miércoles, enero 30, 2008

Madrid Mirada, 14 artistas latinoamericanos

Del 7 al 17 de febrero, 2008, Madrid, Círculo de Bellas Artes
Durante una semana, catorce artistas latinoamericanos --Alexander Apóstol, Venezuela / Jaime Ávila Ferrer, Colombia / Sandra Boulanger, Bolivia / Maya Goded, México/ Luis González Palma, Guatemala / Jonathan Harker, Panamá / José Manuel Fors, Cuba / Priscilla Monge, Costa Rica / Eustaquio Neves, Brasil / Tomás Ochoa, Ecuador / Luis Paredes, El Salvador / Graciela Sacco, Argentina / Milagros de la Torre, Perú y Pablo Zuleta Zahr, Chile--, seleccionados por los españoles Manuel Sendón y José Luis Suaréz, expondrán sus obras en el Círculo de Bellas Artes de esa ciudad. Respondiendo a un encargo específico y utilizando la fotografía con total libertad, las obras de los mencionados artistas dan cuenta de lo que la ciudad les sugirió.
Madrid Mirada es el fruto de una iniciativa de la Red de Cooperación Cultural de España en Iberoamérica. La Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, es la responsable de la organización de esta muestra que, después de su inauguración en el Círculo de Bellas Artes, recorrerá a través de las embajadas de España, distintas capitales de Iberoamérica.
Para más información contactar con: María Nieto Raventós RMS La Asociación: tel: 917296309, Email:
prensa@rms.com.es

miércoles, enero 16, 2008

Otras voces, nuevas voces: Viviana Pelle*

Profanadores

Hay ciertos vivos que desean
aprovecharse de mi cuerpo.
Alguno ha sido mi asesino.
Primero quizá me haya despojado
de mi corazón. Tal vez, lo guardó para sí,
o quién sabe si lo arrojó al río.
Muchos quieren valerse de mi sangre,
que yace aquietada dentro
de mi cuerpo inmóvil.
Muchos profanadores
andan deambulando sin ser vistos,
por las calles por los bosques,
y mi cuerpo que yace
ya no puede fiarse de mí:
se deja ir y lo profanan
las almas turbias.

*Viviana Pelle nació en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, en 1962. Participó de diversos talleres de poesía. El poema que se transcribe pertenece a un libro inédito.

Libros recomendados

Política y/o violencia Una aproximación a la guerrilla de los años 70, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2005. Autora: Pilar Calveiro.

Se trata de un ensayo político escrito por una mujer comprometida con la organización Montoneros, detenida en 1977 por la dictadura militar, que permaneció secuestrada un año y medio en varios Centro Clandestinos de Detención, y que reside actualmente en México. Este libro no sólo analiza un fenómeno tan complejo como las experiencias guerrilleras de los 70, sino que intenta abrir el debate sobre el tema, un debate verdaderamente pendiente. Y es realmente admirable cómo Pilar Calveiro lo hace, sorteando la Teoría de los Dos Demonios y sin renunciar al análisis crítico de las prácticas de las organizaciones armadas, especialmente la de la organización Montoneros, y el papel de sus dirigentes. Lúcida, valiente, rigurosa, la palabra de Pilar Calveiro nunca abandona su objetivo de, cito las palabras de la autora: “escrachar, poner en evidencia, impedir el disimulo de quienes se hacen los desentendidos en relación con las responsabilidades que les cupieron”. Para quienes les interese este tema, es un libro insoslayable.

