María Cecilia Micetich: Una partitura*
¿Será, entonces, cierto..?
¿Será,
entonces, cierto
que la mirada
encumbrada hacia el piélago,
en la solemne
espesura de lo profundo,
cuando
asciende en la hora del ruiseñor,
cincela el
comentario pero también lo sostiene?
La invitación
al abismo en el vuelo inmolado
de este avión
de plumas grises,
merodea el no
querer anclar
en la grava
que nos expulsa
(porque aún
nos desea).
Si lo
verdadero se hallara en un pestañear,
abrir y cerrar
de hojas, de labios,
de manos
desapacibles, de requiebros,
diría que todo
es blanco bajo esta página,
diría que el
vaso a medias
expresa cinco
minutos más
que la botella
llena de cenizas,
cuando el
universo da vueltas
y en la mitad
del vals transforma
la
temporalidad toda en una lágrima.
Hay un solo motivo
“J’unis un coeur de neige à la blancheur des signes” 1
Charles Baudelaire
Hay un solo
motivo
en el blanco
de la orquesta,
sin
intersticios ni atisbos.
Aunque con
sombras,
en el pausado
regreso del ojo a sí mismo,
el cuarto
viaja hacia el profundo fluir de la palabra.
De esa palabra
que balbuceo
en el idioma
que todos olvidan.
El canto del
paisaje se vuelve hoy mi fantasía,
variación del
Parnaso que insiste una y otra vez,
navegando
sobre el mismo río.
Hay un motivo
y está en la
torre. Alguien sopló briosamente
para que hoy,
si doy vuelta la página,
deba cantar de
nuevo.
Vuelva da capo
y Babel me reciba
en el abrazo
de un verso.
1 “Un
corazón de nieve junto al blancor del cisne”.
Domingo
Puño que
quiebra toda la magia,
tener lo que
se tiene
en el
necesario hábito de respirar y no,
porque aquel
árbol de la espera
despojado de
resplandores y ocasos
hoy es la
posibilidad habitable en este caos.
A veces la
sombra se reproduce en el instante azul del domingo.
Si la vista se
nubla de grises,
pido tres
segundos:
desaparecer.
*Poemas
extractados del libro Una partitura
(Huesos de Jibia, 2014).
Etiquetas: María Cecilia Micetich
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