viernes, agosto 14, 2020

Carta Colectiva al Ministro de Cultura ante los hechos sucedidos contra el colectivo de poetas



Carta Colectiva al Ministro de Cultura ante los hechos sucedidos contra el colectivo de poetas
11 de agosto de 2020

Al Ministro de Cultura de la Nación, Sr. Tristán Bauer:

Mediante la presente, lxs abajo firmantes manifestamos nuestro repudio a los dichos de la directora del Fondo Nacional de las Artes, arquitecta Diana Saiegh, quien en una entrevista pública descalificó al colectivo de poetas que días atrás había expresado su disconformidad frente a la restricción con que se planteó este año el Concurso de Letras promovido por tal entidad. Estas declaraciones, que fueron parte de una constante actitud de rechazo y tergiversación del FNA hacia los reclamos de un sector de lxs escritorxs, tuvieron lugar el sábado 8 de agosto de 2020 en el programa de la TV Pública, Los siete locos, conducido por Cristina Mucci.

Dada la asimetría de poder que le otorga el ejercicio de un cargo público, facilitador, por otra parte, del acceso a los medios de comunicación hegemónicos, consideramos de gravedad los términos que eligió Diana Saiegh para referirse a nosotrxs y responder a la situación de forma defensiva, ofensiva y renegatoria: "Los poetas se quejaron porque están acostumbrados a que el Fondo sea una especie de proveedor permanente", dijo la funcionaria. Parece increíble tener que aclarar que lxs poetas de ningún modo vivimos del Estado. Esto, además de una mentira, es una afirmación que revela un desconocimiento total de la actividad. Por el contrario, tenemos que poner plata de nuestro bolsillo para publicar ediciones de no más de 300 ejemplares, o para hacer nuestros propios ciclos de lectura y generar así espacios de difusión. Cuando somos invitados a un festival solemos pagar todos o casi todos los gastos. Muchxs dictamos talleres para sobrevivir. Los escasos concursos públicos nacionales que se nos ofrecen son los que permiten cierta visibilidad o prestigio local. Muchxs poetas mueren y sus obras suelen perderse por no poder ser reeditadas, a menos que haciendo un gran esfuerzo sean rescatadas por una pequeña editorial independiente. En palabras de Juan Gelman: "Mi madre tenía razón, de la poesía no se vive. Se puede vivir para la poesía, pero de ella no. No en mi caso por lo menos. Siempre hay que tener, lo que se llama, el segundo oficio para vivir”.

Creemos que la poesía es un campo específico dentro de la literatura, que requiere por tanto sus propios criterios de política cultural, atentos a esa especificidad. Quienes nos abocamos activamente a la promoción de la lectura y la escritura de poesía (generando programas en escuelas, colecciones de poesía, traducciones, mesas de lecturas, en las bibliotecas populares sostenidas por el esfuerzo colectivo de las organizaciones comunitarias y alfabetizando en las calles y barrios) lo hacemos en la mayoría de los casos sin recurso alguno por parte del Estado. Es más, no han existido durante toda la pandemia programas destinados a colaborar con la continuidad de dichas actividades. Por lo tanto, distamos de considerar al FNA como un “banco”, tal como ha dicho la funcionaria, sino como lo que es: un organismo autárquico dependiente del Ministerio de Cultura, destinado al fomento de las Artes.
Una andanada de escraches, agresiones y acusaciones varias se habían lanzado días antes de la aparición de Saiegh en Los siete locos contra quienes, en las redes sociales, cuestionamos la propuesta del Concurso de Letras en su edición 2020 (incluso algunxs trabajadorxs de la palabra optaron por el silencio, por temor a perder las pocas oportunidades laborales o de reconocimiento que se nos ofrecen). Se entenderá entonces que las declaraciones de la funcionaria solo sumaron al asunto más estigmatización.
La controversia se había originado cuando la directora del FNA, asesorada por la titular del área de letras, Mariana Enríquez, con anuencia del directorio (así lo manifestó ella) modificó las reglas de los certámenes anuales, históricamente libre para todxs lxs autorxs. En esta oportunidad, se decidió acotar la convocatoria a tres áreas temáticas (Ciencia ficción, Fantástico y Terror), que muchxs de nosotrxs entendemos que son infrecuentes dentro de la poesía. Esta limitación es compartida por gran cantidad de narradorxs que también quedaron fuera de juego.
Tal vez sea sólo casualidad, pero como casi todxs sabemos, la directora del área de Letras cultiva en su producción literaria las mismas temáticas que promovió para el concurso. Temáticas que, por otra parte, pensamos más afines al mercado editorial y multinacional que a la realidad diversa de la escritura. El criterio excluyente lo asume la misma Enriquez que declaró en Infobae Cultura: "(…) Pero ponele que sea un sesgo que a muchos les parece que deja de lado. Por supuesto que todo sesgo es una decisión que es una intervención, es decir ‘voy a poner foco en este género’, que yo considero que en Argentina le falta estímulo. Y eso va a dejar de lado a otros que yo creo que tienen mayor legitimidad y estímulo". En lugar de incluir, excluye sin hacer mea culpa alguna.

Como colectivo, no aceptamos el intento de pedido de disculpas de Saiegh, publicado en La Nación, en la nota de Daniel Gigena del día 10 de agosto. No creemos que se tratara simplemente de "herir sensibilidades", como dijo, sino de confirmar con su opinión la invisibilización de nuestro reclamo. Expresiones como que se deje avanzar a las nuevas autoridades "sin tanta presión ni crítica" creemos que son amedrentadoras y discordantes con la política democrática de un gobierno popular. Quienes trabajamos por una cultura crítica nos oponemos fuertemente a este tipo de operaciones.

No se nos escapa la dificultad de llevar adelante un concurso en esta época y saludamos a medidas de apoyo como las Beca Sostener, que el FNA ha implementado, así como también la propuesta de los premios federales. Pero la solicitada que publicamos el día 27 de julio y que contó con 457 firmas, apuntaba a señalar las condiciones implícitamente excluyentes respecto de este concurso en particular para el amplio espectro de la poesía argentina. El ajuste que se lleva adelante reduce no solo el número de lxs postulantes sino también de lxs trabajadorxs. De doce premios se pasó a nueve este año y el certamen de poesía fue eliminado, excluyendo a los tres jurados expertos en la materia y a lxs prejuradxs. Visibilizar lo inaceptable de tal arbitrariedad institucional es nuestro reclamo central.

En un primer momento, cuando recién se publicaron las bases, supusimos que era un error de parte del FNA que la protesta de lxs compañerxs haría que fuera corregido rápidamente. Nada de eso ocurrió. Por el contrario, se nos presentó a lxs poetas como adversarios desde una visión elitista y conservadora que nos asume como una suerte de parásitos estatales (este tipo de razonamientos fueron típicos del gobierno anterior y no creímos que volveríamos a escucharlos).

Para terminar, resulta necesario remitirnos nuevamente a la función del Estado, que es promover y proteger los bienes culturales y simbólicos de la sociedad. Al mismo tiempo, la función de un gestor cultural debe superar sus propios gustos e intereses para contribuir al bien común, permitiendo que todas las ideas puedan desarrollarse y todos los grupos ser representados en lugar de agredidos usando para eso el poder del aparato mediático.

Lxs aquí firmantes exigimos, entonces, una rectificación del rumbo de las decisiones que el FNA ha tomado en torno al concurso nacional y un desagravio público.

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