Acerca de un poema del libro La familia china de María del Carmen Colombo


Por Pere Bessó*

Qué maravilla la revisión oriental del tema de la poesía del amor cortés de las tres hermanas -les tres sorors- cantado por los trobadores hasta la saciedad y que el mismísimo Marqués de Santillana tuvo a bien imitar. Y, más aún, cómo del paradigma tradicional del sometimiento de la mujer china al varón, primero, padre o hermano; más tarde, esposo; finalmente, primogénito... se pasa, desde el propio poema, a la percepción lectora guiadcon maestría a la rebelión. A la toma de conciencia de género a través de la relectura los símbolos, tales que el abanico, el bandoneón del cabello desafiando como trasposición metafórica del oleaje... Y es así que la autoridad paterna y los pre-juicios androcéntricos [ellas son "tintoreras" (1)] se enfrentan a la caída del cabello largo, al desmelenamiento, ondulamiento, furia, desbordamiento y marea de quien se suelta definitivamente el pelo. Exactamente la más china de las tres chinas, que en la estratégia poética de les canzons coincide siempre con la hermana mayor, la que ya tiene experiencia de amigo, aquella que no sólo ha pelado ya la pava -en este caso convendría decir el pavo- y lo ha festejado, sino que tras la fiesta del bosc o ramage lo sigue conservando solícito e inflamado de amores...
Finalmente, una razón de peso: la actitud paternal hacia las hijas que considera "tintoreras" es, en clave ideológica, la revisión del "opio de los pueblos"... Sin duda, es éste un poema que merecería estudio comparativo con lo mejor de dos tradiciones que se cruzan en este hermoso, delicado y sugerente texto. Y que las féminas/femeninas/feministas argentinas deberían de conocer, leer, estimar.

*Pere Bessó (Valencia, 1951). Poeta y traductor. Licenciado en Filología Moderna. Catedrático de Lengua y Literatura Españolas en el IB de Mislata. Tiene una vastísima obra publicada: Herbolari de silencis (Miniatures de Lindes, 1978); Mediterrània ( Premi Pasqual Assins i Lerma, ed. Vila de Catarroja, 1979); L'Alter Ego (Ed. Fernando Torres, 1980); Una Estança a Alessandria (Premi Ausiàs March-Senyoriu de Beniarjó, 1982, Ed. El Cingle, 1983); Prims Homenatges (Iº Accèssit del "Vicent Andrés EstelIés", 1979. Ed. 3i4, 1984); etcétera. El Quadern de Malta, edición bilingüe castellano-catalán (Ed. Libros de Alejandría, Buenos Aires, 2006) es su último libro publicado. Desde principios del 2005 está empeñado en la confección de una Muestra bilingüe de la poesía argentina de la segunda mitad del s.XX desde la perspectiva de género, lo que le ha permitido ir traduciendo algunas de las voces más representativas de ese país.
(1) Independientemente de que en la mal llamada canción española, y por extensión, incluso un toro pueda salir tintorero o tinturero, o el hecho objetivo de que a la esposa de quien tiene por oficio tintar o teñir telas, paños y ropas se le llame tintorera, acá, cerca de Valencia, en la comarca de Liria, y en el pueblo de mi abuela paterna, Pedralba, la que se conocía como la tía Concha la Molinera, hay una variedad de cepa de uva que da una alta graduación, más de 13 grados, y se utiliza para tintar o dar color a otros vinos de mejor textura y paladar exigente.
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Cuando las tres chicas se acercan, el padre cierra el abanico de sus sentimientos, de golpe. Tiene miedo el padre chino de que el calor de sus hijas desplanche las rayitas de su alma, plisadas con suma paciencia por sus antepasados.

El miedo le hace pitar de una boquilla elongada hasta el límite. Chupa del pico el hombre, y de su boca evaporada por el humo se desprenden pensamientos finitos como el perfil de un pez raya.
Es el opio de los pueblos con que carga su boquilla el que lo hace descifrar sus pensamientos en voz alta. "Esas tintoreras --dice de sus hijas-- calientan la pava y después yo salgo hecho una planicie. Qué saben ellas, tan chiquitas, del trabajo que costó a mis antepasados imitar el oscuro abanico de las olas, escama por escama, durante milenios, hasta hacer de mi alma este biombo musical que sólo los hombres chinos saben desplegar con dignidad."

