Francisco Madariaga: Una acuarela móvil
Una
acuarela móvil
a
Roberto Borja
Campaña
subtropical y acuática del norte de Corrientes,
con
primitivo gauchillaje, hombres de a caballo o de
canoas,
poetas anónimos y en estado natural, bárbaros
de la
belleza de la intemperie y de las más ardiente
bondad,
que son los primeros que influyeron en mí.
Llanura
gateada, celeste, colorada, verde y amarilla,
que se
vive probando en sangre contra las condiciones
de la
nada, entre un reverberar de ondas solares y
lunares,
con
sangrías flotantes de degollaciones, en esterales,
de
antiguos guerreros criollos o de bandidajes.
Una
región aislada, recargada de lagunas con arenas
de oro
anaranjado y de grandes ríos-esteros, circulares
o
alargados como frutos tropicales, que se estrangulan
de su
propia belleza autonómica, y duermen –detenidos
o
movilmente- una lujosa anacronía de todos los
olores
y colores; planos bajos de antiquísimos mares
retirados,
con las orillas cargadas de palmeras celestes,
coloradas,
verdes, penetrando o saliendo de las aguas.
Tierras
morenas-claritas o rojas-rubias como las dos
clases
de lechos, de cabellos y de piel de las primitivas
hadas
contrabandistas de tesoros para el amor, que
por
allí peinaban sus cabellos.
* Francisco Madariaga, poeta argentino.
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