Leonidas Lamborghini: El solicitante descolocado*
Por María del Carmen Colombo
“Qué hay en lo que ha escrito este hombre, trabajado por problemas que hoy
pretendemos dejar de lado, que logra, en cambio, conmovernos?”
Oscar Massota
Esta pregunta que Oscar Massota** se formula ante los textos de Roberto Artl*** fue el punto de partida frente a estos otros textos del poeta Leónidas Lamborghini, reunidos ahora bajo el título El solicitante descolocado****.
Al respecto, y en lo poco que me fue dado reconstruir acerca de las condiciones de producción de esta poética, pensé: Lamborghini nadie quiere ser… Porque, seamos sinceros, escribir sobre el basural, con mayor o menor fortuna muchos lo hacen, pero arrojar el cascotazo desde ese lugar…, arrastrando el cuerpo, y la escritura claro, para ponerlos a salvo de la palabra “bien dicha”, la “bella poesía”, en fin, la marca de la ley o, lo que es lo mismo, los balazos de los “libertadores/opresores”, ESO (insisto), ESO NADIE QUIERE SER: “En el basural/ éste es el lugar de las maravillas/donde casi ninguno/ se salvó/ de que lo liberaran/cuando llegó/ el camión/ con ellos que no querían/ ser liberados/ por favor/ no nos liberen”.Sobrevivir AHÍ, entonces, supone un proceso grave que, se me ocurre, puede señalarse así: ESCAPAR a los plomos, no ser atravesados por el “bien decir”, “la bella poética” y… TRAICIONAR aquella palabra, sabotearla hasta el límite.
Al respecto, y en lo poco que me fue dado reconstruir acerca de las condiciones de producción de esta poética, pensé: Lamborghini nadie quiere ser… Porque, seamos sinceros, escribir sobre el basural, con mayor o menor fortuna muchos lo hacen, pero arrojar el cascotazo desde ese lugar…, arrastrando el cuerpo, y la escritura claro, para ponerlos a salvo de la palabra “bien dicha”, la “bella poesía”, en fin, la marca de la ley o, lo que es lo mismo, los balazos de los “libertadores/opresores”, ESO (insisto), ESO NADIE QUIERE SER: “En el basural/ éste es el lugar de las maravillas/donde casi ninguno/ se salvó/ de que lo liberaran/cuando llegó/ el camión/ con ellos que no querían/ ser liberados/ por favor/ no nos liberen”.Sobrevivir AHÍ, entonces, supone un proceso grave que, se me ocurre, puede señalarse así: ESCAPAR a los plomos, no ser atravesados por el “bien decir”, “la bella poética” y… TRAICIONAR aquella palabra, sabotearla hasta el límite.
Digo entonces RESISTIR: sobrevivir desde el basural es resistir, sí. Afirmación que otorga sentido a buena parte de la palabra poética de Leónidas Lamborghini y a la palabra política de aquellos que, en 1955, fueron también con el poeta expulsados de un orden. Porque, como seguro imaginan, 1955 señala el intento desesperado, y nunca clausurado, de instaurar en nuestro país, no una dictadura feroz –que eso vino por añadidura--, sino por el contrario de reconstruir un sencillo, cándido, inocente sistema de representacion. Otorgarle, en fin, a la palabra la inusitada, fantasmática capacidad de interpelar sin ruborizarse y decir sin más: “mírenme, mírenme, yo soy lo que nombro…, luego de una oprobiosa década me ha sido devuelto el poder de representar… ALGO”.
Acaso haya sido aquel peronismo –también y primero— un escandaloso dispositvo económico, político e ideológico capaz de obturar, poner en suspenso, todo poder de representación. En este preciso punto –me parece--, la poesía de Lamborghini es atravesada impúdicamente por aquel peronismo: ella también bloquea toda ilusión de representar. Su palabra traiciona lo que nombra, lo silencia, lo descoloca. L. Lamborghini ocupa así el exacto, común basural, de aquellos que resisten negándose a ser representados (“y yo era/ ese/ que no era/ y ese que no era/ era”). Aquellos cuya palabra no es lo que nombra, palabra maldicha de quien ha perdido lo común del lugar y del nombre: el afásico cabeza (“lo que grito es que tienen que conocer/ reconocer al poeta Lamphorini, Leónidas T./ al gran poeta Lamborhini Leónidas B./ al grandísimo poeta Lamborghini Leónidas C/-paranoia)”.
Casi dos décadas después de la publicación de Las patas en la fuente, Eliseo Verón***** ha observado que aquellos peronistas eran mal hablados y, desde luego, propensos a los malos entendidos, claro… Pero es necesario negociar, bueno, digámoslo de otra manera, “convenir” con los críticos más prestigiosos, los prestigiosos más críticos, los más críticos prestigiosos…: la poesía de Lamborgini se muerde la cola, nada hay “por fuera” que la sostenga como tal poesía, es cierto. Es una “ética de la palabra” se ha dicho, y es esto también tranquilizador… Pero –hay que decirlo--, es la de Lamborhini una ética incierta, discretamente paradojal.. Porque, si como sugiere Althusser******, todo sistema absoluto tiene un exterior y no lo dice, la marca de Lamaborghini sí dice su exterior, con un grito más fuerte que todas las palabras…, callándolo, en hueco, sin representar: “La vida por/la vida por…”. Lo dicho, silencio, silencio atronador.
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* Texto de la presentación del libro El solicitante descolocado --Ediciones Tierra Firme, 1989--, realizada ese mismo año 1989 en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en la Feria del Libro de Buenos Aires.
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* Texto de la presentación del libro El solicitante descolocado --Ediciones Tierra Firme, 1989--, realizada ese mismo año 1989 en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en la Feria del Libro de Buenos Aires.
**Oscar Masotta (1930-1979), introductor de la obra de Lacan en la Argentina.
***Sexo y traición en Roberto Arlt. Argentina: Centro Editor de América Latina, 1982.
****El solicitante descolocado. Ediciones de Tierra Firme, Buenos Aires,1989.
*****Sociólogo argentino.
******Filósofo francés (1928-1990).
Etiquetas: Maria del Carmen Colombo
1 Comments:
POr avor difundir este blog que es de gran interes como el tuyo.
uninstanteenlapatria.blogspot.com
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