Al escucharlo, la más china de las tres chicas desenrolla el caracol de su rodete en señal de rebelión. Cae ondulado el bandoneón de su pelo, y el padre recuerda el golpe, seco, de una sombrilla al cerrarse.

martes, enero 15, 2008

Álvaro Figueredo

Teoría del suicida

Dadle un teatro una tribuna un pórtico
dadle un balcón de gala
dadle su frac su cátedra amarilla
quiere morir al alba
o a la hora del té
dictando su discurso
con su chaleco blanco
dadle un bastón un arpa una azucena
un espejo una góndola
devolvedle los yo que le usurparon
yo en el tranvía yo bajo los árboles
yo danzando es decir él y la luna
su yo su yo sus guantes de gamuza
el actor va a cesar está vacío su guardarropa nadie
le llame Juan nombradle
el bienaventurado el almirante
de sus yo porque es él
quien rema besa canta se extasía
ante el atrio del templo
quiere ocultar sus yo bajo una losa
blanca a la izquierda en el jardín lo avistan
le denuncian el yo desguarnecido
y él trepa al campanario y se despeña.

*Álvaro Figueredo nació en Pan de Azúcar, Uruguay, el 6 de setiembre de 1907. Publicó el periódico literario Mástil en 1936. A su iniciativa, y desde esas páginas, se debe el proyecto y realización del 1er. Congreso de Escritores del Interior, realizado en 1938. Colaboró durante años en la revista escolar El Grillo, editada por el Departamento de Publicaciones del Consejo de Enseñanza Primaria y Normal. Publicó dos libros de poemas: Desvío de una estrella, 1936, y Mundo a la vez, 1956. En 1964 es designado miembro correspondiente a la Academia de Letras del Uruguay.

Carlos Gardel y su filmografía


Se trata de la segunda muestra del ciclo "Carlos Gardel y su filmografía", que abarca el ciclo realizado por Gardel para los estudios Paramount de Joinville, París ("Luces de Buenos Aires", "Espérame", "La casa es seria" y "Melodías de arrabal". Se expondrá documentación, fotografías, discos y partituras, entre otros objetos referidos a los filmes mencionados, realizados entre 1931 y 1932.
Museo Casa Carlos Gardel, Jean Jaures 735, tel.: 4964-2015/2071.
Horario: lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 18. Sábados, domingos y feriados de 10 a 19. Martes cerrado. Entrada general: $3. Residentes: $1. Miércoles gratis.

lunes, enero 07, 2008

Pizarnik sobre Girri: poesía clara, poesía oscura*

"(...) En general, estamos acostumbrados a una poesía que tenga -digamos- subyacencia. En cambio en Girri hay una absorción total de la palabra. Crea una nueva manera de lectura en que la totalidad del poema queda convocada en la palabra, en una suerte de filo horizontal que no permite ningún más allá ni más acá. De este examen se desprende que Girri no sólo no es un poeta oscuro --como se ha dicho-- sino que es demasiado claro, y justamente por esto puede parecer oscuro. Aun así es un deber confesar que no he comprendido dos versos de El ojo**, dos versos obsesionantes: en lo bajo, no en lo oscuro,/en lo bajo, que no es lo oscuro.
Sin duda, hay una complacencia en no comprender algunos versos de un libro de poemas; alegra repetirlos pues misteriosamente nos suelen poner en contacto con lo más puro de la sonoridad del lenguaje. Además, de tanto repetirlos, su sentido acaba por estallar en el espíritu, como quería un gran oscuro, G. M. Hopkins."

*Fragmento del artículo titulado Alberto Girri: El ojo, escrito por Alejandra Pizarnik y publicado en la revista Sur, Buenos Aires, Nº 291, noviembre-diciembre de 1964. Este artículo está incluido en el libro Alejandra Pizarnik, prosa completa (Lumen, Palabra en el Tiempo, 2001).
** El ojo, libro de poemas del poeta argentino Alberto Girri (Losada, Buenos Aires, 1964.)

