sábado, mayo 08, 2010

María Cristina Santiago: Siempreviva*

4
Este es un cajón
donde cabe de todo.
Cuatrocientos kilos de piedras
le pusieron
para que no se moviera.
Veinte millones de cuerpos
hay adentro.
Veinte
y sus almitas
viajan a la intemperie.
A los tumbos
los barquitos pintados
llevándose a la muerta
como si el barco
ondeara
un carrito de cartones.


7
Era una sola
sombra larga y eran
doscientas las coronas,
aunque ahora que lo pienso
tal vez más de doscientas.
Tenían naranjas y en las manos
jarras de mate cocicdo.
Eran sombras de pelo desgreñado
el murmullo y los pañuelos
rezaban como si nunca
hubieran visto la noche
que se volvía mortal
a las veinte y veinticinco.
Esa noche
noche larga.


10
Ahora sólo soy espíritu
por fin pude arrojarme
al aire liberada
y soy también magnífica
energía que se desprende
del cadáver que besan
con unción, tocarlo quieren
y otros despedazarlo
para imprimir en cada miembro
las letras
de la palabra patria.

*María Cristina Santiago (Buenos Aires). Publicó: Soy el lugar de las apariciones (1984), Duera del Serrallo (1991), Vidrieras de Ámsterdam (1996), Lucía, por mirar de reojo (nouvelle, 2003), El libro de las aguas (2003), Siempreviva (2010).
**Los poemas que se reanscriben están incluidos en su último libro.

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