jueves, julio 16, 2020






Agradezco a la poeta Nora Perusín, quien con gran generosidad me enviara fotocopia de libros de la gran poeta uruguaya Suleika Ibáñez, en particular su Homenaje a Jean Genet, cuya búsqueda me ha llevado años, y que hoy culmina con el envío de los respectivos archivos. Así que es gracias a Nora que hoy puedo celebrar con ustedes este magnífico poema de Suleika…





XL

   Ah, dijo mi padre, los poetas muertos, malditos…
   Fue en la Cervecería Oriental, una noche de verano antiguo, de álbum de postales a la deriva de su río de oro sepia. De sus rosados muelles abandonados.
   Entré en la caja de cristal.
Mi padre me puso ese diamante en los labios.
Los mozos eran gastadas barajas en blanco y negro, de truco sin lances al destino, cine mudo de pájaros pálidos, en un drama de Cha`lim desplumados,
   y los dibujos, los fantomas, trajeron las jarras de fríos cuentos hexagonales, las colmenas heladas, con un hexamerón de miel.
   la aventura de la mariposa que murió de espuma, la de la bruja que alumbró la noche con la quimera del oro
  y un ogro alemán sonreía para siempre en un tonel.
   Después mi padre dijo: Gran poeta, Genet.
   Por eso me sabe a lúpulo, hiela mis huesos, espuma volandera son sus palabras, y es mi padre, mi padre  entre profundas magnolias, de las que no volverán a olerse quizás nunca.

·       

    


* El texto que transcribimos pertenece a un libro excepcional, Homenaje a Jean Genet, que en el año 1988 recibiera el primer premio municipal de poesía inédita de su tierra, la República Oriental del Uruguay.
  


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