Marco Limas*

el drama de la cosa

la cosa es un cajón cuadrado
tomálo como quieras
ni vacío
ni lleno

los sentidos se agotan y celebran
en su interior limitado
aire plástico

a continuación un espejismo fractario
una porción de mar
otra de tierra
otra de cielo
visiones?
disfraces

acción

todos los cristales
o sea
un chillar de espejos
sobre la cama
que se parten

un chillar de espejos
y cada uno
y millones
que reflejan nada

*Marco Gabriel Limas, poeta, músico y diseñador gráfico argentino nacido en 1976. Los poemas que se transcriben están incluidos en su libro Una maleta llena de dedos, de próxima aparición bajo el sello Alción.

Julio Cortázar: Carlos Gardel*

"Hasta hace unos días, el único recuerdo argentino que podía traerme a mi ventana sobre la rue de Gentilly era el paso de algún gorrión idéntico a los nuestros, tan alegre, despreocupado y haragán como los que se bañan en nuesras fuentes o bullen en el polvo de las plazas.
Ahora unos amigos me han dejado una victrola y unos discos de Gardel. En seguida se comprende que a Gardel hay que escucharlo en la victrola, con toda una distorsión, y la pérdida imaginables; su voz sale de ella como la conoció el pueblo que no podía escucharlo en persona, como salía de los zaguanes y de salas en el año 24 o 25. Gardel-Razzano, entonces: "La Cordobesa", "El sapo y la comaadreja", De mi tierra. Y también su voz sola, alta y llena de quiebros, con las guitarras metálicas crepitando en el fondo de las bocinas verde y rosa: "Mi noche triste", "La copa del olvido", "El taita del arrabal". Para escuharlo hasta parece necesario el ritual previo, darle cuerda a la victrola, ajustar la púa. El Gardel de los pickups eléctricos coincide con su gloria, con el cine, con una fama que le exigió renunciamientos y traiciones. Es más atrás, en los patios a la hora del mate, en las noches de verano, en las radios de galena o con las primeras lamparitas, que él está en su verdad, cantando los tangos que lo resumen y lo fijan en las memorias."
*Cortázar, Julio: Gardel, Buenos Aires, Sur 223, julio-agosto, 1953.

sábado, enero 05, 2008

"Carta a papá", un poema de María del Carmen Colombo

Por Pere Bessó
La literatura clásica nos enseña que las cartas a los parientes, singularmente a la madre, mostraban el lado sensible, sentimental, afectivo de la cuestión. Sin perder ese referente, la literatura contemporánea, desde las vanguardias (acudamos al expresionismo germánico y piénsese en Kafka; Trakl, empero, es otra cosa, pues la madre se continuó en la hermana: pero no los únicos, Van Gogh se resarciría del padre en el hermano omnipresente, Théo. Nos queda, a la otra orilla, Robert Musil...), coincide en tono con la época de crisis y descreimiento en un ajuste de cuentas, en donde las heridas son de otro tenor, pero no menos sangrantes.
En el caso de la poeta argentina María del Carmen Colombo, el deseo de permanencia del padre, aunque sólo sea como atadura, no es excepción a las diversas muestras de amor/odio literarias, en todo su contexto de paradojas que psicólogos y antisiquiatras han pretendido desvelar, incluso con los famosos knots de Jill & Jack (R.D.Laing). Su poema "Carta a papá" me recordó aquellos versos que en sus Last Poems escribió David Herbert Lawrence en el breve poema "Rainbow" ("Arco iris"): aquél en donde el maestro nos enseñaba que, aunque la lluvia está hecha de relucientes átomos, no, nosotros no podemos posar en él nuestra mano, mucho menos el pensamiento. Colombo lo dice a su modo: ser en espejada lejanía/ lo que brilla por ausencia/una estrella... Y si osáramos hablar de querencia(s), también el mecanismo de des/posesión [la entrada en la forma vacía], el aserto poético está servido: soy tu pequeño espejismo/qué peor atadura...

