domingo, septiembre 03, 2017

Nora Alicia Perusín* Selección de poemas




SELECCIÓN LOS SOLES OBLICUOS. COLECCIÓN MASCARÓ 1999


DESENCUENTRO
       
"Aquí estoy y estaré hasta que me abran". A.G

Más tarde, leímos de Pavese "Los mares del sur"
(hubo la misma fascinación por las estampillas verdes
y la caza de ballenas). "No existe la tierra,
la otra, era una piedra arrojada en el asedio", escribías
yo memorizaba los focos mientras en el autobús miramos la ciudad
y pensábamos en otra cosa. Los países centrales producen
cierta devoción por el confort, las maneras astutas de sentarse.
Seguimos viajando. El día que llegamos más al norte comenzamos
a bajar. Yo había visto señales, la nitidez con que la ventana
traía aires proclives al desencanto. Filtraba ocioso entre papeles el humo de palabras atrasadas.
Que milonga, en los altos ruidos de puertas quebradas: teníamos razones
de temer y deudos

NORA Y LOS ESPEJOS

la sonrisa del gato de Cheshire, nueces partidas
sobre una alfombra persa.
Apenas un fragamento. Hubo tesoros que conservan el estado de vigilia. Astutas las imágenes,
cambian de vestido, la fina arena de la evocación,
el temblor con que se mueven las palabras. Creo en la ventana que se abre,
para dejar pasar una imperceptible penumbra. Creo en la palabra imperceptible.
Espejada, repito mi silueta, mi vestido.
seré  seré
sin fin una
pregunta.

UNA MUJER EN EL CASERON

una mujer ata los postigos
cuidadosamente alberga un gato y le da de comer
A ésta hora es difícil hallar a alguien,
pero esa mujer cobija animales
oculta tras las puertas del caserón
goza con el olor de los baldíos
Espía.
No habla con nadie.




LOS SOLES OBLICUOS
                        a Rosario Chavez.

Los retornos tienen algo de impiedad
entierros, voces vecinas,
el rostro sobre el espejo
es una lámpara que arde la memoria.
De niños chupábamos naranjas,
tras los perfumes de jacarandá
tiramos carozos del otro lado del mundo.
        - los gestos del adolescente corrían de los
         diarios íntimos a calabazas de medianoche-
Nos armamos del idioma extranjero
para nombrar el nombre de las cosas,
era tan fácil el paraíso
era tan fácil sentarse en las "tabernas",
ladrones putas y viajantes
tomaban vino, manojos de pan
y agua desparramada.
Con Rosario Chavez
teníamos esas conversaciones
en los soles oblicuos de Leningrado.
Desde el racconto de una historia inconclusa,
al paso de las fronteras suizas e italianas
vimos decrecer a los mecanos
la obsesión por los misiles
la patria como barco encallado después de la llovizna.
Nos dispersaron la memoria
la sangre que viene y vendrá por tejados y azoteas
atardeceres de Florencia en las cañas de Tucumán
el cielo volátil.
Los aeropuertos se acostumbraron a la pasión.
Hay cosas que van quedando
al mirar tristísimos de reojo
las ciudades que hemos muerto
a luz de candelabros subidos en los
almacenes. Fuimos bebedores de té
entre persianas a media tarde
y pasos repentinos.
Ahora la mancha de humedad
es la mancha de humedad.
Ahora los paisajes son una película ciega.

POEMAS A LOS AMANTES.

1.
toco una isla, mi amigo duerme,
su espalda contiene el sueño.
Hoy no estaré para él
seré parecida al invierno corroyendo piedras dispares
seré la niña,
la terrible marca en el papel
Saldré con algunas menudencias
collares aros antiguos
y mis pasos al azar.

2.

un hombre mitad cadáver avizora mis muslos en llamas
canta para conmoverme
pero de piedra arrojada contra el ventanal
son sus manos que acarician mi pelo.


3.
Mi carne desliza granos de arena
en un sol justo entre mis piernas
no quiero escribir si nombro si acecho
yo seré la presa.


   
SELECCIÓN Del libro LA DISTANCIA ES ESA FRONTERA QUE SE MUEVE ED. DEL DOCK 2007


Buenos Aires, 2 de septiembre de 1957. (Carta de mi madre a mi padre)


“... llega el fin del invierno, del vaivén de mis pies sobre el pedal
la costura de esas telas amargas,
a esta hora el sol despeja los últimos temblores de la gripe
y la columna de tu madre ceñida        atraviesa  un patio de malvones secos.
Oigo el murmullo del tranvía hasta donde se pierde       mi vida
en sucesos familiares
atravieso el mismo patio    ese murmullo
oigo el silbido del barco    alejándose.
Siento pena por esas cartas que no llegan a destino
que se demoran en los puertos en las aduanas
y al igual que la vida transcurren...”

