jueves, marzo 15, 2012

Clara Diament: En el cándido fuego...


a André Breton

Mi perro de ladridos
de roca engarzada en ritmos de bengala
rojos y azules
cascabeles de trineo sobre la nieve

Mi perro de ojos
de ciervo entre lagos
signos en árboles milenarios
alquimia de profeta

Mi perro de patas
como báculos que danzan
marionetas que ríen y ascienden a la luna

Mi perro de pelo
emredado en el sol
sortija de calesita
leña encendida y alabastro

Mi perro de lengua
de bambú
aguas de peñasco
besuqueos de almendra y bombones de menta

Mi perro de orejas
de caracoles bañados en brisa de mar
prisioneras de pasados de leyenda
presentidas espirales visionarias
...

Pajarito
que entraste a mi patio
y con tus finos saltos
giros de cabeza
sonidos agudos y quebrados
y tu jacket color sol
despertaste por un instante

de la queda penumbra
mi paisaje íntimo
olvidado
...

Al frescor de la brisa
renace el deseo
se desdibuja el abismo
y florece el sencillo naranjo

...
Aquel fondo
de paraísos y magnolias
Aquel patio
de mecedora y pájaros
Y aquellos sueños
que se trepaban
a las ramas más altas
...

No. El parque no duerme
La luna baja a mi lado
Danzan las brujas con su escoba aguda
No duerme. Celeste y enhiesta teje la araña su red
Se oye el crepitar del follaje en sus desvelos
Brubujean las fuentes pompas y divertimentos
Gatos ronronean quiméricas nupcias
Nubes dibujan grávidas y bucólicas geografías
Raíces de los árboles abren sus dedos pedigüeños
¿Duerme el parque? ¿Y cómo? No. No duerme.
Sueña y suspira bajo el designio

*Clara Diament nació en Buenos Aires. Los poemas que se transcriben están incluidos en el libro En el cándido fuego (Nuevo hacer, Grupo Editor Latinoamericano, 2009).