*Pere Bessó (València, 1951). Poeta y traductor. Licenciado en Filología Moderna. Catedrático de Lengua y Literatura Españolas en el IB de Mislata. Tiene una vastísima obra publicada: Herbolari de silencis (Miniatures de Lindes, 1978); Mediterrània ( Premi Pasqual Assins i Lerma, ed. Vila de Catarroja, 1979); L'Alter Ego (Ed. Fernando Torres, 1980); Una Estança a Alessandria (Premi Ausiàs March-Senyoriu de Beniarjó, 1982, Ed. El Cingle, 1983); Prims Homenatges (Iº Accèssit del "Vicent Andrés EstelIés", 1979. Ed. 3i4, 1984); etcétera. El Quadern de Malta, edición bilingüe castellano-catalán (Ed. Libros de Alejandría, Buenos Aires, 2006) es su último libro publicado. Desde principios del 2005 está empeñado en la confección de una Muestra bilingüe de la poesía argentina de la segunda mitad del s.XX desde la perspectiva de género, lo que le ha permitido ir traduciendo algunas de las voces más representativas de ese país.


Carta a papá

Miserable estratagema
para tenerte parecerme
a vos

ser en espejada lejanía
lo que brilla por ausencia
una estrella

no me llames ilusa
estoy arriba
reina de la nada
ardiendo en mis heridas

soy tu pequeño espejismo
qué peor atadura

ah, si quisieras llegar hasta aquí
y entraras en esta luz

en todo caso si así fuera, querido mío
la luz hiere, la luz es realidad


viernes, enero 04, 2008

Reflexiones sobre la poesía de María del Carmen Colombo*


LA FURIA ES PRIMERO SILENCIO
Por Jimena Néspolo**

Se ha dicho que la intensidad es esencial a un poema. Poco o nada se ha comentado, sin embargo, de la furia. De la fuerza reprimida que exhiben las palabras cuando a costa de cercenar y cercenar lo que sobra, lo que adorna, lo que une, amalgama y hace absolutamente cotidiano al lenguaje, el poema se convierte en un trozo de metal brilloso que ostenta filosos laterales y enconadas aristas. Cada silencio entre verso y palabra de Blues del amasijo (1) de María del Carmen Colombo tiene la mortal virtud de recordar cuánto siente el mutilado el miembro ausente. Y es así como esta ausencia se suele manifestar, estos poemas hacen doler, tiritar, y hasta crepitar a sus silencios: “ toda respiración hace un silencio/ fino el hilo del cuerpo/ un pez un pelo/ cuelga sus escamas tu lenguaje /en el anzuelo del aire/ese silencio toda respiración”.
En un tiempo en que la frivolidad ha copado todos los espacios, incluso las irreductibles aguas de la “sagrada” poesía, los versos de Colombo batallan con lo dicho y con lo no, a fin de alzar la singularidad de su voz. Publicados en el 85, pero escritos varios años antes, la economía y el rigor formal en la construcción de versos tales como los de la trilogía “To See” sorprenden hoy y sorprenderán mañana puesto que sin duda pertenecen a esa selecta región de “elegidos” que la continua lectura no logra aprender. Algo de eso ha percibido Alicia Genovese en La doble voz: poetas argentinas contemporáneas (2) que, en rigor, es la primera lectura crítica hecha sobre la obra de Colombo.