México 8 de agosto de 1960,  (en tren de regreso)


“... mi pensamiento gira como el crepúsculo    en torno de ti.

Dejo atrás una aventura inédita,
junto a Raúl  de La Habana a Santiago 
nos rodeó  una tormenta entre el cielo y  la máquina.
Al fin  llegamos,
abajo
nos sumamos al desfile
negros   blancos   mestizos  nosotros  ellos
todos   bajo un sol inaguantable
hicimos el trayecto a la Sierra Maestra,
el vértigo nos haría iguales a cada paso.
Cantamos algunos tangos, bebimos cervezas
y hablamos de la revolución.
Las colinas configuran un ancho círculo
donde aguardar el día a cielo abierto
entre el barullo de fogatas, tiendas de campaña,
camiones gastados por el polvo  árboles.
Dormimos como ángeles al reparo de la noche,
Al amanecer hallamos un estero de aguas transparentes
y nadamos un rato
No es la tierra de los desesperados la que piso
no es la tierra triste
es la tierra de este siglo.
                Aquí en la Sierra Maestra  hay otros.

ALTRI TEMPI
                        a mi papá

las hormigas recorren el camino del veneno,
en las fogatas de san juan arden los despojos
dónde está mi hermano vestido para el combate
mi hermana atrapada en el equilibrio   del palo de escoba
mi padre  poda  racimos
y la parra
chorrea orugas y  babosas
echadas en la sal
dónde está el buzón con olor a madera sucia,
dónde quedó mi vestido de dipiur,
el solerito a rayas.
mi madre  cocina
el color del limonero el color de las lajas
mi hermano vestido de fajina
el tallo fino del cuerpo de mi hermana
el comedor de techo de vidrio y la cocina
en las fogatas de san juan se queman  los despojos
otros tiempos   se diluyen
en el espesor de las noches
en las cortinas abrazadas a la pared
                       
CINCO MONEDAS
                        a cierto recuerdo de la infancia

La muerte mira de soslayo y pide una moneda,
liviana queda en la mano de mi padre,
como el gemido del viento
o cierto blues un domingo de cine, por la tarde.

La moneda baila y brilla en su mano
es una canción que no puedo entonar
“good night, sleep light”
mi  voz es áspera y vuelve a pasar
como una cinta sin fin
la música da vueltas y no me reconozco
en esa escena
pero la moneda brilla
en la mano de mi padre
desnuda
Ahora la mendiga se apodera de las hojas de ligustro
del  paso en el guijarro
de un pasaje de convoyes nocturnos
en  otro invierno


ZAMBA

Mi madre canta y un pañuelo
levanta el aire de la tarde
días de invierno, otoño
parecen detenerse alrededor de su voz
yo también me detengo
justo en el silencio de su garganta

Taller Literario
A Claudio Ostrej Maria Elena San Martin
Y Claudio Valetti

Fuimos viajantes del transiberiano
entre la noche y el vértigo de amanecer, casi niños.
Poesía, déjanos hablar,
llegar hasta el fondo. Escribir
poesía era
el paso de Gerard Philipe bajo la lluvia.
Fotos y sombras disipándose entre los dedos,
el retumbe de una avellaneda triste
en su marcha  hacia plaza de mayo
el resplandor de la palabra socialismo
agitándose en el agua.
La memoria traiciona detalles
del rostro de esos jóvenes.
Alguien se parece a nosotros.
Alguien se parece a lo que fuimos
Queríamos llegar hasta el fondo del viaje de Cendrars,
tomar ese tren de estaciones ardientes
y atravesar el mundo como un cuchillo filoso.
No teníamos más que la poesía.
Después de todo, comprobamos
que podía arder como fogata.
Arder sola,
no ser  relámpago, ni avispa
Ni nada.


EL BAILE TE CONFUNDE

el baile te confunde
mi voz de guerra que sube a paso rápido
es un reflejo.
No confíes en  atajos en viajes imprevistos,
en el lápiz labial que surca mi boca
en la manera en que accedo al borde de las cosas
en mi tacto
no confíes.
no te acerques
a este mundo de paisajes inacabados
donde todavía pertenezco
no confíes
en la transparencia del ala del insecto,
esa membrana que se agita en su encierro de vidrio.
sé de una distancia que cruza el hemisferio y se deshoja
deja esas teclas que susurran en la alcoba contigua
para otra ocasión.
no beses mi nuca
que el amor sea el resto de sombra en los cuerpos inquietos.


