Odiseo Elytis*: poemas
El trébol de los mares
Por una vez en mil años
los duendecillos del mar
entre las oscuras algas
y las verdes piedrecillas
lo plantan y luego brota
antes que el sol se levante
lo encantan y luego brota
el trébole de los mares
Y quien lo encuentre no muere
y quien lo encuentre no muere
Por una vez en mil años
distinto trinan las aves
no ríen ni se lamentan
sólo dicen sólo dicen
--Por una vez en mil años
se vuelve el amor eterno
que tengas suerte que tengas
que suerte te entregue el año
desde los lados del cielo
para ti traiga el amor
El trébole de los mares
quién será quien me lo envíe
quién será quien me lo envíe
el trébole de los mares
Por una vez en mil años
los duendecillos del mar
entre las oscuras algas
y las verdes piedrecillas
lo plantan y luego brota
antes que el sol se levante
lo encantan y luego brota
el trébole de los mares
Y quien lo encuentre no muere
y quien lo encuentre no muere
Por una vez en mil años
distinto trinan las aves
no ríen ni se lamentan
sólo dicen sólo dicen
--Por una vez en mil años
se vuelve el amor eterno
que tengas suerte que tengas
que suerte te entregue el año
desde los lados del cielo
para ti traiga el amor
El trébole de los mares
quién será quien me lo envíe
quién será quien me lo envíe
el trébole de los mares
Nota del traductor: Para conservar cierto ritmo en estas canciones ( y no poemas, según afirmación de Elytis), utilizamos la forma arcaica "trébole", que, por otra parte, se conserva en canciones castellanas.
La ciclista
La senda junto al mar anduve
que hacía la ciclista cada día
Hallé las frutas que llevaba su canasto
y el anillo caído de su mano
Hallé la campanita y su chamanto
las ruedas el manubrio y el pedal
Hallé su cinturón y en una orilla
una piedra translúcida parecida a una lágrima
Una a una guardé todas las cosas
y dónde ha de estar la ciclista me decía
La vi pasar arriba de las olas
al otro día encima de las tumbas
Perdí sus huellas la tercera noche
en los cielos prendiéronse las lámparas.
La senda junto al mar anduve
que hacía la ciclista cada día
Hallé las frutas que llevaba su canasto
y el anillo caído de su mano
Hallé la campanita y su chamanto
las ruedas el manubrio y el pedal
Hallé su cinturón y en una orilla
una piedra translúcida parecida a una lágrima
Una a una guardé todas las cosas
y dónde ha de estar la ciclista me decía
La vi pasar arriba de las olas
al otro día encima de las tumbas
Perdí sus huellas la tercera noche
en los cielos prendiéronse las lámparas.
*Poeta griego, nacido en Creta, en 1911. Premio Nobel de Literatura 1979.
**Los textos que se transcriben están incluidos en la Antología fundamental,editada por Pomaire en 1981.
**Los textos que se transcriben están incluidos en la Antología fundamental,editada por Pomaire en 1981.
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