Genovese denota en la producción de esta poeta (igual que en la de Irene Gruss, Diana Bellessi, Tamara Kamenszain y Mirta Rosemberg) la existencia de una “segunda voz” que “se hace transparente en el momento en el que enfrenta el obstáculo impuesto por la circulación del discurso masculino, sea como enunciado social o literario”. Dice Genovese: “Leer literatura escrita por mujeres requiere leer una articulación doble, esto implica considerar textos literarios con sus especificidades poéticas y, al mismo tiempo, una producción diferenciada, irradiada por su filiación de género”. Sobre esta petición de principio o acto de fe poco se puede decir que no sea un elogio a su abierta franqueza. Sorprende, sin embargo que la crítica acuda a dos metáforas (una que toma de Nancy Miller y otra de Elaine Showalter) para graficar el concepto de “doble voz” y ratificar así la existencia de un sujeto de enunciación femenino: la primera homologa a la escritora con la araña “que genera el hilo del texto con su cuerpo, es una fuerza viviente, una tejedora que no puede entenderse prescindiendo de su biología”; la segunda marca la escisión entre un “yo domesticado” definido por la cultura masculina, y un “yo salvaje”, desconocido, punteado en la “segunda” voz. Aun contando con todo el beneplácito del lector, cierto es que esta serie aracnológica mujer araña-viuda negra/ animal domesticado-animal salvaje, pareciera atentar contra sus mismas bases: por un lado, porque no puede prescindir de la presencia de lo “masculino”(léase: el Falo, el Poder, la Autoridad) al definir a este sujeto dado en llamar “mujer”; por el otro, porque los condena con previsible irreversibilidad a asumir aquellos rasgos que excluyentemente definirían su existencia.
El problema con este tipo de estudios (Harold Bloom mediante) es que operan concediendo valor estético aun a priori al abordaje mismo del texto, el solo hecho de que el sujeto de enunciación se defina como femenino –lo que popularmente se traduce en mucho rimel y pocas nueces– ya de por sí los salva, los redime por sobre sus minusvalías formales. Es así como hoy padecemos en el mundillo literario a una región de nuevas barbies, con sin par astucia parapetadas bajo el infantilismo y la supuesta “belleza y felicidad” que desde esa óptica incumbiría al universo femenino. Todo lo que no se cuadre en esas coordenadas será tildado de masculino (y Dios nos guarde de semejante agravio).
Si esto es así, la voz de Colombo es definitivamente masculina. Es cierto que la escritura de esta poeta tiene un plus, un exceso que la hace por demás interesante. Pero explicarlo solo por su filiación de género implica condenarlo a unos límites que de por sí no le cuadran. El esfuerzo de apropiación y rearticulación de un espacio literario de interés común, por el cual Colombo disputa nada menos que con Leónidas Lamborghini y Juan Gelman –como bien lo ha notado Genovese--, es solo el punto de partida desde el cual se articula su poética. Leemos en La muda encarnación (3) “un modo de montar/ cuando fundo la palabra/ confundo caballo con/ jinete: una sola cosa”.
