, la poesía hace que veamos con otros ojos las mismas cosas de siempre, nos hace cruzar el puente hacia otro lugar.
Los chicos captan esas sugerencias del texto poético, intuyen más rápidamente que los lectores adultos el misterio y tanta potencialidad. Ellos saben de qué tratan estas cuestiones que encierra el lenguaje.

Ilustraciones:
Finalmente, una vez transitado el libro, podríamos preguntarnos ¿quién duerme o quién sueña? ¿El agua, el lector, o los chicos del poema?
El poema es suave, hondo, inquietante; suena como una canción de cuna para el agua, entonada por unos chicos cómplices, capaces de ver “los sueños del agua” y de escuchar “la música callada” de las nubes.
Al lector, niño o adulto, se le abrirán varias posibilidades: mirarlo, escucharlo, leerlo (o todo a la vez) y más… porque el libro está habitado por un universo poético que respira y expande nuestra imaginación. Y que tal vez nos impulse a escribir y a dibujar; a expresarnos nosotros también, sin que medien consignas.
Su lectura se torna un acontecimiento casi íntimo que se acerca a la murmuración y que se nos escapa; porque los sueños —como las ilusiones y los recuerdos— son difíciles de retener. Y a partir de esa lectura será bueno quedarnos suspendidos por la sutileza expresiva que vibra en sus imágenes y en sus palabras. "

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