martes, febrero 02, 2010

Lezama Lima*: poesía oscura, poesía clara...

Me gusta recordar cada tanto estas palabras del Maestro:

"En cierta ocasión, me decían que Góngora era un poeta que tornaba oscuras las cosas claras y que yo, por el contrario, era un poeta que tornaba las cosas oscuras claras, evidentes, cenitales. He señalado que entre los antiguos juglares aparecieron los trovar clus, que eran juglares que hacían poesía oscura. Así vemos que aun la juglaría, por definición simple, no tiene que ver nada con la claridad, puesto que ya había entre los juglares quienes hacían poesía oscura o hermética (...).
Hay la poesía oscura y la poesía clara. Éste es un hecho que tenemos que aceptar con sencillez, como aceptamos la existencia del día y de la noche; de las cosas que se hacen por el día y las cosas que se hacen por la noche. (...), en definitiva, ni las cosas oscuras lo son tanto como para darnos horror, ni las claras tan evidentes para hacernos dormir tranquilos. Pero esto de oscuridad y claridad ya me va pareciendo trasnochado. Lo que cuenta es lo que Pascal llamó los penseés d'arriere. Es decir, el eterno reverso enigmático, tanto de lo oscuro o lejano como de lo claro o cercano. La tendencia a la oscuridad, a resolver enigmas, a cumplimentar juegos entrecruzados es tan propia del género humano como la imagen reflejada en la clara lámina marina, que puede conducirnos con egoísta voluptuosidad a un golpe final, a la muerte. No hay que buscar oscuridades donde no existen."

* José Lezama Lima, escritor cubano (1910-1916). Fundó la revista Verbum y dirigió la revista Orígenes. Publicó entre otros, los siguientes libros: Muerte de Narciso (1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), Dador (1960), Fragmentos a su imán (1977), Paradiso (novela, 1966), La cantidad hechizada (ensayo, 1970), Oppiano Licario (novela inconclusa, aparecida póstumamente en 1977.

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