Lo conversacional y lo lírico se cruzan en la poesía de María del Carmen Colombo marcando un camino singular por donde transitar y zanjar las distancias. La presencia de vocablos lunfardos como “chamuyo”, “aguantadero”, “gilada”, y la de figuras míticas provenientes de un acervo popular de la más variada índole (desde Marilyn Monroe a Gardel, o la Virgen), tanto en Blues... como en La muda encarnación, son presa de un lirismo que los excede y resignifica hasta el hastío (lirismo que a su vez ya había definido las páginas de La edad necesaria (4), su primera publicación). El contrapunto entre lirismo y la presencia bastarda de las “pálidas rameras” de Blues del amasijo es lo que desacomoda, lo que ofusca e ilumina al poema: “de silenciosa nueva York/ las pálidas rameras se consumen/ (...)/ ¿qué haremos con las sobras de tanta/ hembra mimada/ cuando el amanecer resbale? / un gran pezon?/ algún suspiro?/acaso/ una película?”...
Una fuerza irreductible escande las palabras y los silencios de estos versos. Este “yo poético” que en su “vacar va cavando la tara de su tierra dura”, en La familia china (5), el último libro publicado de Colombo, sufre una transformación primordial. Los silencios se transmutan, ahora, en un lenguaje poético definido como el espacio por excelencia del exilio que tienta a través de la prueba y el error la representación de distintas escenas de familia. A veces con humor, otras con ironía, Colombo logra aludir sin caer en meros panfletismos a la historia político-cultural argentina de las ultimas décadas. No sé de muchos poetas que lo hagan con igual maestría.
Alfonsina (Storni) y Alejandra (Pizarnik) eran en el comienzo..., insinúa Genovese en la genealogía que diseña. Y mientras suenan en sordina los versos que la pitonisa Olga Orozco le dedicara a esta última: “Pero otra vez te digo/ ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un manto:/ en el fondo de todo hay un jardín”, la escritura de Colombo pareciera recordar que en el fondo, en el fondo de todo jardín está la furia. Esa que nos exilia. Es cierto, la furia es femenina. Pero, ¿quien se atrevería a decir que tiene género?
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*Artículo publicado en la Revista Boca de Sapo, Buenos Aires 2001, pp. 40, 41, 42.
**Jimena Néspolo (Buenos Aires, 1973). Es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Entre los años 1999 y 2001 dirigió la revista de literatura y artes gráficas Boca de Sapo. Publicó dos libros de poesía, incertezas (Simurg, Buenos Aires, 1999) y Papeles cautivos (Simurg, Buenos Aires, 2002). Ha colaborado, también, con artículos de crítica literaria en diversos medios periodísticos y revistas especializadas. En el año 2002 su ensayo Ejercicios de pudor. Sujeto y escritura en la narrativa de Antonio Di Benedetto (Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2004) recibió el Segundo Premio del Fondo Nacional de las Artes.
(1) Colombo, María del Carmen, Blues del amasijo y otros poemas, Alicia Gallegos Editora, Buenos Aires, 1998, 3era. Edición.
(2) Genovese, Alicia, La doble voz: poetas argentinas contemporáneas, Biblos, Buenos Aires, 1998.
(3) Colombo, María del Carmen, La muda encarnación, Último Reino, Buenos Aires, 1993.
(4) María del Carmen, La edad necesaria, Ed. Sur, Buenos Aires, 1979.
(5) Colombo, María del Carmen, La familia china, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1999.

