Samuel Bossini: Mundo natural
Por no tener
las manos unidas, ambos enamorados tomaron la decisión de combatir lo avaro, lo miserable
oculto bajo las uñas. Pensaron en una hoguera de hebras, de leños atizados con
éter. Partir lejos del terco revés de cada trama, del cruel león que luego de
rugir, se convierte en avispa. Ambos enamorados retornan al servicio de sus
propias fantasías y miedos. Fantasean con un tren que los conduzca de Patagonia
a Alejandría. ¿A los humanos? Una profunda Indiferencia. Tardes en que el
Cuerpo olvida y construye, con su angustia y su orgullo, un falso reposo.
***
La mirada da
vueltas como rueda en el Cielo.
Refleja un rostro de dragón.
Los sentidos se extienden brumosos sobre la tierra, uniendo Luz a la niebla,
ternura a un Alma encantada.
Mirada ávida de atrapados y
fluidos. Cuando el Ojo piensa en alguien, de inmediato está detrás. La espalda
del hombre es la única capaz de Ver con certeza el verdadero Amor. Al girar
toda Ilusión se esfuma. Entonces el hombre, como un débil, busca obtener sus
fuerzas en las ramas.
Es aconsejable cuando se está
solo, retener la idea del pájaro con piel de ciervo. Retener el enredo de creer
que se está vivo con fines inciertos. Atrapar al Amor: seda deshecha en
innumerables diluvios. Trastos viejos asustando viejos pájaros. Peces con
rostro de oleaje. Locos creyendo que Dios puso sus ojos en ellos y los atrapó.
Pero sin llegar a ser ni
tembloroso ni desdichado, se debe hurtar un poco de asombro a los santos.
Obligando a reinar la idea del
Amor en quienes regresan sin llevar sobre ellos lo que han ido a buscar.
***
Abandonados. Con una
imagen desventurada. Imaginando una respiración en lo alto de la
cúpula. Hueso arruinado. Sin delicadeza ni dolor. Serios en la mesada de un
bar. Creyendo en la Boca como poderosa rompiente, sutil seda, escalofrío de
bailarina que regala un sudor de trapecio. Los abandonados comprenden que
la Boca es solo cristal que corta otra Boca. El Aire ingenuo del Amor se conserva,
tal vez, en alguna foto. Amanece. Los Amantes quieren tomar al otro por la
garganta y matarlo. No es sudor ni flujo, ni semen lo que mancha las sábanas,
es el aserrín de los esqueletos. Los amantes están lejos de ser los que veían
al sol sentados en el borde de una copa. Cuando el Amar y no Amar hurgaba con
una serpiente petrificada en las cenizas.
***
Plegaria y
Talismán para conservar el Amor. Un Amor bajo los árboles que va de Tierra yerta a
espuma rica. Amor de bebedores. El encuentro y la pérdida. Los escapados del
libro de los condenados llegan en burbuja desde sus locuras. Los amados nadan
en escalofríos. Plegaria y Talismán para conservar el Amor. Enloquecer en
flotantes arrebatos. Luna en busca de cuerpos seguros de asir cada
desprendimiento. estrella de un solo Ojo en espera de que la Noche busque en el
centro del Cielo una fisura donde refugiarse.
***
Sólo
cuenta la visión, la Palabra y su idea de exilio. Torcer el brazo al único sentido. Partir
para añadir. Besar con todos los poderes que nos fueron otorgados. Optar por la
Belleza porque sólo hay que tomarse el trabajo de rechazar. Ser sombra de lobo.
Mano abierta que expone un Ojo sin pulpa. Esperar que lo colmado en el mundo
nos abra los brazos. Meditar y soñar. Lo que has amado es sombra dos veces.
No hay
nada de lo que has perdido que no vuelva a Ser.
(Poemas del libro Mundo natural.)
*Samuel Bossini (Sgo. del Estero 1957). Vive en
C.A.B.A.. Publicó con el seudónimo de Pablo Narral los libros: El sonido y
la furia, Para una fiesta nocturna, Oscura Tierra y Mundo natural. Dirigió la revista Caballo
de Lata y coodirigió El Jabalí desde su fundación hasta el año 2001. Integró el
Consejo de Redacción de Último Reino. Desde 2001 hasta la actualidad dirige
Malvario, revista de Literatura y Arte.
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