SELECCIÓN DEL LIBRO DONDE LA LUZ DETIENE SU SOMBRA ED. EL SURI PORFIADO. 2014

        VI

La tarde  simula  belleza  en ese sol que se despide

se agita  la multitud a mis espaldas,

no  pondrás  tu mano en  mi hombro

no apoyaré mi cabeza sobre el tuyo
cuando anochezca

seré una luna oblicua entre mis sábanas.

Un cuerpo que silba.

VIII

No escribiré poemas de amor

mi boca hace una torsión

y no soy yo la que habla

mis ojos no te piden una explicación

no miden la distancia entre mi cuerpo y el tuyo

para qué decir?

para qué insistir en la fugacidad de la disolución

en la tela rasgada que la araña hila?

X


En esa línea que deja la anticipación

en el recuento

en la marca del viento

en la marea que junta arena y consternación

en lo que escribo

en el día necesario

en la pasión por las sombras que dejan los árboles después de los almuerzos

en el cazador y la luna y las fogatas

en el vaivén

en el eco de tantos desamparos

me repito

CADA COSA EN SU LUGAR

Y ahí  estuvimos /expulsados del paraíso/atravesamos la adolescencia en una ciudad enteramente sumergida/un sitio distante/ un caño caliente de balas/ ahorcados nuestros sueños/nos dieron la espalda.

La mancha en el papel
el olor en las sábanas
el agotamiento en la noche
las cabezas atadas al espejo
las llagas en la sal
los cadáveres en el río.

La mancha en el papel
ya nada te recuerda
así es el olvido
primero es la voz
después es algún gesto,
entonces se deja de nombrar
nombrarte


El olor en las sábanas
después de haberse amado
el color de tus ojos
después de haberme amado
el color de los míos
después

El agotamiento en la noche
será siempre una necesidad
la noche es mi mano    
un surco que pregunta
la mano indica su jugada   se despide
y vuelve a preguntar.

Las cabezas atadas al espejo
siempre hay algo detrás
de la otra línea
el pelo astillado
el paso del tiempo que delata
si fuera así, esa que veo
y no
me mentiría acaso
un poco?

Las llagas en la sal
“no hay nada que comience
por ser una herida”
una hendidura inútil de la carne
señala su rara simetría de sangre
que mana del tatuaje impudorosa.


Los cadáveres en el río
traen la anchura entre la caída y la costa
del nudo que los amarra,
traen sus bocas selladas mas no el olvido
traen sus ojos de peces mas no el silencio
traen sus voces sus nombres
traen traen
traen.

INÉDITO

la niña lee los titulares de los periódicos
el padre a tientas
busca un cigarro y se pone a fumar
la niña lee con atención las noticias
en voz alta, casi pensativa
el padre no la ve pero la intuye,
el orden es esencial
primero los obituarios, la niña dice el responso
después su voz se torna un poco monocorde
(afuera quizá llueva)
pero la niña sigue con su lectura
el padre no la ve pero la intuye

el tiempo haría ese recuerdo único.

*Nora Alicia Perusin  (Buenos Aires, 1955). Participó del taller literario “Mario Jorge de Lelllis”. En 1980, bajo el seudónimo Nora Prece, publica su primer libro de poemas Acerca de Nosotros. Fue colaboradora permanente de la Revista Mascaró desde fines de 1984 hasta 1988. En 1999 publica Los Soles oblicuos (Colección Mascaró). En 2007 edita La distancia es una frontera que se mueve ( Ediciones del Dock). En el 2011. Estrena en el Centro Cultural de la Cooperación la obra Los Poetas de Mascaró, bajo la dirección de Leonor Manso, y con la participación de Leonor Manso, Elena Tasisto, Ingrid Pelicori, Alejandro Awada, Walter Quiroz, Patricio Contreras y la voz de Claudia Tomas y musicalización de Benito Grande. En el 2012 se publica la antología Los Poetas de Mascaró (Ediciones desde la Gente). En el  2014 edita Donde la luz detiene su sombra  (Ed. El Suri Porfiado). Parte de su obra figura en antologías nacionales y extranjeras.  Incursiona también en las artes plásticas y realizó estudios con Basia Kuperman, Juan Lopez Tzeatzel y Alejo Giordano realizando varias muestras colectivas. Es abogada de causas improbables pero no perdidas.


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