jueves, enero 03, 2008

Neus Aguado*

El teléfono a pesar de todo

Ser sólo voz y voz amada
por filtros ajenos al amor
de cuyo efecto la técnica es culpable.
Y odiar en la medida que te aleja
ese ingenio de loco iluminado
y amar en la medida que te acerca
ese hilo que atraviesa mares.
Y sumergirme en la marea de tu aliento,
que presiento a pesar de la distancia,
indefensa y rendida a tu palabra.

*Neus Aguado, poeta española nacida en 1955. Graduada en Arte Dramático y licenciada en Ciencias de la Información. Es además dramaturga y narradora. Ha publicado diversos libros.

miércoles, enero 02, 2008

Leónidas Lamborghini: El solicitante descolocado*


Por María del Carmen Colombo

“Qué hay en lo que ha escrito este hombre, trabajado por
problemas que hoy pretendemos dejar de lado, que logra, en cambio, conmovernos?”
Oscar Massota



Esta pregunta que Oscar Massota** se formula ante los textos de Roberto Artl*** fue el punto de partida frente a estos otros textos del poeta Leónidas Lamborghini, reunidos ahora bajo el título El solicitante descolocado****.
Al respecto, y en lo poco que me fue dado reconstruir acerca de las condiciones de producción de esta poética, pensé: Lamborghini nadie quiere ser… Porque, seamos sinceros, escribir sobre el basural, con mayor o menor fortuna muchos lo hacen, pero arrojar el cascotazo desde ese lugar…, arrastrando el cuerpo, y la escritura claro, para ponerlos a salvo de la palabra “bien dicha”, la “bella poesía”, en fin, la marca de la ley o, lo que es lo mismo, los balazos de los “libertadores/opresores”, ESO (insisto), ESO NADIE QUIERE SER: “En el basural/ éste es el lugar de las maravillas/donde casi ninguno/ se salvó/ de que lo liberaran/cuando llegó/ el camión/ con ellos que no querían/ ser liberados/ por favor/ no nos liberen”.
Sobrevivir AHÍ, entonces, supone un proceso grave que, se me ocurre, puede señalarse así: ESCAPAR a los plomos, no ser atravesados por el “bien decir”, “la bella poética” y… TRAICIONAR aquella palabra, sabotearla hasta el límite. Digo entonces RESISTIR: sobrevivir desde el basural es resistir, sí. Afirmación que otorga sentido a buena parte de la palabra poética de Leónidas Lamborghini y a la palabra política de aquellos que, en 1955, fueron también con el poeta expulsados de un orden. Porque, como seguro imaginan, 1955 señala el intento desesperado, y nunca clausurado, de instaurar en nuestro país, no una dictadura feroz –que eso vino por añadidura--, sino por el contrario de reconstruir un sencillo, cándido, inocente SISTEMA DE REPRESENTACIÓN. Otorgarle, en fin, a la palabra la inusitada, fantasmática capacidad de interpelar sin ruborizarse y decir sin más: “mírenme, mírenme, yo soy lo que nombro…, luego de una oprobiosa década me ha sido devuelto el poder de representar… ALGO”. Acaso haya sido aquel peronismo –también y primero— un escandaloso dispositvo económico, político e ideológico capaz de obturar, poner en suspenso, todo poder de representación.
En este preciso punto –me parece--, la poesía de Lamborghini es atravesada impúdicamente por aquel peronismo: ella también bloquea toda ilusión de representar. Su palabra traiciona lo que nombra, lo silencia, lo descoloca. L. Lamborghini ocupa así el exacto, común basural, de aquellos que resisten negándose a ser representados (“y yo era/ ese/ que no era/ y ese que no era/ era”). Aquellos cuya palabra no es lo que nombra, palabra maldicha de quien ha perdido lo común del lugar y del nombre: el afásico cabeza (“lo que grito es que tienen que conocer/ reconocer al poeta Lamphorini, Leónidas T./ al gran poeta Lamborhini Leónidas B./ al grandísimo poeta Lamborghini Leónidas C/-paranoia)”.
Casi dos décadas después de la publicación de Las patas en la fuente, Eliseo Verón***** ha observado que aquellos peronistas eran mal hablados y, desde luego, propensos a los malos entendidos, claro… Pero es necesario negociar, bueno, digámoslo de otra manera, “convenir” con los críticos más prestigiosos, los prestigiosos más críticos, los más críticos prestigiosos…: la poesía de Lamborgini se muerde la cola, nada hay “por fuera” que la sostenga como tal poesía, es cierto. Es una “ética de la palabra” se ha dicho, y es esto también tranquilizador… Pero –hay que decirlo--, es la de Lamborhini una ética incierta, discretamente paradojal.. Porque, si como sugiere Althusser******, todo sistema absoluto tiene un exterior y no lo dice, la marca de Lamaborghini sí dice su exterior, con un grito más fuerte que todas las palabras…, callándolo, en hueco, sin representar: “La vida por/la vida por…”. Lo dicho, silencio, silencio atronador.
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* Texto de la presentación del libro El solicitante descolocado --Ediciones Tierra Firme, 1989--, realizada ese mismo año 1989 en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en la Feria del Libro de Buenos Aires.
**Oscar Masotta (1930-1979), introductor de la obra de Lacan en la Argentina.
***Sexo y traición en Roberto Arlt. Argentina: Centro Editor de América Latina, 1982.
**** El solicitante descolocado. Ediciones de Tierra Firme, Buenos Aires,1989.
*****Sociólogo argentino.
******Filósofo francés (1928-1990).