jueves, noviembre 13, 2008

Museo Puente Transbordador y estado de desidia y abandono en la zona

Gracias a “Fundación por La Boca” me entero de que este sábado 15 de noviembre, a las 19, y como parte de las actividades de La Noche de los Museos, se va a inaugurar el Museo Puente Transbordador Nicolás Avellaneda.
Dice el mail que me enviaron que habrá exposiciones de material infográfico e histórico del Puente y del barrio de La Boca, muestras fotográficas, proyección de audiovisuales y hasta un coro de niños de las escuelas de la zona.
Me pone muy contenta esta noticia y, sobre todo, que en la información se hable, por ejemplo, de “Recuperación y Puesta en Valor del Puente Transbordador”. Y pienso que debe ser por el cariño que le tengo a La Boca, el barrio de mi infancia, en el que viví hasta los veinte años.
Justamente, en la zona cercana adonde tendrá lugar este evento, mi familia alquilaba una casa “de altos” y “de material”, como se decía en aquellos tiempos, que ocupaba el 1344 de la calle Necochea --entre Olavarría y Lamadrid--(ver en la foto); la misma Necochea que se transformó en algún momento en “la calle de las cantinas”, ubicada a la vuelta de la histórica plaza Solís, placita donde, se comenta, un par de locos muchachos fundaron el Club Boca Juniors. Con decirles que desde el balcón de mi casa se podía ver el Nuevo Puente Avellaneda, y un poquitito más lejos, el negro sombrero enrejado del Viejo Transbordador…
Ese sector de La Boca siempre fue caracterizado como uno de los más pobres del barrio. Quizás porque era inundable. Y sí, comparado con las zonas que no se inundaban (“el centro” –Olavarría en dirección a la cancha; Almirante Brown, antes de Casa Amarilla--), y ni qué hablar con Catalinas y sus alrededores, o con Caminito…, sí era la zona más pobre, más humilde. Pero, debo agregar que a pesar de la pobreza, de las cantinas y de las frecuentes inundaciones, ese lugar se mantenía bastante limpio y prolijo, cuidado digamos, básicamente habitable.
Nada de esta realidad encontré hace poco cuando decidí visitar mi querida Necochea que, según me he enterado, ya no está ubicada en zona inundable: me recibió, en cambio, una calle destrozada, que parecía haber sido víctima del más cruel de los bombardeos; la recorrí como pude, esquivando bolsas de basura despanzurradas, y perros desgarbados y gente tirada en la vereda… El estado de desidia y de abandono con que me topé era, es, total…
Increíble, pero esto sucede a unos metros del lugar donde este sábado 15 de noviembre, a las 19, y como parte de las actividades de La Noche de los Museos, se va a inaugurar el Museo Puente Transbordador Nicolás Avellaneda.
¿Habrá alguna posibilidad –y esto va dirigido a las autoridades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires— de que un día cierto la Ciudad se ocupe, con obras quiero decir, de la “recuperación y puesta en valor” de esta partecita de Buenos Aires?