Antonio Gamoneda: la ebriedad de la melancolía
Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad del corazón.
Veo una luz debajo de la niebla y la dulzura del error me hace cerrar los ojos.
Es la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte.
***
Hablan los manantiales en la noche, hablan en los imanes del silencio.
Siento la suavidad de las palabras olvidadas.
***
Hay un anciano ante una senda vacía. Nadie regresa de la ciudad lejana; sólo el viento sobre las últimas huellas.
Yo soy la senda y el anciano, soy la ciudad y el viento.
*Del Libro del frío, Siruela, Madrid, 1992.
**Cortesía:
Jonio González.
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